miércoles, 28 de julio de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 194

 


Guillermo va a la clínica donde trabaja el médico con el que Claudia se fue aquel día.


–Lo siento señor pero el doctor no me dio información de su viaje ni cuando se fue, me informó cuando ya se había ido.
–Pero tiene que saber dónde está su jefe.
–Lo siento.
–Si sabe algo o escucha algo sobre el viaje de su jefe por favor llámeme  o me escribe, tome mi número. Será muy bien recompensada.
–Señor...yo...no puedo decir nada. -Guillermo sacó 2 billetes de 100 dólares.
–Usted me llama o me escribe y triplico estos billetes. Buenos días.

Guillermo llegó al bufete y fue directo al despacho de Jaime.
–Buenos días Oto, hola Jaime.
–Guille, ¿Qué haces aquí? ¿Pasa algo?
–Pasa Claudia, Jaime. Oto, ¿Puedes dejarme a solas con Jaime? -Oto miró a Jaime.
–Puedes hablar con confianza Guillermo, Oto pertenece desde hace tiempo a este despacho.
–Prefiero hablar a solas contigo, espero no te ofendas Oto, pero quiero estar tranquilo hablando con Jaime.
–Tranquilo Guillermo, voy a dar una vuelta, regreso luego o me avisas por fa.

Guillermo esperó que Oto saliera. –Necesito que me pongas en contacto con el presidente del Aeropuerto.
–No puedo ayudarte con eso.
–Coño Jaime, coño, no me jodas,  Reddy Valderrama es cliente del bufete.
–Guillermo, claro que es cliente pero es exclusivo de Hector, él le lleva todo y si no te acuerdas, Reddy expresamente quiso que solo Hector manejara sus asuntos, tú estabas ahí.
–Ajá, entonces tengo que hablar con Hector.
–Si, Hector no se va a negar a ayudarte. ¿Que necesitas?
–Saber si Claudia salió del país, si el médico con el que se fue de mi edificio, que los vi por las cámaras, tambien salió del país.
–¿Tráfico de mujeres? ¿Trata de blancas? 
–No lo sé Jaime...
–Pero Claudia es mayor, a ver, en los estándares de esa gente que quiere niñas de 14, 16, 19 años y de vaina, Claudia es una vieja.
–Llegaré hasta el final. Me toca ir a casa de Hector ¿No?
–Te toca, llama antes.

Guillermo le escribio a Hector por WhatsApp a ver si podía acercarse a su casa despues del mediodía. Luego de 15 minutos le respondió que si. –Así me acompañas y nos tomamos unos whiskies y hablamos coño, que tenemos tiempo que no nos vemos.-

Diego llevaba un rato haciéndole sexo oral a Hector intentando que tuviera una erección. Se lo sacaba de la boca y se reía. –Esto no se levanta ni con grúa. Te voy a buscar una pastilla.
–No guevón, ven sigue mamando, esa vaina me a joder el corazón.
–Estas no, recuerda que...coño que mareo, estas son otraa.
–Eres una jeva bebiendo, te echa dos buches y te rascas, mírame a mi, me bebí una botella y estoy perfecto.
–Tómate esto. Perfecto no, la verga no se te para y no me has cogido.
–Maaaaarico, tú tienes 30 y yo 56.
–¿Cuál es el peo? Eres joven, deja bebedera.
–Vete de aquí, no te quiero ver, pero primero tráeme una botella, anda, sirve pa algo, como se me va a parar si no sabes mamar güevo.
–Imbécil

Cuando Diego fue a buscar la botella de whisky para Héctor sonó el timbre.
–Sonó el timbre, toma la botella.
–¿Quién coño será? Ponte la bata y abre por fa.
Diego ve por el ojo mágico.
–¿Quién?
–Héctor, soy yo, Guillermo. - A Diego le recorre un escalofrío y abre la puerta. Guillermo lo ve y abre los ojos.
–Tú eres Diego. -Diego lo agarra por el cuello de la camisa. 
–¿Qué le hiciste a Claudia, dónde está?
–Eso es lo que trato de averiguar...por eso estoy aquí.
–¿Está muerta? 
–Coño, no, espero que no, me sentiría culpable.
–¿Eres su novio? -Guillermo soltó un suspiro sin responder la pregunta.

–Se me paró el macheteeee carajitoooo, ven para coger...te...-Hector se detuvo a mitad de la sala mirando a Guillermo Diego se sonrió y se dio media vuelta.
–¿Quieren café?
–Si. -Contestaron ambos.
–Hector, disculpa que no te avisé antes pero como te dije que venía después del mediodía... -Hector intentaba taparse la erección sin éxito.
–Voy a vestirme, espérame un momento.
Diego traía dos tazas de café y le entregó una a Guillermo.
–Tú y Héctor son novios.
–No tengo ni idea de como llamar esto que tenemos, solo nos vemos para tener sexo y estar aquí encerrados bebiendo.
–Vaya... ¿Puedes decirle a Héctor que necesito hablar urgente con él sobre Claudia.
–Yo también quiero enterarme, ya lo busco.

Diego entró a la habitación. –Guillermo quiere hablar contigo sobre Claudia, mi ex, está desaparecida.
–¿Y que tengo que ver yo con eso? Tengo el guevo tieso y no se me baja, mámalo y móntate.
–Coño Hector este tipo está allá afuera esperándote.

Afuera Guillermo sentado tomando el café, escucha los gritos de Héctor.
–COOOÑO, ME HICISTE TOMAR ESA MIERDA DE PEPA, SE ME PARA EL GUEVO, NO SE BAJA Y NO PIENSAS HACER NADA. PONTE A MAMAR PARA COGERTE CARAJO.
–Que peo...me tengo que calar esta mierda para tener el contacto del aeropuerto.

Diego comenzó a mamarlo. El pene estaba realmente rígido, más de lo normal, le pasaba los labios húmedos por todo le pene y luego la lengua. Buscó el lubricante y un condón. Se puso en el culo mientras se metía un par de dedos. Le colocó el condón y se sentó sobre el pene.
Al ir bajando y con el pene erecto, entró rápido pero a Diego le dolió lanzando un grito. Guillermo volteó hacia la habitación, se puso de pie y caminó hacia la puerta.
Diego brincaba gimiendo, el pene de Hector tenía las venas hinchadas. Ahora era él que gritaba.
Guillermo los veía desde la puerta. –No puedo creer esta vaina. Este guevón sabe que estoy aqui y se pone a tirar con el marico este. -Guillermo veía como le entraba el pene a Diego mientras este brincaba.
–Mejor voy a la sala para no ver esta mierda. -Se sirvió café y se sentó.

Diego seguía brincando y soltando quejidos, Hector en medio de su borrachera, está entre dormido y despierto hasta que sintió que estaba a punto de venirse. Apretó las caderas de Diego para que se detuviera, el apretó las nalgas mientras eyaculaba en el condón. Diego comenzó a masturbarse acabando en el pecho de Héctor.
Diego se levantó y el condón estaba cargado de semen, desde hace años Hector no eyaculaba tan abundante. Tuvo que levantarse para no hacer un desastre con el condón y el semen.
–Apúrate que Guillermo sigue en la sala.
–Me ducho y salgo, prepárale un whisky, pregúntale como lo quiere y me sirves a mi.
–Parezco tu sirviente.
–Coño, sal y prepara los tragos.

–Ya Hector va a salir, se está duchando.
–Menos mal...llevo aquí un rato esperando mientras ustedes...-Se quedó callado.
A los 10 minutos salió Hector en bata con mejor semblante y con el pene ya flácido.

–Coño Hector, que postín para salir a recibirme. –Se abrazaron, el olor que tenía Hector en el cuerpo era de whisky. –Estoy urgido con un tema que tú me puedes, más bien, me vas ayudar.
–Coño ¿Que será? Yo ahora no estoy para ayudar a nadie, tengo alcohol en todo mi cuerpo, salud.
–Es sencillo, quiero que hables con tu amigo Reddy Valderrama para que me atienda y me haga un gran favor.
–¿El del aeropuerto? ¿Quieres un pasaje o que? Guevón tenemos un viaje de agencias en el bufete que te consiguen un pasaje a donde quieras.
–Coño Hector, no te voy a pedir que hables con este carajo para eso. Necesito saber si dos personas salieron del pais, quiero reunirme con él.

Hector le dijo a Diego que le buscara el celular, con cara de pocos amigos lo buscó.
–Reddy, camarada, ¿como está la vaina? Coño viejito sabes que no te molesto para mariqueras y esto que te voy a pedir no lo es. Uno de mis socios, este...-Hector quedó en blanco.
–¡Gullermo!
–Guillermo, Guillermo, necesita un favor tuyo con un tema de unas personas que salieron del pais, quiere reunirse contigo...¿Que te de los nombres y cédulas? -Gullermo le dijo que no. –Mira no...él quiere reunirse contigo para hablar en persona, ¿Lo puedes recibir ahora en tu oficina?...–Hector vio de arriba a abajo a Guillermo y este no entendía. –Coño no sé, si, pero cuando te reúnas con él, lo confirmas, a mi no me metas en ese peo. Trátalo bien, resuelve el problema, ya tú sabes como es todo...Vale, vale, un abrazo, yo le digo. Gracias camarada.

–¡Listo! Te espera en su oficina, así que puedes irte para allá. Toma su número para que lo llames cuando llegues y te mande a buscar.
–Gracias Héctor.
–Tranquilo hermano, somos socios y amigos ¿No? Tenemos que ayudarnos. Por cierto, este Reddy es miitar pero echa pa lante.
–No entiendo.
–Coño, está dispuesto a echar una tiradita para pagar el favor que te va a hacer. Claro, no es obligado.
–¿Tú crees que yo soy marico? Coño Hector, parece que no me conoces.
–No te has casado.
–Tú camarada está casado y con hijos. Tú estabas casado y con hijos. No me vengas con guevonadas.
–Bueno yo te digo lo que me transmitieron, luego tú ves si te lo coges o te coge.
–¿Pero eso es determinante para que me ayude con este peo? Si es así me voy por otro lado.
–Coño, te dije que no, tranquilo, deja la angustia, no te vas a volver marico porque te mame el guevo un hombre, pajúo. Ya me lo tiraré yo.
–Coño, gracias.
–Ah, guevón, aprovecha que Guillermo se va y que te de la cola, ya me tienes cansado.
–Fuera, fuera los dos, me voy a dormir, me llevo la botella. Chao.

–¿Tú estás claro que Hector tiene un grave problema con el alcohol? Podrías ayudarlo.
–¿Yo? A él le interesa de mi, es el sexo y que bebo con él, ah y ser su cachifo. ¿Por qué no se encargan de él ustedes que son sus amigos o se encargue su hijo?.
–¿Dónde te llevo? 
–En La Sabana.
–Ok.
–Si te decides a estar con un hombre, piensa en mi.

–Ustedes los maricos son bien putas carajo, se quieren acostar con todo el mundo.
–Tú te quisieras acostar con todo un mejerero. No vengas a dártelas de hombre monógamo.






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