miércoles, 21 de julio de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 187

–Él es el abogado que lleva el caso de mamá.
–Hola Jaime, yo lo conozco hijo, su bufete es cliente del taller.
–Ah...ok
Coño todo el mundo se conoce en esta vaina, seguro que es gay también, que impresionante esto. -Pensaba Jacinto sentado en la mesa del comedor junto a los demás.
–Pudimos rescatar a mis hermanos del centro pero a mi hermanita no.
–¿Que hermanita?
–La hija de mamá, papá...
–Que se encargue el padre no joda ¿Ahora tambien tengo que cargar con ella porque tu madre esta presa? Coño que dolor de cabeza, disculpa Jaime voy a tomar algo.

–El amigo tuyo, el tal Enrique, es un tipo de muchisimo dinero, tú lo ves muy tranquilo, bajo perfil pero ese tipo maneja mucho dinero, lava dinero ¿Estás seguro que quieres hacer negocios con él?
–De momento Jaime necesito el poder amplio para manejar las cosas de mi papá, ya veré que hago con ese tipo.
–No sé que tienes que pensar David, el abogado te está dando el perfil del hombre, ya con eso tienes que tener las alarmas encendidas.
–Lo sé, no soy tonto negro.

Regresaba José David. –Me dijo David que tienes el poder que tengo que firmar. Yo firmo lo que sea, ahora no estoy en condiciones de asumir responsabilidades, necesito organizar mi vida.
–Hazlo José, hazlo.
–Listo, firmado encárgate de notariar esta vaina y David ahora eres el hombre de esta casa. ¿Me pueden dejar a solas con Jaime?
David y Jacinto se fueron a la habitación.

–Que problemón con tu papá. ¿Estás preparado para asumir las riendas de todo?
–No, pero me toca.
–Descartado lo de seguir en la universidad.
–Totalmente, de momento no regreso negro.
–¿Y nosotros?
–¿Qué pasa con nosotros?
–Coño David, estás saliendo con el tipo este, ¿Cómo quedo yo?
–¿Acaso Enrique está conmigo aqui? Estás tú, Enrique será mi socio me digan lo que me digan, él tiene plata y sacará el taller adelante.
–Ten cuidado y terminas sin Enrique, sin taller y sin mi.
–¡Qué dramático negro! –¿Te quedas conmigo esta noche? ¿Por qué no te mudas aquí?
–No sé...tengo que pensarlo, pero hoy me quedo. -David le dio un beso en la boca.
–Hazme el amor ahora.
–¿Con esta gente afuera?
–Exacto, están afuera, nosotros aquí. -Se desnudó.

–Tengo algo que no se si llamarlo relación con tu amigo...Héctor.
–¿Una relación? ¿Son socios?
–Amantes.
–¿Tú eres gay?
–No...si...bueno, es un peo, tiramos, jodemos, bebemos como unos desgraciados, volvemos a tirar, tiramos con más gente. Una vaina loca, pero yo no me considero...no sé...no soy gay, me gustan las mujeres, coño...pero verga...me cogí a Hector, me gustó, luego el me cogió y también me gustó...yo no sé porqué te estoy contando toda esta mierda...
–Tranquilo José...Asume lo que eres y punto, pero no caigas en el alcohol y te pongas a hacer desastres, cuídate, protégete, ni Hector ni tú en esas condiciones de borrachera se acordarán de ponerse condón.
–Ya hice desastres y uno bien feo. Voy a ir al infierno. -Jaime abrió los ojos pensando lo peor; un crimen. –Me cogí a mi hijo, Jaime esa mierda la tengo clavada en el cerebro y me dan ganas de cometer una locura, me lo cogí, me lo cogí y tambien esa vaina me gustó cálatela.

David le mamaba el pene arrodillado mientras Jacinto sentado en el borde de la cama abría las piernas. Le acariciaba la cabeza al chico mientras veía como se lo metía por completo en la boca.
–Que rico carajito, que rico, sigue.-David retira el pene y se levanta. 
–Tu verga siempre sabe y huele deliciosa negro. -Se montó en la cama colocando aus pies entre las caderas de Jacinto. Se sentó, estiró las piernas en la cama y con su mano dirigió el pene en la entrada del culo. Lo fue introduciendo.
–Nunca el sexo será tan bueno con Enrique que contigo, eres mejor que él en la cama. 
–No me digas eso coño. Eso quiere decir que vas a seguir acostandote con él. -David lo besó, le metió la lengua mientras movía su cadera, se separó a centímetros de los labios de Jacinto.
–Con Enrique lo que tendré es un negocio, si lo tengo que amarrar con sexo, lo haré. -Jacinto movió su cadera y su pene entró más en el cuerpo del chico que soltó un quejido.
–No sigas diciéndome esas vainas carajito.
–No siento que te afecte, tu verga negra sigue dura dentro se mi. -Movió la cadera y excitó aún más a Jacinto que cerró los ojos.
–Te quiero solo para mí.
–Y lo soy, contigo es que quiero estar negro, acuéstate. -Jacinto se tumbó en la cama y David comenzó a mover las caderas y no pudo evitar gemir y gritar.

–Y estos tirando en el cuarto. Soy un desastre Jaime.
–Necesitas ayuda, David también, vayan a terapia.
–A terapia, a alcoholicos anónimos y a terapia de choque para quitarme las ganas de un pipe. -Jaime se sonrió
–José, busca ayuda, reconstruye esta familia. Ayúdate dejándote ayudar.
–Berta es una maldita puta, loca, desquiciada y asesina.
–Ya...deja ese odio. Mira, para que te distraigas. Te invito a mi boda. Eso sí, vas tú solo, lleva a tu hijo y el novio.
–Hector ya se enteró que te casas, capaz y se aparece.
–No me extraña.

David seguía moviéndose mientras se masturbaba, Jacinto tomaba al chico por las caderas mientras cerraba sus ojos y echaba la cabeza hacia atrás sientiendo un hormigueo en el cuerpo y las ganas incontrolables de acabar.
–Ay...me vengo.
–¡Ya va negro, espérame! -David se detuvo para que Jacinto no acabara todavía, siguió masturbándose y volvió a.moverse provocando la descarga de Jacinto que gritó al igual que David, derramando su semen en el pecho y cuello de Jacinto. Sacó el pene de su culo y se acostó sobre Jacinto que lo abrazó.
–No me hagas daño carajito, yo te quiero.-David levantó su pecho y cabeza y vio a Jacinto.
–No lo voy a hacer negro. Yo también te quiero. Se besaron y se quedaron dormidos.

Afuera Jaime y José David bebían unas cervezas.
–Quiero que ademas de mi abogado, me ayudes con el resto de mis cosas.
–Claro José, para eso estamos, en lo que pueda te ayudo.
–¿Otra cerveza?
–Coño, ya llevamos tres y me tengo que ir.
–Anda coño, otra.

Jaime hablaba de lo que podría hacer con el taller, trayendo capital a trabés de un socio pero alguien que no estuviera viciado como Enrique. Seis cervezas. Rieron, se contaron anecdotas sexuales, Jaime le contó de la adopción y José David se puso a llorar, se abrazaron.
Séptima cerveza. Bebieron y se vieron a los ojos. Unos segundos observándose y José David se acercó a Jaime y lo besó en la boca. Jaime inmóvil respondió el beso. Jacinto y David salían de la habitación y los vieron besándose. David iba a decirles algo pero Jacinto lo detuvo.
Jaime se separó de José David. –¿Que significa esto?
–Un beso Jaime. ¿Y si tiramos tú y yo? Imaginate que Hector se entere. Nos mata a ambos.
–Esa vaina no va a ocurrir José, yo estoy comprometido. -Se puso de pie. –No voy a joder lo bonito que tengo con Oto por un calentón de unos minutos.
–Eso es lo que yo quiero contigo. -Le dijo Jacinto a David.
–¿Un calentón?
–¡No chico! Una relacion bonita, para casarnos y adoptar un bebé.

–Me voy. - Caminó y se mareó.
–Jaime, Jaime, yo te llevo a tu casa
–Seguro que tú si te lo tiras porque eres igual de puta que tu madre.
–David no le hizo caso y le dijo a Jacinto que tomara las llaves de su carro para regresarse luego.
–O quieres quedarte a solas conmigo más tarde y tiramos de nuevo ¿Eso te excita más?
–Voy a ignorar el comentario porque estás borracho. Yo vengo ahora y Jacinto se queda a dormir.
–Ah perdón, perdon, esta noche te coge el negro pues. Papá no tiene chance, dormiré solo.

Ya en el carro, tanto David como Jaime no hablaban. Hasta que el abogado rompió el silencio.
–Tu papá necesita ayuda David, disculpa lo del beso con tu padre, me agarró desprevenido.
–Tranquilo, está borracho, igual tú, estan desinhibidos.
–Yo no quiero nada con tu papá.
–Lo sé, no me tienes que dar explicaciones. En cuanto a lo que dijo mi papá...eso pasó una vez y me estoy arrepintiendo todavía, eso no va a ocurrir más nunca.

–David, ambos necesitan terapia, ambos, ayúdense, salgan de este foso.





No hay comentarios:

Publicar un comentario