jueves, 24 de diciembre de 2020

Fiebre. PENULTIMO CAPITULO

 Carlota, su hija, amigos de la familia y allegados, desafiando el confinamiento y el distanciamiento social se acercaron al funeral de Gerardo Hernández el exitoso abogado del país. Para la opinión pública Gerardo había muerto a consecuencia del cáncer de páncreas que padecía, fue la clínica junto a Carlota que decidieron que en la utopsia colocaran eso. De manera discreta investigaban el asesinato en el que estaba involucrado su hijo Federico.


Román, su padre Diego, Irma y Pablo también habían ido. Unos pocos sabian que Román era la pareja sentimental de Gerardo. Dos salones más allá estaba la urna de Manuel y ahí estaban Braulio, Yander y Tomás. También habían unos escoltas que cuidaban al embajador, el padre de Manuel que vino tras conocer el fallecimiento.

Braulio vio al embajador y se acercó.
-¿Él quién es? -Preguntó Tomás.
-Mi amor es el papá de Manuel, fue ministro y ahora es embajador. -Le dijo Yander.
-No me digas mi amor.
-Dame culito y me dirás mi amor tú.
-Ja ja ja si pues, eres tan pasiva que das asco.

-Hola papá. -Se acercaron dos escoltas pero el embajador Rendón los detuvo. Arrugó la cara sin entender.
-Soy Braulio, el hijo de Rosaura, la conociste...
-Ya, ya, ya, se quién es. No sé qué pretendes pero ni dinero ni cariño vas a recibir de mi parte. Mi único hijo está ahí muerto y haciendo caso omiso a lo que le dije alguna vez, te ayudó y después de muerto te sigue ayudando.
-No entiendo.
-No tienes que entender nada, ahora por favor déjame solo.
-Tienes una nieta. -Le mostró una foto en el celular. Estaba Manuel y la niña. -Se llama Berenice.
Se quedó viendo la foto y se la pidió. Luego le dijo que quería conocerla y le dio la dirección.
-Mañana la visitaré para luego regresar.
-Gracias papá. -El embajador le puso la mano frente a su cara.
-No vuelvas a repetir esa palabra. Mi único hijo murió, no tengo más hijos.

Carlota caminaba sola viendo a la gente que había venido, en eso vio al abogado con el que estubo ayer, estaba con su esposa.
-Buenas tardes doctor, gracias por venir. -El hombre la ve y se pone pálido, la esposa nota a su esposo incómodo.
-Soy la hija de Gerardo, ayer me ví con su esposo, es decir, nos encontramos en la calle y hoy nos vemos aquí lamentablemente.
-Mi sentido pésame Carlota.  -Le dice la esposa mientras la abraza, Carlota le guiña el ojo al hombre y le dice sin emitir sonido "llámame".

Román hablaba con un amigo de Gerardo que le preguntaba impertinencias pero Pablo logró alejarlo.
-Gracias.
-De nada pequeño, pero ahí viene otro.
-Ay que ladilla, vámonos.
-No, este es el abogado de Gerardo y te tiene noticias.
-¿Ah?.

Tomás fue el baño, los urinarios estaban ocupados, uno de ellos por Yander. De repente comienza a irse la gente del baño Tomás se pone al lado de Yander.
-Viniste, mira.-Tomas baja la mirada y ve el enorme pene del muchacho, abre los ojos.
-Soy tan pasiva, que la tengo dura y grande para metértela.
-Marico ¿Dónde guardas eso? Ni de vaina me meto eso.
-No digas que no papi, yo te lo meto despacito, entra a una de las pocetas.
-¿Qué te pasa? No me vas a coger aquí y menos en una funeraria.
-¿Por qué papi? La tengo dura aprovecha.
-No vale. -Yander le dio un beso y Tomás lo empujó y luego le dió un golpe.
-¡Deja la vaina! -Salió del baño.
Saliendo se tropezó con Braulio.
-¿Qué te pasa?
-Nada...marico ¿Tu le has visto el güevo a Yander?
-Ya te lo mostró. Enorme verdad.
-Me quería coger allá adentro.
-No te vas a arrepentir.
-¿Te lo tiraste?
-Dos veces.
-Hola mis amores. -Yander salía del baño. -Me dejaste con la verga dura. -Le dijo al oído.

-Román la semana que viene quiero reunirme contigo y con Carlota para discutir sobre la herencia de Gerardo, él dejó todo listo para cuando llegara este momento.
-¿Herencia? ¿Me dejó algo?
-Te dejó mucho Román, mucho, más de lo que puedas imaginar.
Román vio a Pablo y este movió la cabeza afirmando lo que decía el abogado.
-Carlota está aquí también.
-Ahora hablaré con ella.
Braulio se acercaba a Román. Se abrazaron -Creo que es el momento de darnos el pésame mutuamente. -Dijo Braulio. -La gente los miraba impresionados por el abrazo no acatando el distanciamiento.
-¿Tengo que sacar mi certificado o nos separamos? -Braulio se separó.
-¿Cómo estás?
-Bien, impactado, el abogado de Gerardo me acaba de decir que me dejó un dineral.
-A mi me acaba de llamar el abogado de Manuel, quiere hablar conmigo mañana, debe ser para lo mismo. -Pablo se acercó a Román y le pasó el brazo por los hombros.
-Mucho gusto Pablo, el novio de Román. -Se saludaron con el codo, Román miró a Pablo arrugando la frente. Braulio se despidió del chico prometiendo verse pronto.

-Tu novio.
-Mi novio ¿Si? Ya no se hable más. -Pablo se fue al baño.

Carlota tenía en su celular una aplicación que organizaba los encuentros de sus chicas y los clientes, apenas estaba entrando y veía como funcionaba. Amigos y conocidos se acercaba a ella para darle las condolencias pero ella apenas si les agradecía, estaba cuadrando a sus chicas con los clientes. Logró concretar a una chica para que se viera con un cliente. Ese cliente estaba en el cementerio.

Yander se encaprichó con Tomás y no paraba de seguirlo. Tomás logró evadirlo hablando con un conocido y Yander se apartó de la multitud.
Bajó las escaleras que llevaban al pequeño estacionamiento de la entrada y vio llegar una camioneta negra que ya había visto. Al ver bajar a una mujer la reconoció, su corazón comenzó a latir más rápido al ver al escolta que le había entregado su tarjeta.
-Hola Mercy.
-Ricky, cariño, que sorpresa. ¿Que haces aquí?
-En el funeral de Manuel Rendón.
-Que broma, voy a ver al padre. Te dejo.
-Mercy, Mercy, ¿puedo hablar un momento con uno de tus escoltas?
-Depende de quién sea, ellos se vienen conmigo al salón.
-No, es el de la camioneta.
-No lo distraigas mucho, te veo en la tienda la semana que viene.

-Hola. ¿Te acuerdas de mí?
-Hola, si.
-Te espero en el baño, no tardes.
-No puedo alejarme.
-Tienes que orinar ¿No? Va a ser un rapidito, te lo prometo.
Yander se fue al baño. Vio a Tomás y le guiñó el ojo, entró al baño.





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