jueves, 9 de junio de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 48

 


Guillermo y Victoria dormían. Sonó la alarma, despertaron y sin dirigirse la palabra, entró primero Victoria al baño, Guillermo fue a hacer café.

Mientras se preparaba un sandwich, Victoria aparecía en toalla en la cocina para tomarse un café.
–Ya se te nota un barrigón. Siete meses ya
–¿Todavía tienes intenciones de meter a tu amante en esta casa?
–Gonzalo no es mi amante, eso se acabó y se quedaría aquí máximo un mes mientras consigue donde mudarse.
–¿Y tiene que vivir con nosotros? El hombre con quien te acuestas o te acostabas.
–Tú te acostaste con mi hermano y mi papá, ¿A que viene tu reclamo? -Victoria le dio una cachetada y fue a buscar vodka que bebió de la botella. Guillermo se la quitó luego de haber tomado un trago -Tu definitivamente estás loca, quieres matar a nuestro hijo.
–Mi hijo, hay cuatro hombres que son los posibles padres.
–Me lo vuelves a sacar en cara luego que me dices que es mio. -Guillermo se va al baño. Victoria sigue bebiendo.
Guillermo sale del baño y v
Victoria se está vistiendo. –Ese hijo es mío, y yo lo voy a cuidar y mantener.
–Quiero el divorcio o le cuento a todos lo maricón que eres y que te acuestas con mi papá.
–No me quiero divorciar y tú no vas a hacer eso porque no te conviene.
–Maldita la hora que decidí casarme contigo.
–¿Que vas a decirle a la gente? Que soy marico y tu hijo es de tu suegro?
–Imbécil.
–Puta. -Victoria le dio varias cachetadas a Guillermo hasta que este la detuvo y la tumbó en la cama, terminó de vestirse y se fue al bufete, Victoria se quedó llorando y bebiendo.

Victoria llega a la tienda con su amiga que la está ayudando.
–Que bella tienes la barriga, el embarazo te sienta bien. 
–Bien jodida es lo que estoy.
–Marica, volviste a beber. ¿Tu quieres matar a ese bebé? ¿Estás loca?
–Como no voy a estar loca si tengo a cuatro hombres detrás de mi que no se quién de ellos es el padre.
–El niñito, Gerardo ha estado pagándote todo y hoy viene para acá. ¿Hasta cuándo lo vas a tener engañado?
–El puede ser el padre.
–O no. Yo no quiero a este niño, cuando nazca que se lo lleve su padre.
–¿Y si es Guillermo? 
–Mato al niño, primero muerto a que viva con un maricón.
–¿Te estás escuchando? Estás hablando pendejadas y espero que sea el alcohol.

–Verga gran carajo, estás ladilla. Si quieres que te coja tiene que ser ya. Te vienes a mi casa.-
–Estoy en el bufete-
–Escápate, le dices cualquier vaina a Héctor o a Jaime y listo, tú decides.-
–Ok, dame media hora y salgo para allá.-

–Ahí va entrando Gerardo. Compórtate y que no se note lo borracha que estás. Hola Gerardo. -Le dio un beso y el chico se acercó a saludar a Victoria que se echó para atrás.
–¿Qué te pasa?
–Que no quiero que me beses chico, ya, vete de aquí, no tienes porque estar aquí.
–¿Has bebido? Victoria tú no puedes estar bebiendo así, nuestro hijo...
–NO ES TU HIJO, ESTE HIJO ES MIO, SOLO MIO. -Victoria tuvo un fuerte dolor en el bajo vientre y rompió fuente, vio a su amiga y Gerardo la cargó montándola en la camioneta rumbo a la clínica.

Guillermo estaba desnudo, pegado a la pared y de pie, lo penetraba Francisco que lo sujetaba del cabello mientras empujaba con fuerza. 
–No sabes como esperaba tus cogidas.
–No te está cogiendo cualquiera carajito. -El celular de Francisco comenzó a sonar, pero no le hizo caso, se detuvo el repique y sonó el de Guillermo que tampoco se molestó en atender. Volvió a sonar el de Francisco, nuevamente el de Guillermo. Por tercera vez sonó el del empresario y esta vez dejó de penetrar al muchacho y atendió.
–Hola hija...si...no...ocupado...ah ok....¿qué? Pero si no es la fecha...ya, voy para allá ahora mismo.– Vístete que tu mujer está pariendo.
–Pero si tiene siete meses.
–No importa, con tal de no seguir cogiéndote, esto me parece maravilloso.
–¿Me voy contigo?
–Ni de vaina, te vas como te viniste, en tu carro. Yo me voy en el mio.

–El bebe está en la incubadora, está muy delicado, aparte de ser prematuro, el que Victoria no haya dejado de beber en todo el embarazo, ha afectado a la criatura.
–¿Cómo está ella?
–Dormida, estaba decompensada y alcoholizada, descansa ahora.
–Doctor, necesitamos hacer unos exámenes de ADN para saber quién es el padre del bebé.
–Vaya...bueno...vamos a hacerlo, quienes son los dos caballeros.
–Ellos cuatro doctor. -El médico abrió los ojos sorprendido y los acompañó al laboratorio.
Francisco se quedó con la amiga de su hija.
–Lo que uno tiene que soportar. Ver a cuatro tipos que se acostaron con mi hija y no se sabe quien es el padre.
–Ay Francisco...
–Tranquila, se lo que tengo en casa, a una puta y encima despistada, lo mejor que le puede pasar a ese niño es que se muera.
–Es tu nieto.
–Gran vaina...un niño no deseado.

Luego de sacar la muestra al bebé y a los posibles padres, tendrían que esperar 24 horas para los resultados.
Guillermo se acerca a Francisco.
–Vamos a tu casa y terminas de cogerme.
–Tú estás demente. Tu esposa está hospitalizada, está jodida, el bebé igual, tú te quedas hoy aquí.
–Cógeme en el baño. -Francisco dio media vuelta e hizo una llamada.
–¿Qué coño ha pasado que Gastón sigue libre?, estoy con él en el Centro Clínico...ok, lo distraigo hasta que lleguen y se lo llevan preso, quiero verlo.
Colgó la llamada, al voltear, Guillermo lo ve y se dirige al baño esperando que Francisco lo siga. Lo sigue. Francisco entra y Guillermo se baja el pantalón. –Cógeme. -El hombre le de un fuerte golpe al muchacho que lo deja desmayado, lo sienta en la poceta, cierra la puerta con la tranca y sale por debajo del cubículo. Se va del baño.
Se pone a hablar con Gastón
–Maldito ¿Tú crees que me voy a quedar tan tranquilo después de saber que te cogiste a mi hija?.
–Simplemente pasó Francisco.
–Ya...-Vio llegar a la policía. –Así como simple será apartarte del camino.
–¿Señor Gastón Castillo? Queda usted detenido por malversación de fondos, evasión de impuestos y lavado de dinero.
–Ya va, esto no puede ser, quiero un abogado, no me pueden llevar así.
–Claro que pueden Gastón.
–¡Desgraciado, fuiste tú! Me las vas a pagar.
–Tranquilo, me vas a pagar tú.
–Uno menos.

Al día siguiente Gerardo, Guillermo y su hermano Gustavo estaban en la clínica esperando el resultado de la prueba de ADN. Francisco llegaba a la clínica.
–Me dejaste abandonado en el baño luego de caerme a coñazos y encima metiste a mi papá preso.
–Yo no, la justicia, tu padre es un corrupto. Yo te lo advertí y ahora prepárate porque todo lo que tienen tu madre y tú va a ser mio.
–Eres un hijo de puta.
–Más bien padre de una puta. Solo espero que mi nieto no tenga de padre a ti.

La enfermera llamó a los tres hombres, faltaba uno y le aclararon la situación. –Ya les puedo decir que el señor Gastón no es el padre. -Guillermo y Gustavo cerraron los ojos. Gerardo estaba nervioso y no paraba de moverse. 
–Ya diga quien es el padre, salgamos de esto de una vez.
–Usted señor Gerardo. -El chico se puso pálido echándose para atrás, Guillermo se sentó en la silla mareado y Gustavo brincó y dio un grito de felicidad al saber que no era el padre, se fue de la clínica. Antes de irse pasó por la camioneta de Francisco y, con una navaja, le rompió los cuatro cauchos.

Francisco cogió del cuello a Gerardo.
–¿Qué edad tienes cagaleche, eres menor?
–Tengo 23 años señor.
–¿Y tienes dinero para mantener a ese bebé enfermo?
–Si señor, hasta ahora he pagado todo lo del embarazo, las medicinas, antojos, pañales, ropa... -Francisco lo soltó.
–Cuando el mocoso salga de la encubadora, te lo llevas y te encargas de él, mi hija no está en condiciones, yo me pongo en contacto contigo para pasarte un dinero mensual y que registres a ese niño como tuyo y listo.
–Señor yo quiero estar con su hija y casarme con ella.

–Tú te desapareces de la vida de ella junto al niño o te desaprezco yo de otra manera.






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