lunes, 20 de noviembre de 2017

INQUEBRANTABLE 3. Capítulo 8


Se puso sobre Victor introduciendo su pene mojado en saliva, entre las nalgas. Al tenerlo completamente penetrado se acostó sobre él. Comenzó a moverse.

–¿Cómo entraste?

–Tu mujer vivía aquí, le quité las llaves, arrodíllate. –Victor se levantó poniéndose de rodillas, Carlos se levantó para que su pene entrara casi verticalmente, Victor gemía apretando las sábanas.

Carlos seguía moviéndose subiendo y bajando. Victor sentía como entraba y salía el pene de su amante.

–Voy acabarte adentro, ¿no te impora? Me tienes excitado. –Victor no respondió.

Carlos aceleró los movimientos y comenzaba a gruñir hasta que se vino y dio dos gritos mientras acababa dentro del abogado que se mantenía quieto en la cama.

Carlos siguió dentro de Victor aunque este no se inmutaba.

Retiró el pene y Victor se acostó, Carlos se levantó pasando sus manos por la frente quitándose el exceso de sudor.

Se sonrió mientras veía a Victor tumbado en la cama. –Ajá, bien, ¿qué tal?



–Yo debo estar enfermo, loco, me volví idiota o no sé…mataste a mi esposa, me traes su cabeza y la metes en mi carro y yo voy y me acuesto contigo.

–Porque me amas como yo te amo a ti, te quité un peso de encima y ahora podemos estar juntos siempre.



Victor con sus manos tapando su cara y a punto de llorar, botó a Carlos de su casa, mientras él gritaba y le decía groserías –NO TE VAS A DESHACER DE MI, TE AMO GUEVON, TE AMO Y NO TE VOY A DEJAR. –Ya la puerta del apartamento estaba cerrada mientras Carlos gritaba.



________



De nuevo Rebeca ingresaba a la clínica por los golpes que le había propinado su esposo. Ricardo la dejó ahí y se fue al Concejo. Yolanda, la madre de Rebeca la acompañaba en la habitación.



–Definitivamente tú eres bruta, pero bruta, bruta. Te encanta que tu marido te pegue. Como sigas así te va a matar un día de estos.

–Me haría un favor, estoy harta de él del carajito ese, de todo, pero quiero dejarlo sin dinero, sacarle todo el dinero posible y lo estoy haciendo poco a poco.

–Pero no te metas con ese niño, deja que haga lo que quiera, dale plata, lo que pida se lo das.

–¿Y que hago con la perra de Ana?

–Esa niña sigue jodida hospitalizada, capaz quede tonta, más que tú que ya es decir bastante.

–¿Mamá te puedes ir y dejarme en paz? Vete con tu amante.

–Por cierto, tu hija no la soporto, no sé porqué no abortaste, que niña tan fastidiosa y Catire la ama.

–Es el padre y él quería serlo.

–Vamos a contratar un sicario y que mate a los dos niños o por lo menos los desaparezca.

El comentario hizo reir a Rebeca que estaba adolorida. –Hay que apurarse, Ricardo quiere ponerle un escota al carajito ¿tú has visto?

–Me voy a casar con Catire.

–Y después me dices bruta a mi.

–No me quiero quedar sola mi amor, ya tengo 50 años y Ricardo me pasa dinero y tengo sexo con él pero eso no me llena. –Dijo eso y cerró los ojos sabiendo que había metido la pata.

–¿Te acuestas con Ricardo?  Aau, ¿en serio? O sea tu me dices bruta, puta, anormal ¿y tú más o menos que eres?.

–Tampoco te la des de ofendida cariño que tú tienes tu historia. Necesito corresponder la generosidad monetaria ¿cómo crees que mantengo al parásito de Catire, gana dinero haciendo novelas pero tampoco le da para llevar la vida que lleva conmigo.

–Anda vete de aquí, sal, no te quiero ver.



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Se quedaron solos en el baño  aprovecharon para bajarse los pantalones.

–Yo lo vi en la computadora, un video. -Le bajó el interior a su compañero que se quedó quieto.

–¿Y tú? ¿No te vas a bajar el interior?

–Primero te lo hago yo para que veas y luego me lo haces tú.

Teodoro se agachó y dudando, sin saber realmente que hacer se llevó a la boca el pene de su compañerito de clases. Con su boca seca por los nervios, cerraba los labios entre el pequeño miembro, apenas rozando con su lengua. –Ya -dijo Teodoro que se levantó y se bajó el interior.

–¿Ahora yo? ¿que hago?

–Lo mismo, anda.

Entró la luz natural al baño cuando se abrió la puerta. Era el coordinador de prescolar que vio a los niños con el interior y pantalón en los tobillos. Se pusieron nerviosos echándose para atrás y torpemente subiéndose el pantalón.





–Esto es incómodo señor Sucre, pero, su hijo estaba con su compañero Lucas en el baño…tocándose.

–Ajá ¿y cuál es el problema que se toquen? Los carajitos se tocan todo el día, se empujan, ¿para esta vaina me llamaron?

–No señor Sucre, los niños estaban con los pantalones y el interior abajo tocándose…sus partes.

–Coño maestra esa vaina lo hacen los carajitos, se están explorando que dicen, no joda yo me hice miles de pajas con mis amigos del colegio y nos tocábamos, quite esa cara de angustia que no ha ocurrido nada grave, yo pensé que había pasado algo peor.



Entraba la mamá de Lucas. –Buenas tardes disculpen el retraso… ¿Ricardo?

–¿Adela? Coño Adela mi amor, tiempo sin saber de ti. ¿tú eres la mamá de Lucas?

–Si…qué sorpresa. Los ojos le brillaban al ver a Ricardo que se tocaba la entrepierna. La maestra los veía un poco incómoda .

–Perdón, que bueno que se conocen, para comentarles y decirle a ambos.

–Nada Adela consiguieron a los carajitos de guevo agarrado en el baño, eso es todo.

–¡Por Dios! ¡Que no me vaya a salir el niño gay!

–No señora, por favor, es una situación aislada son apenas unos niños de 5 años que no reconoce aún su sexualidad, pero era algo que tenía que comentarle a ustedes.

–Bastante dinero que pago en este colegio para que el niño se me desvíe.

–Adela relájate, tu hijo no sabe a estas alturas si es gay, además eso no lo sabrás hasta más adelante.  –la vio a los ojos y le volvió a hablar.

–Dejamos a los niños en casa y nos vamos a tomar algo para relajarnos y recordar viejos tiempos.

La maestra de nuevo incómoda, tosió y los despidió no sin antes decirles que estuvieran atentos a sus hijos con lo que ven o hacen en casa cuando no los vigilan.

–Hay mucha información; la televisión, internet, tienen que estar atentos por favor.



Ricardo y Adela dejaron a sus hijos en sus casas y se encontraron en uno de los restaurantes del empresario.



–Imagínate eres concejal, me cae como anillo al dedo, necesito agilizar unos documentos con unos terrenos que tenemos en el municipio.

–Dame los datos que yo te resuelvo eso, me pasas un correo con la información y solucionamos. Ahora sin rodeos, ¿vamos a echar una tiraíta?

–Ricardo estoy casada.

–¿Qué? ¿No me digas que con Esteban?

–Si, con él, mi novio de toda la vida.

–Seguro que no te coge como te cojo yo, anda, vamos a revolcarnos, tengo un apartamento de soltero que no va nadie y ahí podemos estar tranquilos.

Adela lo miraba mientras tomaba de su trago, se sonreía pero no respondía.

–¿Y que le digo a Esteban?

–Que te están cogiendo como te gusta. Dile que te retrasaste en el colegio, vente, es un conejo él se cree todo.



<<Tu esposo está en el restaurante de Las Gonzalez con una mujer y tienen toda la pinta que van a irse a tirar>>

<<No me sorprende, él me llama puta pero se comporta igual, ¿sabes quien es?>>

<<Ni idea Rebe, pero por como hablan se conocen de hace tiempo>>

<<Gracias Antonio, si puedes envíame una foto>>



Cinco minutos recibe una imagen, era de la mujer.

–Aah pero mira quien es, la zorra de Adela, esta es la mamá de Lucas.

Buscó el grupo de madres del colegio y agregó en sus contactos a Adela.



En la noche antes de acostarse y aprovechando que Ricardo se había quedado dormido en el sofá de la habitación, escribió en el grupo enviando la foto.



–<Cuando estás hospitalizada y van y te soplan el bistec> Envió la foto con el mensaje.

Llovieron los mensajes. Entre asombro unas y justificando otras. <<Hoy los citaron en el colegio por sus hijos, deja el drama Rebeca, estas cosas no son para hacerlo en el grupo, lo hablan entre ustedes>>

<<Tienes razón>>



<<Maldita perra, ¿ya te tiraste a mi marido? Zorra>>

<<Te vas a arrepentir rolo de puta>>

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