jueves, 17 de diciembre de 2020

Fiebre 10. Capítulo 4

 


Willy besaba apasionadamente a Federico, lo tenía penetrado. Willy sobre el chico, movía sus caderas apretando las nalgas. Federico gemía, quería cocaína pero Willy no lo dejaba mientras tuvieran sexo, quería que disfrutará sin artificios.

Se colocaron de lado y Willy le alzó la pierna al chico que estaba temblando y con escalofríos. -Dame coca marico, dámela.
-Coño ya va, disfruta no jode, te estoy cogiendo. Willy le introducía todo el pene y comenzaba a moverse.
Besaba a Federico en el cuello y en la cabeza, le mordía la oreja.
-Marico dame la coca, no aguanto, dámela. -Willy se detuvo. -¡Coñodelamadre! -Se levantó de la cama y le buscó una bolsita lanzándose la. Entró al baño. Willy se puso frente al espejo con la respiración agitada, estaba sudando, su pene erecto lo tomó con su mano derecha y comenzó a masturbarse. Se veía al espejo como su abdomen se contraía, las gotas de sudor corrían por su cara y y en el pecho bajaban a su abdomen. Se tensó y eyaculó cayendo en el espejo todo el semen, las últimas gotas en el lavamanos.
Salió del baño y Federico estaba tumbado en la cama.
-¿Seguimos?
-Mamaguevo dañado, ya me pajié.
-Tu  si eres gafo vale, era una jalada y seguías cogiéndome marico.
-Mira, hay que decirle a esta gente que reparta los tapabocas y los gel antibacterial pa la gente del barrio.
-¿Cuántas mierdas de esas hay?
-Llegaron 20 mil de momento, luego llegan 50 mil. Hay que hacerlo, tienes que ser el papá de esta gente, que te respeten. Ya te conseguí medicinas y la semana que viene tenemos un cargamento de comida, vamos a repartir nuestras propias cajas. Tu entregarás todas estás vainas a las primeras 50 casas, luego la banda se encarga del resto.
-Tengo ganas de matar a  Manu ahora que está hospitalizado en la clínica de mi papá. ¡Que bolas esa vaina, el mamagüevo ese enemigo de mi viejo y ahora están de güevo agarrado, hay que matarlo a ambos.
-Manu debe tener a 20 tipos ahí cuidándolo, marico está enfermo mal, tiene Covid y está jodido.
-La droga lo tiene así.
-Pues cuídate, porque serás el próximo.
Federico se reía y le hacía gestos con la mano a Willy, ya le había hecho efecto la droga.
-Coño ve tu al recorrido, eres mi mano, mi brazo derecho, la gente sabe que si estás tú estoy yo. Yo tengo que ir pal otro barrio sureste a hablar con la banda y cuadrar todo, quiero que está puta ciudad se arrodille ante mi, que los alcaldes me suplique que los deje trabajar.
-Quieres que Merkel te coja y la banda...eres una puta. Sabes que no tienes que ir, solo quieres que te revuelquen ese poco e malandros.
-Relaciones Públicas negro, luego los despacho cómo hice con el traidor de Pastor.
-Haz lo que quieras pero tienes que repartir estás vainas.
-Yo quiero repartir culo.
-COÑO MALPARIDO DEJA DE METERTE MIERDA POR LA NARIZ, NOS VAS A JODER A TODOS, PARATE Y VAMOS A ORGANIZARNOS. -Llamó al jefe de una de las bandas del barrio para cuadrar la entrega, serían 50 hombres y 10 mujeres las que estarían en la entrega. Federico encabezaría la entrega.

-Yo quería ver a Manu.
-No puedes ir a la clínica, además tú papá está allá, no quieres que se entere.
-Quiero llamar a mi papá y luego a Manu.
-Ok, como quieras. Mira, hoy tenemos tres clientes. Tengo que llamar a Zulay, Rebaca y Sonia, ellas tienen tres también. -Le decía Tomás a Carlota.
-No te da cosita lanzar a Sonia con esos tipos que le triplican la edad? Tiene 14 años.
Tomás se encogió de hombros e hizo una mueca. -Es lo que me tocó, es mi trabajo.
-Eres como mi hermano, inteligente, tu tienes un profesión, él quería estudiar una carrera pero se dedicó al narco, negocios raros y jefe de una parranda de malandros de los barrios de esta ciudad y tú proxeneta.
-Bueno Carlota, tú no vienes de la calle tampoco, tienes 17 años y por lo que se, te metiste en esto y te gustó.
-El dinero, ser independiente, rebeldía y porque soy puta.
-Podemos salir de estoy rehacer nuestras vidas en algo más digno.
-Yo no quiero otra cosa, me quedo en esto, luego yo seré la que mandé a las niñas a la boca del lobo.
Dejó a Tomás y llamó a su padre.

Gerardo no podía creer que hablaba con su hija, le pidió que regresará con su madre, que ella la pedonaba, pero Carlota le habló claro a su padre. -Yo estoy bien aquí papá, gano dinero, me cuido y soy independiente, si, soy una puta pero esto me gusta y es un trabajo.
-Tienes 17 años.
-Y cuando tenga 30 seguiré en esto papá.
-Me estoy muriendo.
-Quiero verte papá.
-No vengas, yo espero salir y te busco. Visita a tu madre.
-No quiero, no me nace.
-Ya cuadré todo para que no quedes desamparada mi amor, te voy a dejar la vida resuelta.
-Papá no hables así, no te vas a morir. ¿Hablaste con Federico, sabe que estás enfermo?
-Tu hermano sabe todo y casi me mata, de él no quiero saber nada.
-A él también le toca una parte de tu herencia papá, él es...
-Ya me encargué de lo que le corresponde a él.
-Papá, ¿Manuel está allá verdad?
-Si, ya que no puedo hacer que salgas de ese mundo, si te pido que te alejes de ese hombre, es muy muy peligroso.
-Ya no trabajo para el directamente, pero quiero hablar con el.

Carlota llamó a Manu y se puso a llorar.
-Ay pendejita, no llores, no me voy a morir, solo tengo Covid no cáncer como tú papi.
-Eres una plasta de mierda Manuel.
-Ya tranquila, cuando salga de esto nos vemos y cogemos rico, ahora quiero que le hagas caso a Tomás, quiero que esa cuquita rica que tienes produzca verdes a montón.
-Yo solo quiero verte y estar contigo, no me importa más nada, puedo tirar con 20 y que me paguen mucho dinero, pero es contigo con quién quiero estar.
-Ya, deja el romanticismo para tu amiguito Román, te dejo, vaya a trabajar.

Braulio, que ahora para todo el mundo se llama Victor, estaba feliz con la tienda, todos los días vendía.Yander vendía mucho más que su compañera y hasta más que Victor que a veces atendía a alguien. La recompensa que Victor le daba a Yander aparte de sexo, era más dinero por fuera de las comisiones.

Ya tenía en mente la próxima tienda, no había hablado con Manuel pero ya había conversado con los dueños para montarla.

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