martes, 6 de septiembre de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 53

 


Francisco, David y Tadeo estaban en la clínica. José David, el papá de David, no había muerto con la golpiza pero estaba delicado. David caminaba por el pasillo, estaba nervioso y le temblaban las manos.


–¿Todo el material de la productora quedó a resguardo, se lo llevaron?
–Siiii Francisco, ya todo está en los galpones, tranquilo.
–Pasado mañana grabamos lo que falta.
–¿Pasado mañana? ¿No vas a esperar que este hombre salga de la clínica? Te comprometiste a correr con los gastos.
–¿Y que tiene que ver una vaina con la otra? Coño si tiene que ver, con más razón hay que terminar las tomas y lanzar esa vaina, necesito recuperar el dineral que la empresa está gastando en esta clínica.
–Francisco, podemos esperar una semana, hay material para las redes, con lo que hay se puede montar una vaina buena.
–¿Tú no viste las escenas de David?, quedaron brutales. Quiero a ese carajito en acción.
–Estaba muy drogado cuando grababa.
–De bolas, llevo guevo parejo, tiene que periquearse.
–Es peligroso Francisco, te vi dándole para que se metiera y mira lo que pasó.
–No es mi oroblema que tenga peos con su padre, mis negocios yo los manejo como quiera, allá ellos como hacen sus vainas.
–Ok Francisco, es tu negocio, pero ten cuidado y se te va la mano con él o con alguna chica. ¿Me necesitas para algo?
–No, pero manten tu celular con carga y encendido, igual el de los productores. Diles.
–Vale, vengo más tarde para quedarme con David.
–No creo que haga falta.
–Yo le dije que me quedaba con él.
–Espera mi llamada.

Tadeo se fue y Francisco se acercó a David, le pasó el brazo por los hombros.
–Yo sé porqué estás así...necesitas polvo, ¿Verdad?
–Si... se me acabó, ¿Tienes?
–Claro nene, yo consiento a mis empleados favoritos, vamos al baño. –David le temblaban las manos y le pedía la droga a Francisco. Entraron al baño, le entregó una bolsita. –Disfrutala. -David la abrió e inhaló.
–No soporto a mi papá pero no quería matarlo pero necesitaba caerle a coñazos.
–Los padres a veces estorbamos y no sabemos cuando soltar a nuestros hijos, tu padre no sabe. -Comenzó a desabrocharse el pantalón y lo dejó caer. –Po te a mamar nene, tienes que desestresarte para que pienses con claridad que vas a hacer con tu padre. O te encargas tu de los negocios que es tuyo o habrá que tomar medidas.
–¿Que medidas? -David se sacaba el pene de la.boca y miraba a Francisco. -¿Quieres que lo mate?
–No puedo decidir por ti, pero si te parece que es lo correcto, te puedo ayudar...coño, sigue mamando. -David se metía todo el pene en la boca mientras movía rapidamente la lengua, salivaba más de lo normal, le masturbana y veía a los ojos al empresario. 
Francisco le empujaba la cabeza, David tenía los ojos rojos, cogió la bolsita de droga y volvió a meterse un tanto. Siguió mamando, lo sacó de su boca y mientras pasaba su lengua por el glande miraba a Francisco.
–Lo voy a matar. Entro y lo mato.
–Calma, está en Terapia Intensiva, no te vuelvas loquito, sácame la leche, anda.
David seguía mamando con más intensidad, Francisco comenzó a mover sus caderas y ya estaba a punto de venirse.
–Ahi va la lecheeeee AAAAAAAH CARAJO, AAAAH, COÑOOO. -David se aferró a las caderas del hombre mientras tragaba el semen. Se levantó, se pasó el dorso de la mano por los labios mientras miraba al hombre que le dio una cachetada.
–Mamas guevo divino carajito y eres bien puta, te voy a poner a ganar plata.
–¡Vamos a Terapia intensiva!

Llegaron a la entrada y había una enfermera.
–¿Hay gente adentro?
–No señor, acaban de hacer la ronda, vienen más tarde.
–¿Y hay familiares?
–Tampoco, ya no es hora.
–Para nosotros si es hora -Francisco sacó in billete de 100 $ –Nos vas a dejar entrar y vas a evitar que alguien entre mientras nosotros estamos ahi.
–¿Qué van a hacer?
–No es problema tuyo, haz bien lo que te digo y te doy otros 100 dólares. Abres la boca y mueres. ¿Entiendes verdad?
–Señor no me haga daño.
–Depende de ti, vamos a entrar, vigila.

Entraron. –Todo tuyo David.
–¿Cómo lo mato? ¿Tienes una pistola?
–Y que la clínica completá se entere que mataste a tu padre. Agarra una almohada, desconéctalo.
David no pudo usar la almohada pues estaba con respirador, optó por desconectarlo. Se puso frente a la máquina, la miraba y las lágrimas le corrían.
–No tenemos toda la noche David, hazlo, baja el interruptor y listo. -Puso la mano en el aparato y se quedó inmóvil.
–NO PUEDO. -Se apartó del aparato y dio media vuelta. Comenzó a llorar.
–Mientras tiene par de guevos en el culo eres arrechoto, pero para estas vainas eres un cagón. Bajó el interruptor y luego desconectó los aparatos. Cogió uno de los cables, lo enrrolló y se lo metió en el bolsillo.
Le despeinó la cabeza al chico. –Listo, métete más anda, las penas se quitan con esto, ya vas a ver que mañana lo verás todo más claro.-Salieron de Terapia Intensiva y ahí estaba la enfermera.
–¿Vino alguien? -La enfermera veía a David que estaba completamente tocado, movía las manos, se la pasaba por la cara, pedía irse de ahí.
–No....si, si, pero le dije que yo había hecho la ronda...
–Bien vamos al baño de mujeres para darte lo tuyo, tú espérame aquí sentado.
Entraron al baño y Francisco le dio el otro billete, sacó el cable de su bolsillo, volteó a la mujer golpeándola con el cubículo, le puso el cable en el cuello y apretó con todas sus fuerzas.
–No me voy a arriesgar a que hables. -La mujer sacudía los brazos, estaban arrodillafos en el piso, Francisco siguió apretando hasta que dejó de moverse. Metió a la mujer en el cubículo, le bajó  el pantalón  y las pantaletas, la sentó apoyando su cabeza en el acero y cerró el pestillo saliendo por debajo. Sacudía sus manos del dolor que le causó apretar, se guardó el cable y se fue.

Ya en el carro, Francisco puso la radio.
–¿Te llevo a casa?
–Quiero beber.
–Te voy a llevar a un sitio donde vas a beber y a que te cojan hasta que quedes muerto. Por cierto, mañana comenzamos el traspaso de acciones del taller a mi nombre. Quiero ser el socio mayoritario de esos talleres.
–Haz lo que quieras, mañana te firmo lo que quieras, llévame a beber.
Llegaron al local y pidieron unos tragos. David se fue a la pista y bailó con varios hombres, los mismos con los que luego tendría sexo.

Francisco se volteó a verlo con su trago en la mano. Se sonrió.
–Señor usted no sabe con quien dejó a su noviecito, esos hombres son unos bestias.
–Claro que se quienes son por eso mi nené está con ellos, sírveme otro trago



lunes, 5 de septiembre de 2022

Pasticho Hormonal. Capítulo 52

Gilberto pudo verse, luego de meses, con Juan Carlos aprovechando que la Reina Blanca estaba relaizándose el tratamiento en la clínica y se fue con otros escoltas y otra camioneta para no hacer la misma rutina diaria. 


Juan Carlos, aparte de estar entrenado, aún le quedaban semanas, había sacado cuerpo, entre los entrenamientos realizaba por un par de horas diarias, ejercicios. Su cuerpo y mente habían cambiado. Gilberto lo notó.

–Cómo has cambiado, ya no eres el carajo cagón de hace un año cuando llegaste.
–¿Qué, ahora te molesta? Todo esto es culpa tuya, esto que ves lo creaste tú.
–Para nada, nonestoy molesto, estoy sorprendido de lo rápido.
–Ya estoy listo para tomar las riendas de esta empresa.
–Todavía eres un pichón. -Juan Carlos lo cogió del cuello empujándolo a la pared.
–¡Pruébame! Ponme a prueba, mata a Carmen y verás de lo que soy capaz. -Gilberto se quitó la mano de Juan Carlos del cuello y camino dándole la espalda al muchacho.
–Ok, ok, te voy a poner a prueba, mata tú a la vieja, demuéstrame de qué estás hecho, si valió la pena todas esas horas que te dediqué.
Juan Carlos le puso la mono en el hombro y el sicario volteó. –Yo soy tu jefe y te ordeno que la liquidez tú.
–Eres un cagón, ya veo que no tienes las bolas para tenerla enfrente y matarla.
–Es tu trabajo, además estás aqui para hacerme el amor, no sé porqué tenemos que hablar de esas cosas, ya habíamos quedado que tú lo harías.
–Tranquilo, mientras no seas el amo y dueño de todo esto, yo haré el trabajo sucio. -Se desabrochó el pantalón, su pene ya estaba erecto, dejó caer el bluyín y comenzó a desabrochar el pantalón de Juan Carlos mientras este se quitaba la franela. El pecho bien marcado, bronceado y sin vellos. Terminó de desnudarse y se fue a la cama a buscar el lubricante. Gilberto le veía las bien formadas y duras nalgas, se tocaba el pene mientras esperaba que regresara.
Juan Carlos regresó y frente a Gilberto, mirándolo a los ojos, se colocaba gel en el culo. -Como te gusta que te coja.
–Y a ti cogerme. -Se volteó acostándoseboca abajo en el apoya brazos del sofá dejando sus bien torneadas nalgas frente a Gilberto que mojó su pene con bastante gel, puso sus manos en las nalgas de Juan Carlos, al sentirlas duras e intentrar abrirlas lo estremeció, cerró los ojos y acercó su pene. Comenzó a introducirlo entre esos apretados glúteos. Fue penetrandolo. No recordaba lo cerado que era, Juan Carlos soltaba gemidos mientras apretaba el cojín del sofá. Suavemente Gilberto iba penetrando mientras apretaba las duras nalgas.
Cuando ya lo tenía totalmente penetrado, lo cogió del cabello y ahí comenzó a empujarl con fuerza. Juan Carlo ahora gritaba mientras el sofá se movía por la fuerza de Gilberto.
Sacó el pene. -Voltéate. –Juan Carlos se pone boca arriba levantando las piernas. -Cógeme, anda, como te gusta, salvaje, soy tu jefe.
Gilberto lo penetra de una vez dándole una fuerte cachetada cogiéndolo del cabello y volviendo a darle empujones. Juan Carlos gritaba.
Jorge caminaba por el pasillo cuando de repente escucha gritos que lo detienen y se acerca a la puerta de la habitación de Juan Carlos. Abre con cuidado la puerta y ve a Gilberto embistiendo a Juan Carlos, se agacha y lo besa. –Te amo  carajito.
–Yo también te amo. -Otro beso y Gilberto acelera sus movimientos, el sofa sigue rechinando, Juan Carlos grita. Jorge aprieta los puños, su cara se enrrojece. Gilberto comienza a ponerde tenso. –ME VENGO, AAAAH. -Retira el pene y acaba sobre el abdomen de Juan Carlos. Jorge llora intentando que no se escuche o sepa que está ahí. Gilberto se tumba sobre Juan Carlos, ambos se rien.
Escuchan unos aplausos y se levantan.
–Bravo par de enamorados, bravo, ¿Que pasaría si la patrona se entera que ustedes volvieron a enrredarse?
–Tu no vas a decir un carajo Jorge. -Le dijo Juan Carlos, Gilberto comenzó a vestirse.
–Yo voy a contar todo ahora que La Patrona llegue, esta noticia le va a encantar.
En el bolsillo de su pantalón, Gilberto sacó su arme y lo apuntó en la frente.
–Tu no vas a hablar pendejo.
–¿Me vas a matar? ¿Tu le has dicho a tu enamorado que tu y yo tiramos a cada rato? ¿Y tú Nacho, tampoco le has dicho que me coges en tus aburridas noches?. -Gilberto le dispara en la frente mientras ve como cae al suelo. Juan Carlos se pone de pie impactado por lo que acaba de hacer el sicario. Ya en el suelo, Gilberto le da dos disparos más.
–¿QUE COÑO HICISTE?
–Eliminar a los que estorban, ahora voy a liquidar a la abeja reina. -Coge de la mano a Jorge arrastrándolo fuera de la habitación, lo lanza por las escaleras. 
–Entierren el cuerpo. Ustedes saben donde. -Le dice a los escoltas.
Juan Carlos se coloca el interior recoge el pantalón mientras se viste, recuerda lo que le dijo hace tiempo Giberto. -"Una vez aqui dentro no sales carajito. O matas o te matan, aqui se sobrevive". Gilberto entra a la habitación de nuevo y ve a Juan Carlos.
–Deshazte del cuerpo, no lo entierren y me ya a matar a Carmen. Hoy comienza una nueva etapa, tu serás mi esposo y mano derecha, seremos los reyes de la droga tu y yo. Vamos a ser poderosos. Acaba con la Reina Blanca.

Gilberto se guardó el arma, volvió a salir y bajó las escaleras. Llamó a uno de los escoltas.
–No entierren el cuerpo. Desaparezcánlo, quemenlo, lo que sea pero que no quede rastro de él. Cerró la llamada y se fue a la clínica.

miércoles, 20 de julio de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 51

 


Para hacer las cosas bien, Castro cuadró todo para que el Alcalde los casara, en la sede de la Alcaldía.


–Menos mal que te llegó la sensatez e hiciste las cosas bien. Prefiero casarme en la Alcaldía.
–Y lo hice yo solo mi flaco hermoso. No le pedí ayuda a tu padre.
–¿Más ayuda? Te está ayudando con tu juicio. ¿Lo invitaste?.
–No...lo voy a llamar ahora. 
Se estaban vistiendo. Unos trajes sencillos. Nada ostentoso, su Luna de Miel lo sería si su suegro lograba que pudiera viajar pues tiene prohibición de salida del país. Castro no se había puesto el pantalón ni el interior, Agustín tampoco, solo la camisa y el interior. Castro se echa en la mano una considerable cantidad de lubricante, se acerca a Agustín y mete su mano entre las nalgas, el sobrante lo esparse en su enorme pene y en el piercing.
–Vamos a llegar tarde amor.
–Cállate, siempre es bueno una tiradita para relajarnos. -Apoya el pene entre las nalgas de su chico y va empujando, Agustín se relaja mientras el grueso pene iba entrando lentamente, aguantaba el dolor apretando los ojos y dientes. Una vez que el pene entró por completo, Castró tomó por las caderas a su chico con fuerza y comenzó a empujar. Agustín gritaba, hace unas horas habían tenido sexo.
De pie ambos, Castro abrazaba con un brazo a Agustín mientras seguía moviéndose, no paraba de gritar. El hombre se detiene, el chico voltea hacia atrás. Retira el pene y le dice al chico que se lo mame.
Agustín se agacha y comienza a mamarlo mientras Castro se pellizca las tetillas, coge del cabello al chico llevando la cabeza hacia atrás, saca el pene de la boca mientras va eyaculando en la cara de Agustín. El semen va cayendo sobre la camisa, Castro termina de sacudir su pene para sacar las últimas gotas.

–Coooño me manchaste la camisa vale.
–Ay mi flaco te la cambias, ven para lavarte la cara. -Antes de hacerlo le pasó el dedo por la cara y se lo metió en la boca para que se bebiera el semen. Le lavó la cara, se la secó y comenzaron a vestirse de nuevo para salir a la Alcaldía.
–¿Llamaste a los testigos y a mi papá?
–En el carro los llamo.

–¡Quiero que lo liquidez ya! Esta basura aunque es un mequetrefe en su partido político me está causando problemas.
–¿Lo hago hoy?
–Ahora mismo, despáchalo ya.
–Voy saliendo Patrona.
Suena el celular de Héctor, era su yerno para decirle que lo espera en la Alcaldía. Se pone de pie para irse.
–Carmen ¿No crees que ya es suficiente con la matadera? Te estás volviendo loca, te van a atrapar.
–Justamente para que no me atrapen es que estoy despachando a mis enemigos.
–¿Tu familia era tu enemiga?
–Unas hienas que iban a esperar que me muriera para caerle a mi dinero y ese dinero es para mi esposo, nada más.
–¿Y ahora a quién fue a matar tu sicario estrella?
–Al Alcalde Conde.
–¿Qué? -Hector se pone pálido mirando fijamente a Carmen.
–¿Qué pasa, es tu amigo del alma, tu cliente favorito? Lo siento.

Hector sale de la oficina y llama a Castro pero el celular está en silencio, llama a su hijo pero está sin batería.
–Vamos a llegar tarde por tu culpa.
–Ay flaco, deja la necedad, ¿No te gustó la cogida?
–Sabes que si...pero tengo el culo destruído Castro, literalmente destruído. Ir al baño se ha convertido en un suplicio...tengo que usar laxantes para no pujar. -Castro frenó el carro.
–¿Entonces, no te cojo más? Me aguanto hasta que se te cure el culo ¿Y mientras? Me cojo otro culo y te arrechas ¿Qué es lo que quieres, que coño es lo que quieres?
–Coño Castro que tiremos menos, no puede ser que me estes cogiendo todos los dias, tres veces, marico ya...no puedo, la verdad no puedo. -Castro volvió a manejar sin decir nada, a los minutos habló.
–Ok, te voy a coger una vez a la semana pero es día que te coja te reviento el culo. Y si me dan ganas de seguir cogiendo me busco un culo que aguante.
–Sabes que no vas a conseguir quien se meta esa verga.
–Ni tú...ahora te quejas de que te cojo mucho.
–Amor, me duele que jode el culo, coño no es normal tus ganas de tirar a cada rato no joda.
–¿Y qué hago, me hago la paja cinco veces al día?
–Empieza por ahí, eso te calma un poco.

Llegaron a la sede de la Alcaldía y estacionaron en los puestos de visitantes. Castro salió molesto del carro y lanzó la puerta con tal fuerza que rompió el vidrio de la ventana.
–¿QUE COÑO TE PASA? ¿TE PUEDES CALMAR?
–OTROS CARAJOS ESTARíAN FELICES QUE A ESTAS ALTURAS SUS PAREJAS TODAVíA SE LAS COJAN A DIARIO Y Tú TE QUEJAS. ¿Tú DE VERDAD TE QUIERES CASAR CONMIGO?
Agustín resopló, cerró los ojos. -Castro, me encanta tirar contigo y si no tuviera el culo destruído quisiera seguir, lamentablemente tienes un guevo enorme y encima ese piercing. Solo te pido bajarle cuatro al sexo hasta que se me cure el culo. ¿Es mucho pedir? Va a llegar un momento que no voy a poder ni caminar. -Castro se dio media vuelta y entró a la torre, Agustín lo siguió.
Al montarse en el ascensor, entraron cuatro personas más. Castro abrazó a Agustín, le puso la mano en la nuca y lo besó apasionadamente frente al resto. Luego de varios segundos se separan. –Hoy nos casa el Alcalde. -Dice Castro a las cuatro personas que aplauden y los felicitan. Se abren las puertas del ascensor.

–Tanto rollo y no ha llegado el Alcalde, hay que esperar.
–Igual nosotros llegamos tarde. -Se escuchan unos disparos y los que están en el piso del despacho se ven y todos corren a las ventanas, las abren y se asoman viendo en la calle a dos personas tendidas en el piso.
–¡MATARON AL ALCALDE! -Gritó uno de los gerentes de la.Alcaldía.
–¿Y quién nos va a casar?
–Por favor desalojen el piso.
Agustín estaba aturdido, Castro molesto.
–¿Quién nos va a casar?  Que nos case el gerente general o el del registro.
–Señor, tiene que desalojar la...-Castro lo agarra por la chemise y lo levanta.
–Yo me caso hoy, asi que me resuelven.
–Señor, suélteme, en estos momentos tenemos una emergencia. -Funcionarios de la policía sujetaron a Castro y desalojaron la torre, una vez abajo Castro revisa su celular y escucha un mensaje de voz de Hector, el papá de Agustín.
–¡No vayan a la Alcaldía por favor, no vayan, va a ocurrir una tragedia! -Castro lanza el celular al piso y lo rompe con su zapato dándole varias veces hasta destruirlo.
–¿Qué haces, qué haces?
–Tú papá sabía que iban a matar al alcalde y no nos avisó antes.
–¿De que estás hablando?
–Tu papá no quería que nos casáramos.
–Castro, Castro.
–Vamos a casa, quiero tirar, luego tengo que resolver unas cosas.

martes, 19 de julio de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 50

 


El taller mecánico de José David y su hijo David, el local principal, el primero que se abrió, estaba como de costumbre lleno de carros reparándose, pero hoy particularmente estaba con algo más que vehículos; cables, luces, más potes de aceite, boom, cámaras y más de 25 personas entre técnicos actores y actrices.

Un pequeño dron sobrevolaba el local que tenía el techo alto, iba grabando a los actores teniendo sexo. Los camarógrafos colocados estratégicamente para no ser captados por el aparato volador. 

Tres hombres manchados de grasa. Uno de ellos Douglas el padre de Raúl. Penetraba con fuerza a David también manchado de grasa mientras le hacía sexo oral a otro actor. David gemía mientras Douglas apretándole las nalgas, no paraba de embestirlo. Francisco estaba excitado viendo todas las escenas a la vez y en vivo. Hablaba con el director y le daba sugerencias. 
Por otro lado un par de chicas le hacían sexo oral a otro actor mientras otros dos se lo practicaban a  ellas.

Francisco recibió un mensaje de Teodoro.
–¿Cómo has estado? Yo extrañándote un montón aunque no te lo merezcas. ¿Cuándo nos vemos? Quiero hablar contigo.
–Yo me aburría porque nuestro sexo era deprimente, pero mira esto. Estoy en plena grabación y luego voy a hacerlo realidad con un carajo que si sabe tirar. -Le envió un video general de las escenas de sexo en el taller.
–¿Por qué tienes que ser tan cruel y miserable?-
–A ver si entiendes de una vez que no quiero saber de ti más nunca. Deja la ladilla y no me escribas más.-
–Quisiera que tuvieramos una conversación en persona.-
–Ahora no puedo seguir chateando.- Guardaba el celular y veía entrar a Diego escoltado por dos de seguridad.
–Tranquilos, yo me encargo, hola nene, viniste.
–Me dio chance de pasar un ratico. - Francisco se lo llevó a un rincón oscuro y lo besó por varios segundos.
– Si te quedas un rato más te cojo aquí. -Salieron del rincón y Diego miraba a los actores en plena acción.
–DOUGLAS VE CON LAS CHICAS Y USTEDES CON EL QUE ESTABA DOUGLAS.
–Coño, rolo e guevo tiene ese tipo.
–Si, es uno de nuestros actores pornos estrella, según él, no es gay y se mete unas pepas para cogerse a los hombres pero tiene novio, ah mira, ahi va entrando el novio. No sé quién le dijo a estos actores que pueden traer gente, que peo.
–Déjalo.
–No le quitas la mirada a Douglas ¿Quieres que te coja? Le puedo decir y te cogemos los dos.
–¿Ah si?
–Carajo, se te abrieron los ojos como platos. ¿No te basta con mi verga? Mira que te escucho gritar y pedirme más ¿o es pura paja?
–Claro que me gusta como me coges, tu tiras divino....pero...
–Pero quieres llevar guevo de otro macho, eres bien puta.
–Como te gusta. ¿No me dijiste pa un trio? No voy a estar con él nada más.
–No, tú eres mío nada más. Te dejo que te coja tu marido porque no me queda más remedio.

Douglas penetraba a una de las chicas que no paraba de gritar, la otra chica besaba a Douglas y le puso su vagina a la chica para que la lamiera. David lo penetraban sobre el capó de un carro de utilería. Tres hombres hacían cola para penetrarlo. El chico no podía estar más feliz viendo como se turnaban para penetrarlo. Lisandro, el fiscal y novio de David, veía con rabia la escena de sexo de su chico. A pesar de lo excitante del momento, Lisandro no estaba ni siquiera lubricando, quería sacar a David de ahí.
Cuando los cuatro hombres ya habían repetido, Tadeo mandó a parar la escena, para que descansaran unos minutos y luego volver para que los cuatro acabaran en la cara del chico haciendo un círculo alrededor de él.
–¿Es necesario esa vaina Tadeo?
–Es una película porno Lisandro, la gente demanda esto, quiere morbo y cada vez quiere más.
–Pero puedes poner a otro actor.
–Puedes quedarte en tu casa o ir a la Fiscalía y no atormentarte con esto.
–Y encima esta mierda la están grabando para todas las plataformas.
–¿Por que no vas a dar una vuelta, te tomas un café y regresas. VAMOS, ACCIÓN. NO ESTOY GRABANDO, ESPERO A QUE ESTÉN A PUNTO AUNQUE SEA UNO DE USTEDES. -Lisandro se dio media vuelta y se fue a la calle.

–YA VOY A ACABAR. -Gritó uno de los actores y comenzaron a a grabar, los otros tres lo siguieron. Chorros de semen cruzaban la cara de David. Al chico se le notaba la felicidad viendo como el semen caía sobre su cara y pecho.
Francisco trajo a Diego hasta el monitor para que viera la escena. Su pene se erectó viendo como la cara del chico se cubría del líquido viscoso.
–Verga nené, te vieras la cara que tienes, como te gusta esa vaina.
–Sabes que eso me excita que jode. -Franciso le puso la mano en la nuca y se la apretó.
–Te quiero coger nené.

David se puso de pie al escuchar la palabra Corten. Le dieron una toalla húmeda para limpiarse el semen de los ojos y cara. Le dio un beso en la boca a los cuatro actores y se abrazaron, felicitaron a David. Al salir de la escena, David se acerca a Francisco.
–¿Qué te pareció la escena?
–¿Del lechero? Me encantó, en realidad carajito me gustó toda la secuencia, aguantaste palo.
–Y yo queriendo montarme en tu palo de nuevo. -Diego escuchó eso, miraba el monitor y volteó a ver a David y luego a Francisco.
–Cuando quieras carajito. Tienes mi número. -Francisco le dio una nalgada y David se fue a la oficina donde estaba su padre esperándolo. Francisco levantó la.mirada, vio hacia la ventana de la oficina como José David discutía con su hijo, alzaba los brazos, estaba gritando y David tambien levantaba la voz. José David le dio una fuerte cachetada a su hijo pero este no se quedó tranquilo y le devolvió un golpe, comenzaron a forcejear y cayeron al suelo. Francisco le hizo señas a Lisandro que subiera, él hizo lo mismo. Al entrar a la oficina, Lisandro consigue a David sobre su padre golpeándolo una y otra vez. Los nudillos de sus manos estabam ensangrentados igual que la cara de su padre que estaba inconsciente. Lisandro lo levanta, David grita. José David no se mueve.
–Lo mataste.
–Mejor...¿Qué coño se cree, mi marido? Reclamándome a mi que le traigo plata para su vicio, no atiende el taller, lo hago yo y encima trabajo en esta mierda para forrarme de plata y viene a reclamarme que soy una puta dejándome coger por todos, anda a cagar mamaguevo.
–David...mataste a tu papá. -Francisco baja y habla con Tadeo, que siga grabando como si nada pero explicando lo que sucedió.
–Yo resuelvo, pero que nadie se entere.

Francisco llama a Hector para que lo ayude con lo del cuerpo y cuadrar para que quede como muerte natural.
–Coño Hector, sabes que conmigo no hay problema con eso. Tu me dices y yo resuelvo eso. -Hablaron en clave, pero ambos sabían de que hablaba cada uno.
–Francisco. ¿Qué coño acabas de hacer?
–Resolviendo nené. Tengo empresas y esta vaina no  va a detener mis negocios y si tengo que pagar, pago.
–Acaban de matar a una persona y tú tan tranquilo.
–Y tú también te me vas quedando tranquio. Toma las llaves de mi camioneta y te vas a tu casa, yo la busco luego. No hables con nadie sobre esto.
–Francisco, hubo un crimen. -Francisco lo cogió con fuerza del cuello de la camisa y lo trajo hasta su rostro.
–Nené. -Le dio un beso en la boca. –Si quieres llevar la fiesta en paz conmigo, quédate mudo, te llevas mi camioneta y luego la recojo. Si te pones impertinente correrás la misma suerte que  ese pobre hombre. -Otro beso que se prolongó varios segundos.
–¿Me estás amenzando?
–Te estoy advirtiendo nené...calladito seguirás llevando guevo parejo. -Le entregó las llaves de la camioneta y Diego se fue con el miedo en el cuerpo.

David tenía su cabeza apoyada de sus manos que a la vez sus brazos estaban apoyados de las piernas, seguía desnudo. Lisandro le pasaba la mano por la cabeza.
–Tranquilo, Francisco se va a encargar de todo. Nadie se va a enterar que pasó.
–Y ahora me tengo que encargar yo de mis hermanos...Maté a mi papá y ahora voy a morir yo haciendo de papá.
–¿Eso es lo que te preocupa?
–Si.
–Vamos a meterlos en un internado.



lunes, 4 de julio de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 49

 


Juan Carlos, el muchacho que hace unos meses se llamaba Ignacio hasta que se casó con la mujer más poderosa del narcotráfico en latinoamérica, seguía con su arduo entrenamiento; tiro al blanco, peleas, manejo de camiones, avionetas y helicopteros. Desde hace unos días se entrenaba en las cocinas donde se procesa la droga hasta que sale de ahí para su venta y distribución.

Bostezando a cada rato manipulaba los implementos, uno de los escoltas le dio un manotón en la cabeza. –Sin dormirte. –¿Estás clato que yo soy tu jefe y puedo botarte? -El escolta se rió y siguió caminando.
Siguió manipulando los.instrumentos vuendo a las obreras y obreros, levanta la mirada y ve llegar a Gilberto.
–¿Qué haces aquí?
–Trabajo en esta empresa ¿o ya se te olvidó?
–Si pero ahora eres exclusivo de mi esposa, casi ni la veo. Ahora te la coges.
–Y tú a tu ex, ¿Qué, ya son novios de nuevo?
–Eso no es problema tuyo. -Gilberto saca el arma y se la coloca en el cuello.
–Dispara, a ver si te atreves.
–Lo haré si sigues acostándote con ese imbécil.
–Yo puedo hacer lo mismo si te sigues acostando con mi esposa.
–Sabes porque lo hago. Lo tuyo es morbo y te sigue gustando Jorge.
–Mátame entonces. -Gilberto le quitó el arma debajo del cuello y la guardó para luego contarle que ya habíá asesinado a toda la familia de Carmen. Juan Carlos se puso pálido.
–Quita esa cara, que ahora voy por tu familia.

En un rincón del edificio en la planta baja, Castro tenía aprisionado a Agustín, él, con los pantalones en los tobillos, Castro solo había sacado su enorme pene y lo había penetrado. El hombre gruñía con cada empujón, Agustín con los ojos cerrados y apretandonlos dientes aguantaba las embestidas. 
Castro retiraba el enorme y grueso pene del culo y volvía a meterlo. Se escucha la puerta de entrada y Agustín se pone nervioso.
–¡Viene alguien, viene alguien! -Castro se apartó de Agustín sin guardarse el pene, el chico se subió rápido los pantalones. Para ocultarse, Castronse acercó más a Agustín para que no se viera la erección. La mujer los ve y Castro besa a su chico.
–Podrían irse a su casa, que vergüenza. -La mujer se sube al ascensor y se cierran las puertas.
–Mámalo.
–Subamos al apartamento.
–Mámalo coño, aquí. -Agustín se agachó pero el pene estaba manchado de sangre. El chico se levantó y Castro  lo voltea para penetrarlo nuevamente, Agustin grita, él le tapa la boca. –Calladito flaco, aguanta. -Castro empujaba con fuerza, a Agustín le temblaban las piernas, le quita la mano de la boca al chico, se pellizca las tetillas, da varios empujones y retira el pene para comenzar a eyacular en grandes cantidades cayendo al suelo. Agustín se cae al piso, pero lo sostiene y lo carga llevándoselo al ascensor.
Entra al apartamento, lanza a Agustín en el sofa, su pene aún erecto y colgando un hilo de semen del glande.
Castro se sienta al lado del chico y lo acaricia hasta que abre los ojos. –Aguantas guevo mi flaco, eres un campeón.
–¡Tú estás loco! ¿Cómo se te ocurre tirar en planta baja?
–Morbo mi flaco, no me digas que no te gustó, yo te ví ahí aguantando la pela.
–Prácticamente me violaste. -Castro le dio un beso en la boca metiéndole la lengua. Luegonde varios segundos se separa a escasos centímetros y le habla. –¿Cuándo es que nos vamos a casar entonces? ¿Mantenemos la fecha? No me has dicho nada. -Agustín se sienta en el sofá cerrando los ojos y soltando un suspiro.
–Castro hace una semana asesinaron a Ramiro y todavía tenemos que dar declaraciones en la policía ¿y tú estás pensando en la boda?
–Mi flaco, a Ramiro lommataron, punto, hay que resolver, buscamos a otro pero la fecha la tenemos encima y yo me quiero casar.
–Castro, vamos a salir de esto primero y luego nos enfocamos en la boda. -Castro dio un golpe en el sofa y se puso de pie con el oene aún erecto.
–Tú no quieres casarte, de nuevo buscando excusas para no casarte conmigo. DILO, DILO, NO QUIERES CASARTE, DÍMELO DE UNA VEZ Y ACABAMOS CON ESTA MIERDA.
-Castro, Castro, amor, calma, no te alteres, yo me quiero casar contigo, ya te lo dije pero pienso que debemos esperar.
–¿ESPERAR QUE? ¿A QUE CONSIGAN AL ASESINO?  eso fu un sicariato, deja la oendejada. Vístete que nos vamos a casra ya, en el registro.
–Ya va...Castro.
–VISTETE QUE NOS VAMOS A CASAR.

Juan Carlos se separó de Gilberto.
–Estoy jodiendo pendejo, no voy a matar a tu familia. Pero eso me demuestra que no estás listo para asumir las riendas de este negocio si la Patrona muere. Debes tener la sangre fría para soportar cualquier mierda, hasta que matem a tu madre frente a tus ojos. No eres capaz de matar a nadie en este momento si es necesario o de vida o muerte o simplemente porque te provocó matar a alguien.
–Te voy a demostrar muy pronto que soy capaz de hacerlo.
–¿Muy pronto? Demuéstramelo ahora, aquí mismo. -Sacó el arma y se la dio. –Mata a uno de ellos, al que te caiga mal, a ella, mátala, demuéstrame de que estás hecho.
Juan Carlos tomó el arma mientras veía a Gilberto a los ojos.
–Eres un cagón, no te vas a atrever a matarla, eres un pobre guevón, te tiemblan las piernas solo de oensarlo. -Juan Carlos volteó a ver a la chica y alzó el arma apuntándole, la miraba, la chica se percató que la tenían en la mira y se echó hacia atrás recibiendo un disparo en la frente. Cayó al suelo. Los escoltas sacaron sus armas y los obreros se tumbaron alnsuelo.
–NO PASA NADA, NO PASA NADA. Encárguense del cuerpo. Eso les pasa a los que traicionan a la Patrona. -Juan Carlos bajó el arma y la dejó caer, su cuerpo temblaba de pies a cabeza, tenía escalofriós. Gilberto lo llevó a la camioneta donde estaba Jorge.
–¿Que fue ese disparo?
–Nada, tu amiguito se graduó hoy. Mató a una traidora.
–¿Qué? ¿Mataste a una tipa?
–Bájate de la camioneta, yo llevo a Juan Carlos a la casona.
–Yo soy su chofer. -Gilberto lo apuntó.
–A mi no me tiembla el pulso para matarte asi que bájate y te vas con los escoltas.

Unas cuadras antes de llegar a la Casona Gilberto detuvo la camioneta y se fue al asiento trasero. Carmen estaba en la casa y no quería que los viera juntos.
–No pensé que lo harías. Tienes bolas carajito.
–Eres un desgraciado.
–Este negocio es una desgracia.
–Yo no quise estar aquí.
–Pero estás. Ahora tengo que explicarle a Carmen lo de la muerte de esa chica.
–¿Por qué?
–Esa carajita que mataste era una ahijada de Carmen. -Juan Carlos comenzó a golpearlo gritándole groserías y maldiciéndolo. Gilberto lo besó. –Tranquilo, tranquilo, le diré que la amtaste porque traicionó a la empresa. Le invento cualquier vaina. Esa carajita es sustituible, mañana hay otra persona en su puesto, deja el drama.
–¿De verdad mataste a toda la familia de Carmen?
–A toda, esa mujer quiere dejarte el negocio completo a ti, toda su fortuna y bienes.
–Está enferma, va a morir.
–Si, tiene cáncer pero a lo mejor sus enemigos se adelantan.
–Pero tiene un ejercito de escoltas y te tiene a ti.
–A lo mejor el enemigo lo tiene en casa Nacho. -Volvió a besarlo. –Todo va a estar bien.
–Me estás asustando.

–No hay tiempo para eso. Lo de hoy es el comienzo de tu nueva vida carajito. Prepárate para lo que viene.

jueves, 9 de junio de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 48

 


Guillermo y Victoria dormían. Sonó la alarma, despertaron y sin dirigirse la palabra, entró primero Victoria al baño, Guillermo fue a hacer café.

Mientras se preparaba un sandwich, Victoria aparecía en toalla en la cocina para tomarse un café.
–Ya se te nota un barrigón. Siete meses ya
–¿Todavía tienes intenciones de meter a tu amante en esta casa?
–Gonzalo no es mi amante, eso se acabó y se quedaría aquí máximo un mes mientras consigue donde mudarse.
–¿Y tiene que vivir con nosotros? El hombre con quien te acuestas o te acostabas.
–Tú te acostaste con mi hermano y mi papá, ¿A que viene tu reclamo? -Victoria le dio una cachetada y fue a buscar vodka que bebió de la botella. Guillermo se la quitó luego de haber tomado un trago -Tu definitivamente estás loca, quieres matar a nuestro hijo.
–Mi hijo, hay cuatro hombres que son los posibles padres.
–Me lo vuelves a sacar en cara luego que me dices que es mio. -Guillermo se va al baño. Victoria sigue bebiendo.
Guillermo sale del baño y v
Victoria se está vistiendo. –Ese hijo es mío, y yo lo voy a cuidar y mantener.
–Quiero el divorcio o le cuento a todos lo maricón que eres y que te acuestas con mi papá.
–No me quiero divorciar y tú no vas a hacer eso porque no te conviene.
–Maldita la hora que decidí casarme contigo.
–¿Que vas a decirle a la gente? Que soy marico y tu hijo es de tu suegro?
–Imbécil.
–Puta. -Victoria le dio varias cachetadas a Guillermo hasta que este la detuvo y la tumbó en la cama, terminó de vestirse y se fue al bufete, Victoria se quedó llorando y bebiendo.

Victoria llega a la tienda con su amiga que la está ayudando.
–Que bella tienes la barriga, el embarazo te sienta bien. 
–Bien jodida es lo que estoy.
–Marica, volviste a beber. ¿Tu quieres matar a ese bebé? ¿Estás loca?
–Como no voy a estar loca si tengo a cuatro hombres detrás de mi que no se quién de ellos es el padre.
–El niñito, Gerardo ha estado pagándote todo y hoy viene para acá. ¿Hasta cuándo lo vas a tener engañado?
–El puede ser el padre.
–O no. Yo no quiero a este niño, cuando nazca que se lo lleve su padre.
–¿Y si es Guillermo? 
–Mato al niño, primero muerto a que viva con un maricón.
–¿Te estás escuchando? Estás hablando pendejadas y espero que sea el alcohol.

–Verga gran carajo, estás ladilla. Si quieres que te coja tiene que ser ya. Te vienes a mi casa.-
–Estoy en el bufete-
–Escápate, le dices cualquier vaina a Héctor o a Jaime y listo, tú decides.-
–Ok, dame media hora y salgo para allá.-

–Ahí va entrando Gerardo. Compórtate y que no se note lo borracha que estás. Hola Gerardo. -Le dio un beso y el chico se acercó a saludar a Victoria que se echó para atrás.
–¿Qué te pasa?
–Que no quiero que me beses chico, ya, vete de aquí, no tienes porque estar aquí.
–¿Has bebido? Victoria tú no puedes estar bebiendo así, nuestro hijo...
–NO ES TU HIJO, ESTE HIJO ES MIO, SOLO MIO. -Victoria tuvo un fuerte dolor en el bajo vientre y rompió fuente, vio a su amiga y Gerardo la cargó montándola en la camioneta rumbo a la clínica.

Guillermo estaba desnudo, pegado a la pared y de pie, lo penetraba Francisco que lo sujetaba del cabello mientras empujaba con fuerza. 
–No sabes como esperaba tus cogidas.
–No te está cogiendo cualquiera carajito. -El celular de Francisco comenzó a sonar, pero no le hizo caso, se detuvo el repique y sonó el de Guillermo que tampoco se molestó en atender. Volvió a sonar el de Francisco, nuevamente el de Guillermo. Por tercera vez sonó el del empresario y esta vez dejó de penetrar al muchacho y atendió.
–Hola hija...si...no...ocupado...ah ok....¿qué? Pero si no es la fecha...ya, voy para allá ahora mismo.– Vístete que tu mujer está pariendo.
–Pero si tiene siete meses.
–No importa, con tal de no seguir cogiéndote, esto me parece maravilloso.
–¿Me voy contigo?
–Ni de vaina, te vas como te viniste, en tu carro. Yo me voy en el mio.

–El bebe está en la incubadora, está muy delicado, aparte de ser prematuro, el que Victoria no haya dejado de beber en todo el embarazo, ha afectado a la criatura.
–¿Cómo está ella?
–Dormida, estaba decompensada y alcoholizada, descansa ahora.
–Doctor, necesitamos hacer unos exámenes de ADN para saber quién es el padre del bebé.
–Vaya...bueno...vamos a hacerlo, quienes son los dos caballeros.
–Ellos cuatro doctor. -El médico abrió los ojos sorprendido y los acompañó al laboratorio.
Francisco se quedó con la amiga de su hija.
–Lo que uno tiene que soportar. Ver a cuatro tipos que se acostaron con mi hija y no se sabe quien es el padre.
–Ay Francisco...
–Tranquila, se lo que tengo en casa, a una puta y encima despistada, lo mejor que le puede pasar a ese niño es que se muera.
–Es tu nieto.
–Gran vaina...un niño no deseado.

Luego de sacar la muestra al bebé y a los posibles padres, tendrían que esperar 24 horas para los resultados.
Guillermo se acerca a Francisco.
–Vamos a tu casa y terminas de cogerme.
–Tú estás demente. Tu esposa está hospitalizada, está jodida, el bebé igual, tú te quedas hoy aquí.
–Cógeme en el baño. -Francisco dio media vuelta e hizo una llamada.
–¿Qué coño ha pasado que Gastón sigue libre?, estoy con él en el Centro Clínico...ok, lo distraigo hasta que lleguen y se lo llevan preso, quiero verlo.
Colgó la llamada, al voltear, Guillermo lo ve y se dirige al baño esperando que Francisco lo siga. Lo sigue. Francisco entra y Guillermo se baja el pantalón. –Cógeme. -El hombre le de un fuerte golpe al muchacho que lo deja desmayado, lo sienta en la poceta, cierra la puerta con la tranca y sale por debajo del cubículo. Se va del baño.
Se pone a hablar con Gastón
–Maldito ¿Tú crees que me voy a quedar tan tranquilo después de saber que te cogiste a mi hija?.
–Simplemente pasó Francisco.
–Ya...-Vio llegar a la policía. –Así como simple será apartarte del camino.
–¿Señor Gastón Castillo? Queda usted detenido por malversación de fondos, evasión de impuestos y lavado de dinero.
–Ya va, esto no puede ser, quiero un abogado, no me pueden llevar así.
–Claro que pueden Gastón.
–¡Desgraciado, fuiste tú! Me las vas a pagar.
–Tranquilo, me vas a pagar tú.
–Uno menos.

Al día siguiente Gerardo, Guillermo y su hermano Gustavo estaban en la clínica esperando el resultado de la prueba de ADN. Francisco llegaba a la clínica.
–Me dejaste abandonado en el baño luego de caerme a coñazos y encima metiste a mi papá preso.
–Yo no, la justicia, tu padre es un corrupto. Yo te lo advertí y ahora prepárate porque todo lo que tienen tu madre y tú va a ser mio.
–Eres un hijo de puta.
–Más bien padre de una puta. Solo espero que mi nieto no tenga de padre a ti.

La enfermera llamó a los tres hombres, faltaba uno y le aclararon la situación. –Ya les puedo decir que el señor Gastón no es el padre. -Guillermo y Gustavo cerraron los ojos. Gerardo estaba nervioso y no paraba de moverse. 
–Ya diga quien es el padre, salgamos de esto de una vez.
–Usted señor Gerardo. -El chico se puso pálido echándose para atrás, Guillermo se sentó en la silla mareado y Gustavo brincó y dio un grito de felicidad al saber que no era el padre, se fue de la clínica. Antes de irse pasó por la camioneta de Francisco y, con una navaja, le rompió los cuatro cauchos.

Francisco cogió del cuello a Gerardo.
–¿Qué edad tienes cagaleche, eres menor?
–Tengo 23 años señor.
–¿Y tienes dinero para mantener a ese bebé enfermo?
–Si señor, hasta ahora he pagado todo lo del embarazo, las medicinas, antojos, pañales, ropa... -Francisco lo soltó.
–Cuando el mocoso salga de la encubadora, te lo llevas y te encargas de él, mi hija no está en condiciones, yo me pongo en contacto contigo para pasarte un dinero mensual y que registres a ese niño como tuyo y listo.
–Señor yo quiero estar con su hija y casarme con ella.

–Tú te desapareces de la vida de ella junto al niño o te desaprezco yo de otra manera.






miércoles, 8 de junio de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 47

 


Otro correazo le cruzó la espalda. Dejó marca. Sangró, Francisco se asustó pero no dijo nada, Diego gritó, pero como lo había hecho las anteriores veces, así que el hombre siguió, se enrolló la correa en la mano y penetró de una vez a Diego que, en la posición que estaba sentía como el pene iba entrando y tocaba su próstata erizándole la piel. Otro correazo y esta vez Diego se movió estremeciéndose, gritando más fuerte. –SIGUE -Gritó, levantó su cadera, el pene entró por completo, Francisco soltó la correa y cogió a Diego por las caderas, una de sus manos se fue a la cabeza del hombre cogiéndolo del cabello y halándolo hacia atrás mientras empujaba con fuerza provocando más gritos.

Francisco le sacó el pene y se salió de la silla. –Ve a la cama. -Diego se levanta mareado intentando caminar, se tuvo que detener para no caerse, estaba sudado, miraba a Francisco y se sonreía.
–Que cogida me diste no joda.
–Y lo que falta, tírate en la cama. -Diego se acostó boca arriba alzando las piernas. Francisco se acercó , tomó su pene y volvió a penetrarlo, sostuvo las piernas del hombre y las puso en su pecho y comenzó a moverse con fuerza.  Le dio varias cachetadas gritándole puta. Le escupió, otra cachetada y volvió a escupirlo, Diego gritaba y gruñía pidiendo más. Francisco lo abrazo y se acostó en la cama, ahora quedando Diego sobre él. –Muévete, maraquéame ese guevo, anda.
Diego se movía hacia adelante y hacia atrás con precisión, a Francisco le excitaba lo que sentía en su pene, era como presión y suavidad a la vez, miraba al hombre y le daba otra cachetada y luego otra y otra. Lo volvió a escupir y Diego gritaba y sus movimiemtos se volvieron más violentos. El hombre empezó a temblar y a estrenecerse, se bajó del pene de Francisco. Su cuerpo aún temblaba mientras se miraban.
–¿Por qué te lo sacaste? No hemos terminado, voltéate. -Diego se puso boca abajo, Francisco lo penetró moviéndose con rapidez y fuerza. Diego gritaba. Francisco le mordía las orejas y el cuello. –Coñooo me tienes a puntooo. -Francisco sacó el pene y se acostó en la cama masturbándose, Diego se acercó a su boca, lo besó y bajó al pene a esperar que eyaculara. 
Francisco no paraba de hablar diciendo que el culo de Diego era lo máximo, que quiere seguir cogiéndoselo. –¡Ahí viene, ahí viene! AAAAAAH. -el semen brincó por todos lados y en la cara de Diego que aprovechó y se metió el pene en la boca para recibir lo que quedaba. Una suficiente cantidad, que no tragó para besar a Francisco y que probara su semen. Un beso que duró varios segundos hasta que Diego se tumbó en la cama también agotado. Se abrazaron y se quedaron dormidos por varios minutos. 
Al despertar se besaron.
–Hola bebe...que divina esa tirada, me dejaste agotado.
–Esa es la idea que quedemos sin fuerza para nada.
–¿Quieres café y unas galletas?
–Bueno. -Francisco se levantó y montó la cafetera mientras buscaba las galletas, Diego lo miraba pensando adónde iba a llegar todo esto. –Tienes pareja y este carajo también, esto no va pa' ninún lado, solo sexo. Lo disfrutaré mientras dure. Pero coño me gusta Francisco. -Francisco no paraba de hablar mientras recogía la cocina y Diego a su lado, ambos desnudos. Se besaban.
–Voy a ser abuelo y mi hija no sabe quién coño es el padre, la muy zorra se acostó con cuatro tipos incluyendo a su marido.
–Verga...como que ese matrimonio no funciona.
–Desde que se casaron no funciona. -Se fueron al sofá con los cafés y las galletas para seguir conversando. Mi hija tiró con los otros tipos recien casada. Bueno, su marido tiró en la boda con su mejor amigo, ahí te dejo la historia.
–Está para un guión de Almodovar.
–Lo dirás jodiendo. -Terminaron el café y se fueron al baño a ducharse. Francisco enjabonó a Diego, se besaban, le colocó el champú y luego se lo quitó con el agua. Al salir, lo cubrió con la toalla y lo secó.
–¿Nos vamos a volver a ver?
–Claro bebe, cuando se pueda, yo quiero cogerme ese culito de nuevo.
–Puede ser el otro viernes.
–Ahí vemos, vamos a ver como va la semana.

Se vistieron y salieron del apartamento.
–Yo tengo una reunión en una hora, si quieres te dejo en casa de Alberto.
–Ah bueno, mejor, si no tienes problema.
–Ninguno bebe. -Lo dejó una cuadra antes del edificio y se besaron por varios segundos.
–Nos escribimos ahora bebe, cuídate.
–Lo pasé rico en tu casa, gracias por invitarme.
–Cuando quieras vas de nuevo, chao.
Francisco fue a la reunión en la productora pues pronto sería la grabación en el taller de David, el chico que tambien trabaja con él.

Regresó a su casa y al entrar se consigue sentado en la sala a Teodoro.
–Vaya, me fui, me botaste y ya metiste a alguien en esta casa. Te lo tiraste en nuestra cama.
–Vamos a aclarar puntos Teodoro, dame la llave de MI casa, tú y yo terminamos y si quiero meter a quien me de la gana aquí, la meto. Y esa cama no es nuestra, es mía.
Teodoro se levanta y se acerca a Francisco para besarlo.
–¿Tenemos que terminar así? Luego de tantos años juntos.
–Justamente, demasidos años, ya estoy aburrido. Aburrido de tus mañas, aburrrido de tu culo y aburrido de tu aburrimiento en el sexo. Se acabó Teodoro, termina de llevarte tus vainas, no dejes nada porque no pienso dártelas, si se queda algo lo boto o lo quemo.
–No puedo creer que termines una relación de 30 años así, de un plumazo, te recuerdo que lo que pasa y pasó en esta relación es responsabilidad mutua.
–Échame a mi la culpa de todos los peos de esta relación pero quiero que te vayas y no quiero verte más ¿Ok?.
–¿Dónde voy a ir?
–Tienes plata Teo, cómprate un apartamento pequeño, nunca quisiste hacerlo, vive con tu sobrina, un hotel, pero aquí, no.

Teodoro visiblemente triste, terminó de recoger sus cosas y se fue, no sin antes decirle algo más a Francisco. –No me arrepiento de haber estado contigo, has sido lo mejor que me ha pasado y el mejor sexo que he tenido. Siempre te voy a querer.
–Yo pienso todo lo contrario. Y contigo ha sido el peor sexo en los ultimos años. También te voy a querer como alguien que estuvo en mi vida, pero no pretendas que vamos a a ser amiguitos.
Teodoro salió del apartamento llorando. Decidió, de momento, ir a casa de su sobrina.

Francisco revisó el celular y tenía un mensaje de Diego.
–Papi estoy almorzando, el culo me arde y me recuerda la cogida tan divina que me echaste.-
–Buen provecho bb, así es, que te recuerde quien es el macho que te coge. Te va a seguir ardiendo mientras yo te coja. Besos.-
–Besos, hablamos ahora-

martes, 10 de mayo de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 46

 –¿Por qué tiene que ser él, amor?

–Flaco porque sabemos que es bueno planificando bodas y además está pelando bolas y quiero ayudarlo.
–Te quieres tirar a Ramiro de nuevo.
–Flaco, eso ya pasó, al que me quiero tirar es a ti, vamos a la cama ¿o quieres aquí en la cocina?
–Amor me acabas de coger hace un rato luego de cogerme anoche, déjame descansar, tengo el culo jodido. -Castro se levantó de la silla.
–Luego te quejas de que me quiero coger a Ramiro, coño si tú no me quieres dar culo. -Se fue a la habitación.
–Este si es aptreta'o, me coge casi que cuatro veces al día y me quiere seguir cogiendo y si me niego me amenaza con cogerse a otros. No sé que le pasó en la cárcel pero se le activó aún más sus ganas de tirar. -Agustín fue a la habitación y entró al baño.
Entra a la ducha, Castro se emociona. –Solo te lo voy a mamar y me acabas en la boca. 
–Si mi flaco, que rico, gracias, agáchate. -Agustín se puso de cuclillas y. Agarró eel enorme pene llevándolo a su boca. Castro cerró la llave para que su novio estuviera cómodo. –Te quiero coger. -Le decía mientras Agustín con el pene dentro de su boca lo miraba a los ojos. Retiró el pene de su boca y su lengua jugaba con el grueso piercing en el glande. –Como te gusta y al principio me formaste un peo.
–Ahora lo disfruto.
–Dame culo, anda.
–No amor, luego, disfruta de la mamada. -Volvió a meterse el pene y comenzo a mover la cabeza más rápido. Agustín llevó sus dedos a las tetillas de Castro y las pellizcó con fuerza. 
–¡Me vas a hacer acabar! -Agustín retiró el pene de su boca y pellizcó más duro. Los chorros de semen salían dispersos debido al piercing y caían en el rostro de Agustín que cerró los ojos y abría su boca para que le cayera en su lengua. Castro gruñía, luego de estremecerse le pasó la mano por la cara a su novio y fue metiendo cada dedo en su boca para que probara el semen. 
Terminaron de ducharse, Castro secaba a Agustín.
–¿Amor como te va en las consultas con el psiquiatra?
–Muy bien mi flaco, ma han ayudado mucho, se que no te cuento mucho sobre eso, pero va bien he ido canalizando varias cosas.
–Que bueno, eso es lo importante.
–Pero hay algo que debo hacer, tengo que cambiar de psiquiatra.
–¿Pero no me acabas de decir que te va miy bien?
–El.problema no es Rodrigo, flaco, soy yo. Me lo quiero tirar y si eso ocurre no puede seguir siendo mi médico.
–Ah, te lo quieres tirar.
–Si...no quiero hacerlo pero me provoca mucho. 
–¿Y se lo dijiste?
–No...no quiero hacerlo, por ti. Pero tú haz tirado por fuera, entonces...
–¿Esto se trata de una competencia? Castro, ¿En que nos estamos convirtiendo?
–Flaco...no lo tomes así... Te lonvoy a plantear de otra manera. ¿Me.puedo coger a Rodrigo?
Agustín siguió vistiéndose sin responderle, Castro se fue detrás de él. –No te pongas bravo mi flaco, yo te amo a ti y nos vamos a casar y voy a querer seguir cogiéndote todo las veces que me provoque.
–Tantos hombres para tirarte y tu te vas a emperrar por tu psiquiatra.
–Si tu me dices que no me lo coja, no lo hago flaco.
–No se trata de pedirme permiso o no Castro, es tener un poco de cabeza coño, no pienses con el guebo. ¿No te basta con todas las cogidas que me das? Ambos no hemos tenido sexo con otras personas desde hace semanas ¿Te hace falta? ¿Nos hace falta?.
Castro lo vio a los ojos. -Me hace falta cogerte más y más.
–Vamos a terminar de vestirnos para salir a la fulana reunion con este tipo.

Llegaron al restaurante donde Castro reservó. Ramiro aún no llegaba y ellos pidieron un par de cervezas.
–Conneste hombre quiero reunirme lo.menos posible, asi que hoy adelantamos que jode.
–Tranquilo flaco, resolvemos todo rápido para no tener que verlo.
–Otra cosa amor, londel psiquiatra. Por favor enfócate en tu tratamiento. Deja. Aese hombre en paz, quítate el sexo de la cabeza. El sexo es conmigo. Si necesitas cogerme mas veces pues lo hacemos, no la cagues.
–Lo haré flaco. Creo que también necesito terapia para eso, tengonque bajarle dos a las ansias de sexo.
–Voy al.baño, pídeme otra por fa.

Castro veía a Agustin irse hacia el baño, esperó unos segundos y se puso de pie.
–Disculpa, voy al baño, ¿Puedo dejar esto en la mesa?
–Si, no hay problema. -Castro corrió al baño y entró, Agustín terminaba de orinar.
–Hola.amor, ¿Vas a mear? -Castro le puso seguro a la puerta.
–Vine a cogerte. -Lo cargó y lo metió en el cúbiculo para discapacitados, cerró, se bajó el pantalón y se lo bajó a su novio.
–Alnseco no amor, me duele.
–Saliva flaco, mucha saliva. -Dejó caer una cantidad considerable en su mano y se la pasó por el culo, volvió a escupir y mojó su pene. Lo penetró. Agustín gritó del dolor pero Castro le tapó la boca mientras lo pegaba a la pared mientras lo tenía cargado. Su pene entró completamente dentro del chico que cerraba los ojos mientras su piel se erizaba. Castronempujaba con fuerza, su mano seguía tapando la boca de Agustín que no paraba de gemir.

–Buenas tardes señorita, me vengo a reunir con dos caballeros. Hay una reservación a nombre de Castro....no recuerdo el apellido.
–Si venga por aqui. Los señores ya llegaron, espérelos. -La chica hizo un gesto a uno de los mesoneros para que atendiera al Ramiro.
Estos deben estar tirando en el baño, seguro. -Pensó Ramiro mientras revisaba el celular.

Castro seguía empujandoncon fuerza mientras Agustín gritaba ya sin la mano en la boca, se escuchaba muy suavemente fuera del baño pero nadie decía nada. 
–Ayamor, dale, dale, cógeme, sigue.
–Cooooñooo , que culo tan rico car. -aj-Castro se detiene un instante para recuperar el aliento. Cuando va a retomar los movimientos, se escucha cuatro disparos y gente gritando, Castro baja a Agustín.
–¿Qué pasó? 
–Son tiros.
–Vamos a salir.
–No...ya va...vamos a esperar unos minutos.

Cinco minutos antes...

Ramiro revisaba el celular esperando que aparecieran los novios. Unas carpetas que traía las colocó en una de las sillas. Sacó la tablet donde tenía varias imagenes que les mostraría. Un hombre vestido de negro con la cara tapada apunta a la chica de la entrada haciendo un gesto de que se callara.
–Hola Ramiro
–¿Ah? -Cuatro disparos casi a quemerropa impactaron en el pecho y cara del hombre que cayó tendido en el piso mientras el hombre de negro huía a toda velocidad montándose en la moto de parrillero.

Castro y Agustín salieron del baño, las.mesas estaban desocupadas y la gente dispersa por el restaurante. El dueño ya había llamado a la policía. 
–¿Ustedes venían con el señor?
–Si...pero, nosotros...
–No digas nada amor, quédate callado hasta que venga nuestro abogado, voy a llamar a papá.

–Listo Patrona, el sobrino que faltaba ya está despachado-
–Bien, vente a la casona para darte tu incentivo. Hiciste un gran trabajo ayudándome con mi familia.

lunes, 9 de mayo de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 45

 


Eran las 5:45 de la mañana y Francisco preparaba café. En un par de horas buscaba a Diego para tener otra jornada de sexo como le gustan. Pero antes tendría que lidiar con algunas personas. Suena su celular, un mensaje. Teodoro.

–Buenos días mi amor, debes estar preparándote el primer café de la mañana y yo aquí extrañándote. ¿Y tú?
–La verdad es que estoy feliz y tranquilo aqui solo en casa. La soltería es el mejor estado.-
–¿Por qué tienes que ser cruel?-
–No soy cruel, es la realidad, mi realidad, estoy feliz así y debí estarlo hace años, pero escogí aburrirme-
–Que tengas un feliz día-
–No lo dudes, disfruta con tu familia- No siguió escribiendo y se sirvió una taza. Volvió a sonar el celular, molesto, pensando que era Teodoro, no quiso revisar, pero volvió a sonar y lo cogió. Era Guillermo.
–Me tienes abandonado y con las ganas que tengo de tirar contigo-
–Hola carajito, coño, he estado con mil peos y ando con un carajo que tira divino. Pero en cualquier momento te llamo y te doy culo.-
–¿Estás saliendo con alguien?-
–No, me lo estoy tirando, yo no quiero ni necesito novio.-
–Ok, entonces tengo que esperar que te provoque tirar conmigo.-
–No lo pudiste decir mejor, así es. Otra cosa, ve preparando a tu madre y preparándote tú. A tu papá lo van a embargar y meter preso.-
–Que? Ya va, por qué? Qué pasó?-
–Coño, no me dijiste que jodiera a tu padre? Bueno, yo tambien queria vengarme, ya está, va a salir bien jodido.-
–No era así que quería-
–Mala leche carajito. Encima que te ayudo, te quejas. Te dejo que voy por mi tire-
–Cuando podemos vernos?
–No sé...yo te aviso, dile a tu amante que te de culo, está enamoradito de ti.-

Terminó de acomodarse y le escribió a Diego que ya estaba casi llegando al punto de encuentro.
Cuando Diego se montó en el carro se besaron.
–Hola nene, ¿Estás con ganas de llevar guebo hasta que te canses?
–Eso es lo que quiero, que me dejes cansado. -Francisco que, vestía un mono, se lo bajó dejando al descubierto su pene.
–Quiero que lo mames hasta que lleguemos al apartamento. -Diego se agachó, su lengua humedecía el glande para luego meterlo en su boca. Francisco le empujaba la cabeza, el pene llegaba a su garganta y Diego movía su lengua.
–Cooooñoooo, sigue, sigue, carajo, que rica esa lengua. -Diego subía y bajaba su cabeza, comenzaba a salivar copiosamente, su lengua no se detenía y volvia a llevarse el pene hasta su garganta.
–Como sigas voy a acabar.
–¿Me detengo?
–No.
–¿Por qué no frenas el carro para montarme sobre el?
–Ya vamos a llegar y voy a reventarte ese culo nene. -Diego le apretó los testículos y siguió mamando.mientras el portón del estacionamiento se abría. –No te levantes que hay vecinos. -Estacionó el carro y Diego se levantó limpiándose la boca, Francisco se acomodaba el mono para poder bajar.

Entraron al apartamento, Diego dejó su bolso en una butaca y Francisco lo besó. Su lengua recorriá la boca de Diego para luego morderle el labio. –¿Quieres café?
–Si. ¿Pero te puedo mamar el guevo mientras montas la cafetera?
–Claro, luego te monto yo. -Diego de cuclillas, le baja el mono a Francisco para introducir el pene en la boca. Francisco apoyado del tope, iba buscando el café y la jarra mientras veía como Diego se lo mamaba. Terminó de montarla, levantó a Diego, se quitó el mono y fueron a la cama. Se quitó el pantalón y siguió mamándole el pene. Francisco lo miraba a los ojos y le daba palmadas en la mejilla. Diego bajaba con su lengua por el pene y le mamaba el escroto para luego introducirse los testículos en la boca.
Mientras seguía mamando se desabrochaba el pantalón, con las mismas piernas y una mano se lo quitaba junto a los zapatos. Una vez desnudo de la cintura para abajo, se montó sobre Francisco.
–¿Ya te lo vas a meter?
–Si.
–¿Al seco?
–Saliva, quiero que me cojas ya. -Ya en cuclillas encima de Francisco, tomó el pene y lo introdujo en su culo lentamente, miraba al hombre mientras su piel se erizaba. Cerró los ojos sintiendo como iba entrando el pene. Una vez que entró completo soltó un gemido.
–Así nené, que rico, todo adentro, ahora muévete, cómete ese guevo.
Diego comenzó a mover sus caderas, con cada movimiento se incrementaban los gritos. –Dale, así maraquea ese culo, ¿Tú no eres bien puta? Muévete, rico, dale. -Le decía Francisco mientras le daba cachetadas, una detrás de otra mientras Diego seguía gritando con cada golpe. Se estremecía, se aferraba al pecho de Francisco y movía más rápido las caderas, algo que enloquecía al hombre que lo volteó de lado y ahora era él quien se movía. Diego lo miraba a los ojos mientras le repetía una y otra vez –Dale, dale, dale, reviéntame ese culo.
–Ese culo es mio nene, mio, no se lo vas a dar a nadie, yo solito lo voy a reventar. -Francisco lo volvió a voltear y ahora, ambis frente a frente, colocó las piernas de Diego sobre sus hombros, le alzó la cadera y volvió a moverse con fuerza y rapidez. Diego no paraba de gritar, sudaba, sus ojos se ponían en blanco y su piel se erizaba. Francisco se detuvo.
–Me vas a hacer acabar y no quiero. ¿Tomamos un café?
–Si. -Diego estaba con la respiración agitada, sintiendo un mareo, se puso de pie y sus piernas apenas respondían al movimiento, tuvo que sostenerse de la cama. Se sentaron en el sofá a tomarse el café. Conversaron unos minutos y Diego comenzó a mamarle el pene para luego montarse sobre él ahí mismo en el sofá. Esta vez brincaba mientras apoyaba sus manos en el respaldar. Volvían los gritos y las cachetadas. Diego se detuvo, sacó el pene de su culo y lo mamó.
Te voy a coger ahí. –Francisco le señaló el sofa. Una chase longue estilo Le Cobusier, con una curvatura con la que Diego se le voló la imaginación.
–Ponte boca abajo ahí que ya vengo. -Diego cogió el lubricante y se echó más. Francisco  entró al vestier, al salir venía con una correa.
–¿Qué traes? -Dijo Diego mientras Francisco hacia sonar la correa.
–Algo para castigarte, para ver si te portas bien. - A Diego se le erizó la piel y comenzó a lubricar.

Francisco dejó caer la correa mientras la sostenía de la hebilla. El primer correazo llegó a la pierna y luego a una nalga. Diego gritaba y su pene no paraba de lubricar.