sábado, 31 de julio de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 197

 


–Tú tienes algo que ver con la desaparición de Claudia.

–Digamos que caíste conmigo porque el universo conspira a tu favor.
–Dime dónde está y la busco.
–Guillermo, Guillermo cálmate. Yo te dije como vas a conseguir volver a ver a tu novia.
–Ya me dijiste como. Me voy a hacer lo que tengo que hacer.
–Pareces ingenuo Guillermo. Te vas de aquí, marco un número y tu mujercita desaparece.
Guillermo se levantó de la silla, se pasó las manos por la cara.
–Te pago lo que sea pero no me voy a acostar contigo.
–¿Prefieres pagar un dineral por esa mujercita que dar culo? Nadie se va a enterar que te desvirgaron.
–¿Cuánto?
–Que digno el hombre, no quiere perder su hombría, te da miedo que te guste.
–¿Cuánto?
–10 millones de dólares.
–Tú te volviste loco...esa vaina no la tengo disponible.
–Claro que lo tienes...te dije que te sale barato darme culo.
Guillermo cerró los ojos y alzó la mirada al techo.
–Dame una prueba que tienes a Claudia y que está viva.
Reddy hizo una llamada. –Mándame una foto de la mercancia con el periódico de hoy...¿Qué?...desnuda, vestida, como sea, el cliente quiere una fe de vida- Reddy le mostró la foto.
–¿Qué le hicieron?
–Unos retoquitos para que se viera más exótica para los clientes. -A Claudia le pintaron el cabello de rubio, le inyectaron los labios y le colocaron prótesis mamarias. -Guillermo se puso a llorar.
–No llores que la tratan bien, los que se la cogen la cuidan, no pueden echar a perder la mercancia.
–Maldito.
–Vámonos a casa a desflorarte. Nos vamos en mi camioneta con los escoltas.

–Anda, anda, cógeme rapidito. -Eloy se quitaba la ropa, colocaba el arma en la mesita, Ignacio no le quitaba el ojo al arma. Comenzó a desvestirse en la sala. –No, no, yo te quito la ropa. -Eloy le desabotonaba la camisa e Ignacio se desabrochaba el pantalón. –¡Que no!, Te lo quito yo. -Se puso en cuclillas y le bajó  el pantalón y el interior. –Uy está dormidito aún.
–Tengo ganas de orinar.
–Dame ese orine. -Abrió la boca, ignacio comenzó a pujar hasta que comenzó a orinar y Eloy se introducía el flácido pene en la boca.
Mientras tragaba hacía sonidos de satisfacción.
Que morbo esto, se me está parando solo verlo, pero es demasiado loco este pana. -Dejó de orinar y Eloy se puso de pie, le dio un beso que Ignacio echó la cabeza hacia atrás evitandolo pero Eloy le sostuvo la cabeza y se lo dio. –No saben tan mal mis meaos.
–Llévame al cuarto y me coges papi.
Ignacio le tomó la mano y se fueron a la habitación. Eloy se quitó la ropa, su pene erecto estaba lubricando. –Límpiame esa gota con tu lengua papi. -Ignacio se agachó y lamió el líquido, se metió el pene en la boca, se puso de pie. Buscó un condón.
–Pónmelo. -Eloy sacó el condón, mientras se lo colocaba miraba a los ojos a Ignacio. 
–Listo, ahora mételo. -Ignacio lo empujó en la cama, Eloy se sonrió y levantó las piernas. Con lubricante en su mano, acercó sus dedos y comenzó a meterlos, el policía se sonreía, movía la cadera.  –Méteme el guevo, anda.
-Ignacio se montó en la cama y, arrodillado, se le acerca y va penetrándolo lentamente.
–Amo cuando me coges, se siente maravilloso. -Ignacio poco a poco iba entrando, Eloy gemía, echaba la cabeza hacia atrás cerrando los ojos. Los abrió e Ignacio aferrado a las piernas del policiá movía sus caderas.
Ignacio mordía su labio inferior mientras seguía moviéndose, Eloy levantó la cabeza y veía a Ignacio. –Estoy muy feliz papi. Me siento bien y relajado. -Ignacio concentrado, solo le siguió la corriente con un inaudible "ajá" –Hoy visité a Juan Pablo en el centro psiquiátrico y lo amenacé con matarlo si se acercaba a ti algún día. -Ignacio estaba moviéndose y de repente se detiene. 
–¿Qué? -Retira el pene y se levanta jalándose el condon –¿Cómo es la vaina?
–Lo mandaron a un psiquiátrico, me avisaron y fui a ver al loco ese, se cagó.
–¿PERO TÚ TE VOLVISTE LOCO, QUÉ COÑO TIENES HACER ALLÁ?
–Pero papi, no te alteres, sígueme cogiendo. -Eloy se levantaba.
–Ya se me bajó, coño es que tú eres de un oportuno para decir las vainas.
–Estoy feliz, ese loquito ya no va a fastidiar.
–¿FELIZ? TÚ ERES OTRO DEMENTE. 
–¿Por qué, porque estoy cuidando lo que es mio?
–Y todavía preguntas porqué. Chamo...yo no soy tuyo no joda, no somos nada.
–AH BUENO ENTONCES TU PRETENDES QUE TIREMOS A CADA RATO PERO QUE NO SEAMOS NADA, ¿Tú me estás vacilando?
–No te estoy vacilando un coño, tú te montas peliculas en la cabeza, con razón eres policía.
–Maldito
Ignacio respiró profundo. –Agarra tus mierdas y te vas de aquí peazo e loco.
–A mi tú no me dejas papi. Estás equivocado, yo me voy porque estás alterado y no quiero hacerte daño.
–Ya va ¿Que?  ¡Arranca y no quiero verte más aquí.
Eloy se vestía cuando salió hacia la sala llegaba Diego. Eloy cogió el arma. –Pero que oportuno vale, yo me voy y tú llegas. -Lo apuntó, Diego levantó los brazos, Dio media vuelta y apuntó a Ignacio. –Como yo me entere que ustedes dos tiraron les vacío el arma en sus barrigas. IGNACIO ES MI HOMBRE MARICO ¿ESTÁS ESCUCHANDO?
–No me interesa Ignacio, yo salgo... -Eloy le puso el cañón en los labios.
–Me sabe a mierda si sales con alguien, si me entero que te acuestas con Nacho, te mato. -Se fue del apartamento.

–Tu novio se ve que es una persona centrada. ¿Tu vas a seguir dejando que este tipo venga para acá? El albino incendió el apartamento pero este nos va a meter un pepazo.
–Voy a denunciarlo, quiero que seas mi testigo.
–Pana, el tipo es policia, este nos va a joder.
–Tampoco es el director de la policía científica marico, deja el miedo.

–Ponte cómodo.
–¡Qué bolas tienes tú de decirme eso! Estoy atrapado en esta situación por tu culpa, que no sé hasta donde estás involucrado, quieres cogerme por un capricho morboso y pretendes que me ponga cómodo.
–En la nevera hay cerveza. Me quito la ropa y te acompaño.

Reddy regresó, se había quedado en interior. Guillermo estaba sentado en el sofá con la botella de cerveza en la mano.
–¿Sigues vestido? -Guillermo levanta la cabeza y se pone de pie.
–Mira Reddy esta vaina llega hasta aquí. No voy a seguir con esto. -Reddy se pone frente a él y le pone las manos sobre los hombros.
–Guillermo tu quieres volver a ver a Claudia sana y salva, bueno no se que tanto de ambas porque se la deben haber cogido ya unos cuantos hombres, y yo quiero tener sexo contigo, vamos a ayudarnos. Ya lo tengo duro, baja la mirada. -Guillermo le mira el interior y lo que vio lo asustó.
–¿Claudia sigue viva?
–Sigue viva y facturando.
–Me voy de aqui.
–Alla afuera están dos escoltas que no les va a importar hacer cualquier cosa que yo les diga. Relájate Guilermo, lo que va a pasar hoy no lo va a saber nadie. Reddy lo sostuvo de la cabeza y le dio un beso en la boca. Guillermo se puso tenso, su cuerpo estaba rígido.

Guillermo arrodillado en la cama , Reddy detrás de él penetrándolo.
–Au, au, coño ya ya...ya vaaa. Ay ay ay ay duele, coño para.
–Si te pusieras flojo y cooperaras te entrara de una, apenas va la cabeza. -Una fuerte nalgada recibió Guillermo que comenzó a temblar.
–Au, au, coño ya va, despacio mierdaaaa, duele carajo, despacio. -Reddy cogió de los hombros con fuerza y apoyándose, empujó hasta penetrarlo por completo. Gullermo gritó y se tumbó en la cama y Reddy cayó sobre él y el pene volvió a entrar. Otro grito y las lágrimas aparecieron en el rostro de Guillermo que apretaba los dientes.
Reddy gruñía mientras su cadera se movía y Gullermo con los ojos cerrados aguantaba el dolor. Reddy le empujo la cabeza, soltó un grito, se tensó y cayó sobre Guillermo. Se salió de encima y se levantó de la cama.
–Vístete y te vas por favor. Coño haz sido el peor polvo de mi vida y mira que he tenido malos.

Guillermo se puso en posición fetal.
–Tampoco fue que te violé, bueno, si te violé. Denúnciame ja ja ja.
–Antes dame las cordenadas para conseguir a Claudia. -Gullermo tenía la mirada fija a una pared blanca.
–Te mentí querido Guillermo, yo no se nada ni tengo nada que ver con la desaparición de tu mujer. Casualmente conozco a los Ministros involucrados en el caso y casualmente estan sobre el caso de trata de blancas. La foto la enviaron hoy la gente que tiene a tu mujer y me la pasaron, por eso te dije que caiste aqui de carambola. Lo siento, lo más que puedo hacer es ponerte en contacto con el Ministro de Relaciones exteriores y la interpol.
–¿Y la foto? ¿Quién la mandó?
–No sé, fue una provocación. -Guillermo, aún desnudo se sienta en la cama.
–Me violaste, permití que me cogieras para un coño.
–Lo siento, quería cogerte. Y me pareció una excelente estrategia para que ocurriera, pero coño, me salió mal. Eres malazo como gay, que quejadera la tuya. -Guillermo se le fue encima y Reddy gritó. Los escoltas entraron y sujetaron a Guillermo.
–¡Te voy a joder!
–Tienes todo un bufete a tu disposición. Que se vista y se vaya. Anotó los números  para entregárselo a Guillermo.

Los escoltas se lo llevaron hasta el aeropuerto nuevamente y buscó su carro. Ya sentado frente al volante miraba al frente. Lloraba. –Soy un estúpido, soy un estúpido, soy un estúpido. -Mientras decía esto golpeaba su frente contra el volante.

–¿Ahora qué hago con esto que pasó?

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