Tocan con fuerza la ventanilla del vehículo.
Era el vigilante que intentaba despertar a Rebeca dormida dentro de su carro.
De un brinco la actriz levanta la cabeza
del volante y ve al vigilante que saluda y se aleja sabiendo que está bien.
Rebeca se quita el sudor de la cara con sus
manos y busca una toallita húmeda en su cartera, todo le da vueltas. Se ve al
espejo. –Estoy terrible, ¿a dónde es que voy? Ah al teatro. –Se da dos
cachetadas para desperatarse y enciende el carro.
Ricardo salía del Concejo Municipal para ir
a uno de los restautrantes para ver unas facturas y de ahí a la clínica a ver a
Ana que ya estaba recuperada.
–Ya me dan de alta mañana.
–Bueno cuando estes lista te vienes a casa
y comienzas a trabajar. Teodoro te extraña
–Ta lindo, ¿pero tu esposita querrá que yo
esté ahí?
–Preocúpate por otras cosas, no por eso,
ella no tiene ni voz ni voto.
–¿Cómo trata al niño?
–Ha mejorado un poco porque la tengo en la
mira pero lo hace por eso, no porque lo quiera, que manera de rechazar a
alguien que vino de ti.
–Una mala madre, si no quería ser madre, es
tu culpa, tú casi que la obligaste.
–Ah bueno, ahora me salió regaño. Mosca
porque como sigas con los reclamos te boto.
–¿Y que tengo que hacer para contentarte?
–Tú sabes lo que me gusta. -Fue a la puerta
y le pasó el pestillo y regresó mientras Ana bajaba la cama hasta llegar a la
altura del cierre del pantalón.
Bajó el cierre y metió la mano. –No traes
interior. -Se sonrió, sacó el pene aún flácido y lo metió en su boca sintiendo
como iba creciendo.
–Tengo días que no me cojo a nadie y menos
a la cuaima y no me he hecho la paja así que estoy cargadito. -Le puso la mano
en la cabeza y se la movía para que se tragara todo su pene.
Ella lo miraba mientras le hacía sexo oral
y él se mordía el labio inferior.
–¿Quieres leche? Estoy a punto de venirme… ahí
va.
–Mmmmm, mmmmm, mmmmm –Era lo que se
escuchaba de Ana que recibía el semen e iba tragando aquella abundante descarga.
_________
Rebeca ya había rozado el carro con un
bolardo de la calle mientras manejaba hacia el teatro. En un segundo cerró los
ojos y el carro se montó en la acera y siguió andando hasta estrellarse con una
farmacia que está a pie de calle. El carró traspasó la pared de vidrió, se
llevó una caja, dos estantes y cuatro personas, una de ellas herida con el
golpe.
Gente corriendo, curiosos y una patrulla de
policía que estaba cerca, llegó al lugar del suceso al escuchar los ruidos y
gritos.
–¡Esa es la actriz! –gritaba una de las
mujeres que se acercaron para ver que sucedía pero en ese momento nadie
advertía de esa afirmación.
Llegaron los paramédicos, los policías
revisaban sus pertenencias para poder llamar
a alguien.
Yolanda, la madre de Rebeca, llegaba a la
clínica donde había autorizado llevar a su hija. Está acompañada de Catire y la
niña, la otra hija de Rebeca.
La prensa también había llegado, se había
filtrado que una actriz había tenido un aparatoso accidente y en estado de
embriaguez.
Ricardo hacía acto de presencia luego de
saber lo sucedido, por Yolanda. La prensa lo asedió.
–Concejal ¿se confirma entonces que es su
esposa la que está ingresada aquí, la actriz
Rebeca Montenegro?.
–Estoy llegando y no sé nada, no sé si es
mi esposa.
–¿Pero quien le avisó? ¿Tiene algún
indicio? ¿hay otros heridos?
Ricardo siguió de largo junto a sus
escoltas.
–¿Cómo está? Se sabe algo?
–No han dicho nada, pero lo que se rumora
es que estaba borracha y al parecer hay heridos.
Ricardo vio la niña que cargaba Catire y le
entró un calor en el cuerpo, su impresionante parecido con Rebeca era
indiscutible.
–¿Para que traen a la niña a esto?
–No teníamos con quien dejarla. -Le dijo
Catire con cierta vergüenza.
–Señor Sucre, su esposa va a estar detenida
aquí en la clínica para interrogarla, hay una persona herida, ella conducía con
un alto grado de alcohol en la sangre.
–Entiendo, ¿pero ella está bien?
–El doctor informó que tuvo un golpe fuerte
en la rodilla y la están operando. -Le comunicaba el policía encargado del caso.
Ricardo se alejó del grupo de gente e hizo
una llamada.
–<Victor habla con el fiscal del caso y
que detenga todo y saquen a la policía de la clínica>
–<No es tán fácil Ricardo>
–<Coño Victor, por dinero no te
detengas, paga, lo que sea pero no quiero que este peo trascienda>
–<Ya me pongo en eso>
Un par de horas más tarde, Rebeca estaba en
recuperación, la policía se había ido y alguno que otro periodista quedaba en
la zona.
Ricardo
le dijo a Catire que hablara con ellos, le dijo lo que tenía que decir
exactamente, ni más ni menos.
Ricardo llamó a los dos periódicos más
importantes del país para que la noticia la manejaran con total discreción,
igualmente habló con Gonzalo Cienfuegos Jr. para que diera la orden en su canal
y en el periódico.
–<Vaya y tu mujercita se reunió conmigo
para que la contratara en el canal de nuevo, que quiere un protagónico>.
–<¿Cuándo fue eso?>
–<Hoy tempranito, pero bueno, después de
esto no creo que pueda, tendrá que recuperarse>
–<¿Y tú accediste? Tú papá la vetó del
canal>
–<Tú sabes que ya el viejo no toma
decisiones aquí, ahora estoy yo y bueno sabes que tu esposa tiene sus armas
para convencer a cualquiera>
–<¿A que te refieres?.
–<Tranquilo Sucre tranquilo, la noticia
del choque se va a tratar con total discreción, no garantizo lo que digan en
otro canal, trataré de evitar amarillismo por parte de ellos pero escapa un
poco de mis manos>
–<Gracias, tenemos una reunión pendiente
con tu papá>
–<la reunión la vas a tener conmigo,
habla con mi secretaria>
Ricardo cerró la llamada con la rabia que
lo consumía por dentro. –Esta puta se acostó con el mamaguevo este. -Se fue a
encontrar con su suegra.
–¿Sabías que la puta de tu hija se acostó
con Cienfuegos Junior?
–No me extraña, está desesperada por entrar
a la televisión de nuevo. Te lo diiiije, que le tuvieras la correa corta pero
tú como ella, piensas con la entrepierna.
–La voy a matar.
–Aprovecha que está convaleciente y la
rematas.
Ricardo vio a Yolanda con rabia y cerró los
ojos.
–Era un comentario yerno, relájate. ¿viste
por ahí a Catire? Me dejó a la niña y se fue.
–Está en el cafetín.
Yolanda se fue con la niña al cafetín y vio
a Catire sentado con una chica más o menos contemporánea a él, se reían y ella
le ponía la mano en su brazo. Yolanda se acercó.
–Buenas noches ¿interrumpo algo?
–Yolanda, mira Karina ella es mi…
–Su futura esposa niña, que te quede claro,
ahora levántate y vete de aquí.
Catire le hizo un gesto a la muchacha para
que se retirara le dijo que la llamaría luego.
–¿Quien es esa golfa?
–Una amiga Yolanda, es productora del
canal.
–Mmmmm una amiga, ten cuidado hasta donde
llegas con esa amiga. Toma a tu hija, no soporto que me la encasquetes.
–Es tu nieta
–Si, no mi hija, encárgate tú de ella,
ponle una nana no quiero saber de ella.
–¿A qué hora nos vamos?
–Te vas tú, si quieres te quedas en mi
casa, yo me quedo con Rebeca.
Catire se fue con su hija al apartamento de
Yolanda y se llevó el carro de ella con
la promesa de buscarla mañana por la clínica. Yolanda recibió la llamada de su asesor de negocios y
contador para darle noticias de la empresa que manejaba y donde tiene acciones,
una empresa que le dio su yerno para que dejara de pedirle dinero.
–<Los socios no quiern venderte las
acciones, no quieren que tengas el dominio de la empresa y mira que negocié>
–<Vaya, ¿será que tengo que tomar
medidas extremas?>
–<¿Ofrecemos más dinero?>
–<No, algo más contundente haré,
hablamos ahora estoy con mi hija> Se fue a la habitación de su hija.
Ricardo estaba con Rebeca en la habitación
hablando con ella, le acariciaba el cabello.
–Te saqué de tremendo peo y en tiempo
record, y dale las gracias a Victor que movió ese culo. Solo tienes que rendir
declaraciones en la policía pero eso es una formalidad.
–Gracias. Ahora no podré actuar hasta que
me recupere, la obra la hará otra actriz, que arrechera.
–Ya me enteré que fuiste a jalarle bola a
Cienfuegos junior. Eres tan pero tan puta que te acostaste con él para
conseguir un contrato en el canal que te botó.
Rebeca comenzó a ponerse nerviosa, sabía
que en cualquier momento iba a recibir una golpiza de las que ya está
acostumbrada.
–Yo….Ricardo…eso no…yo..hablé con
él..pero…yo no me….lo que te haya dicho…es mentira.
Ricardo se le quedó mirando fijamente pero
ella no aguantó la mirada, él se sonrió.
–Estás demasiado jodida para darte la
coñaza que mereces. Te lo he advertido miles de veces pero no haces caso parece
que te excita que te pegue, voy a tener que hacer otro tipo de castigo a ver si
obedeces. Mira, ahí llegó tu madre que se va a quedar contigo, yo tengo miles
de peos que resolver y cuidar a nuestro hijo.
Yolanda despidió a Ricardo y le comentó lo
de la empresa. –Lo que tú decidas con eso te apoyo, sabes que cuentas conmigo.
–Ya decidí y pronto te enterarás, chao,
descansa.
–Ay hija mia a veces pienso que tu padre es
el vigilante del edificio donde viví cuando me casé, no sé de donde saliste tan
bruta, bruta.
–Lo de puta si sabemos que salí a ti,
mamita querida.
Yolanda se alejó de la cama y fue al baño.
–TU MARIDO YA SABES QUE TE TIRASTE A
CIENFUEGOS HIJO, SUPONGO QUE YA TE LO SOLTÓ.
Salió del baño.
–Se lo tomó bien porque de momento solo
tienes la rodilla jodida.
–Me amenzó con hacerme otras cosas si no
obedecía, ese tipo me va a matar.
–Bueno yo le daré algunas ideas a ver si
coges el carril.
Tres días después ya Rebeca estaba en su
casa usando muletas y comenzaría la rehabilitación, la prensa la perseguía por
todos lados pero ella evadía la pregunta o solo sonreía y decía que ya estaba
bien.
Recibió una llamada de la compañía de
teatro, le dieron dos noticias
La primera era que su contrato se mantenía
intacto, aunque su personaje lo esté haciendo otra actriz pero en 15 días
regresaría.
La segunda noticia la dejó helada.
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