domingo, 18 de julio de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 184

 Era sábado, Claudia se levantó temprano y se fue el baño con la prueba de embarazo que compró. Orinó, esperó los segundos reglamentarios. Levantó el estuche de plástico y lo vio. Positivo. 

Se levantó de la poceta, y nerviosa, el estuche se le cayó al agua. –Estoy embarazada, estoy embarazada, ¿Qué hago, qué hago?.
Se miró al espejo. –Cálmate Claudia, piensa, calma, calma.

Regresó a la cama y se desnudó, se acercó a Guillermo y le tomó el pene.
–Mi amor, no aguanto, hazme el amor.
–No, amor..., Yo quiera, pero no podemos.
–Anda, estoy en los dias fértiles, anda. -Guillermo se dio la vuelta, su pene estaba erecto.
–Mámalo. -Claudia lo hizo. –Te voy a coger por el culo.
–Nooooo, cógeme, hoy tengo la corazonada que voy a quedar embarazada, hazme el amor.
–¿Y la inseminación? -La mujer volteó a Guilermo y se montó sobre él. Tomó el pene y lo introdujo en su vagina. Comenzó a moverse. Gemía, él se sentó la abrazó y comenzó a moverse. Acostó a Claudia y siguió penetrándola. 
Claudia estaba nerviosa, le temblaba el cuerpo, su piel se erizó y comenzó a sudar frio mientras Guillermo acababa dentro de ella. Se apartó y se acostó al lado de ella que no paraba de temblar.
–¿Que tienes?
–Escalofrío...me, me...
–Estás prendida en fiebre.
–Buscame una.....manta....ten...tengo...frio. -Claudia brincaba en la cama por los escalofríos, Guillermo le puso una bata, él se colocó una franela y un short y decidió llevarla a la clínica. Claudia se le había subido la temperatura y no paraba de temblar.

Ya en la clínica, Guillermo esperaba en la emergencia. Ya habían estabilizado a Claudia. Apareció el doctor.

Una fuerte fiebre, pareciera emocional. Subió mucho, ya está bien. En su estado tiene que cuidarse.
–¿En su estado?
–Ah no lo sabías todavía, está embarazada, de días, pero está embarazada.
–No, no puede ser doctor...nosotros no hemos hecho nada desde hace tiempo, vamos a un proceso de fertilización y no podiamos tener intimidad...yo...hoy, hoy lo hicimos...pero... ¿Está seguro? Repita esa vaina, yo pago lo que haya que pagar pero hágale una prueba más confiable.
–La sangre es un libro abierto. Yo lo repito si quieres estar seguro que serán padres.
–Lo que quiero es que sea mentira porque no sería mío.
–Bien...daré la orden para repetir la prueba.

Guillermo no había entrado a verla a pesar que el médico le dijo que podía hacerlo. Luego de un hora Guillermo regresaba, habia ido a desayunar.
–¿Dio negativo?
–No...no sé si felicitarte o qué...pero está embarazada.
–Maldita puta...gracias.
–¿Vas a entrar?
–No...que se quede ahí, que llame al que le metió el bebé en la barriga y la busque.

–Ay Doctor, yo no tengo nada, ni cartera, ni celular, solo cargo esta bata. ¿Cómo se va a ir? ¿Por qué no me esperó?
–Se enteró que estás embarazada.
–¿Qué, cómo?
–Te hicimos análisis de sangre.
–¿Pero por qué?
–Llegaste con mucha fiebre y con escalofríos.
–Me va a matar...Dios mio... Ayúdeme doctor.
Hubo un silencio.
Si me esperas una hora, salgo de mi guardia. Te puedo dar la cola.
–Yo espero, yo espero.
–Ok...voy a resolver unas cosas y nos vamos.
–¿Me puede prestar dinero...que pena...para desayunar? Yo le transfiero luego no cargao nada encima
–Ve a la cafeteria, pregunta por Iraida y le dices que vienes de mi parte, el doctor Adolfo Sánchez.


Una hora y media después Claudia estaba en el carro de Adolfo. Ella miraba por la ventana, no hablaba.
–¿No crees que lo puedas arreglar?
–Me acosté con dos tipos hace una semana, quiero ser madre y no quiero pasar por la inseminación, es una pérdida de tiempo.
–¿Pero tienes problemas para quedar embarazada?.
–Pensaba, pero quedé. Ahora voy a perder a este hombre y lo que he logrado con él, por mi torpeza. 
–Puedo ayudarte. ¿Es aquí?
–¿A abortar? En estos momentos es la mejor solución.
–¿Crees que abortar es la solución? ¿Guillermo te va a perdonar si ese bebé no nace?
–¿Entonces cómo me vas a ayudar?
–Puedo darle el apellido a ese bebé, casarme contigo, puedo ofrecerte también una estabilidad, tengo dinero, soy socio de la clínica, tengo consulta ahi y en otro consultorio privado.
–¿Eres soltero?
–Soy gay, pero eres la oportunidad para mi status en la clinica y socios.
–¿Gay? ¿Y quieres casarte conmigo?
–Guillermo me quitó una novia que tenía al final de bachillerato, de la peor manera. Ella perdió la virginidad con él. Y le dijo a todos que yo era gay y él la secundó.
–Pero si te casas conmigo él volverá a decir que eres gay.
–En ese momento no habia salido del closet, era serio. Dijeron eso para joderme, era y soy gay pero hasta ahora he tenido novias y él las conoce.
–¿Y yo? ¿Que gano con eso?
–Estabilidad, Guillermo es capaz de encargarse de que no consigas trabajo más nunca en tu vida, él conoce mucha gente.
–Trabajo con él en el bufete.
–Estás perdida, olvídate de trabajar de abogado en tu vida.
–No sé. -Adolfo se le acercó y le dio un beso en la boca.
–Piénsalo, ¿Quieres que te espere? A lo mejor está esperando que aparezcas para botarte.
–Ok...pero todo dependerá de lo que me diga, a lo mejor me perdona.
–Te esperaré aquí abajo.

–Ah, llegaste.
–Guillermo te puedo explicar.
–Ahi están tus cuatro cosas para que te vayas de aquí.
–Deja que te explique.
–¿Qué me vas a explicar, como te tiraste al actor porno ese o a otro?
–Tú sabías que yo estaba buscando bebé con el.
–Vete de aquí.
–Tú sabías eso. 
–Llegamos a un acuerdo y hasta cita para la inseminación y echaste todo eso a la mierda.
–Ya estoy embarazada que es lo que yo quería. -Guillermo se levantó y se le abalanzó cogiéndola por el cabello la sacudió dándole golpes hasta que cayó al suelo y le dio patadas.
–¿Ah, quieres ser madre ah? ¿Si? -La volvió a coger del cabello y la arrastró hasta la entrada, golpeándola repetidas veces en el vientre. La sacó a patadas del apartamento con la maleta. 
–Ve a buscar otro bebé, que te monte la barriga uno de tus amantes. -Cerró la puerta y la dejó tirada en el pasillo.
 
30 minutos después Adolfo sale del vehículo y se acerca al edificio cuando ve por el pasillo caminado encorvada y visiblemente adolorida.
–Señorita, la ayudo, le dijo el vigilante.
–Tranquilo, gracias yo me encargo, Claudia, ven.
–Me golpeó....me golpeó....
–Ya...no me extraña. Vamos siéntate. Acomodó a Claudia en el asiento del copiloto, dio la vuelta y se sentó en su puesto. Sacó del bolsillo interno de su chaqueta una inyectadora. 
–Te voy a colocar esto para que duermas bien y se quiten todos tus dolores. -La inyectó en el cuello.

–¿Que es eso? -Claudia quedó dormida.



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