domingo, 1 de agosto de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 198

 


–Estoy nervioso Mauricio.

–Tenemos que comenzar, el anestesiólogo espera por ti. -Raúl le aprieta la mano.
–¿Todo va a salir bien?
–No sé si tu novio está más nervioso que tú.
–No me cambies el tema.
–Todo va a salir bien, una operación siempre es riesgosa pero somos profesionales. Tienes que calmarte, así como estás no podemos comenzar.
–¿Se pueden salir un momento para hablar con el doctor? Tres minuticos por fa. -Mauricio vio a los dos médicos y a las dos enfermeras y les dijo con la mirada que esperaran afuera.

–¿Qué paaaasa Raúl?
–Tengo miedo, estoy cagada. ¿Estaré haciendo lo correcto?
–Uy, es tarde para estas reflexiones. Raúl nos reunimos varias veces y como hablabas, estabas convencido y decidido a hacer esto. El Raúl que veo hoy no lo reconozco. Respira hondo, cierra los ojos.
Raúl lo hizo, respiró, cerró los ojos exhalaba. Volvió a abrirlos. ¿Lo de las hormonas va? Las quiero. -Mauricio se rió.
–Primero vamos a hacer la cirugía Raúl, luego hablamos de eso.
–Salgamos de esto. Que entren.

Luego de cinco horas, Raúl se encontraba en recuperación. Ahora entre sus piernas habían gasas, drenajes, suturas, pero lo que hace cinco horas tenía, que odiaba y no veía la hora de deshacerse, ya no estaba, lo que quedaba era una fotografía que le pidió Raúl para el recuerdo.
–En un par de horas baja a la habitación pero todo salió muy bien, Raúl está perfecto.
–¿Y cómo le quedó el coño? ¿Hermoso? ¿Follable? -Mauricio soltó una carcajada mientra se pasaba las manos por la cara visiblemente cansado.
–No es por nada pero es una de las vaginas que mejor ha quedado. Pero no te recomiendo que la veas hoy, no te va a gustar lo que vas a ver. Espera una semana.
–Joder...estoy flipando...el chaval tiene vagina ahora.
–¿Te gusta Raúl? ¿Mucho?
–Si, es un tio...me da mucho morbo.
–A mi también me gusta.
–Vale, vale. Podemos tener una relación de tres, ¿te dejas follar?
–No, ¿Y tú?
–Tampoco. Nos follamos a Raúl, uno por el nuevo coño y el otro por el culo.
–Que bizarro todo esto. Soy su médico...yo no debería estar en esto.

Mauricio se fue a atender otros pacientes y  Miguel fue a comer, a las dos horas se encontraron en la habitación de Raúl. Mauricio a la izquierda y Miguel a la derecha ambos le tomaban la mano. Miguel hablaba por telefono con Douglas, el papá del chico, contándole que todo había salido bien. –Ya te lo paso-
–Hola papi, un poco adolorida, la zona de la cadera y las piernas me duelen y bueno, tengo una extraña sensación entre las piernas-
–Es normal, te acaban de operar mi amor-
–No papi...la sensacion que te quitaron algo, bueno que me lo quitaron pero siento que lo tengo pero a la vez no está, supongo que es lo mismo cuando a alguien le amputan una pierna.- Raúl comenzó a llorar. –Te dejo papi, pero tranquilo todo está bien, mañana te llamo, besos-
–¿Extrañas el pene? -Raúl miraba a Mauricio.
–Es algo muy extraño...era lo que más quería en esta vida, quitármelo y ahora siento un vacío. -Mauricio se agachó y le dio un beso en la boca.
–Es normal eso que sientes pero tranquilo, el resultado en unas semanas te va a sorprender.
–Tienes un chocho chaval, lo vamos a disfrutar los tres. -Ahora fue Miguel que se agachaba para besarlo.
–Ya va...ay...aaau...¿Hay algo que yo no sé, me perdí algo? No estoy entendiendo esta situación. -Raul cerró los ojos aguantando una punzada en la vagina y apretó el botón que le inyecta el analgésico.

Enrique levantaba la copa de champaña y brindaba junto a David, José David y Jacinto en la oficina del taller.
–A partir de hoy tú y yo socios en esta aventura. -Le decía Enrique a David.
–Yo confío en ti hijo, aunque tengo miedo pero no puedo encargarme de esto ahora, necesito curarme, es más, yo no debería estar bebiendo.
–Suegro, un día es un día. Celebre con su hijo.
David escuchó lo de suegro y abrió los ojos, Enrique también. José David se bebió la champaña que había en la copa.
–Yo me voy a ir señores, tengo cosas que hacer. -Abrazó a su hijo. –Haz las cosas bien, estoy poniendo en tus manos el trabajo de toda mi vida y la de tu abuelo. Y tú Enrique, estaré pendiente.
–Suegro, esta será la mejor sociedad que va a tener su negocio.
–Coño soy el suegro de ambos. Un poliamor de esos. Están locos pal coño. Me voy.
–José David, te acompaño.
Jacinto se fue con José David hasta el carro.

–Ya comenzamos los cambios aqui y ya tengo un local para el nuevo taller. El arquitecto y el ingeniero van a venir mañana para ver este espacio y replicarlo, que todas las sedes sean exactas.
–Que bien, no piedes tiempo.
–No, hay que contratar más gente.¿Te parece si celebramos con una mamada de guevo ahora mismo.
–Debe estar por llegar Jacinto.
–¿Y?  ¿Ese negro es novio tuyo?
–Bueno, si...somos, estamos saliendo, somos novios.
–¿Y yo que soy? solo tu socio no me gusta, quiero ser tu marido. -Se desabrochó el pantalón y se lo bajó junto al interior. Una mata de pelo cubria el pequeño pene que estaba erecto.
No puede ser que me tenga que mamar esto otra vez...todo sea por el maldito negocio y sacar adelante el taller.

Cuida a ese cabezón...tengo susto de dejarle el taller.
–Deberías preocuparte como yo de Enrique. ¿Te has puesto a pensar el dineral que tiene para invertir en esto y querer montar dos talleres más de momento y arreglar este? ¿De dónde sale esa plata? Eso es un lavado.
–Tú lo que estás es celoso.
–No, voy a vigilarlo. ¿Vas a estar bien?
–Si, voy a la reunion de doble A, al psicólogo y luego me veo con Hector, tengo que hablar con él.
–Si vas a su casa vas a caer en lo mismo, ese tipo te lleva por mal camino.
–Te preocupas mucho por mi negro. Ocúpese del niño este...mi hijo. 
–En eso estoy. Cuídate José. Haz las cosas bien.

David arrodillado, le mamaba el pene al hombre. El vello púbico tocaba su nariz y ojos, apenas podía mamar bien el diminuto pene. Se abre la puerta y es Jacinto que ve al chico arrodillado con la cabeza metida en la entrepierna del hombre.
Gracias a Dios que llegaste negro. Pensó David, que se levantó del piso.
–Disculpen.
–Jacinto, se toca antes de entrar.
–David, ¿Esto que es? ¿Una manera de agradecerle al socio capitalista por echarte una mano?
–David y yo aparte de socios somos pareja, lo que tú hayas tenido con él se acabó.
–Caramba...no me ha comunicado nada mi novio al respecto.
–Te lo comunico yo.
–Enrique deja la vaina. -David se quitaba de la boca algunos vellos.
–Es jodiendo Jacinto. Yo respeto las relaciones. -Jacinto apretó el puño y se estaba poniendo tenso.
–Deja el descaro Enrique, nos acaban...-Jacinto se le lanzó encima a Enrique y lo golpeaba.
Ahora dos hombres peleándose por mi. Que arrecho. - David jaló a Jacinto y lo separó, Enrique se limpia y se tocaba el labio.
–Coño cálmate Jacinto.
–¿Calma carajito? Te veo mamando guebo y me pides calma? -David cierra los ojos y respira.
–Hablamos ahora.
Jacinto, Jacinto...coño...pegas duro no joda, yo no quiero nada con David. -mentía- simplemente me provocó y antes que te violentaras y te fueras detrás de José David quería proponerte algo muy beneficioso para ti.
–Viniendo de ti no sé cual es el beneficio.
–Voy a ignorar ese comentario. Quiero que lleves el nuevo taller, lo administres, estés pendiente de todo, seas el gerente de ese taller. Eeeh, no me respondas ahora, piénsalo. Vas a ganar buen dinero y no vas a tener que dejar la universidad. Das tus clases y luego te vas al negocio. Tú piénsalo, me tengo que ir a atender otros negocios y a mi mujer. Chamín me debes la mamada. -Jacinto volvió a apretar el puño y David lo tranquilizó.

Enrique salió de la oficina.
–¿Vas a aceptar?
–David, voy a terminar creyendo que piensas con la cabeza de abajo.
–Negro, es una excelente oportunidad, este pana le va a meter plata al negocio, vas a ganar plata y me ayudas en el negocio.
–¿Tú sabes de donde sale el dinero de ese tipo? Se asoció contigo para lavar dinero.
–¿Y a mi que me importa? Ese tipo sabe lo que hace y aqui haremos y se hacen las cosas legalmente. Anda, piénsalo y me ayudas, voy a necesitar gente de confianza, prefiero meter gente de mi entorno y no de él. -David lo besó poniéndole la mano en la nuca, Jacinto ni se movió pero respondió al beso.
–Quita esa cara. ¿Tú le viste el guevo a ese pana?
–No vi nada.
–Claro que no viste nada, es un micropene.
–Tú dices que el mio es chiquito a pesar que soy negro. -David se rió y volvió a besarlo.
–Que bobo eres.
–Ese tipo quiere seguir cogiéndote, tú quieres meterte a hacer peliculas porno, coño, ¿En que momento te vas a enseriar?
–Acabo de tomar las riendas del taller ¿Que más quieres?  Negro, Enrique no me hace ni cosquillas cuando me coge, técnicamente no hay sexo, no hay penetración. Mientras lo miraba a los ojos se iba desnundando. –¿Por qué mejor no me haces el amor tú que si sabes como se hace?

–Carajito del coño, tengo que ir a dar clases. -Comenzó a quitarse la ropa.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario