sábado, 28 de junio de 2014

TRIPLE EQUIS ...y dicen que ocho son suficientes.

Hoy estoy muy adolorido ya que me ha tocado estar con siete hombres y tenían unos guevos inmensos cada uno. No me puedo sentar.

Estaba en el colegio cuando se me acercan dos tipos para decirme que me gané un carro por haber obtenido la mejor calificación en la escuela. Les pregunté donde podía reclamar el premio, sabía que me estaban mintiendo.

Uno de ellos se ofreció a llevarme y fui con él. Pasamos por el pasillo principal y llegamos a una aula que está abandonada. El hombre me dijo que ahí vendría el director y me iba a entregar el premio. La sorpresa fue cuando entraron los otros cinco hombres, ¡uno más bueno que el otro!.

Empiezan a quitarse la ropa y me entra una risa nerviosa. Se sacan aquellos gruesos e inmensos penes que resaltaban en sus entrepiernas, ellos se sorprenden que yo esté tan tranquilo y no hago nada. –Prepárate que estos siete pipicitos te lo vas a comer–.

–Vamos a ver si pueden.–Les dije.
–Vas a gritar y aquí nadie te va a oir.–Me agarran y me ponen boca abajo sosteniéndome por la nuca, el primero comenzó a metérmelo duro de una vez, grité fuerte mientras me corrían las lágrimas, Mientras me penetraba seguía aguantándome por la nuca con la cabeza pegada al escritorio dándome duro, mientras los otros se acercaban a mi cara restregándome sus guevos, querían que se los mamara; uno a uno paso por mi boca.

Llegó el segundo a cogerme, me volteó poniéndome frente a frente a él, me llevó las piernas hacia micara para que las agarrara y dejar todo mi culo al descubierto, me dio con fuerza dos golpes en mi culo con su mano abierta, escupió y lo metió, tan fuerte le daba que moví el escritorio. Mientras gozaba la cogida, acabó dentro de mí, mientras yo le mamaba el guevo al resto. Llenó mi culo de leche.
Vino el tercero, mi culo ya inflamado y dilatado lo único que hizo fue deslizarlo; entró completo. Me agarró por los pelos y tiraba de mi hacia delante mientras lo metía completo. Lo sacó de golpe y arrastrándome sobre el escritorio, acabó en mi cara dándome una cachetada contundente que me la volteó.

El cuarto sujeto me agarró por el cuello de mi chemise azul, me sacó del escritorio y con un golpe seco me pegó a la pared, una vez ambos de pie me lo metió, mis nalgas apretaban su pene mientras el sin lástima me violaba. Me tiró al piso, me puso en cuatro y llegaron los otros para que siguiera mamando.

El quinto y sexto decidieron cogerme a la vez mientras yo encima de uno de ellos, el otro se fue detrás de mí y empezó a introducirlo mientras el otro ya estaba dentro de mí. Sin importar el dolor que sentía, los demás me metían sus guevos en mi boca y me pegaban, unos acababan en mi cara, otros en mi cabeza. No aguantaba tanto dolor.

El séptimo tenía otras intenciones conmigo.
–Ya que tienes ese culito abierto, voy a meterte mi mano, a ver si ahoras chillas de dolor.–Me tiró al piso, abrió mis piernas y comenzó a meter sus dedos, uno, dos, tres y deslizó su puño. Lo metió completo hasta introducir la mitad del antebrazo, yo lloraba de dolor mientras los otros me sujetaban con fuerza y me tapaban la boca–.

Eran unas bestias, mientras tenía su brazo en mi culo se empezó a masturbar, sacó de golpe el brazo dejándome un dolor intenso, me agarró por la cabeza y me restregaba el guevo mientras acababa, los otros me orinaban encima. Todos quedaron satisfechos con la violada… y yo también, a pesar que estaba adolorido. No hubo carro pero si premio.

sábado, 7 de junio de 2014

TRIPLE EQUIS. Tres son multitud

Habíamos quedado en ir a casa de mi compañero de clases para tener sexo. Apenas salimos de clase nos fuimos para allá, el me comentó que su tío estaría esperándonos, la idea es que uno me cogiera primero y el otro después. Al llegar a su casa, resultó que su madre y hermana estaban en casa. La chica tenía clases de algo los martes y jueves en las tardes, por lo que la casa se quedaba a solas, pero las clases habían sido suspendidas. Nos quedamos muy decepcionados.

Estuvimos un rato en el estudio disimulando que estudiábamos. Mi amigo se lamentaba en voz baja. Yo le dije que ya habría otra oportunidad. Unos minutos después su tío se disponía a ir al trabajo. Me dijo que me llevaría a casa. Habló un minuto con mi amigo y nos fuimos los tres en el carro del tío.

En lugar de ir a mi casa, el tío se desvió, llegamos a una calle solitaria que terminaba en un parque abandonado. Paró el carro frente al parque y mi amigo se pasó para el puesto de atrás donde yo estaba. Su tío dijo, –bueno dale una mamada aunque sea–. El tío vigilaba mientras yo satisfacía a su sobrino.

Sacó su verga cabezona, gruesa y dura. Me incliné y comencé a chupar y lamer, masajeaba sus bolas con un poco de incomodidad. comencé a meterlo y sacarlo de mi boca, ya con intenciones de eyacular. Segundos después sentí un chorro tibio y dulzón en mi boca. Acabó muy abundante. El tío me dijo que me tragara todo para no ensuciar el carro. Y así lo hice.

Mi amigo salió del carro y entró el tío, ahora vigilaba mi amigo. Saco su enorme verga, no lo tenía tan parada todavía, pero apenas tocó mis labios se puso dura como una piedra.

Mientras yo mamaba él me empujaba hacia abajo, haciendo que su verga enorme ocupara toda mi boca, la sentía en la garganta, me daban arcadas. Empezó a decir toda clase de vulgaridades, –Mama puta, trágatelo todo maricón, mamaguevo–. Yo seguía mamando y mamando esa verga.

A diferencia de mi amigo, el tío estaba en total control y le faltaba bastante para acabar, yo lo masturbaba un poco con la mano,–Mano no, boca, dale con la boca-–.Me decía. Estuve un buen rato mamando, me dolía un poco la boca y estaba algo cansado.

Mientras lamía la cabeza, no paraba de lubricar,  lamí todo aquello y volvía a dar una chupada, me apartó bruscamente y apretó fuertemente la cabeza de su verga, evitando así acabar. Me pasó su gruesa paloma por toda la cara,–bésalo–Me dijo. Di varios besos en la cabeza, lamí desde arriba y abajo y cuando volví a subir un chorro de leche fue a dar justo a uno a mi ojo. Abrí la boca y terminó de eyacular dentro, bebí hasta la última gota. Limpié el chorro en mi cara llevándolo boca.

Nos fuimos. Dejamos primero a mi amigo en su casa y luego a la mía. El ojo me ardía, el chorro me tomó por sorpresa. Tenía sed de tanto mamar, el sabor del semen aún en mi boca y el olor a verga en mi cara y mis manos. Al llegar a casa fui directo al baño a lavarme la cara y a masturbarme.