miércoles, 8 de junio de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 47

 


Otro correazo le cruzó la espalda. Dejó marca. Sangró, Francisco se asustó pero no dijo nada, Diego gritó, pero como lo había hecho las anteriores veces, así que el hombre siguió, se enrolló la correa en la mano y penetró de una vez a Diego que, en la posición que estaba sentía como el pene iba entrando y tocaba su próstata erizándole la piel. Otro correazo y esta vez Diego se movió estremeciéndose, gritando más fuerte. –SIGUE -Gritó, levantó su cadera, el pene entró por completo, Francisco soltó la correa y cogió a Diego por las caderas, una de sus manos se fue a la cabeza del hombre cogiéndolo del cabello y halándolo hacia atrás mientras empujaba con fuerza provocando más gritos.

Francisco le sacó el pene y se salió de la silla. –Ve a la cama. -Diego se levanta mareado intentando caminar, se tuvo que detener para no caerse, estaba sudado, miraba a Francisco y se sonreía.
–Que cogida me diste no joda.
–Y lo que falta, tírate en la cama. -Diego se acostó boca arriba alzando las piernas. Francisco se acercó , tomó su pene y volvió a penetrarlo, sostuvo las piernas del hombre y las puso en su pecho y comenzó a moverse con fuerza.  Le dio varias cachetadas gritándole puta. Le escupió, otra cachetada y volvió a escupirlo, Diego gritaba y gruñía pidiendo más. Francisco lo abrazo y se acostó en la cama, ahora quedando Diego sobre él. –Muévete, maraquéame ese guevo, anda.
Diego se movía hacia adelante y hacia atrás con precisión, a Francisco le excitaba lo que sentía en su pene, era como presión y suavidad a la vez, miraba al hombre y le daba otra cachetada y luego otra y otra. Lo volvió a escupir y Diego gritaba y sus movimiemtos se volvieron más violentos. El hombre empezó a temblar y a estrenecerse, se bajó del pene de Francisco. Su cuerpo aún temblaba mientras se miraban.
–¿Por qué te lo sacaste? No hemos terminado, voltéate. -Diego se puso boca abajo, Francisco lo penetró moviéndose con rapidez y fuerza. Diego gritaba. Francisco le mordía las orejas y el cuello. –Coñooo me tienes a puntooo. -Francisco sacó el pene y se acostó en la cama masturbándose, Diego se acercó a su boca, lo besó y bajó al pene a esperar que eyaculara. 
Francisco no paraba de hablar diciendo que el culo de Diego era lo máximo, que quiere seguir cogiéndoselo. –¡Ahí viene, ahí viene! AAAAAAH. -el semen brincó por todos lados y en la cara de Diego que aprovechó y se metió el pene en la boca para recibir lo que quedaba. Una suficiente cantidad, que no tragó para besar a Francisco y que probara su semen. Un beso que duró varios segundos hasta que Diego se tumbó en la cama también agotado. Se abrazaron y se quedaron dormidos por varios minutos. 
Al despertar se besaron.
–Hola bebe...que divina esa tirada, me dejaste agotado.
–Esa es la idea que quedemos sin fuerza para nada.
–¿Quieres café y unas galletas?
–Bueno. -Francisco se levantó y montó la cafetera mientras buscaba las galletas, Diego lo miraba pensando adónde iba a llegar todo esto. –Tienes pareja y este carajo también, esto no va pa' ninún lado, solo sexo. Lo disfrutaré mientras dure. Pero coño me gusta Francisco. -Francisco no paraba de hablar mientras recogía la cocina y Diego a su lado, ambos desnudos. Se besaban.
–Voy a ser abuelo y mi hija no sabe quién coño es el padre, la muy zorra se acostó con cuatro tipos incluyendo a su marido.
–Verga...como que ese matrimonio no funciona.
–Desde que se casaron no funciona. -Se fueron al sofá con los cafés y las galletas para seguir conversando. Mi hija tiró con los otros tipos recien casada. Bueno, su marido tiró en la boda con su mejor amigo, ahí te dejo la historia.
–Está para un guión de Almodovar.
–Lo dirás jodiendo. -Terminaron el café y se fueron al baño a ducharse. Francisco enjabonó a Diego, se besaban, le colocó el champú y luego se lo quitó con el agua. Al salir, lo cubrió con la toalla y lo secó.
–¿Nos vamos a volver a ver?
–Claro bebe, cuando se pueda, yo quiero cogerme ese culito de nuevo.
–Puede ser el otro viernes.
–Ahí vemos, vamos a ver como va la semana.

Se vistieron y salieron del apartamento.
–Yo tengo una reunión en una hora, si quieres te dejo en casa de Alberto.
–Ah bueno, mejor, si no tienes problema.
–Ninguno bebe. -Lo dejó una cuadra antes del edificio y se besaron por varios segundos.
–Nos escribimos ahora bebe, cuídate.
–Lo pasé rico en tu casa, gracias por invitarme.
–Cuando quieras vas de nuevo, chao.
Francisco fue a la reunión en la productora pues pronto sería la grabación en el taller de David, el chico que tambien trabaja con él.

Regresó a su casa y al entrar se consigue sentado en la sala a Teodoro.
–Vaya, me fui, me botaste y ya metiste a alguien en esta casa. Te lo tiraste en nuestra cama.
–Vamos a aclarar puntos Teodoro, dame la llave de MI casa, tú y yo terminamos y si quiero meter a quien me de la gana aquí, la meto. Y esa cama no es nuestra, es mía.
Teodoro se levanta y se acerca a Francisco para besarlo.
–¿Tenemos que terminar así? Luego de tantos años juntos.
–Justamente, demasidos años, ya estoy aburrido. Aburrido de tus mañas, aburrrido de tu culo y aburrido de tu aburrimiento en el sexo. Se acabó Teodoro, termina de llevarte tus vainas, no dejes nada porque no pienso dártelas, si se queda algo lo boto o lo quemo.
–No puedo creer que termines una relación de 30 años así, de un plumazo, te recuerdo que lo que pasa y pasó en esta relación es responsabilidad mutua.
–Échame a mi la culpa de todos los peos de esta relación pero quiero que te vayas y no quiero verte más ¿Ok?.
–¿Dónde voy a ir?
–Tienes plata Teo, cómprate un apartamento pequeño, nunca quisiste hacerlo, vive con tu sobrina, un hotel, pero aquí, no.

Teodoro visiblemente triste, terminó de recoger sus cosas y se fue, no sin antes decirle algo más a Francisco. –No me arrepiento de haber estado contigo, has sido lo mejor que me ha pasado y el mejor sexo que he tenido. Siempre te voy a querer.
–Yo pienso todo lo contrario. Y contigo ha sido el peor sexo en los ultimos años. También te voy a querer como alguien que estuvo en mi vida, pero no pretendas que vamos a a ser amiguitos.
Teodoro salió del apartamento llorando. Decidió, de momento, ir a casa de su sobrina.

Francisco revisó el celular y tenía un mensaje de Diego.
–Papi estoy almorzando, el culo me arde y me recuerda la cogida tan divina que me echaste.-
–Buen provecho bb, así es, que te recuerde quien es el macho que te coge. Te va a seguir ardiendo mientras yo te coja. Besos.-
–Besos, hablamos ahora-

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