miércoles, 16 de diciembre de 2020

Fiebre. Temporada final. Capítulo 3

 


Tomás pretendía penetrar a Manuel pero los planes de su jefe los tenía claros. Empujó a Tomás contra la pared. -Aquí el que coge soy yo. Le desabrochó el pantalón, le metió la mano por el interior y metió unos dedos en su culo. -Quítame el pantalón.

-Nunca me han cogido....
-Shhhhh hoy pierdes la virginidad. -Tomás nervioso le bajó el pantalón y el interior, y aunque ya le había visto el pene y hasta mamado, le impresionó lo grueso y largo, además de imaginarlo dentro de su culo.
Manuel se colocó lubricante y le quitó el pantalón para luego cargarlo. -Ahora vas a sentir cada centímetro de mi verga entrando en tu culo. -Empujó y Tomás gritó, apenas entraba el glande, lo alzó y al bajar entró el pene por completo provocando otro grito de Tomás que le apretó con las manos los hombros. 
Manuel lo tomó por las nalgas y comenzó a moverlo, caminando hasta la cama, lo lanzó  y se montó sobre él para penetrarlo de nuevo.
El llanto de Berenice sacó de concentración a Manuel que se levantó y buscó una toalla.
-¿Qué pasó?
-La beba, está llorando, ya debe tener hambre.
-Pero me vas a dejar...si, me va a dejar aquí. -Manuel fue a la cocina con la bebé en los brazos para calentar uno de los teteros que ya estaban casi listos.
Se sentó en la silla del mesón de la cocina a darle el tetero.
-Shh, shh, shh ya, ya, ¿Ta rico? Ahora vas a dormir mejor y papi va a terminar un asunto.
Tomás lo veía desde la puerta sonríendo. Le tomó una foto.
-¿Qué haces?
-Te tomé una foto. Te ves tan tierno con Berenice en los brazos, tu tan grandote lleno de tatuajes en esa escena tan bonita.
-Deja la pendejada. Borra esa foto.
-Negativo. Es hermosa.  -Tomás se fue al cuarto, Manuel terminaba de darle el tetero, sonreía, Berenice chupaba la mamila pero ya estaba dormida. Terminó y la llevó a la cuna.

Tomás estaba en la cama arrodillado en la cama con su cabeza en la cama y las nalgas abiertas.
-Sigue, ya me dejaste con ganas. -Manuel bostezó. 
-Coño chamo, estoy agotado, la beba me dió sueño al verla dormidita comiendo, te cojo mañana.
-¿En serio?
-En serio, ese culo no me lo pelo.

-Aaay pero estas carteras están divinas marica, mira está.
-Bellas, me las quiero llevar todas.
-Mi viejito me dijo que comprará lo que quisiera. ¿Ricky nos das estás?
-Claro chicas, las que quieran se van a ver fabulosas con estos colores, pero les voy a mostrar una cartera de la colección invierno 2020.
-Ricky, ¿pero como me muestras esto después de escoger todas estás? Me la llevo
-Divina, solo tengo una pero ya que te llevas todo esto te obsequio este perfume.
-Maravilloso, toma marica para ti. Y esto es para ti por atendernos tan bien mi amor -La clienta que no llegaba a los 30 años le dió un billete de 100 $ a Ricky.
-Vengan cuando quieran, el mes que viene llega nueva ropa.
-El mes que viene compro ropa pero quiero que me atiendas a mi y a mis amigas, cierras el local.
-No hay problema querida, yo hablo con mi jefe y listo, las atiendo hasta con una botella de champaña.
Ricky les empaquetó las carteras y un par de ellas eran para regalo. El mayordomo les llevó las bolsas al carro mientras Las dos clientas aunque con los tapabocas puestos le dieron un par de besos a Ricky.

Manuel se levantaba, eran las seis de la mañana y fue a ver. Berenice, seguí dormida. Le dió un escalofrió, estaba un poco mareado y regresó a la cama para tener sexo con Tomás.
Le tocó las nalgas y le metió un dedo en el culo, Tomás se volteó y le dió un beso. Manuel se levantó a buscar lubricante, se sentía caliente, apoyó de la pared, cerró los ojos pero no aguantó y se desmayó.

Ricky le mostró el billete de 100 dólares a su compañera con una sonrisa y ella le hizo la señal del pulgar hacia arriba y sonriendo también. -Pendeja la loca, esta cree que va a vender así siempre. No lo soporto. -Ricky se fue a la oficina de Victor.
Tocó la puerta y entró.
-Jefecito vendí cinco carteras y una de ellas la nueva colección, regalé un perfume por esa compra y mire. - Sacó el billete y lo jaló con las manos. -Mi propina por la buena atención juju. -Movió las caderas y se rió.
-Muy bien Yander, así me gusta, que te esmeres. Gracias a Dios que te puse Ricky, porque ese nombrecito que tienes...
-Horroroso jefe, la perra de mi mamá, más marginal que mi papá, me puso ese nombre. ¿La comisión la recibo a final de mes?
-Si, claro, y si sigues vendiendo así te vas a meter mucho dinero. -Le guiñó el ojo a Yander y este le devolvió el guiñó, se quedaron viendo a los ojos.

-¿Qué? ¿Pasa algo?
-No sé... -Victor lo miraba sonriendo. -Puede pasar.
-¿Qué? -Yander se puso las manos en la cintura.
-De todo.
-¿Qué es de todo?
Victor se le acercó y le dió un beso a Yander que este respondió afusivamente, tanto que ya se le marcaba el pene erecto en su entrepierna.
Victor le quitó el saco a Yander y luego la corbata, comenzó a desabotonar la camisa. El pantalón estába abombado, Victor le sorprendió pero siguió quitándole la camisa.
-Te voy a coger bien rico. -Le bajó el pantalón y el interior estaba tenso y estirado aguantando la erección de Yander, su pene era largo, muy largo y algo grueso y él muy flaco.
-Ay jefe, lo siento yo pasivita no te soy, creo que me vas a dar culito tú a mí. Ponte ahí. -Yander volteó a Víctor y, ambos de pie, lo acostó en el escritorio.
-Con cuidado. -Yander se agachó y escupió en el culo de Víctor mientras mojaba su pene, se levantó y comenzó a penetrar a Víctor. Lentamente iba entrando, Yander abría las nalgas de Víctor mientras veía como su pene desaparecía dentro del culo.
Tocaron la puerta. -SEÑOR VICTOR. -Ninguno de los dos hizo caso al llamado y Yander seguía empujando, Victor gemía. De nuevo tocaron la puerta -SEÑOR VICTOR, ¿PUEDO PASAR?
-ESTAMOS OCUPADOS. -Gritó Yander con una voz que sorprendió a Víctor que volteó a verlo.
-Ya lo tienes todo adentro. -El chico comenzó a moverse, su largo pene salía por completo y volvía a meterlo.Se pegó a las nalgas de Víctor y lo tomó por los hombros, se puso de puntillas y empezó a moverse rápido.
Victor gemía sin parar. Ya ser también pero con una voz que no era la suya, menos femenina y aniñada, ahora era más gruesa. Se afincaba en los hombros de Víctor mientras se movía a rápidamente, Victor no paraba de gritar.
-No grites coño, nos van a oír. -Yander no se detenía, las piernas de Víctor temblaban. El chico bajó la plantas de sus pies al piso y empezó a moverse más despacio hasta que sintió que iba a venirse y apretó sus manos en las caderas de su jefe. Eyaculó y está vez su voz era aguda, gritaba como si fuera una mujer, así estuvo varios segundos mientras acababa. Retiró su pene ya flácido, colgaba. Victor había acabado minutos atrás.
-Uy...creo que no debimos haber hecho esto aquí.
-Vístete y sal, ve a trabajar.
Yander, volviendo a su voz habitual le pidió disculpas a Víctor, su amaneramiento se intensificó, algo normal en él desde que llegó.
-Ponte a trabajar y mañana vende más que hoy.

Yander salió algo sudoroso y con la cara roja.
-¿Que estabas haciendo allá adentro?
-Nada, tuve una discusión con el jefe.
-¿Discusión? ¿Vendiste cinco carteras y te regaló?
-Porque regalé un perfume. -Le sonrió y se fue a arreglar unas blusas.

Manuel lo hospitalizarla en la clínica de Gerardo en el área para enfermos del Covid, ahora una zona más restringida. Solo dos escoltas de Manuel estaban fuera del área para su protección. Tenía fiebre de 39, malestar en todo el cuerpo y dificultad para respirar sin llegar a tener que recibir ayuda. Recibió una llamada.
-Victor...¿Que pasó? Te dije que te olvidarás de mi con respecto a la tienda.
-Hola, ¿Estás bien? Te noto cansado.
-Tengo el puto virus este. Estoy en la clínica, justo ahora.
-Coño...que peo.
-¿Que querías?
-Me mandaste un empleado chamo...
-Marico, ya te lo tiraste. Que puta eres, ni 24 horas y ya te lo tiraste. Bueno te cogió, porque la loca es activa, rolo e güevo te metiste ¿No? Yo quería pegármelo pero me salió activa. Ten cuidado Victor, no vaya a ser que se sienta con confianza y te monte algo más que el bate que tiene.
-Es buen vendedor, vendió cinco carteras.
-Yo no te mando a gente estúpida, si la gafa esa que tienes no te sirve, te busco a una perra, una miss y verás que se te llena la tienda de machos que por cogérsela, comprarán. -Manuel comenzó a ahogarse y dejó caer el celular, buscó con su mano el botón para llamar a la enfermera pero no lo conseguía, hasta que lo sintió debajo de él y lo apretó.

Yander vendió en la tarde ropa, perfumes y un vestido. Victor estaba feliz y no se arrepentía de haber tenido sexo con él.


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