domingo, 26 de noviembre de 2017

INQUEBRANTABLE. Final de Temporada


–Bueno hoy comenzamos el día con dos lamentables noticias en tema de espectáculos.
Encontraron en su apartamento al actor de teatro, cine y televisión, Antonio Reverte, a ver como decir esto… decapitado. Su cabeza no aparece. No violentaron la puerta del apartamento y al parecer murió desangrado antes de ser decapitado. Las autoridades están investigando los hechos y de momento no se descarta ninguna hipótesis



El otro suceso no tan grave pero no menos importante fue el accidente que sufrió la actriz  y pareja de telenovelas del fallecido actor, Rebeca Montenegro. No están claras las razones del choque pero les tenemos en exclusiva el video en el momento en que el vehículo impacta con el local, vean.



Así comenzaban las noticias de farándula en el noticiero vespertino del canal de la competencia. En las redes sociales especulaban que los dos sucesos están relacionados y querían eliminar a la pareja por alguna razón, de hecho son tendencia.



Rebeca ya estaba en casa y recibiría terapia por su rodilla. Ricardo le puso un par de escoltas para que la vigilaran aunque no podía salir de casa aún.



Victor estaba en la oficina que se encuentra al fondo del restaurante donde se manejan todas las empresas y negocios de Ricardo. Su asistente hablaba con un familiar de la persona que resultó herida en el choque que provocó Rebeca. Ricardo correría con todos los gastos médicos para evitar una demanda, aunque no estaba planteado por parte del involucrado.



Mientras firmaba no podía concentrarse, se pasaba continuamente las manos por la cara pensando en la muerte de Antonio, sabía que Carlos estaba involucrado en el crimen, no tenía que esperar que el escolta se lo dijera, pero Carlos apareció en la oficina.

Abrió la puerta y lanzó al escritorio una bolsa al vacío. Victor al ver el paquete abrió los ojos y se echó para atrás vomitando en el piso. Era la cabeza del actor.

–¿Ves? Otro menos que no nos va a molestar en nuestra relación.

Victor se levantaba de la silla sorteando el charco que había dejado en el piso, el dolor de cabeza lo estaba matando.

–¡Estás completamente loco! ¿Cómo se te ocurre hacer esto? ¿Qué tienes en la cabeza?

–Sí estoy loco, pero loco por ti, te amo. -Se le acercó y le dio un beso en la boca. Victor no se movió.

Carlos se separó relamiéndose. –¿Quién te va a besar así luego de vomitar? Solo alguien que te ama y yo te amo.

–¡BASTA CARLOS BASTA! Cerró los ojos y se calló, salío de la oficina. –Cristina, puedes irte a casa yo termino aquí y nos vemos mañana.

–Si señor, ¿necesita algo más antes de irme?.

–No tranquila, cierre todo.



Regresó a la oficina y Carlos le daba vueltas a la cabeza entre sus manos. Victor cerró los ojos.

–Estás enfermo, eres un asesino, un psicópata.

–¡Coño, te estoy haciendo un favor! ¿y así me lo agradeces?

–ES QUE YO NO TE PEDI NINGUN FAVOR NI QUE MATARAS A NADIE, LLEVAS TRES MUERTOS, TREEES MUERTOS CAAARLOS.

–COÑO PERO POR LO MENOS DIME GRACIAS MI AMOR, NO JODA TODO ESTO LO HAGO PORQUE TE AMO Y TU SOLO ME RECLAMAS.

–Es que yo no te amo. –Dijo eso y una sensación de que sería su último día en la Tierra le recorrió el cuerpo. Carlos sacó el arma y la cargó poniéndosela en la frente a Victor.  Cerró los ojos y bajó el arma.

–Como te voy a matar a ti si eres la persona que amo. ¿Qué tengo que hacer? ¿Mato a Ricardo para que ya no ames a nadie solo a mi?

–No, no mates a Ricardo, lo que quiero es que desaparezacas de aqui porque soy capaz de  denunciarte  a la policía.

Carlos se le acercó y volvió a besarlo en la boca. –Quiero hacerte el amor y te prometo que me desaparezco, anda quiero tenerte de nuevo, eres el hombre que más he amado en esta puta vida por favor, por favor, por favor. Le hablaba a escasos centímetros de la boca de Victor. –Compláceme en eso, por favor, por favor. -Lo besó de nuevo.



A Victor le temblaba el cuerpo pero no puso resistencia cuando Carlos comenzó a desvestirlo. Cayó el pantalón al suelo y el escolta le bajó el interior y lo volteó bajándole la espalda al escritorio.

Mojó su pene con saliva y, con la mano humedecida se la pasó entre las nalgas a Victor y repitió escupiendo en su mano. Poco a poco fue penetrándolo mientras apretaba su pene. Victor lloraba pero no estaba tenso, cerraba los ojos cada vez que sentía como entraba un poco más el pene dentro de él.

Lo introdujo por completo y lo sacaba hasta la mitad para volverlo a meter, deslizaba sus manos por la espalda de Victor. Abrió por completo  las nalgas de Victor y comenzó a empujar con más fuerza. Sonó el celular de Carlos y se detuvo para agacharse y contestar.

Antendió y volvió a penetrar a Victor.

–<Jefe, dígalo>

–<Necesito que te vengas para cuadrar los escoltas, ¿dónde andas?>

Carlos se movía metiendo y sacando su pene mientras hablaba.

–<Estoy en un asunto importante pero lo resuelvo y voy para allá>

–<Rápido>

–Era tu amiguito, el amor de tu vida, el que nunca te va a coger así como te cojo yo. –Comenzó a darle con más fuerza y más rápido. Lo cogió por los hombros apretándolos y descargando todo su semen dentro de Victor.



Sacó el pene y se subió el pantalón y el interior. Victor hacía lo mismo, tenía los ojos hinchados de tanto llorar mientras Carlos lo penetraba.

–No me gusta verte así, deberías estar feliz que alguien te ama, quiisiera ser correspondido. Yo sé que lo que haga por ti no va a hacer que te lances a mis brazos pero igual me voy a echar al pico a Ricardo, porque lo amas y porque es un imbécil y le pega a las mujeres.

–Ah ok, bueno, tú por lo menos las matas.

Carlos le agarró con fuerza la barbilla. –No me importa que no me ames, me basta con amarte yo y eso no va a cambiar nunca, ¿tu quieres que me aleje? Me alejo pero no te vas a librar de mi. -Se fue



Victor cogió su celular y llamó a Ricardo.

–<Ricardo ¿cómo estás? Por favor cuídate, cuidate, se que tienes escoltas pero cuídate>

–<Marico, ¿qué pasa, pasó algo?>

–<No, no, pero tú eres empresario y concejal, con dinero e influencias, tienes enemigos, cuídate la espalda>

–<Ya, ya si, tranquilo, deja los nervios mariquito, nos vemos mañana>



Francisco Cáceres llegaba al colegio donde estudia Teodoro unos minutos antes de la salida.

–Vengo a buscar a Teodoro Sucre.

–Disculpe ¿quién es usted? No lo tenemos registrado en los autorizados, solo sus padres, abuela y el padrino.

–Ah caramba, pero Rebeca me dijo que pasara hoy, que iba a llamar aquí está mi cédula, tome, mire a ver si me anotaron.

La coordinadora regresó y le dijo que no había ninguna autorización.

–Que broma, déjeme llamarla y se la paso para que de la autorización.

Francisco comenzó a marcar pero la maestra lo detuvo y fue a buscar al chico.

–Lo anoté en el libro de enlace para que la madre esté al tanto y lo anotaremos en el colegio.

–Perfecto no hay problema, tome mis datos y mi número.



-¡Hola campeón! ¿Te acuerdas de mi?

–Hola…si…usted es el del centro comercial…que me llevó con mi mamá.

–Exacto, cónchale te acuerdas, bueno nos vamos de paseo y a almorzar, ¿quieres?

–Si. ¿Tu eres amigo de mi mamá?

–Bueno, más que eso, soy tu papá.



Rebeca llegaba 10 minutos tarde al colegio con el chofer y el escolta. La coordinador le comentó lo sucedido y lejos de sorprenderse, Rebeca se lo tomó tranquilamente. Le dijo al chofer para regresar a la casa.



Ya en la tarde las redes sociales volvian a encenderse, esta vez era Ricardo Sucre. La gente comenzaba a sospechar que se trataba de una conspiración para desaparecer a esa familia.



<<Aparece decapitado en su carro el empresario y concejal Ricardo Sucre. El sospechoso lleva tres personas que asesina de la misma manera. Un asesisno en serie que todavía no se sabe nada de él.>>

sábado, 25 de noviembre de 2017

INQUEBRANTABLE 3. Capítulo 13


Tocan con fuerza la ventanilla del vehículo. Era el vigilante que intentaba despertar a Rebeca dormida dentro de su carro.

De un brinco la actriz levanta la cabeza del volante y ve al vigilante que saluda y se aleja sabiendo que está bien.

Rebeca se quita el sudor de la cara con sus manos y busca una toallita húmeda en su cartera, todo le da vueltas. Se ve al espejo. –Estoy terrible, ¿a dónde es que voy? Ah al teatro. –Se da dos cachetadas para desperatarse y enciende el carro.





Ricardo salía del Concejo Municipal para ir a uno de los restautrantes para ver unas facturas y de ahí a la clínica a ver a Ana que ya estaba recuperada.



–Ya me dan de alta mañana.

–Bueno cuando estes lista te vienes a casa y comienzas a trabajar. Teodoro te extraña

–Ta lindo, ¿pero tu esposita querrá que yo esté ahí?

–Preocúpate por otras cosas, no por eso, ella no tiene ni voz ni voto.

–¿Cómo trata al niño?

–Ha mejorado un poco porque la tengo en la mira pero lo hace por eso, no porque lo quiera, que manera de rechazar a alguien que vino de ti.

–Una mala madre, si no quería ser madre, es tu culpa, tú casi que la obligaste.

–Ah bueno, ahora me salió regaño. Mosca porque como sigas con los reclamos te boto.

–¿Y que tengo que hacer para contentarte?

–Tú sabes lo que me gusta. -Fue a la puerta y le pasó el pestillo y regresó mientras Ana bajaba la cama hasta llegar a la altura del cierre del pantalón.

Bajó el cierre y metió la mano. –No traes interior. -Se sonrió, sacó el pene aún flácido y lo metió en su boca sintiendo como iba creciendo.

–Tengo días que no me cojo a nadie y menos a la cuaima y no me he hecho la paja así que estoy cargadito. -Le puso la mano en la cabeza y se la movía para que se tragara todo su pene.

Ella lo miraba mientras le hacía sexo oral y él se mordía el labio inferior.

–¿Quieres leche? Estoy a punto de venirme… ahí va.

–Mmmmm, mmmmm, mmmmm –Era lo que se escuchaba de Ana que recibía el semen e iba tragando aquella abundante descarga.



_________



Rebeca ya había rozado el carro con un bolardo de la calle mientras manejaba hacia el teatro. En un segundo cerró los ojos y el carro se montó en la acera y siguió andando hasta estrellarse con una farmacia que está a pie de calle. El carró traspasó la pared de vidrió, se llevó una caja, dos estantes y cuatro personas, una de ellas herida con el golpe.



Gente corriendo, curiosos y una patrulla de policía que estaba cerca, llegó al lugar del suceso al escuchar los ruidos y gritos.

–¡Esa es la actriz! –gritaba una de las mujeres que se acercaron para ver que sucedía pero en ese momento nadie advertía de esa afirmación.

Llegaron los paramédicos, los policías revisaban sus pertenencias para poder llamar  a alguien.





Yolanda, la madre de Rebeca, llegaba a la clínica donde había autorizado llevar a su hija. Está acompañada de Catire y la niña, la otra hija de Rebeca.

La prensa también había llegado, se había filtrado que una actriz había tenido un aparatoso accidente y en estado de embriaguez.



Ricardo hacía acto de presencia luego de saber lo sucedido, por Yolanda. La prensa lo asedió.

–Concejal ¿se confirma entonces que es su esposa la que está ingresada aquí, la actriz  Rebeca Montenegro?.

–Estoy llegando y no sé nada, no sé si es mi esposa.

–¿Pero quien le avisó? ¿Tiene algún indicio? ¿hay otros heridos?

Ricardo siguió de largo junto a sus escoltas.



–¿Cómo está? Se sabe algo?

–No han dicho nada, pero lo que se rumora es que estaba borracha y al parecer hay heridos.

Ricardo vio la niña que cargaba Catire y le entró un calor en el cuerpo, su impresionante parecido con Rebeca era indiscutible.

–¿Para que traen a la niña a esto?

–No teníamos con quien dejarla. -Le dijo Catire con cierta vergüenza.



–Señor Sucre, su esposa va a estar detenida aquí en la clínica para interrogarla, hay una persona herida, ella conducía con un alto grado de alcohol en la sangre.

–Entiendo, ¿pero ella está bien?

–El doctor informó que tuvo un golpe fuerte en la rodilla y la están operando. -Le comunicaba el policía encargado del caso.





Ricardo se alejó del grupo de gente e hizo una llamada.

–<Victor habla con el fiscal del caso y que detenga todo y saquen a la policía de la clínica>

–<No es tán fácil Ricardo>

–<Coño Victor, por dinero no te detengas, paga, lo que sea pero no quiero que este peo trascienda>

–<Ya me pongo en eso>



Un par de horas más tarde, Rebeca estaba en recuperación, la policía se había ido y alguno que otro periodista quedaba en la zona.

Ricardo  le dijo a Catire que hablara con ellos, le dijo lo que tenía que decir exactamente, ni más ni menos.



Ricardo llamó a los dos periódicos más importantes del país para que la noticia la manejaran con total discreción, igualmente habló con Gonzalo Cienfuegos Jr. para que diera la orden en su canal y en el periódico.

–<Vaya y tu mujercita se reunió conmigo para que la contratara en el canal de nuevo, que quiere un protagónico>.

–<¿Cuándo fue eso?>

–<Hoy tempranito, pero bueno, después de esto no creo que pueda, tendrá que recuperarse>

–<¿Y tú accediste? Tú papá la vetó del canal>

–<Tú sabes que ya el viejo no toma decisiones aquí, ahora estoy yo y bueno sabes que tu esposa tiene sus armas para convencer a cualquiera>

–<¿A que te refieres?.

–<Tranquilo Sucre tranquilo, la noticia del choque se va a tratar con total discreción, no garantizo lo que digan en otro canal, trataré de evitar amarillismo por parte de ellos pero escapa un poco de mis manos>

–<Gracias, tenemos una reunión pendiente con tu papá>

–<la reunión la vas a tener conmigo, habla con mi secretaria>



Ricardo cerró la llamada con la rabia que lo consumía por dentro. –Esta puta se acostó con el mamaguevo este. -Se fue a encontrar con su suegra.



–¿Sabías que la puta de tu hija se acostó con Cienfuegos Junior?

–No me extraña, está desesperada por entrar a la televisión de nuevo. Te lo diiiije, que le tuvieras la correa corta pero tú como ella, piensas con la entrepierna.

–La voy a matar.

–Aprovecha que está convaleciente y la rematas.

Ricardo vio a Yolanda con rabia y cerró los ojos.

–Era un comentario yerno, relájate. ¿viste por ahí a Catire? Me dejó a la niña y se fue.

–Está en el cafetín.



Yolanda se fue con la niña al cafetín y vio a Catire sentado con una chica más o menos contemporánea a él, se reían y ella le ponía la mano en su brazo. Yolanda se acercó.

–Buenas noches ¿interrumpo algo?

–Yolanda, mira Karina ella es mi…

–Su futura esposa niña, que te quede claro, ahora levántate y vete de aquí.

Catire le hizo un gesto a la muchacha para que se retirara le dijo que la llamaría luego.



–¿Quien es esa golfa?

–Una amiga Yolanda, es productora del canal.

–Mmmmm una amiga, ten cuidado hasta donde llegas con esa amiga. Toma a tu hija, no soporto que me la encasquetes.

–Es tu nieta

–Si, no mi hija, encárgate tú de ella, ponle una nana no quiero saber de ella.



–¿A qué hora nos vamos?

–Te vas tú, si quieres te quedas en mi casa, yo me quedo con Rebeca.



Catire se fue con su hija al apartamento de Yolanda y se llevó el carro  de ella con la promesa de buscarla mañana por la clínica. Yolanda recibió  la llamada de su asesor de negocios y contador para darle noticias de la empresa que manejaba y donde tiene acciones, una empresa que le dio su yerno para que dejara de pedirle dinero.



–<Los socios no quiern venderte las acciones, no quieren que tengas el dominio de la empresa y mira que negocié>

–<Vaya, ¿será que tengo que tomar medidas extremas?>

–<¿Ofrecemos más dinero?>

–<No, algo más contundente haré, hablamos ahora estoy con mi hija> Se fue a la habitación de su hija.



Ricardo estaba con Rebeca en la habitación hablando con ella, le acariciaba el cabello.

–Te saqué de tremendo peo y en tiempo record, y dale las gracias a Victor que movió ese culo. Solo tienes que rendir declaraciones en la policía pero eso es una formalidad.

–Gracias. Ahora no podré actuar hasta que me recupere, la obra la hará otra actriz, que arrechera.

–Ya me enteré que fuiste a jalarle bola a Cienfuegos junior. Eres tan pero tan puta que te acostaste con él para conseguir un contrato en el canal que te botó.

Rebeca comenzó a ponerse nerviosa, sabía que en cualquier momento iba a recibir una golpiza de las que ya está acostumbrada.

–Yo….Ricardo…eso no…yo..hablé con él..pero…yo no me….lo que te haya dicho…es mentira.

Ricardo se le quedó mirando fijamente pero ella no aguantó la mirada, él se sonrió.

–Estás demasiado jodida para darte la coñaza que mereces. Te lo he advertido miles de veces pero no haces caso parece que te excita que te pegue, voy a tener que hacer otro tipo de castigo a ver si obedeces. Mira, ahí llegó tu madre que se va a quedar contigo, yo tengo miles de peos que resolver y cuidar a nuestro hijo.





Yolanda despidió a Ricardo y le comentó lo de la empresa. –Lo que tú decidas con eso te apoyo, sabes que cuentas conmigo.

–Ya decidí y pronto te enterarás, chao, descansa.



–Ay hija mia a veces pienso que tu padre es el vigilante del edificio donde viví cuando me casé, no sé de donde saliste tan bruta, bruta.

–Lo de puta si sabemos que salí a ti, mamita querida.

Yolanda se alejó de la cama y fue al baño.



–TU MARIDO YA SABES QUE TE TIRASTE A CIENFUEGOS HIJO, SUPONGO QUE YA TE LO SOLTÓ.

Salió del baño.

–Se lo tomó bien porque de momento solo tienes la rodilla jodida.

–Me amenzó con hacerme otras cosas si no obedecía, ese tipo me va a matar.

–Bueno yo le daré algunas ideas a ver si coges el carril.



Tres días después ya Rebeca estaba en su casa usando muletas y comenzaría la rehabilitación, la prensa la perseguía por todos lados pero ella evadía la pregunta o solo sonreía y decía que ya estaba bien.



Recibió una llamada de la compañía de teatro, le dieron dos noticias

La primera era que su contrato se mantenía intacto, aunque su personaje lo esté haciendo otra actriz pero en 15 días regresaría.

La segunda noticia la dejó helada.

viernes, 24 de noviembre de 2017

INQUEBRANTABLE 3. Capítulo 12


Rebeca había cruzado el pasillo que divide las dos torres de MegaVisión para ir al despacho del futuro presidente del canal de televisión.



–Pasa, ¿tú eres…Rebeca Montenegro, cierto? No te recuerdo mucho.

Pendejo, como si no supiera que me tiré al papá. Trabajé en este canal por casi 4 años siendo la estrella y la que les facturó mucho dinero con tres de mis novelas.

–Claro, como olvidarlo, que cabeza la mía. ¿Y a qué vienes? ¿reenganche?.

–Quiero trabajr de nuevo para esta empresa, protagonizar, quiero un contrato de exclusividad como antes.

–Vaya, no pides nada. A ver, te cuento los contratos de exclusividad ya desaparacieron, no es rentable, te contratamos por proyecto y ahí se ven los beneficios extras mientras dure el contrato.

–Bien, ¿dónde firmo?

Gonzalo Jr. se rió mientras firmaba varios documentos que ocupaban todo su escritorio.

–Con calma muchachita, eso no es así, llegar y firmar, tengo actrices ya listas para potagonizar las siguientes tres novelas y una serie.

–Estoy dispuesta a hacer lo que sea con tal que me contraten.

–Si, ya me dijeron de lo que eres capaz.



Gonzalo tomó su chaqueta y le hizo un gesto a Rebeca para que se levantara y se fuera con él, tomó las llaves de su camioneta y se retiraraon de la oficina.



–¿Dónde vamos? -Preguntó Rebeca un poco nerviosa.

–Dijiste que esás dispuesta a todo, vamos a que me demuestres eso.



Llegaron a la urbanización Altavista, al edficio donde vive Gonzalo. Un enorme penthouse de su propiedad dominaba a lo alto del edificio.

Un apartamento amplio decorado en gris muy claro con toques de colores en algunos muebles donde predominaba el blanco y gris.

–Hermoso el penthouse.

–Se lo compré hace años a tu esposo, tú no habías ni aparecido.

–Vaya.



Mientras Rebeca mira la vista desde la terraza que daba a la imponente montaña, Gonzalo sacaba de una gaveta del mueble de la sala unos objetos.

–Vamos a taparte un momento los ojos.

–Ya va..yo…

–Shhhh…calladita, pon tus brazos en la espalda y junta tus manos.



Dos chasquidos y sus muñecas quedaron amarradas a unas esposas.

–¿Qué me vas a hacer?

–Sigues hablando y voy a tener que taparte la boca.

–No me vayas a violar por favor, yo solo quiero…



Gonzalo le puso una mano en la boca haciendo presión.

–Te dije que te callaras



Le desabotonó la blusa, se la quitó y luego el sostén.

–Buenas tetas, operadas. –Las tocó apretándolas cada una. Le desabrochó el pantalón y luego le quitó los tacones, le vio la ropa interior, era un hilo de encaje. Metió su mano en la entrepierna y pasó sus dedos por entre los labios de la vagina.

–La tienes depiladita. -Empezó a jugar con su clítroris y sentía como Rebeca comenzaba a lubricar.

Se quitó la ropa quedándose en interiores, acercó su mano a la nariz para sentir el aroma de la chica.

–Hueles rico, hueles a sexo. –Le tocaba las nalgas y las abría. –Todavía las tienes firmes, te cuidas, como se ve que quieres trabajar en una novela, sabes de que trata todo esto.

–Estoy preparada.

Le agarró la barbilla con fuerza. –Te dije calladita.



Su interior estaba tenso por la erección, se lo quitó y empujó a Rebeca al sofa quedando boca abajo. –Quédate así.

Buscó lubricante y se echó en el pene y derramó otro tanto entre las nalgas. Se acercó a la chica y, sin preámbulo, la penetró por detrás lo que hizo que Rebeca gritara por el dolor.

Gonzalo le volvió a tapar la boca.

–Cálllate y aguanta.

Rebeca estaba tensa y apenas iba entrando el pene, pero Gonzalo volvió a empujar y otro gemido ahogado se colaba entre los dedos.



Tumbados en el sofá, ella aprisionada contra los cojines, él moviéndose con agilidad y fuerza, la tomó del cabello e hizo más presión contra ella.

Rebeca gemía aguantando el dolor. Gonzalo comenzó a darle un poco más rápido, el clímax estaba a punto.

Tres gruñidos fuertes junto con un apretón del cabello, Gonzalo se descargó dentro de ella para luego soltarla y levantarse.

Rebeca se quedó tumbada mientras Gonzalo le quitaba las esposas y el pañuelo negro.



–Ve a ducharte en ese baño.



Rebeca adolorida se levantó y se fue al baño. A pesar de dolor, estaba contenta pues sus objetivos se estaban cumpliendo.

Salió del baño vestida y secándose el cabello.



–Wao, no sabía que eras así de salvaje.

–Eso no es nada chiquita, eso apenas es un abreboca, otro día te muestro los verdaderos juguetes.

–Que bien, bueno, ¿cuándo paso por tu oficina para firmar  el contrato?

–¿Perdón?

–Bueno, ¿no quedamos en eso? Yo me acostaba contigo y firmábamos el contrato.

­–Yo no dije nada de eso, yo te dije que te vinieras conmigo para que me demostraras que estabas dispuesta a todo. Ahora ya se que eres capaz de todo ya te puedes ir, cuando quieras me llamas y te invito a mi cuarto de juguetes.



Rebeca estaba entrando en un estado de histeria que trataba de controlar.

–Yo me acosté contigo para hablar de mi ingreso al canal, creí que lo había dejado claro en la reunión.

–Si hablamos de eso, pero te comenté que ya tenemos la nómina copada. Me gusta tu aguante, sé que puedo hacer otras cosas más salvajes contigo. Bueno deja la toalla ahí y vete que tengo cosas que hacer.

–Pero Gonzalo yo…

–Adiós, estaremos en contacto. –Gonzalo desnudo, le abrió la puerta del penthouse y la vio salir.



Se montó en el ascensor y comenzó a gritar. Las lágrimas le salían solas. Vio el reloj, era casi la una de la tarde, tenía que buscar a Teodoro.

Llegó al colegio, la maestra estaba con el niño esperando.



–Señora Sucre, tenemos que tener una reunión con usted y el señor Sucre para hablar sobre el niño, está teniendo unas actitudes un poco violentas para su edad y es de un tiempo para acá.

–Ay mire maestra yo no tengo tiempo para esas estupideces si quieren envien una carta a su padre y que él se encargue, monte al carajito en el carro que me tengo que ir.

–Pero señora su hijo….

Rebeca cerró los ojos y suspiro. –MONTE AL CA RA JI TO EN EL CARRO POR FAVOR.



La maestra montó al niño y Rebeca aceleró saliendo a toda velocidad del estacionamiento del colegio.

–A veces te odio mamá.

–Somos dos mijito, hoy tuve un muy mal día no termines tú de echarlo a perder.

Dejó al niño en a casa y salió de nuevo, iba al club.



Cinco de la tarde y Rebeca seguía en el club con sus amigas, ya habían consumido cinco botellas de vino.

Sonó su celular. –Aaaay es mi marido, hoy me sale coñaza por estar borracha y no estoy con mi hijo jajaja que raro suena esa vaina, “mi hijo”.

–<Aloooo esposo mio>

–<Estás en el club y borracha…de nuevo>

–<Bingo adivinaste mi amoooor. Te espero aqui para que me golpees o espero a llegar a casa jajajaja>.

–<Tranquila, sigue ahí>



Colgó la llamada.

–Maricas si mañana no respondo celular es que estoy hospitalizada o muertaaaaaa jajaja la coñaza no va a ser normaaal.

–Estás loca bruja, yo creo que a ti te gusta que te golpeen.

–Maaaaricaaas yo se que estoy monotemática pero coño el hijo del viejo coge divino loca, es como un animal tirando, tiren con él, es un patán pero en la cama es un toro.

Vovió a sonar el celular.

–Como sea Ricardo de nuevo lo mando pal carajo, a ver, coño…no leo. –<aló>

–<Rebeca es Damian, mira ¿sabes algo de Antonio? Ya debería estar aqui en el teatro hace dos horas y no aparece por ningún lado>

–<¿Y que coño voy a saber yo? Él no trabaja en mi obra, ¿a mi me toca hoy? Yo voy ahora, termino aquí y voy.

<¿Estás borracha?>

–<¿Borracha? No…lo siguiente jejeje estoy PEEEEAAA, espérenme>



–Maricas me tengo que ir, tengo obra.

–Pero si no puedes manejar ni un triciclo de juguete bruja.

–Claro que puedo, he manejado en peor estado y he llegado.



Llegó a su carro, se sentó y se quedó dormida apoyada en el volante.