miércoles, 18 de agosto de 2021

HUEVOS REVUELTOS. 210

 


Diego estaba sobre Claudia. La penetraba con suaves movimientos mientras ella gemía, cerraba los ojos y apretaba las sábanas. Diego le chupaba los pezones y Claudia le apretaba las nalgas.


–Marico pero tú de verdad vas a permitir que el ex de tu novia se la esté cogiendo mientras, tú aquí aguantando los cachos dúrísimo.
Guillermo cogió por la camisa a Ignacio y lo empujó a la pared.
–Eso es peo mio si mi novia la comparto. ¿Tú quien eres? ¿Otro que se coge a Diego? -Ignacio se quitó las manos de Guillermo.
–Ah coño...lo tuyo es que tienes celos de ambos...no te paran bola a ti.
–¡VETE DE ESTA CASA MAMAGUEVO! -se abre la puerta de la habitación y sale Claudia en bata.

–Chicos, en realidad ambos se tienen que ir, Guillermo no entiendo que haces aquí, yo mañana regreso al bufete. Y tú, bueno, mi esposo y yo queremos privacidad, se que no es facil conseguir apartamento pero tienes que irte, te vamos a dar un mes.
–Claudia, amor, escucha.
–¡Guillermo! -Diego lo vio y abrió los ojos para que se callara. –¿Quieren café?
–Yo no estoy entendiendo nada, así que me voy al trabajo. Diego, Claudia, en menos de un mes me mudo.
–Yo preparo el café mientras conversan.

–¿Tú no piensas hablar con ella y aclararle que ustedes están divorciados y que yo soy su pareja?
–Guillermo, Claudia tiene un bloqueo, no recuerda nada, su mente se detuvo en algun lugar porque sabe que trabaja contigo pero no que tienen algo.
–¿Y tú te revuelcas con el carajo este, "tu roommate"?.
–¿Perdón? ¿Qué coño hablas?
–Que tu tienes algo con Ignacio.
–Tengo algo con Hector...bueno...si...algo, porque solo tiramos. Por cierto Hector está hospitalizado.
–Si...voy a la clínica, ¿Será que me puedo duchar?
–Claro. Te voy a pedir que te lleves tus cosas, yo ahora estoy... -Guillermo lo tomó de la nuca y le dio un beso en la boca.
–No me vas a joder carajito. No me vas a joder.
Diego se tumbó en el sofá sin entender nada. –¿Y ahora que le pasa a este? Me forma peo porque estoy con Claudia y me forma peo porque según me acuesto con Nacho.
–Amor, aqui están los cafés ¿Se fueron?
–Nacho si. Guillermo se está duchando.
–Todavía no entiendo que hace Guillermo aquí, si, somos amigos de hace años y ahora es mi jefe pero...
–¿Ustedes tuvieron algo?
–Si, pero hace añales, añales Diego, nada que ver ahora.
–¿Te acuerdas de Antonio?
–¿Antonio?
–Si, un tipo corpulento, alto.
–No, con esas caracteristicas conozco a Castro, por cierto estan muditos el novio y él.
¿Te acuerdas cuando le vimos el...-Hace un gesto con las manos mostrando las dimensiones del pene.
–Si...si...claro.
–Diego, hoy me hiciste el amor como nunca, fue maravilloso.
–¿Te gustó?
–Mucho, quiero estar contigo siempre mi amor, nunca separarnos. -Se besaron, Diego metió su mano entre la bata y tocó su vagina e introdujo sus dedos.
–No, ahora no amor, que está Guillermo. Le voy a decir que me de la cola, no tengo ganas de manejar, ¿Me buscas tu luego?
–Claro, claro. Mosca con Guillermo en el carro.
–Ay Dieeeegooo, lo nuestro fue hace añales, ademas no es tan bueno en la cama como tú y lo tiene chiquito.
–¿Chiquito? Tiene lo suyo, no es Castro.
–Ah pues ¿Se lo viste? No me digas que me tengo que preocupar.
–No...no vale, es que fue a orinar, entré y lo vi.
–Tú lo tienes más grande que él. Y lo sabes usar que es lo importante.

Claudia y Guillermo ya estaban en el carro rumbo al bufete.
–Tengo que ponerme al día con varias cosas, le voy a decir a Oto que me ayude.
–Creo que sigue de Luna de Miel.
–¿Ya se casó, cuándo? No me enteré.- Hubo una pausa, Claudia miró hacia la ventana y se quedó observando a lo lejos. Guillermo la miró y volvió a ver la vía.
–¿Te acuerdas que tú y yo tuvimos algo? .
–Guillermo, eso fue hace siglos, yo era una niña.
–Ya...-Estacionó el carro sube tú primero y luego yo, no quiero que comiencen los chismes.
–Ay ok.-Guillermo llamó al bufete y advirtió que no comentaran nada del regreso de Claudia, que la saludaran como si la hubiesen visto hace dos días.

Claudia entró al bufete, aunque la saludaban como si fuera cualquier día que llega, les sorprendió el cabello rubio y el enorme busto que se le veía.
–¡Holaaaa mi amooor! -Oto se puso de pie, la abrazó y le dio un beso, pero no pudo evitar sorprenderse por el cambio.
–Mijo, pero quita esa cara, parece que no me hubieras visto nunca.
–Es que...estás...cambiada. -Claudia volvió a quedarse callada y miró hacia la pared. Luego de unos segundos, habló.
–Estoy dolida contigo, no me invitaste a tu boda.
–Es que...pasaron cosas, todo fue muy rápido, no sabes, hubo hasta un muerto en la fiesta.
–¿Qué? Cuéntame en mi oficina, mientras me pongo al día.
–Uy, eso va a llevar tiempo.

Guillermo estaba solo en su despacho mientras Claudia revisaba con Oto varios expedientes desde otra computadora. Marcó un número. <Llamando a Redyy> –Contesta, contesta. -Se cayó la llamada. Cogió las llaves de su carro y salió del despacho.

Diego hablaba con José David, le comentaba lo de Hector, que se quedaría un día más hospitalizado.
–¿Tú cómo estás?.
–Metido un peo, ahora no puedo hablarte. Ve a ver a Hector a la clínica. Hablamos luego.
–Me encantaría repetir...-José David había colgado la llamada.

Sonó el timbre. –¿Quién será a esta hora? -Mira por el ojo mágico y abre la puerta.
–¿Qué haces aquí?
–Déjame pasar.
–¿A que viniste?.
–A cogerte.
–Estoy con Claudia.
–No seas pendejo Diego. -Guillermo entró y cogió a Diego para besarlo. –Te voy a coger.
-Diego cerró la puerta. –Eres un egoista.
–Y tú sigues siendo un pendejo. ¿No quieres que te coja?
–No, quiero que te vayas Guillermo.
–¿Me estás hablando en serio?
–Si, en serio. Mi esposa regresó y ahora estoy con ella.
–¿Pero que coño te pasa? Ahora eres el más heterosexual porque regresó tu ex? ¡Es mi novia guevón! Ya no es nada tuyo.

–Estás en la misma posición que yo. Eres hetero pero no sabes que pasa, eres gay pero no eres marico. Vete de mi casa.








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