–¿Pero que vas a hablar tú, te fuiste con
la primera mujer que te tropezaste en esa fiesta?
–Eso no es así. Yo estaba con unos amigos y
no pasó nada con nadie, en cambio tú me dices que no te ves con el tipo ese que
te lleva 15 años y me dices que no sientes nada por él.
-Es que no siento nada, yo se lo dejé
claro, él es el que me busca…Yo te amo a ti Juan Esteban, no hay otro hombre en
mi vida si no tí créeme.
–Me cuesta creer eso Luisa Fernanda. –¿En
serio tenemos que decir el nombre completo?
–¡COOOORTEN! Siiii Catire hay que decirlo.
Ya les he dicho que sean fieles al libreto, no se pongan creativos. Comencemos
donde te quedaste.
–Me cuesta creer eso Luisa Fernanda, me
cuesta. –Se vieron a los ojos y llegó un beso apasionado.
Catire, sin hacerle caso al libreto ni al
director, le puso la mano en la nuca a Rebeca para besarla apasionadamente,
introduciendo su lengua, algo que Rebeca no refutó e hizo lo mismo.
–COOOORTEEEEEEN. ¡Coño ¿hasta cuándo ustedes
par de carajitos van a hacer lo que les dé la gana? Un beso de novela trucado
CARAJO ¿ES MUY DIFICIL DE ENTENDER?
Se fueron a un descanso.
–Trae a tu hijo para verlo.
–Está con la que lo cuida.
–Tráelo.
Rebeca lo trajo y se lo entregó de una vez
a Catire que lo cargó y le puso una mano en la barriga a la actriz.
–Y pensar que este es mi hijo.
–¿Tú te volviste loco, saca la mano de ahí.
–Se la apartó. –Ya Ricardo sabe todo, no quiero que se entere la prensa y menos
aquí que este hijo es tuyo.
–Igual me lo van a dar cuando nazca.
–Por mi te doy a este también si quieres.
–Rebeca, epa, hola ¿cómo estas?
–¿Perdón? Hola… ¿tú quien eres?
–Francisco, Francisco Cáceres el del yate. –Catire
levantó la cabeza sorprendido pero disimuló.
–Ah hola, ¿qué haces aquí? No puedes
entrar.
–Tengo influencias, ¿ese es tu hijo?
–Rebeca tragó grueso y se puso pálida.
–Si
–¿Puedo verlo? –Catire se sonrió de manera
maliciosa y le entrgó a Teodoro, el joven actor los dejó solos.
Francisco, con el niño en brazos le
recorrió un escalofrío.
–¿Y a que viniste tú? Más o menos , no me
digas que estás enamorado.
–No, no…yo..es queeee…Cienfuegos me amenazó
aquella vez en el yate, supo que tú y yo…tiramos…No sé que hago aquí…quería saber
de ti…verga…este niño…
Rebeca vio al niño y vio a Francisco y
también le recorrió un escalofrió y le
quitó el bebe.
–Yo creo que mejor te vas. Francisco estaba
sudando frío, pasó su mano por su nariz y boca para quitarse el exceso de
sudor. Se dio media vuelta y se fue.
Rebeca habló con el director para que la
esperara para darle de comer a su hijo.
–¿Y no tienes a la nana? Que le de el
tetero ella.
–No, tengo que hacerlo yo, es rapidito
jefe, voy vengo. Le dio de comer a Teodoro y fue un momento al camerino que
comparte con otra actriz que ahora no estaba ahí.
Abrió la puerta. -¿Qué coño haces aquí?
–Te estaba esperando.
–No, no, no, vete de aquí, tengo que grabar.
Francisco la agarró por la cintura. –Quiero
cogerte de nuevo.
–Tengo que grab…-Un beso la calló, cerró la
puerta y empujó el botón de cierre.
Sin quitarle el vestido, se lo levantó y le
quitó la ropa interior, él, se bajó el pantalón y la alzó penetrándola en el
aire mientras ella se sujetaba del cuello de Francisco. Se besaban.
El pomo comenzó a moverse y comenzaron a
gopear la puerta. –REBECA ABRE LA PUERTA, NECESITO SACAR UNAS COSAS, TENGO QUE
GRABAR.
Rebeca no le hizo caso y mientras gemía
Francisco seguía penetrándola y la tomaba de las nalgas. La apretó y cerró los
ojos acabanado dentro de ella.
La muchacaha se soltó del cuello y bajó sus
piernas.
–Van a venir botándome. –Se puso la
pantaleta y abrió la puerta. La otra actriz entró y vio a Francisco
abotonándose el pantalón.
–¿Me puedes explicar que es esto?
–Ay si debe ser que tú no tiras en los
camerinos.
–Fíjate que no y menos si estoy casada,
respeto a mi marido. –Una cachetadale volteó la cara a la actriz.
–Bueno yo las dejo solas
–Salgo contigo.
Rebeca y Francisco salieron del camerino y
el muchacho volteó a la actriz tomándola del brazo.
–Espera, no te vas a ir sí sin decirme
algo.
–Lo que pasó ahí dentro me va a traer
problemas
–No estabas muy preocupada.
Rebeca lo miró furiosa. –¿Ese carajito es mi
hijo?
–¡No! ese es mi hijo y déjame en paz, no me
busques. –Salió corriendo rumbo al estudio.
Francisco se quedó parado ahí en el pasillo
y salió la otra actriz.
–No me extrañaría que ese hijo sea tuyo,
esa niña es muy dada con los hombres por no decir puta. -La actriz siguió de
largo dejando a Francisco nuevamente solo.
El muchacho se pasó las manos por el
cabello y resopló.
–Allá me encontré a Rebeca con un tipo,
acababan de tirar y creo que es el padre de su hijo, no sé si del que tiene o
del que está esperando, pero es el padre.
–¿Y estás segura?
–Ay mi amor, viniendo de esa tipita, te
puedo asegurar que sí. Además el chamo es hijo de un empresario conocido.
Antonio Reverte el actor , llamó por su
celular a una amiga periodista de una revista de farándula y le contó lo de
Francisco y Rebeca.
_______
¿Tú te crees que como eres guapa y apoyada
por el dueño de esto puedes hacer lo que te venga en gana? Aquí tienes que
respetar los horarios y más que todo respetar a tus compañeros. ¿Qué estabas
haciendo?
–¿De verdad quieres saberlo?
–Si, a ver si tienes una justificación.
–Estaba tirando en el camerino.
–Mira vale yo no puedo trabajar con esta
muchachita. Yo pongo mi cargo a la orden y que alguien se encargue de esta
novela que está empavada.
El drector salió del set de grabación y se
fue directo a la oficina del Director de Variedades.
–Renuncio en este instante y no voy a echar
para atrás que te quede claro. Si esa niña sigue en el proyecto no regreso.
–Las grabaciones están nuevamente
suspendidas, mañana a primera hora quiero al elenco principal en mi oficina
para tratar el tema de la novela. Y a ti te quiero de primerita aquí mañana
Montenegro. Se pueden ir.
–Así que de nuevo te sacaron de la novela.
–Le decía Ana a Rebeca mientras se subían en el carro.
–Te quieres callar estúpida. Tengo unas
ganas de matarte y deshacerme de ti.
–Tu marido no lo va a permitir.
–¿Puedes hacer que ese mocoso se calle, no
soporto sus chillidos?
–Claro señora, para eso estoy.
Llegaron a la casa y Rebeca entró a su baño
para meterse en la bañera. La llenó, le colocó sales, esencia de mandarina, gel
de baño y entró.
Su teléfono sonó. Era Cienfuegos.
–<Aló>
–<Carajita, ¿qué coño voy a hacer
contigo?>
–<Papi, la gente me tiene envidia>.
–<Mañana tienes una reunión en el canal
con mi Director de Variedades, pero te adelanto que estás botada, no te quiero
en el canal, me estás haciendo perder dinero>
–<¿QUE? NO ME PUEDES HACER ESO, YO TENGO
UN CONTRATO>
–Un contrato que se ha rehecho dos veces y
tranquila, te pagaré lo que se te deba pero no te quiero aquí, claro eso no
quita que quiera tenerte, eres mi cachorrita>
–<NO ME PUEDE BOTAR GONZALO>
–<Nos vemos mañana>
Rebeca
se puso a vaciar la bañera, se dio una ducha para vestirse y salir.
–Voy a salir, así que te dejo al mocoso,
vengo más tarde.
–¿Y que le digo a Ricardo?
–Que estoy en el canal resolviendo un
problema.
Se montó en su vehículo y arrancó.
Manejó hasta la casa de Cienfuegos. Llegó a
la entrada de la casa que está apartada
de la mansión. Tocó el intercomunicador.
<<Buenas noches es Rebeca Montenegro,
la actriz>>
<<Un momento>>
El enorme portón negro, doble con las puntas doradas comenzó a abrirse y
Rebeca siguió hacia adentro. Un trayecto de 200 metros separaba el portón de la
casa.
Llegó y estacionó donde pudo y tocó la
puerta.
–Buenas noches. –Le abría la señora de
servicio, Rebeca entró sin saludar preguntando por Cienfuegos se plantó en el
medio de la enorme sala con doble techo, desde lo alto colgaba una lámpara
araña de cristal, era la primera vez que la chica pisaba la mansión.
–Pero tú ya no tienes vergüenza muchachita,
ahora vienes hasta mi casa.
–¿Dónde está Cienfuegos?
–Eso no te interesa.
–GONZALOOOOO, GONZALO, SAL
Gonzalo bajaba las escaleras, sonreído por
la “travesura” de su actriz estrella.
–¿Qué pasó?
–Papi, no me botes, no me botes, ¿que tengo
que hacer? Te lo mamo ¿ah? Hacemos el amor, dale yo lo hago aquí mismo.
La esposa de Cienfuegos tomó del brazo a
Rebeca y la arrastró hasta la puerta de entrada y la empujó tumbándola al piso.
–¡VE A ROGARLE A TU MARIDO, AL MIO NO, Y NO
VUELVAS A PISAR ESTA CASA ZORRA!
Rebeca se montó en su carro, tenía
escalofríos y fiebre. Llamó a su mamá.
–<Me botaron del canal mamá, haz
algo>
–<¿Que haga algo? Cariño tu solita te
lanzaste por ese despeñadero, te lo he dicho mil veces, eres bruta, bruta, con
posibilidades de tenerlo todo y piensas con la entrepierna, conmigo no
cuentes>
Llegó a casa de Victor.
–¿Qué haces aquí? Estás prendida en fiebre
¿que tienes?
–Victor tienes que ayudarme, solo tú me
puedes ayudar.
–¿Yo?
–Dile al matón que trabaja con mi esposo
para que mate a un par de personas.
–¿Que te pasa?
–No te hagas el loco que yo se que tu
mandaste a matar al cura, anda hazlo de nuevo. A la amante de Ricardo y a la
vieja esposa de Cienfuegos, anda, por fa por fa, por fa.
–Ya, ya, cálmate Rebeca, ven entra y te doy
algo para esa fiebre y te doy una manzanilla.
–¡NO QUIERO MANZANILLA QUIERO QUE MATES A
ESAS MUJERES!
Los papás de Victor se asomaron a la sala
al escuchar a la actriz gritar. Victor se volteó y les hizo un gesto de que
Rebeca venía tomada.
–Yo creo que es mejor que te vayas Rebeca y
hables con Ricardo.
–No, no, no Ricardo no, me va a pegar, me
va a pegar, no me botes por favor no me botes.
–No puedo ayudarte, chao Rebeca. -La sacó
casi a empujones y Rebeca histérica comenzó a gritar fuera del apartamento
pidiendo que le abrieran y repitiendo que matara a las dos mujeres.
–ABREMEEEEEEEE, NO ME DEJES SOLA
VICTOOOOOOR
Unos vecinos salieron a ver que era el
escándalo pero no dijeron nada. La chica se quedó agachada en la puerta del
apartamento llorando.
Un par de horas después Victor sale del
apartamento y ve a Rebeca tirada en el suelo, al tratar de levantarla nota que
está prendida en fiebre. La carga, busca las llaves de su carro y se la lleva a
una clínica, llama a Ricardo en el camino hacia la clínica.
–¿Ahora que hizo la puta esta? Coño me
sacaste de una reunión de cierre de mes, por una fiebre de esta.
–Ricardo es tu esposa, está embarazada.
–Ah es que tú no sabes, el bebee que espera
no es mio, la muy zorra se acostó con Catire.
Victor se sorprendió pero en seguida
reaccionó al ver al médico.
–Ya le controlamos la fiebre, está
tarnquila.
–¿Y el bebé? ¿está bien? –Preguntó Victor,
Ricardo enviaba un mensaje por el celular.
El médico, levantó las cejas encongiendo
los hombros.
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