Como le había prometido Ricardo a su hijo,
se fueron a la playa la familia. Invitó a Victor que fue con el actor Antonio
Reverte.
–<Sabías que tenía el día libre y no me
dijiste a mi para ir a la playa, te vas con un amigo>
–<Bueno Carlos no te ibas a venir con
Ricardo para la playa>
–<Bueno guevón hay más playa, podíamos
ir a otra>
–<Ricardo me invitó>
–<Y tú mojadita>
–<Bueno ya, que yo no soy nada tuyo no
joda y ahora no puedo hablar, chao>
Carlos le palpitaba la vena de la sien de
la rabia que sentía. Lanzó el celular contra la pared partiéndose la pantalla.
–Papiiiii, me quiero meter al agua.
–Espera que voy contigo.
–Yo sé nadar.
–Si pero el mar es traicionero, ya va.
Ricardo buscó una cerveza y se metió al mar
con su hijo.
–Voy a caminar, ¿quieren venir?
–No mi amor, yo me quedo tomando sol, vayan
ustedes. –Le decía Rebeca a Victor. Antonio se quedó con Rebeca.
–Verga pero Ricardo te tiene de pera de
boxeo, tienes morados por todos lados.
–Estoy harta Antonio, harta.
–Divórciate de ese animal.
–No tengo dinero, el teatro no me deja
mucho dinero y quiero ser independiente, Ricardo me da dnero, mucho pero se me
acaba y no me da hasta el mes siguiente. Voy a reunirme con el viejo
Cienfuegos, quiero hacer novelas.
–¿Vas a hablar con él?
–Y si hay que tirar lo haré.
Mientras Ricardo jugaba con Teodoro en el
mar, Victor caminaba por la orilla y de nuevo hablaba con Carlos.
–<Vas a tirar con ese marico,
verdad?>
–<Coño Carlos, pareces mi marido, deja
la preguntadera, no voy a tirar con él pero si se da lo hago, nada me lo
impide>
–<Coño de tu madre, ¡no me digas esa
vaina coño! Ese imbécil que no te ponga una mano encima porque lo mato>
Victor se estremeció y recordó lo de su
esposa, cerró los ojos y con una voz más calmada volvió a hablar con Carlos.
–<Carlos, por fa, no te pongas a sí
vale, yo no tengo nada con Antonio, si, tiré con el pero eso fue hace tiempo,
yo no tengo nada con él y no quiero tener nada con él>
–< Pero me acabas de decir que tirarías
si se da el chance, coño, haz el amor conmigo marico, no te acuestes con él>
–<Tranquilo rey, hablamos luego y nos
vemos mañana, un beso>
Victor regresaba al toldo, Ricardo salía
del agua agotado y Teodoro feliz.
–Anda con tu mamá a caminar campeón, yo me
voy a acostar. ¿Ustedes quieren cerveza?
–Me da flojera caminar ahora.
Ricardo se acercó a Rebeca y la levantó de
la arena tomándola con fuerza del brazo.
–Te vas con tu hijo a caminar y punto ¿ok?
No tengo ganas de pegarte delante de todo el mundo. -La soltó empujándola. Se
fue a caminar.
–Mami ¿por qué papá te pega tanto?
–Porque es un animal, y la mayoría de las
veces es por tu culpa.
–¿Tú me quieres?
Rebeca no responde y siguen caminando.
–Allá donde fuiste a caminar hay un
bosquecito donde podemos hacer cosas. ¿vamos?
–¿Trajiste condones?
–Siempre. ¿le damos?
Victor le dijo que sí, terminaron de tomarse
la cerveza y dejaron solo a Ricardo que se tumbó en la arena para tomar sol.
Mientras caminaban rumbo al bosque vieron a
Rebeca y a Teodoro en el malecón, ella tomándose selfies, el niño lanzando
piedras.
Llegaron al bosque y entraron. Habían
personas caminando como buscando algo o alguien, al voltear a la derecha en un
hueco entre dos árboles habían dos hombres, uno de ellos de rodillas haciéndole
sexo oral al otro que le apoyaba su mano en la cabeza. Victor y Antonio
cruzaron hacia otro lado y se internaron más donde había otra pareja que tenían
sexo. Lo penetraban de rodillas en la arena. Antonio ya evidenciaba una
erección.
–Aquí, dale bájate el bermuda.
Victor despegó el velcro del bermuda y
deshizo el nudo para luego dejarlo caer.
Antonio se agachó y comenzó a hacerle sexo
oral mientras lo veía a los ojos y sonreía.
–¿No te da miedo que te reconozcan?
–¿Me ves preocupado? -Pasaba la lengua por
el glande.
Seguía introduciendo el pene en su boca y
lo bañaba en saliva. Se acercaba un muchacho, caminaba despacio estudiando el
comportamiento de ambos si lo dejaban llegar. Llegó y Victor le hizo un gesto
para que también le mamara el pene. Se agachó.
Esperó a Antonio que dejara libre el pene
para el comenzar pero el actor primero lo besó y luego mamarlo juntos mientras
sus lenguas se cruzaban. El pene brillaba con la cantidad de saliva.
Victor excitado se aferraba a los cabellos
de ambos. Antonio levantó la mirada y Victor le hizo señas para que se
levantara y penetrarlo.
El abogado se puso el condón mientras
Antonio se colocaba saliva escupiendo en su mano. El muchacho los veía se bajó
el bermuda y comenzó a masturbarse.
–¿Me coges a mi también?
Antonio se puso de rodillas en la arena, lo
mismo hizo Victor y el muchacho que de momento observaba como penetraban al
actor.
Despacio fue introduciendo el pene mientras
el muchacho le abría las nalgas a Antonio y le tocaba los testículos a Victor
que besaba al chico.
–Ponte. -Le dijo al muchacho que se colocó
al lado de Antonio y comenzaron a besarse. Victor retiró el pene del culo de
Antonio para introducirlo en el del muchacho que no aguantaba el dolor que le
producía la penetración y no paraba de gemir.
–Coño, ¡Cállate! – Le dijo Antonio mientras
Victor le empujaba más duro. Volvió a cambiar y el muchacho comenzó a hacerle
sexo oral acostándose en la arena boca arriba. Se metía todo el pene en la boca
y en esa posición pasaba el pene a la garganta
_______
Teodoro estaba de pie mirando el mar
mientras Rebeca chateaba.
–Mami, ¿me puedo quedar aquí? No me quiero
ir todavía.
Rebeca se puso detrás de su hijo, lo miraba
con rabia.
–Mami ¿Tú quieres a mi papá?
Rebeca lo volvió a ver, mientras el niño no
quitaba la vista del mar mientras estaba en una roca al borde del malecón.
Rebeca se acercó y lo empujó.
–Coño, tienen unos culos calientes no joda,
mámale el guevo al carajito, estoy a punto.
Victor penetraba de nuevo al muchacho que
seguía gimiendo aunque Victor le puso la mano en la boca.
–MI HJOOOOO, MI HIJOOOO, SE CAYÓ AL AGUA
AUXILIOOOOOO
Victor al escuchar los gritos perdió concentración
y sacó el pene del culo del muchacho y se paró.
–¿Qué pasó?
–¡Creo que es Rebeca, algo pasó! –Se
acomodaron los bermudas y salieron del bosque dejando al muchacho ahí de pie.
Ya en la orilla había un tumulto alrededor
de Rebeca mientras otro grupo buscaba al niño en el agua. Ricardo corría hacia
donde estaba la gente.
Apareció el niño que venía escoltado por
tres hombres.
–¿Qué pasó? -Preguntaba Ricardo –Soy el
padre.
–Nada su hijo se cayó del malecón pero él
solito salió de ahí nadando, nosotros lo que hicimos fue ayudarlo a subri por
el malecón.
Ricardo abrazó a su hijo, mientras Rebeca
se acercaba llorando.
–Viste papí yo sé nadar.
¿Y tú que hacías que no estabas pendiente
de tu hijo?
–No papi, fue mi culpa, yo estaba brincando
en la roca y mi mamá me decía que parara
pero no le hice caso y me caí. –Teodoro vio a los ojos a su madre que lo veía a
él con odio. Teodoro volteó y abrazó con fuerza a su padre.
–¿Y ustedes dónde estaban?
–Caminando.
–Mmmmm
¿caminando? Tienen cara de haber tirado. –le dijo Ricardo.
Victor se acercó a Ricardo al rato de haber
pasado el incidente.
–¿Caminamos? Quiero hablar contigo.
–Dale, vamos a llevar unas cervezas para el
camino.
–Hoy papá no te va a pegar por mi culpa.
–¿Por qué no te ahogaste en ese mar?
–Tú no me quieres.
Rebeca se dio media vuelta y fue a buscar
algo para comer.
–No te lo he dicho pero los restautantes
van muy bien desde que los llevas tú.
–Yo te dije que no te iba a dejar mal, más
bien deberías aumentar mis regalías guevón, lo que yo me mamo en esos locales
no es normal.
–Lo que mamaste ahora fue guevo parejo con
el actorcito este.
–Que imbécil eres. Sabes que quiero
contigo, entremos aquí, quiero tirar contigo, nadie nos ve.
–Marico ¿tú vas a seguir? No quiero tirar
contigo vale, que verga contigo, deja la guevonada. Coño ojalá mi hijo no salga
marico, porque se pone jeva como tú y lo mato a coñazos.
–Verga
Ricardo ¿que carajo te pasa? ¿Ahora eres homofóbico?
–Ningún homofóbico, no quiero que mi hijo
sea marico, que esté llorando por un macho que no se lo coja ¿que vaina es esa?
¡Que se coja unas cuantas cucas y ya!.
–Acepté trabajar en tus locales para estar
cerca de ti y siempre verte por cualquier razón y tu me tratas así.
–Que vaina. Chamo si quieres renuncias o te
boto y me busco a otro que quiera llevar este peo, pero no me estés machacando
el amor que sientes por mi a ver si yo cedo y te cojo. ¿Tu quieres que yo te
coja y ya? ¿ ese estu peo? Quieres un guevo adentro.
Victor aprovechó la soledad de la playa
cerca del bosque y lo besó en la boca poniéndole las manos en su cara, varios
segundos duró el beso que Ricardo no rechazó.
–Me puedo meter todos los guevos de la
ciudad Ricardo, pero yo quiero es el tuyo y no, no solo quiero que me cojas,
estoy enamorado de ti idiota.
Se fue caminando solo aguantando las ganas
de llorar. Ricardo se quedó parado en la entrada del bosque mirando como se
alejaba su amigo.
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