miércoles, 14 de julio de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 180

 


Los cinco se montaron en el ascensor. José David besaba a Diego, los otros tres miraban a la pareja. –Somos cinco y nada más podemos subir cuatro. -Dijo Hector mientras Ignacio se acercaba y lo besaba.

–Marico, estoy aquí. -Le dijo Eloy, Ignacio se volteó y lo besó.
Diego continuaba besando a José David mientras le apretaba el pene.
Llegaron al piso y salieron. Hector sacó las llaves y abrió la puerta.
–Hay dos cuartos, el mio, que ahí vamos a estar los tres, o sea estos dos y yo y ustedes en el otro, tiene baño y toallas. ¿Quieren beber? Ahí tengo botellas.
–¿Puedo usar el baño? -Preguntó Eloy.
–Coño de bolas, mea en este.
–Voy a cagar.
–Ve al cuarto donde van a dormir ustedes, tienes papel.
José David estaba sentado con Diego besándose en la sala, le metía la mano por el pantalón, Ignacio acompañó a Hector a la cocina para preparar los tragos.
–Tu novio vino a cagar a mi casa. La confianza da asco.
–No es mi novio. Me da morbo mamarle el guevo al amante de mi ex ¿Puedo? -Hector se desabrochó el pantalón e Ignacio agachándose hizo el resto. Comenzó a mamarlo mientras Hector preparaba los tragos de todos.
–Mamas divino carajito, aaaah coño... -Eloy regresó y vio a Diego haciéndole sexo oral a José David que lo miró, se sonrió y le dijo que se acercara. El policía le hizo con la mano un gesto para que esperara, fue a la cocina.

–¿Y Nacho?
–Agachado mamando guevo, ¿Quieres mamarlo tú?
–No, sigan ahí. -Eloy regresó a la sala y se agachó al lado de Diego, se besaron y luego ambos mamaron el pene de José David que tenía la cabeza recostada al respaldar.

Ignacio terminó de bajarle el pantalón a Hector y le apretó las nalgas. Se introducía todo el pene en la boca, una de sus manos cogió los testículos y se los halaba.
–Párate, párate, que me vas a hacer acabar. -Ignacio se levantó, tomó uno de los vasos, bebió y le dio un beso en la boca.
–Quiero que me cojas viejito. Quiero saber que es lo que le gustaba a Oto de ti.
–Mi dinero.
–A mi me gusta tu verga.
–Te cojo después que me coja a José y a Diego.
–Vas a estar cansadito. -Volvió a besarlo.
–Cansado vas a quedar tú después que te coja.

Diego y Eloy mamaban el pene, corría saliva entre sus bocas. Se acercaron Hector e Ignacio con los vasos.
–Oigan puticas, vengan a beber. -Diego se levantó limpiándose la boca con la mano. 
–Te van a echar una cogida.
–Yo no debería estar aquí.
–¿Quieres que le diga a Hector que por tu culpa se quemó su apartamento?
–¿Qué...no, no, coño, no me jodas marico?
–Entonces no te vas a ir, quiero ver como te cogen este par de viejos.
Eloy le quitó uno de los vasos a Ignacio y lo besó. –Hueles a guevo.
–Vamos al cuarto para cogernos rico papá, no voy a dejar que te coja el viejo primero.
Ignacio y Eloy se fueron. Entraron, comenzaron a besarse, Eloy dejó el arma donde pudo. Se desvestían mutuamente mientras se besaban.
–Mámalo. -Le dijo Eloy, Ignacio se agachó, le echó para atrás el prepucio y se lo metió en la boca.

–Llegó la hora chamo, vamos al cuarto a cogerte. -José David caminaba delante de ellos rumbo a la habitación. Hector le desabotonaba la camisa y José David le bajaba el pantalón.
–No puedo creer que me van a coger dos tipos, nunca me lo han hecho a la vez. -Hector le dio una cachetada.
–Ponte a mamar. -Hector se tiró en la cama boca arriba y Diego se acercó para mamárselo, José David se desnudó y detrás del muchacho se agachó para mamarle el culo.

Eloy caminaba hacia la cama, se tumbó al igual que Ignacio y comenzaron un 69. Eloy se lo mamaba y le metía los dedos por el culo a Ignacio que se tragaba todo el pene del policía mientras jugaba con los testículos.
Eloy se estiró y le chupaba el culo. Metiéndole los dedos. Ignacio gemía.

Diego estaba concentrado mamando el pene de Hector mientras José David le abría las nalgas y chupaba el culo, le pasaba la lengua, le mordía las nalgas y le daba con las palmas de la mano.
–Siéntate en mi verga. -Diego se montó sobre Hector, ubicó el pene en su culo, José David lo miraba, encendió la luz para ver como le entraba el pene en el culo.
–Aaaaah, ya va, despacio.
–Yo no hago nada, eres tú solito que te los estás metiendo. -El pene iba entrando, Jose David excitado se masturbaba mientras veía como entraba, le dio una nalgada a Diego.
–Eres tragón, deja que te meta el mío.

Eloy levantaba las piernas de Ignacio, apoyó su pene en el culo.
–¿Me va a coger señor policía?
–Cállate. -Empujó y comenzó a abrirse el culo, iba entrando. –Lo tienes cerrado y caliente marico.
–Mételo todo. -Eloy empujó y su pene entró por completo dentro de Ignacio. El policía cogió las piernas de Ignacio por detras de las rodillas y las echó hacia el pecho, su rostro se acercó al de Ignacio y lo besó. 
–Me gustas que jode coño, me gustas. Creo que me puedo enamorar de ti.
–Concéntrate en cogerme papá, empuja. -Otro beso metiéndole la lengua y Eloy comenzó a mover las caderas, Ignacio abrió sus piernas hacia loa lados y levantó sus caderas. El pene de Eloy entró más profundamente lo que provocó un grito de Ignacio.

José Davi se acercó al culo de Diego, que movía la cadera metiemdose el pene de Hector que se mantenía inmóvil en la cama. –No te muevas, ya va. -José David derramó lubricante en el culo y en el pene de Hector, apoyó su pene y comenzó a empujar viendo como el glande entraba con dificultad.
–¡Ay, ay, despacio!
–¡Coooño me estás aprisionando el guevo!
–Aguánten, no sean jevas. -José David tomó ppr los hombros a Diego y empujó, su pene entró hasta la mitad, Hector levantó su cadera para que su pene entrara, sentía que se salía del culo.
–Coño me duele, ya va, no empujes.
–¡Aguanta coño, que todavía no lo meto completo! Volvió a empujar y el pene entró ppr completo. Diego gritó y apretó el culo.
–¡Mierdaaaa me vas a hacer acabar! -Gritó Hector.

Ignacio se arrodilló en la cama, Eloy de pie flexionaba las piernas y penetraba a Ignacio que gemía mientras tocaba por debajo los testículos del policía.
–Ven, ven, levántate. Eloy lo tomó de los hombros y sin retirar el pene se acostó boca arriba con Ignació aún penetrado, movía sus caderas mientras Ignacio sostenía sus piernas. Se sentó sobre el policía y, sin sacar el penw se dio la vuelta viendo a Eloy. Ahora se agachaba para besar al policía.
–Quiero que me cojas tu ahora amor.
Ignacio se sacó el pene y volteó a Eloy boca abajo y se acostó sobre él abriéndole las nalgas. Su pene se delizó entrando con facilidad.
–¿Ya lo metiste?
–Hasta el fondo, marico te entró de una.
–Rico, cógeme.

José David gruñía mientras se movía sintiendo la presión del culo con el pene de Hector adentro. 
–Voy a acabar, estoy a punto.
–¡Sáquenlo! -Diego con el dolor que sentía, no se fijó que había acabado sobre el abdomen de Hector, este lo hacía dentro de Diego.
José David retiró el pene, Diego se bajó de encima de Hector.
–Ven acá, para que te tragues la leche. -Diego se agachó, el hombre lo cogió del cabello mientras se masturbaba, acercó el pene a la boca y derramó el semen en los labios y barbilla. Le pasó los dedos para quitar el semen y se lo metió en la boca a Diego que se tumbó en la cama.
–Me duele el culo.
–Un trago de whisky con ibuprofeno  y se te quita 
–¿Quieren un trago? Yo los preparo. -José David salió de la habitación desnudo.

Ignacio movía sus caderas sobre Eloy que gemía sin parar.  –¡Ponte en cuatro, ponte en cuatro! -Diego se levantó.
José David escuchó ruidos y abrió con cuidado la puerta y vió las nalgas de Ignacio moverse, como se contraían y Eloy gemía.
–¿Chicos quieren un trago? -Ignacio se detuvo.
–¡Coño, sal de aqui guevon, estamos ocupados!
–¿Pero quieren un trago?
–Si, vete.

Jose David llega a la cocina y busca cinco vasos y saca el hielo, en eso llega Hector.
–El carajito ese está llorando en la cama como un bebé.
–Que pendejo.
–Yo me voy a llevar una botella para el cuarto. Chao.

Ignacio tomó a Eloy por la frente y la garganta, se movía con más fuerza, apretó y acabó dentro de él soltando un grito. Se echó a un lado recuperando la respiración y se levantó. –Mierda que acabada, me dio hasta escalofrío.
Eloy se levantó de la cama y abrazó a Ignacio besándolo. –Me encantó la cogida mi amor. Y cuando me ahorcaste me asusté pero me excitó...la próxima vez lo vuelves hacer. Pero más fuerte, hasta que me ahogue. –Otro beso con lengua y se separóa pocos centímetros de la boca de Ignacio. –Quiero ser pasivo contigo, seas el hombre que me coge.
Mierda...no puede ser, no puede ser que me toque otro loco. -Entra José David y le dio los vasos.
–Salud.
Ignacio se bebió el trago de una vez y fue al baño a orinar. Cuando comenzó a orinar entró Eloy. –Deja de orinar, ya va. -Se agachó. –Orina de nuevo. -Se metió el pene en la boca, Ignacio comenzó a orinar, Eloy lo miraba.
Dios pero que pecado he cometido para que me pongas a conocer gente loca.

Hector bebía de la botella mientras veia la televisión.
–¿Y este?
–Se durmió llorando. Ven acuéstate a mi lado, no me has cogido aún.

Ya a las seis de la mañana, todos dormían. Hector se levanta y se quita el brazo de Jose David, roncaba, Diego dormía en el borde de la cama. Tomó la botella de whisky y bebió. Se fue a la habitación de Ignacio. Entró. Eloy dormía con el arma en el pecho y sus manos sobre ella. –Coño que loco este pana. -Se agacha al lado de Ignacio y le pasa la mano por el brazo.
–Chamo, chamo, Nachooo. -Se despierta.
–Eeeh coñooo, ¿que pasa?
–Shhhj, baja la voz, quiero cogerte, dame espacio a un lado para metertelo.
–Marico, ahi está Eloy.
–Si y dierme con el arma encima. ¿Te imaginas que nos vea tirando y nos mate? No hagas ruido y te lo meto de ladito. -Hector se colocó con cuidado detrás de Ignacio. Comenzó a penetrarlo. Cuando ya lo había metido perdió erección.
–Mierda, se me bajó, comenzó a masturbarse, la cama se movía.

–Eeeh, eeh ¿que pasó? -Eloy se sentó apuntando con el arma hacia el frente. –¿Que pasa? -Se levanta de la cama y ve a Hector detras de Ignacio.
–¿Qué haces aquí? –¿Te estabas cogiendo a mi novio?.
–Coño pana, baja el arma, estás en mi casa.
–Me sabe a mierda, entraste a cogerte a mi novio. Sal o disparo.
–No tenemos que ponernos violentos Eloy.
–Nacho, Nacho, te conté de mis sentimientos y la verdad que te importó una mierda.
–Baja el aaaarma chamo.

José David se levanta de la cama y no ve a nadie. Va al baño a orinar y se consigue  a Diego arrodillado golpeándose la espalda con una tira larga de estropajo para lavarse la espalda. La tenía roja.
–Perdóname, Perdona mis pecados. -Uno y otro y otro azote. 
–¿Que coño haces? 
Se escucha un disparo y al segundo un fuerte golpe.

–¿Que coño fue eso?






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