martes, 3 de agosto de 2021

H.R. Capítulo 200. tercera parte y última

 


Mientras seguía la hora loca Jaime y Oto entraron a la habitación que le dieron para cambiarse y descansar. Se besaban apasionadamente mientras se desvestían. 

Se tumbaron en la cama y Jaime le apartó las piernas y comenzó a penetrarlo mientras se veían a los ojos. El hombre lo besó al mismo tiempo iba entrando dentro de Oto.
–Te amo carajito, estoy feliz que dimos este paso hoy. Empujó y empezó a mover las caderas. Jaime volvía a besar a Oto sin parar de moverse, el chico abría más las piernas. Comenzó a masturbarse.
–¿Quieres que te acabe adentro?
–No...quiero beberla. -Oto seguía masturbándose, Jaime retiró el pene y metió sus dedos masajeando la próstata. 
–AH, AH, AH. -Oto cerraba los ojos, gemía, se puso tenso y acabó sobre su abdomen.
–Amor estabas cargadito. -Jaime se agachó y pasó la lengua por la barriga de su ahora esposo. Comenzó a masturbarse y Oto se incorporó colocándose frente al pene de Jaime esperando que saliera el semen. Y salió. Jaime se estremeció y el primer chorro entró en la boca de Oto que inmediatamente se introdujo el pene para seguir recibiendo el semen.
Se tumbaron en la cama. Ambos boca arriba, miraban el techo.
–Quiero quedarme aqui contigo abrazado.
–Yo también mi amor, pero tenemos que salir. -Hubo un silencio, Oto se dio media vuelta y abrazó a Jaime. –Amor, mañana nos entregan a Yuridia, no puedo estar más feliz.
–Ahora sí seremos una familia. -Se besaron y comenzaron a vestirse pero ahora con una franela y un bermuda.
–Te ves hermoso.
–Tu tambíén amor, salgamos.

Guillermo con el frío que sentía, al igual que Diego, lo volteó pegándolo contra el borde la piscina. –¿Quieres que te lo meta?
–A eso vinimos hasta aqui.
–Eres el primer hombre que me voy a coger. -Guillermo le abrió las nalgas, el agua impedía que el pene se deslizara con facilidad y tuvo que empujar y Diego ayudarlo hasta que sintió que entraba.
–Aaau, ya entra, coño, que frío.
–Mierda que complicado es tirar en el agua, pero se siente divino ese culo.

–Marico, mira esos dos tirando en la piscina. Son arrechos con este frio, la casa llena y estos metidos ahí.
–Ignacio, ¿Para que me trajiste a esta boda? Te tiras al tipo que organiza la boda, porque te lo tiraste y luego le dedicas esa estúpida canción a Oto.
–Mierda mira como le da al otro.
–Vete a la mierda, me voy en un taxi.
–Jorge, Jorge, espera, coño...vamos por unos tragos y hablamos

Guillermo tenía a Diego con la cabeza apoyada en el piso, le daba con fuerza mientras Diego gemía.
–¡Coño, no grites, que nos va a oir!
–Aaau, ¿Oir? ¿No oyes el escándalo?. -Guillermo seguía movíéndose. Con sus manos abría las nalgas de Diego. –Mierda voy acabar, ay, ay, me vengo. -Diego se agrarraba del piso corrugado aguantando la embestida. Guillermo retiró el pene y acabó debajo del agua, se estremeció y comenzó a temblar, Diego se volteó y ambos salieron de la piscina.
–Marico, que frio, no aguanto.
–Abrázame. -Diego lo abrazó, se separó un poco de Guillermo y le dio un beso en la boca. Guilermo lo empujó.
–¡No mi pana, no te equivoques. Te cogí, pero yo no ando con mariqueras de esas de besar hombres!
–¿En serio? Ni yo dije eso cuando me cogió el primer tipo y seguía casado.
–Porque serás rolo e pato, yo no.
–Mira, hay unas toallas en ese estante. -Buscó dos y le lanzó una a Guillermo. Comenzó a secarse y se vistió rápido.
–Coño, espérame, me vas a dejar aqui solo.
–Los hombres machos como tú no se visten acompañados. -Diego subió las escaleras. Guillermo se quedó con la toalla en la cadera mirando como se iba Diego.
–Verga que jeva, estos maricos... -Se sentó en la tumbona y apoyó su cabeza en sus manos.
–¿Qué carajo acabo de hacer? Me cogí a un tipo. Mierda...¿Qué te pasa Guillermo?
–Disculpe señor, la piscina está cerrada a esta hora no puede bañarse. -Un mesonero se había acercado.
–Mi pana, estabas tu chiquito, ya me bañé, tiré ahi dentro y todo. Ya me voy a vestir.
–¿Necesita que lo ayude en algo?
–¿Me vas a ayudar a que, a vestirme? ¿Tú también eres marico?
–¿Usted lo es?
–Mira...si no quieres quedarte sin trabajo, deja de ser impertinente y tráeme un whisky.
–Si señor, disculpe.
–El marico ese me besó, verga pero...-Recordó a Reddy mientra lo penetraba, volvió a sentarse y comenzó a llorar.

Diego iba a bajar las escaleras que daban a la piscina cuando vio al mesonero ir con un trago.
–Disculpa, ¿Ese trago es para el señor que está en la piscina?
–Si...yo...
–Dame, yo se lo llevo.
–¿Usted lo conoce? ¿Usted estaba con...? tome.
Guillermo lloraba.
–Toma. -Alzó la cabeza y tomó el vaso.
–Gracias.
–¿Por qué lloras?
–Nada chamo, olvídalo.
–Fue una tirada, deja el drama, además ya te cogieron. -Guillermo se levantó.
–¡NO SOY MARICO! -Subió hacia la fiesta. Diego lo siguió.

–Así que ya estás casado. -José David bailaba con Jaime.
–Si...felizmente casado. ¿Y tú estas saliendo con Héctor? Te he visto mucho con él aunque creo que vino con un muchacho, creo que es el esposo de una de mis empleadas.
–Si...bueno, no es que son pareja. Yo he estado con Hector, salgo con él, el chamo igual, pero estoy como distanciándome, necesito encauzar mi vida...el alcohol me estaba jodiendo.
–Pero aquí has bebido, no es un buen lugar si quieres recuperarte.
–Ahi vamos. ¿Entonces no podré tirar contigo?

–Tú si tienes bolas, venir a dedicarme una canción en mi boda, bien mala por cierto.
–Así soy yo, romántico. -Ignacio bailaba con Oto.
–Debería sacarte a patadas de aqui.
–Sabes que no lo vas a hacer porque me quieres, yo te amo, pero tú, me quieres.
–Vas a a seguir. Estás con Jorge, nos está viendo bailar y me dices estas vainas, pobre carajo.
–Ningún pobre, él sabe donde se mete. Y bueno, ya te casaste. La poquita esperanza que tenía contigo se esfumó...
–Marico, supéralo. ¿Por qué no buscamos unos tragos y brindas por mi felicidad y la tuya?
–Vamos, pero luego nos vamos a tirar, quiero echar el último polvo contigo.

Diego le buscó un trago a Guillermo.
–Son muchas vainas Diego. Mi novia desaparecida, es probable que en otro continente pasando quién sabe que peos, yo aquí chantajeado estúpidamente por un tipo con poder, me violó para liegó decirme que no sabía nada de mi novia y encima me vengo a esta boda a celebrar y beber como si nada. Bueno y para rematar me cojo a un carajo pero no solo eso, me cojo al ex de mi novia.
–Han pasado cosas peores.-Diego decía eso y un escalofrío le recorre el cuerpo y deja caer el vaso. A Guillermo le ocurre lo mismo y en ese momento suena su celular.
–Tu mujer apareció, está bien, drogada pero bien, es cuestión de horas para que regrese al país-
Guillermo solo atinó a decir –Gracias- se levantó.
–¿Qué pasó?
–Apareció Claudia. -Abrazó a Diego y comenzó a llorar. Diego hizo lo mismo. Guillermo se separó unos centímetros de Diego se vieron a los ojos y se fundieron en un beso apasionado que duró varios segundos.

José David estaba en interiores al igual que Jaime. –Yo creo que deberías  mamarme el guevo primero.
–Con gusto señor.
Ignacio besaba a Oto mientras lo desvestía. –Esto es un locura Nacho, mi esposo está allá afuera.
–Deja a tu esposo allá afuera y concéntrate aquí.

A la entrada de la quinta se aparecen cinco agentes de la policía científica, entre ellos estaba Eloy que comandaba el operativo. Saca una hoja y se la entrega a Ramiro y al dueño de la quinta. Es una orden de allanamiento.
–Tenemos denuncias que en este lugar hay drogas y es un centro de lavado de dinero. Me cierran las puertas y de aquí no sale nadie. Apaguen la música. Revisen. 
Mientras caminaban Eloy se consigue a Héctor.
–No joda, yo te conozco. ¿Viniste a buscar a Ignacio? Asi tipo principe que rescata a la princesa?
–No Hector estoy en un operativo. Vamos a revisar a todos, incluso a ti.
–Méteme mano papá... Jajajaja 

–Apagaron la música. -Dijo José David.
–Sigue mamando.
–No se escucha nada allá afuera. -Dijo Oto.
–Sigue mamando que no hay mucho tiempo y quiero cogerte.
Los cuatro policias entraba a las habitaciones y baños de la casa buscando algo.
Eloy detrás de ellos. –Tiene que estar aquí, tiene que estar aquí. Tumben esas dos puertas.
Los policias lo hacen y consiguen a Jaime y José David desnudos, les dicen que se vistan para que salgan y revisar. En la otra habitación, Ignacio y Oto, también desnudos se asustan. Les dicen igualmente que se vistan y salgan.
–¿Que significa esto? -Jaime increpaba a uno de los policias mientras veía salir a Oto de la otra habitación con Ignacio.
–Tenemos orden de allanamiento, hay denuncias que hay drogas y armas en este recinto. 
–ELOY AQUI HAY ALGO, DROGA. -Aparece Eloy.
–Coño a este carajito lo conozco. Epa Eloy ¿Cómo estás?
–No me lo puedo creer, viniste hasta aqui a sembrame droga.
–Están hasta el cuello de problemas aqui adentro.
–Oficial muéstreme la orden de allanamiento. -Eloy se la entrega, Jaime lee.
¿Que clase de documento es este sin sello y una firma dudosa y muy mal redactado. ¿Me imagino que tú sabes quien es el General Villapol.
–Claro, es nuesto Director.
–Lo estoy llamando a ver de que se trata esta vaina.
–SI, LLAMA, QUE SE LLEVEN PRESO A ESTE. A OTO, ES UN DROGADICTO. -José David  se le acercó a Hector para tranquilizarlo.
–¿Y tú te estabas tirando a Jaime? No joda pero todos aqui se burlan en mi cara.
Ignacio se acerca Eloy.
–De verdad que te volviste loco, no sabes ni donde te metiste, ahora a ver como sales de este peo. 
–Te voy a matar maldito, ahora vienes aca y te tiras a este carajo y quien sabe a cuantos más.
–Ya tu jefe viene con una comisión a ver que es este operativo.
–Hasta que no llegue mi jefe de aqui no se mueve nadie. Ustedes cuatro vigilen a toda esta gente ¿Dónde está el baño?
Le señalaron la dirección y se fue, solo murmullos se escuchaba, la musica la habían quitado.

Se escucha un fuerte disparo que viene del baño donde había ido Eloy.

Cuatro horas después...

Jaime y Oto estaban sentados en un muro mirando hacia la montaña que dominaba la ciudad. Tenían sus cabezas apoyadas una con otra. Amanecía.

–Que no se diga que no fue una boda distinta.
–Amor tu lo dices tan tranquilo, hubo un muerto. Ignacio se fue en shock. Tuvieron que manejar por él.
–Rolo e loco. Villapol me dijo que ya tenía varios expedientes abiertos. mira que hermosos colores mi amor.
–Espectacular y lo disfruto contigo.
–¿Tiraste con tu ex?
–No...solo se lo mamé. ¿Y tú?
–José David me lo mamó.
–¿A ti te parece normal que en nuestra boda tengamos sexo con otras personas?
–Amor te recuerdo que fuiste tú quien dijo que hoy, bueno, ayer, todo estaba permitido.
–Me disculpo por esas frases tan desafortunadas. Fue un milagro que el loco ese llegara y truncara nuestro desliz. Seamos serios a partir de ahora y si queremos estar con un tercero que ambos estemos presentes. 
–Estoy de acuerdo amor, mira las guacamayas, una, dos, tres, cuatro, cinco, como ocho.
–Te amo Oto, te amo nucho.
–Y yo a ti. -Se besaron, y por varios segundos estuvieron así hasta que alguien los interrumpió.
Guillermo y Diego, ambos sin camisa y despeinados llegaban a la parte de arriba de la casa.
–Claudia apareció. Esta viva y en estos dias llega al país. -Jaime y Oto se dan media vuelta y salen del muro abrazando a Guillermo.
–Que buena noticia. ¿Dónde estaba? ¿Está bien? ¿Que ha dicho?
–No se nada...el Ministro me informará en estos días.
–¿Y ustedes donde estaban que aparecen a esta hora? Aquí no hay nadie.
–Nos quedamos dormidos en las tumbonas de la piscina.
–¿Se enteraron que vino la policia a hacer un "allanamiento"?
–Coño no...¿Cuando?
–Hace cinco horas más o menos, uno de ellos se suicidó.
–¿Qué?
–Si, un tal Eloy, que creo que tú lo conoces Diego, ya nos contaron de la orgía en casa de Hector.
–¿Qué? ¿Eloy? Dios...que horror.
–Eloy que quería llevarse a Ignacio preso. Nacho en medio del shock nos contó lo del desastre en casa de Hector.
–¿Y Hector dónde está?
–Uy se fue hace raaato con José David.
–Debe estar preocupado que no sabe de mi.
–No creo...no lo vi yo muy preocupado.
–Estaba medio molesto con José David. -Oto vio a Jaime y se sonrieron.
–Bueno nosotros nos vamos. De nuevo felicidades por su boda y por la niña que viene en camino ¿No? ¿Hoy? ¿Mañana?
–Mañana, Gracias Guillermo. -Ni Jaime ni Oto se habían dado cuenta hasta ese momento de la despedida, que Guillermo y Diego estaba agarrados de manos.
–¿Y ustedes que? -Oto les señaló las manos agarradas y Guillermo la soltó de una.
–Nada...no...nada...nosotros...estábamos alla en la piscina...nos dormimos, lo voy a llevar a su casa ahora.

–Guillermo...¿En serio, tú?
–Bueno Jaime, tampoco sabíamos lo tuyo. Pero yo no soy...yo no soy marico. Bueno, nos vamos.

–Guillermo, volvimos a tirar, deja de negarlo.
–Deja tú de alentar esta mierda que no va pa ningún lado, si tú quieres que te cojan un hombre, fino, pero conmigo no cuentes más, te dejo en tu casa y se acabó. Definitivamente no puedo beber.

–¿Estabas borracho cuando te cogió aquel tipo poderoso?











1 comentario:

  1. Buenisimo y que bueno que el loco del Eloy se dio lo suyo. Jajajjajajaja. Espero no llegue ahora como chuky. Buenisimo

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