jueves, 2 de noviembre de 2017

INQUEBRANTABLE 2. Capítulo 11


Rebeca llegaba a su casa relajada y feliz de estar completamente sola.

Se quitó todo hasta la ropa interior para colocarse una bata que usa de piyama, buscó un pote de helado y se puso a ver televisión.

Su celular sonó. Era un mensaje de Ricardo.

<<¿Mi amor como estás, como esta mi pequeñito?>>

–“Mi pequeñito” guevón, no es tuyo. –Le respondió. <Bien amor, durmiendo yo viendo tele, ¿tú como estás?.

Su celular sonó, llamaba Catire.

<<Hola chama, ¿cómo está  Teodoro?

<<Hola, no sé, yo me vine a mi casa>>

<<¿Pero tú te volviste loca?, ¿cómo te vas a ir y dejar a tu bebé solo?>>

<Ay chico, no está solo, y hay médicos y enfermeras que lo están atendiendo>>

Catire colgó la llamada y salió de su casa. Se fue directo a la clínica.





<<Yo estoy bien, regreso pasado mañana, mañana regresa Ana a la casa, sé amable con ella>>

<<Ay mi amor eso es imposible, buenas noches>>



_________



Yolanda hablaba con el médico. El niño no podía llevéarselo hasta que llegara su madre.

–Yo soy la abuela Nestor, ¿cómo no vas a dármelo?

–Pero que venga tu hija. Rebeca es la madre además tiene que firmar el egreso para lo del seguro.

Llegaba Catire. –Yolanda, epa ¿y el niño? ¿dónde está? ¿está bien?

Yolanda lo vio a los ojos con extrañeza, Catire estaba nervioso.

–¿Me lo puedo llevar doctor?

–Ya va, ya va, ya va, mira carajito ¿acaso tú eres el papá de este niño para que estés con esa angustia? –Catire no le hizo caso al comentario y siguió hablando con el doctor que le volvio a decir que no podía llevárselo. Yolanda le recorrió un frío en la columna pensando que lo que le dijo a Catire pudiera ser verdad.



Luego de tanto hablar y suplicar le entregaron el bebé a su abuela. –Yo te acompaño. –Yolanda no le respondió pero ambos se subieron en sus respectivos vehículos y fueron a la casa de Rebeca.





Mientras Catire estaba en la habitación dándole el tetero a Teodoro, Yolanda estaba en la cocina con su hija.

–Así que Teodoro es hijo de Catire, ¿hasta cuándo ibas a ocultarmelo?

–¿Qué es eso? ¿tas loca? -Rebeca soltó una carcajada.

–Estaba muy preocupado por tu hijo… no entiendo.

–Teodro es hijo de Ricardo, este que llevo en la barriga es de Catire.

Una bofetada fuerte le volteó la cara a Rebeca, a lo que ella se la devolvió a su madre.

–NO TE VENGAS A DAR DE MUJER DIGNA OFENDIDA PORQUE TU TE TIRAS A MI ESPOSO.

–¿Cómo es la vaina? –Entraba Catire a la cocina que escuchó la conversación

–Ah bueno, ahora viene este de hombre cornudo herido.

–Catire, mi mamá sabe todo.

–¿Pero tú eres tonta? Verga chama ¿y ahora?

–Ahora te vas Catire, luego tú y yo hablaremos.

Yolanda se quedó a solas con su hija.



–¿Tú te imaginas que yo le cuente a tu marido que ese hijo que esperas no es de él?

–¿No serás capaz? Me jodes la vida.

–La golpiza que te va a dar vas a perder el niño y quien sabe si la vida.

–¿Y tú quieres, deseas que eso ocurra?

–Ay hija es que tú eres brutica, las cosas que te pasan es porque no las piensas. Yo solo te advierto, tengo ese as bajo la manga.

–Vete de aquí, vete, vete, vete.





La voy a matar, la tengo que matar.





Ricardo llegaba de su viaje y lo primero que hizo fue ver a su hijo, lo cargó, le hizo cosquillas, le soplaba la barriga y luego le dio de comer. Ana se acercó a él y le dio un beso en la boca. –Ojalá si fuéramos así, una familia, de verdad.

–Estoy casado reina, tú eres mi amante y muy buena cama.

–Yo quiero ser algo más que tu amante.

–Mi reina, eres una chamita, vive tu vida, enamórate, sal, tira con hombres o mujeres , lo que te guste, no estés pensando en casarte. Voy al despacho a hacer unas cosas y esperao a la cuaima.



Encendió la computadora y buscó la grabación de las cámaras que puso en su habitación  y en la de su hijo.

Apretaba la mandíbula, su sien palpitaba, de un manotón lanzó la computadora al suelo.



Llegaba Rebeca del canal y lo primero que vio al entrar fue a su esposo, se acercó a él y le dio un beso en la boca. –Bienvenido mi amor. Él respondió al beso y se la llevó al estudio tomándola del brazo.



La puso delante de él frente al escritorio y la empujó acostándola en el mesón. Con la fuerza que le daba la rabia contenida le bajó el pantalón y su ropa interior. –¿Qué haces?

–¿A ti no te gusta que te cojan por el culo? Bueno, a eso voy. –Y sin contemplación y de una vez, la penetró con rudeza, la tomó del cabello y empujaba, su bajo vientre golpeaba con el borde del escritorio, el dolor era grande y, cada vez empujaba más duro mientras la actriz gritaba, a pesar de eso ella pensaba en que esa violación le provocara el aborto. Ricardo le sujetó con más fuerza el cabello y seguía empujando.

Retiró el pene, había sangre.



Ricardo, respirando con dificultad miraba el cuerpo inmóvil de Rebeca, ella lloraba, él la volteó levantándola. Un golpe con el puño cerrado impactó en la mandíbula tumbándola en el piso desmayada.

La servidumbre afuera estaban impactados pero no decían nada.

–Llamen a una ambulancia

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