jueves, 29 de julio de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 195

 


–El señor Valderrama lo espera, adelante.

–Gracias.

–Guillermo, adelante. -Reddy le extiende la mano mirándolo fijamente a los ojos, apoya su otra mano sobra la mano de Guillermo.
–Buenas tardes Reddy, gracias por recibirme.
–Si eres el socio de Héctor y además amigo, eres mi amigo. Héctor es el mejor abogado que puedo tener, lo amo, aunque él no lo vea como yo.
–No entiendo.
–Olvídalo, me comentó que necesitas ayuda con una información.
–Si, voy al grano. Estas dos personas, quiero saber si salieron del país. 
–Esto es información privada.
–Hago lo que sea para tener esa información Reddy.
–Si es así, dame un chance
La ultima vez que salió del país la mujer fue hace tres años. A ver, ahora el hombre. Salió  y entró al país hace dos meses a Bangkok, Tailandia. Hace cinco días volvió de Bangkok.
–¿Tailandia? ¿Que hace en Tailandia? ¿Si ves más atrás las salidas siguen siendo a Bangkok?. -Reddy se quedó mirando la pantalla fijamente.
–Esto te va a salir caro camarada
–Yo pago lo que sea.
–Nueve salidas a Bangkok.
–Mierda.
–Es médico, hará trabajos allá.
–¿Podría ser trata de blancas?
–¿Que edad tiene la mujer?
–Mi novia tiene 29/30 años.
–Son novios.
–Si, ¿Tú estás casado?
–Pero no capado. Ja ja ja No creo que sea trata de blancas. Siempre son jovencitas o por lo menos de 20 años.
–Que peo...no sé que hacer.
–Te voy a seguir ayudando. Vamos a apoyarte.
–Coño, gracias Reddy.
–No agradezcas tanto. Es el momento de pagar. -Guillermo vino preparado con una buena paca de dinero.
–Ahórrate eso, no me interesa, desde aqui tengo miles de maneras que me entren muchos verdes.
–¿Entonces?
–¿Héctor no te dijo?
–¿De qué o qué?, no entiendo.

Ignacio abría los ojos, eran las siete de la mañana, se estiró. Escuchaba gritos que venían de arriba, era la primwra vez desde que estaba en ese apartamento que escuchaba a Agustín y a Castro gritar mientras tenían sexo.
–Marico, pero le están dando duro al pana. Coño, hasta golpes se escuchan. ¿Dónde está Eloy? 

Castro penetraba a Agustin que estaba arrodillado apoyado de la cabecera, los empujones del enorme hombre eran fuertes. Cada empujón era un golpe en la pared por la cabecera sumado a los gritos, era la alarma de varios vecinos en el edificio.

Ignacio fue a servirse café. –Y el guevón de Diego otra vez con Héctor y yo en este apartamento que no es mio. ¿Dónde coño se fue Eloy que hoy estaba libre? -Lo llamó y el celular lo tenía apagado. –No me voy a preocupar por ese guevón, voy al cuarto a escuchar a estos panas.
Entró a la habitación y se escuchaban los quejidos de Agustín y los gritos graves de Castro.

Castro lo cogió del cabello echándole la cabeza hacia atrás mientras Agustín no paraba de gritar. –Flaco, flaco estoy a punto. -Lo cogió de los hombros para darle más duro, retiró el pene. –Voltéate. -Agustín se dio la vuelta mientras Castro se masturbaba. –Ahi viene, ahí viene. -Agustin agachado con la boca abierta, Castro con la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados, se tensó y el primer chorro salpicó la cara de su novio. El aro hacía que el semen brincara en todas las direcciones. Un segundo chorro volvió a salpicarlo, un tercero cayó en su barbilla, tomó el grueso pene de su novio y le pasó la lengua al enorme aro para luego meterse en la boca todo el pene. Castro le pasó la mano por la cara y lamió sus dedos.
–No me habías acabado en la cara desde que te pusiste la cosa esta, lo que me cayó encima fue una lluvia de leche.
–Ja ja ja ja solté un chorrero. -Agustín se acostó boca arriba y comenzó a masturbarse, Castro le metía los dedos en el culo tocando su próstata. Agustín gemía y se retorcía, levantaba las piernas, hasta que llegó el momentó y acabó sobre su barriga. Castro sacó los dedos y se agachó. Pasó su lengua por la barriga del chico limpiando el semen.
–No sabes cuanto te amo mi flaco. -Le dio un beso en la boca compartiendo el semen de ambos.
–Yo también te amo. Vamos a ducharnos.

Luego de la ducha  Castro le habló a Agustín. –Flaco hoy tengo que pasar por el sastre para la prueba del traje. ¿Me vas a acompañar?
–¡Por supuesto! No te voy a dejar solo con la loca esa desesperada.

–Coño...yo quiero que un carajo así me agarre y me coja. Le voy a preguntar a Agustin si no tienen un amigo asi como Castro.

Eloy llegaba al centro psiquiátrico, mostró su placa de funcionario policial. –Vengo a ver a este paciente, Juan Pablo.
–Pase pero no esté mucho tiempo. -Eloy estaba con su uniforme de policia y armado. Lo llevaron donde estaba Juan Pablo.–¿Podemos ir al jardín?
–Si claro.

–Hola Juan ¿Cómo estás? -Abrazó a Juan Pablo y luego le pasó el brazo por los hombros y comenzó a caminar.
–¿Tú quién eres?
–Un amigo de Ignacio, ¿Te acuerdas de él? -Comenzaron a caminar por el jardín alejándose de la casa. Cuando estaban lejos, Eloy sacó el arma y se la puso debajo de la barbilla.
–Me voy a encargar que de aqui no salgas más nunca en tu vida y si sales te juro que te mato maldito enfermo, Ignacio es mio y no le vas a hacer más daño. Eloy le empujaba el cañón del arma en la piel, Juan Pablo se orinaba encima.
–¿Estas asustadito? Te measte encima, eso me gusta, que sientas miedo. Bueno Juan, que pases una linda mañana. -Eloy se guardó el arma y caminó hacia la salida.

–Si este vino hasta acá es que sigo siendo una amenaza, Nacho me sigue amando. Tranquilo mi amor, voy a escaparme para estar junto a ti.
–Hola muchacho, ¿cómo estas?.
–Buenos días señora. 
–Quiero tener sexo con alguien, ¿Te animas?
–No señora, yo tengo novio, me espera afuera.
–De aqui no vas a salir.
–Yo tengo un amigo aqui dentro que podría hacerlo con usted, es enfermero.
–Ah que bien, ¿Cómo se llama?
–Yorman, es moreno.
–Yorman, claro, él acomodó mi cuarto hoy. Se le ve un buen bulto pero me dio pena decirle algo.
–No le de pena, hable con él. Mucho gusto me llamo Juan Pablo.
–¿Eres albino Juan Pablo?
–Si, la gente me desprecia por eso, mi novio Agustín no, el me ama y voy a buscarlo.
–Yo soy Berta, estoy aqui porque intenté matar a mis hijos y dicen que tengo un problema con el sexo, yo era actriz porno. Me acosté con mucha gente y mi esposo me botó. 
–La gente no nos comprende señora.
–Nos encierran aquí para abandonarnos.
–Tranquila, tengo un plan para escaparnos. Si me ayuda lo haremos mejor.
–Que bien, yo necesito recuperar a mi marido. Voy a buscar a Yorman.
–Suerte, le voy a confesar algo.
–Dime.
–Yorman tiene un guevo grande y grueso. Es negro como la pulsera que usted tiene.
–A mi ya me cogió un negro, sé como son, me preñó. Lo extraño. Cuando salga lo busco para repetir. ¿Tú novio hace trios?
–No sé,  creo que si.
–Dile y que nos coja a los dos. -Juan Pablo le dio una cachetada a Berta. Ofendida, se puso la mano en la mejilla y vio a Juan Pablo. Le dio una cachetada ahora a él. El chico se abalanzó sobre ella y forcejearon.
–¡Mi novio no va a cogerte a ti vieja loca!
Llegaron dos enfermeros, uno de ellos era Yorman, los separaron
–Tranquilos, tranquilos. Ya, ¿Quieren que los inyectemos?
–No, no.
–Yorman llévame a mi cuarto, necesito hablar contigo. -Yorman la acompañó hasta la habitación.
–¿Qué pasó Berta?
–El albino me dijo que tu me cogerías, que tienes un guevo enorme y negro. Yo quiero tener sexo Yorman, quítame estas ganas locas, estoy muy caliente.
–Berta, Berta, voy a tener que inyectarte un calmante.

–El calmante lo tienes entre las piernas, inyéctame.



2 comentarios:

  1. Excelente la reaparición de Berta. Quiero ver qué pasa si estos dos locos se vuelven aliados.

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  2. Noooooo. La putiBerta en acción de nuevo cdlm

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