viernes, 18 de diciembre de 2020

Fiebre 10. Capítulo 5

 


Román fue a visitar a Gerardo a la clínica luego de las clases por zoom con dos profesores de la universidad. Todavía no estaba convencido si esa era la mejor manera de estudiar ingeniería pero no había otra opción.

 Entró a la clínica y entregó el certificado, actualizado de su inmunidad ante el virus. Lo dejaron subir a la habitación de Gerardo. Los escoltas le anunciaron que venía el chico, como no traía tapaboca lo dejaron entrar de una vez

-Nené, viniste. -Román quedó sorprendido al ver el aspecto de Gerardo, estaba delgado aunque hinchado y amarillo. En su cara se notó la sorpresa. -¿Tan mal me veo? No respondas, lo sé.
-Viejo...¿Cómo te sientes?
-Me siento de la patada, jodido y peor porque no estoy contigo en casa, duermes con otro y eso me pone muy triste...en realidad, me enfurece, quiero salir de aquí y ocupar mi puesto y botar a Pablo de mi casa.
-Tu fuiste el patrocinante de esta relación, tranquilo, Pablo me contó todo, no me molesta, pero...
-Claro que no te molesta. Pablo es guapísimo, un cuerpazo y más joven y sano. En fin, ¿Cómo están las cosas? ¿En que quedó lo de tu viaje a Ginebra?
-La universidad bien, un poco jodido con el tema a distancia, pero bueno, voy a tener un hermanito o hermanita, Irma está embarazada.
-¿Otro?
-¿Otro? Soy hijo único.
-La bebita de Manuel, es de tu mamá ¿No?
-Es increíble que ahora seas el más pana de Manuel con la mierda de persona que es...bueno, tú eres igualito... -Román se arrepintió de decir eso, Gerardo se encogió de hombros. -Mi mamá, Laura, no es mi madre biológica. En cuanto a Ginebra pues para justificar mi ausencia tengo que poner la denuncia de mi secuestro.
-Házlo, denuncia a la basura de mi hijo, ese niño ya no tiene remedio.
-Viejo, tu hablas así y no te das cuenta que Federico es tu hijo, salió a ti, es igual de mafioso, corrupto y asesino que tú. -Román se estaba molestando, Gerardo serio y sintiéndose mal, le respondió.
-Yo solo quiero salir de aquí y cogerte mi nené, quiero estar dentro de ti, hacerte gemir pero esta mierda de cáncer no me deja, ni siquiera se me para el güevo, estoy jodido.
-¿Y hay probabilidades de mejora? ¿Quimio? ¿Un tratamiento alternativo? ¿Ir a otro país?
-Voy a morir, en unas semanas, unos meses, en algunos días.
Román tragó grueso y tan solo abrazó a Gerardo y este no aguantó las ganas de llorar. -Tantos planes que tenía contigo, el viaje que planifiqué...quiero que ese viaje lo hagas con Pablo. -Román se separó de Gerardo y le dio un beso.
-No sé que decir. -Román también lloraba.
-Dime si Pablo te coge mejor que yo. -Román se dio media vuelta y se fue dejando a Gerardo llorando.

Román preguntó dónde estaba Manuel Rendón y fue hasta la zona restringida de pacientes con Covid. Cuatro escoltas totalmente tapados con tapabocas, pantalla de acetato y guantes bloqueaban la entrada. Román se identificó y luego de preguntarle a Manuel, entró.

-Carajito, ¿viniste a ver a tu Daddy moribundo y estás sensible y viniste a verme a mi? No te hubieras molestado, yo si que no voy a morir. -Manuel hablaba con dificultad.
-Tu hija, ella,.¿Tú la vas a cuidar?
-Es mi hija, es una pregunta absurda, esa princesa tiene la vida resuelta.
-¿Y si mueres quién la va a cuidar?
-Eso no es peo tuyo, yo tengo listo todo.
-Es mi hermana.
-Laura no era tu madre, coño se te han muerto tus dos mamás y ahora se te muere el marido.
Román apretó el puño, quería golpearlo pero se contuvo.
-Yo quiero hacerme cargo de ella. -Manuel lo cogió con fuerza del brazo.
-Tú encárgate de tu vida y de lo que te viene una vez que muera tu viejito. Cuídate de Federico porque te tiene ganas y no precisamente de cogerte. Vete de aquí. -Lo soltó. Román lo miró fijamente, pero no le dijo nada, Manuel si. -Todavía tengo esperanzas de darte duro por ese culo, debes ser bien perrita cuando te clavan.
-Imbécil. -Salió de la habitación.

Carlota fue al apartamento donde vivía con su madre, fue a visitarla.
-¿Tienes el descaro de regresar después de todo lo que has hecho? Tú y tu hermano han destruído lo poco de familia que teníamos, se han convertido en unos seres oscuros.
-Vine a proponerte un negocio. Y si quieres te pido perdón pero escucha mi propuesta.

Carlota le propuso encargarse de las niñas y de ella para manejar el negocio de prostitución que tenía Manuel y luego Federico. 30 chicas entre 14 y 17 años junto a una lista de potenciales clientes entre fijos y eventuales con ganancias de Miles de dólares mensuales y todo manejado por internet.
-Serás la dueña y señora de esas niñas, te puedo conseguir más, tengo contactos para conseguir quinceañeras vírgenes que están deseosas de ganar dinero y harán lo que sea, en los barrios abundan.
-Te volviste loca. ¿Tu pretendes que yo me meta a proxeneta de unas menores de edad? Voy a ir a la cárcel.
-A la cárcel van los guevones mamá, tengo contactos, clientes abogados y jueces que no permitirán que el negocio caiga, podemos duplicar a las niñas y te vas a forrar de plata, y yo claro.
Carlota tomó del brazo a su hija y la sacó del apartamento.
-Es mejor que aceptes porque puedo hacer que te metan a la cárcel si cuento de tus chanchullos con los contratos y comisiones que tienes con el gobierno, me he acostado con gente que te puede hundir si mientras le mamo el güevo le pido un favor. -Se montó en el ascensor y se fue.






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