martes, 17 de agosto de 2021

HUEVOS REVUELTOS. 209

 


Juan Pablo montado en una camilla boca abajo y transversal a ella recibía los embates del enfermero mientras este le tapaba la boca, que gemía sin parar. 

El hombre golpeaba las blancas nalgas de Juan Pablo, su piel de un rosa pálido brillaba por el sudor.
–Te voy a quitar la mano de la boca, pero no grites coño. Nos van a oir.
–Ok...es que duele. -El enfermero le abría las nalgas para ver lo dilatado del culo. Con cada empujón se movía la camilla que igual hacía ruido. Se ponía de puntillas para que el pene entrara  más inclinado, lo que provocó que Juan Pablo acabara en el piso. Se aferró a la camilla aguantando cada empujón del fornido enfermero. 
–Coño, echaste el lechero en el piso no joda.
–Papi, no me di cuenta cuando acabe, AAAAAUUU, AU, AU. -El hombre seguía moviéndose
El enfermero tomó por los hombros al chico y haciendo más presión empujó. Provocó un fuerte grito del chico mientras acababa dentro de él.
–¡Coño que te he dicho de no gritar! Te vas a ir castigado al cuarto de agua fria.
–No, no, no, a ese cuarto no. Yo me porto bien, no vuelvo a gritar.
–Te vas al cuarto por necio. -Cogió del brazo a Juan Pablo que no tenía el pantalón puesto y lo sacó del pequeño cuarto paseándolo medio desnudo frente a los demás, lo metió en el cuarto de castigo.
–Cuando salgas te digo lo que averigué. -El cuarto era mínimo, apenas cabía una persona, era oscuro, tenía una ducha y un desagüe. La llave del agua se abría desde afuera. 
–¿Alguien más se quiere portar mal? -Una enfermera se acercó al enfermero.
–¿A quién castigaste ahora? 
–¿A quién crees? El Albino. No hace caso por las buenas...-Abrió la llave y comenzó a salir agua helada. –Será por las malas.
–AAAAAAAAH ESTA FRIAAAA, CIERRA EL AGUA POR FAVOR, POR FAVOOOR.
–30 segundos y cierras la llave. Voy a ver a Berta.

–Hola Berta. ¿Cómo amaneces?
–Teófilo mi amor...me tenías abandonada. 
–Mi reina tengo que atender a varios pacientes.
–Pero a esos no los follas, solo a mi, tienes días que no me haces nada...
–Para eso estoy aquí, para darte tu ración de carne y tus caprichitos.
–Dame la marihuana.
–No mi reina, primero voy a cogerte rico y luego te doy lo que quieres.
Al igual que a Juan Pablo, tuvo que taparle la boca cuando cambió y comenzó a penetrarla por el culo. Berta no paraba de gritar. A ella no la castigaría.
Retiró el pene luego de eyacular dentro de ella y se puso el mono. –Toma, tus pitillos, administralos porque me sales cara y te voy a tener que dar machete más veces a menos que pagues. -Berta se levantó de la cama, desnuda, buscó en su cartera un papel.
–Esta es mi cuenta y  todos los datos, hazte una transferencia de todo el dinero para que dejes la quejadera, igual me sigues cogiendo.
–¿Ves como ahora nos estamos entendiendo?.
–Toma la tarjeta para que puedas agregarte al directorio.

Teófilo salió de la habitación de Berta y fue a buscar a Juan Pablo y sacarlo del cuarto.
–Ya, ya, deja el drama. Esto es lo que pasa cuando no obedeces Juancito.
–Eres malo conmigo.
–¿Malo yo? ¿Y tú?  Por tu culpa pueden botarme y si me botan quien te va a ayudar.
–Tú no me ayudas, solo me violas y me haces daño.
–Y te gusta y te doy información de tu noviecito. Sale con un tipo que fue novio de el hace tiempo. Con el policia que salía, se pegó un tiro en una fiesta. Está viviendo en casa de un tipo, no me supieron decir bien quien es, pero viven juntos. –Esta es la dirección.
–¿Me puedes conseguir las llaves de ese apartamento?
–Jajajajajajajajajajajaja es mas facil que te consigas un cerrajero, ademas no tengo suficientes cogidas para ti que paguen el esfuerzo de conseguir esa vaina. Necesito plata, burda.
–Yo la consigo.
–¿Tu qué, piensas escaparte y buscar a tu novio imaginario?
–Si, y no es imaginario, es real.
–Si eres pendejo, además de aqui no saldras, solo muerto se sale de esta vaina.
–Yo me voy a escapar.
–Tu como que quieres entrar al cuarto de agua fría de nuevo.

–Buenas tardes, vengo a ver una paciente.
–Buenas tardes, necesita una orden del juez para tramitar la visita.
–Siendo Fiscal de la República creo que podemos brincarnos ese trámite. -Deslizó por el mesón su carnet que lo acreditaba como Fiscal, un billete de 100 dólares y el nombre de la paciente.
–En ese caso señor Rubén, puede pasar y espera aquí que le traigo a la paciente.
–A ver...creo que me falto decirle algo. Necesito verme a solas con ella. Quiero un momento de intimidad, no sé si me explico bien. -Deslizó otro billete de 100 dólares.
–Podemos resolver eso.
–Lleve a la mujer a esa habitación y usted me lleva allá una vez que ella se encuentre ahí.
–Espere aquí mientras hago la diligencia.

–No puede ser que solo se me para el guevo con esta perra. Ni siquiera la he visto y ya tengo la verga dura. Bueno tambien es el tiempo que tengo que no cojo. Es que con ninguna se me para. Y ahora vengo aqui y te pones duro, ¡pajúo!
–Acompáñeme. -Ruben se tapaba la entrepierna con las carpetas que traía.

–¡Rubén, Rubén! Me tenías olvidada, desde que encerraron aqui no has venido. ¡Sácame de aquí, sácame de aquí por favor.
–Mi amor calma, calma, mira como me tienes. Vine a que lo calmaras. Y estoy aqui para resolver tu situación.
–¿Me vas a sacar? ¿Me voy contigo hoy?
–Calma mi amor, no es tan facil, ven, quítate esto, aja ,denúdame. -Berta le desabrochó el pantalón y lo dejó caer, se puso en cuclillas y comenzó a mamar aquel rígido pene que ya le dolía al hombre.
–¿Me vas a sacar de aqui? Mi marido me abandonó, mis hijos, nadie me visita, solo tú.
–Sigue mamando. -Rubén la alzó, la apoyó boca abajo en la mesa y la penetró por la vagina detrás de ella. 
Luego de varios minutos Rubén acababa en la boca de Berta que lo miraba a los ojos.
–¿Cuándo me sacas de aqui?.
–Berta, deja los nervios. Para que pueda sacarte de aqui tienes que firmarme un par de documentos y así hacer todas las gestiones para que salgas libre.
–Yo te firmo lo que sea, lo que sea con tal que me saques de este hueco.
Rubén sacó loa documentos y un boligrafo, Berta firmó.
–¿Tengo que leer?
–No hace falta...ya el abogado lo leyó y está todo bien, con esto comienzo a moverme para que salgas de aquí. La semana que viene vengo.
–¿Me vienes a buscar? -Ruben acarició su mejilla y le dio una suave palmada. 
–No mi amor, eso tarda un poco, vengo a cogerte de nuevo.
–No te olvides de mi.
–Nunca.

Mantengan a la paciente sedada por dos semanas, no dormida, un poco atontada. -le dio otro billete de 100 dólares.
Berta habia firmado el traspaso del apartamento que le habia dado Ruben a ella y un poder para mover sus cuentas y todo lo que estuviera a su nombre.
–Ay Berta...me querías joder pero no te salió bien. Ahora te usaré de desahogo sexual mientras recupero mis erecciones.

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