Hoy estoy muy adolorido ya que me ha tocado estar con siete hombres y tenían unos guevos inmensos cada uno. No me puedo sentar.
Estaba en el colegio cuando se me acercan dos tipos para decirme que me gané un carro por haber obtenido la mejor calificación en la escuela. Les pregunté donde podía reclamar el premio, sabía que me estaban mintiendo.
Uno
de ellos se ofreció a llevarme y fui con él. Pasamos por el pasillo
principal y llegamos a una aula que está abandonada. El hombre me dijo
que ahí vendría el director y me iba a entregar el premio. La sorpresa
fue cuando entraron los otros cinco hombres, ¡uno más bueno que el otro!.
Empiezan
a quitarse la ropa y me entra una risa nerviosa. Se sacan aquellos
gruesos e inmensos penes que resaltaban en sus entrepiernas, ellos se
sorprenden que yo esté tan tranquilo y no hago nada. –Prepárate
que estos siete pipicitos te lo vas a comer–.
–Vamos a ver si pueden.–Les dije.
–Vas a gritar y aquí nadie te va a oir.–Me agarran y me ponen boca abajo sosteniéndome por la nuca, el primero comenzó a metérmelo duro de una vez, grité fuerte mientras me corrían las lágrimas, Mientras me penetraba seguía aguantándome por la nuca con la cabeza pegada al escritorio dándome duro, mientras los otros se acercaban a mi cara restregándome sus guevos, querían que se los mamara; uno a uno paso por mi boca.
–Vas a gritar y aquí nadie te va a oir.–Me agarran y me ponen boca abajo sosteniéndome por la nuca, el primero comenzó a metérmelo duro de una vez, grité fuerte mientras me corrían las lágrimas, Mientras me penetraba seguía aguantándome por la nuca con la cabeza pegada al escritorio dándome duro, mientras los otros se acercaban a mi cara restregándome sus guevos, querían que se los mamara; uno a uno paso por mi boca.
Llegó
el segundo a cogerme, me volteó poniéndome frente a frente a él, me
llevó las piernas hacia micara para que las agarrara y dejar todo mi
culo al descubierto, me dio con fuerza dos golpes en mi culo con su mano
abierta, escupió y lo metió, tan fuerte le daba que moví el escritorio.
Mientras gozaba la cogida, acabó dentro de mí, mientras yo le mamaba el
guevo al resto. Llenó mi culo de leche.
Vino
el tercero, mi culo ya inflamado y dilatado lo único que hizo fue
deslizarlo; entró completo. Me agarró por los pelos y tiraba de mi hacia
delante mientras lo metía completo. Lo sacó de golpe y arrastrándome
sobre el escritorio, acabó en mi cara dándome una cachetada contundente
que me la volteó.
El
cuarto sujeto me agarró por el cuello de mi chemise azul, me sacó del
escritorio y con un golpe seco me pegó a la pared, una vez ambos de pie
me lo metió, mis nalgas apretaban su pene mientras el sin lástima me
violaba. Me tiró al piso, me puso en cuatro y llegaron los otros para que
siguiera mamando.
El quinto y sexto decidieron
cogerme a la vez mientras yo encima de uno de ellos, el otro se fue
detrás de mí y empezó a introducirlo mientras el otro ya
estaba dentro de mí. Sin importar el dolor que sentía, los demás me
metían sus guevos en mi boca y me pegaban, unos acababan en mi cara,
otros en mi cabeza. No aguantaba tanto dolor.
El
séptimo tenía otras intenciones conmigo.
–Ya que tienes ese culito abierto, voy a meterte mi mano, a ver si ahoras chillas de dolor.–Me tiró al piso, abrió mis piernas y comenzó a meter sus dedos, uno, dos, tres y deslizó su puño. Lo metió completo hasta introducir la mitad del antebrazo, yo lloraba de dolor mientras los otros me sujetaban con fuerza y me tapaban la boca–.
–Ya que tienes ese culito abierto, voy a meterte mi mano, a ver si ahoras chillas de dolor.–Me tiró al piso, abrió mis piernas y comenzó a meter sus dedos, uno, dos, tres y deslizó su puño. Lo metió completo hasta introducir la mitad del antebrazo, yo lloraba de dolor mientras los otros me sujetaban con fuerza y me tapaban la boca–.
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