lunes, 7 de diciembre de 2020

Fiebre 9. Capítulo 6

 Román y Pablo estaban en la cocina del apartamento. Pablo estaba viendo que preparaba para cenar y Román buscaba cervezas en la alacena para ponerlas en el congelador.


Román estaba en boxer y una camiseta. -¿No quieres cambiarte, ponerte más cómodo?
-No traje nada.
-Quédate en interior o te pones algo de tu jefe.
-¿Quieres que me quede en interiores?
-Como tu quieras.
Pablo se quitó la camisa, se le marcaban los pectorales y los abdominales, unos vellos rebajados cubrían su pecho. Se quitó los zapatos y el pantalón. Se dejó puesto el interior que era blanco.
-¿Así está bien? -Román venía con dos cervezas en la mano y se quedó paralizado al verle el cuerpo a Pablo, apoyó las botellas en el mesón, su cuerpo empezó a encenderse en fiebre. -¿No te gusta? -El chico no hablaba y Pablo metió su mano en el interior acomodándose el pene. -Voy a ponerle pavo a los sandwiches.
Román cogió las botellas de nuevo. -Lávate las manos primero antes de tocar el pavo. Puso las botellas en el congelador, el frío de la nevera le provocó un escalofrío. -¿Estás bien? -Pablo le tocó el hombro y quitó la mano inmediatamente. -¡Coño, estás que quemas carajito! ¿Te sientes bien?
-Si, si...ya se me pasa. -Miró a Pablo mientras armaba los sandwiches. -Cuando te lo mamé no te vi ese cuerpo...
-Coño estaba vestido.
-Estás demasiado bueno.
-Dime en que cuarto voy a dormir.
Ramón se le acercó y lo besó. Seguía caliente pero no tanto como cuando Pablo lo tocó.
-Vas a dormir conmigo, como la otra vez.
-¿Y para que quieres que duerma contigo?
Ramón volvió a besarlo. -Para cumplir con la orden de Gerardo.
-Mira chamo, esta bien que estemos con la joda de besarnos y que me lo hayas mamado pero hasta ahí.

Terminó de preparar cuatro sandwiches y se fue a duchar, Román hizo lo mismo.

Se colocó de nuevo el interior y regresó a la cocina. Esperó a Román para sacar las cervezas.
-¿Y ahora que el Manuel no murió? Hay que hacer algo. -hubo un silencio y siguió hablando. -Mi mamá va a tener un hijo de ese tipo.
-¿Tu sabías que Gerardo y Manuel tienen negocios juntos? Gerardo no lo sabía hasta que "Manuel murió".
-Pero si ambos se han jodido mutuamente.
-Manuel no le importa matar o sacar del medio a quien sea.
-Ese tipo creo que es más peligroso que el viejo. Braulio, perdón Victor debe estar feliz que su hermano está vivo.
-Si pues...
-Ambos terminaron de comer y se sentaron, separados, en el sofá tomando cervezas, ya llevaban tres cada uno y Pablo buscaba las cuartas.
-Tu no deberías estar tomando, mañana comienzas clases. No entiendo si sigue la cuarentena permiten las clases presenciales.
-Creo que esta semana harán pruebas van a dividir los salones y el profesor dará clases en una mientras el otro grupo en otro salón lo ve por una pantalla.
-Que vaina tan loca.
-Si no funcionan nos mandan a casa y será via zoom o skype o google meeting, no sé.
-Mañana me toca sembrarme en la universidad hasta que salgas.
-Para que no te aburras, te distraes con alguna alumna o alumno o profesora o profesor y te los tiras en un baño.
-Voy a ignorar ese estúpido comentario. Gerardo te debe amar hasta el infinito para pagarte la mitad de la carrera de una vez, bueno y hacer todo lo que hace por ti.
-¿Estás celoso o es envidia?
Pablo se bebió lo que quedaba de la botella y se puso de pie. -Vamos a dormir que mañana es un día largo.
Román se levantó, bebió la cerveza y comenzó a caminar hacia la habitación, Pablo iba detrás. Una vez en la puerta, el chico la abre y voltea a ver a Pablo. -Tu cuarto es el que están al frente, hay sábanas y toalla. -Entró a la habitación y cerró la puerta dejando a Pablo afuera. Él  se rió y se metió en la otra habitación.

Pablo se tiró en la cama boca arriba con la luz apagada, se quedó pensando en muchas cosas; Gerardo, su novia, el trabajo, Manuel. Y Román. Un chico que tenía meses viéndolo, pero apenas escasas semanas trabajando y compartiendo con él y lo había puesto a repensarse cosas. Trataba de dormir pero no podía, a su mente llegaban momentos de adolescencia con sus primos que se masturbaban juntos, se besaban y algunos intentos de penetración. Otro hombre que le hizo sexo oral, pero no había pasado al otro nivel y ahora con Román sucedió lo mismo y el chico quería traspasar los límites sumado a eso la insistencia de Gerardo de conquistarlo, una solicitud que veía absurda. Cerró los ojos y se puso de lado metiendo una almohada entre sus piernas. Su pene le recordaba que había algo sin terminar.

Roman estaba tumbado en la cama desnudo y profundamente dormido, las cervezas lo durmieron. De repente se abre lentamente la puerta, Pablo entra y pone la mano en el interrumptor, toca el de abajo y enciende las lamparitas de las mesitas de noche, le pareció una romantica opción para el momento, borró ese pensamiento cursi de su mente. -Esto es solo sexo. -Se puso de pie a los pies de la cama, miraba a Román que seguía dormido, se bajó el interior y se lo quitó, sacudió con su mano su pene ya erecto, lubricaba. Se montó en la cama arrodillado y se acercó al chico gateando, de su pene colgaba un hilo de líquido que cayó en el muslo de Roman. Llegó a la boca del chico y lo besó suavemente hasta despertarlo.
-Shhhh no te muevas, cierra los ojos. -Pablo comenzó a besarlo delicadamente por la cara, bajó al cuello, al llegar a sus tetillas las lamió hasta sentirlas duras y fue bajando mientras seguía besandolo. Llegó a su entrepierna y lo besó en el vello. Pablo nunca le había hecho el sexo oral a otro hombre pero al ver el pene del chico que rozó con sus labios, se lo introdujo en la boca mientras sus manos jugaban suavemente con los testículos. Román se movía, su pene tambien lubricaba. El chico soltaba débiles gemidos mientras sentía la lengua de Pablo que dejó el pene y bajó a lamer los testículos. Levantó las piernas de Román y las echó hacia el pecho del chico hasta que el culo quedó levantado y frente a la cara de Pablo. Comenzó a lamerlo, le pegaba la boca y succionaba, lo mordía y le metía la lengua, mordía las nalgas, subía al pene volvía a mamarlo para regresar al culo de nuevo. Levantó su columna y su pene rozaba el culo del chico que lo contraía. Pablo tomó el pene y lo golpeaba contra el culo del chico, escupió en su mano y la pasó por el culo dos veces, luego en su pene y comenzó a penetrarlo lentamente.
Una vez dentro de Roman que movía la cabeza hacia atrás, Pablo se puso sobre el chico y comenzó a moverse. Movimientos suaves pero firmes, movía su cadera hacia arriba, luego a los lados y de manera circular. Se acercó a su boca y lo besó apasionadamente. La boca de Román estaba seca hasta que el contacto con Pablo se humedeció y se fundieron en el beso. Mientras se besaban Pablo no dejaba de moverse, Román gemía, se estremecía, su pielnse erizaba y comezó a subirle la temperatura. Pablo sintió el calor pero la sensación en su pene fue tan excitante que no dijo nada, lo estaba disfrutando y siguió moviéndose.
-Pablo, Pablo, que divino, aaah, aaah, no pares.
-Tranquilo no voy a parar. -Se incorporó un poco y puso al chico de lado sin retirar el pene y continuó moviéndose, Román comenzó a gemir con más fuerza y Pablo a moverse más rápido. El chico levantó una pierna y el pene entró por completo. Entraba y salía con rapidez, Román soltaba quejidos de placer, Pablo apretaba los dientes intentando no acabar todavía. Volteó al chico boca abajo y esta vez Román si gritó, apretó el esfínter y Pablo soltó un -¡Coño! -La sensacion fue placentera tanto que acabó dentro del chico pero no paró de moverse por varios segundos más hasta que el cansancio lo detuvo y se tumbó a un lado.
Roman escuchaba la fuerte respiración de Pablo, cerró los ojos, escucharlo lo complacía, ambos habían disfrutado. El chico se volteo para besar a Pablo. Apenas rozó los labios Pablo se levantó de la cama.
-Esto no debió pasar. Que decanses Román. -Se fue a su habitacion.
Román quedó desconcertado. El sexo con Pablo había sido hermoso para él, se sintió protegido, amado, cosas que no había sentido con Gerardo ni con el sexo en la ducha con Tomás.
Se levantó y fue hasta la habitación de Pablo. Se estaba duchando, iba a entrar al baño pero pensó que no era el momento.

Pablo se duchaba como si nada, tranquilo, se enjabonó todo el cuerpo, limpiaba su pene con esmero y se lavó el cabello.
Salió del baño con la toalla puesta y asi mojado se tumbó en la cama.
A su mente llegaba Román, una y otra vez la película de su encuentro sexual la revivía, hasta que se quedó dormido.



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