martes, 3 de agosto de 2021

H.R. Capítulo 200. primera parte

 


–Gracias Ministro, en cuanto tenga noticias, avíseme.

–Tutéame chico. Tranquilo que junto al gobierno Tailandés estamos desarticulando una banda internacional, te sorprenderás de los nombres involucrados. Hasta puede que los conozcas.
–Vaya...¿Pero Claudia está bien?
–Está viva. Algo que me dijeron los agentes es que es la única del grupo de secuestradas que tiene 30 años, la mayor de las chicas tiene 19 años.
–Si, es raro...pero la operaron.
–Ya, eso se arregla, lo importante que en las próximas horas estarán en el pais las chicas.

–Te ves muy guapo. -Oto le arreglaba la pajarita a Jaime
–Tú también te ves hermoso. ¿A qué hora llega la gente?
–Dentro de poco, ¿El alcalde te avisó?.
–Me dijo que llega cuando estemos listos y la gente haya llegado.
–¿Sigues molesto por lo de Nacho?
–Si, sabes que sí, pero hoy es nuestro día.
–Te juro amor que no pasó nada y no tengo nada que ver con su venida a casa.
–Él te ama todavía, está enamorado de ti y aún así viene a la boda y a la fiesta.
–Viene con su pareja, bueno con el que está saliendo.
–Como te vea cerca de él hoy, no respondo.
–Bobo. Amor hay otra cosa que quiero comentarte, sé que no es el momento, pero...¿Vas a ir al médico? -Jaime resopló.
–Si mi amor, quiero estar bien, quiero complacerte y complacerme.
–Que bueno amor.
–¿Quieres tocarme ahora?
–¿Tocarte, dónde? -Jaime tomó la mano de Oto y la puso sobre su entrepierna abultada. –Lo tienes duro.
–Quiero que me lo mames ahora.
–¿Y si nos manchamos?
–Hoy es nuestro día, nada importa. -Oto se acercó a Jaime, lo besó mientras le bajaba el cierre y sacaba el pene por la ranura. Se agachó. Tomó el pene con su mano, comenzó a pasarle la lengua por el glande. Miraba a Jaime, se sonreía y Jaime tambíén. Se desabrochó el pantalón y lo dejó caer.
–Quiero cogerte. -Oto se levantó, encendió el aire de la habitación y cerró con llave la puerta. Se quitó el pantalón. Ambos estaban desnudos de la cintura para abajo. Oto se acostó en el sofá levantando las piernas, Jaime se acercó a Oto, llenó de saliva su mano y la pasó por el culo, volvió a escupir y restregó su mano por el pene. Empujó, el pene se deslizaba dentro de Oto, cuando lo tenía completamente penetrado, tocaron a la puerta. 
–CHICOS, LLEGÓ EL ALCALDE Y LOS INVITADOS. NO TARDEN. -Les gritaba el wedding planer que habían contratado.
–¿Paramos? -Preguntó Jaime.
–¿Estás loco? Ya me tienes ensartado, sigue, que espere esa gente. -Jaime lo besó y comenzó a mover las caderas, Oto agarró sus piernas y las trajo hacia él. Jaime se aferró a la cabeza de Oto abrazándola, movió más sus caderas, empujó y se corrió dentro del muchacho.
–Amor, que rica esa cogida.
–Estamos sudados ¿y ahora? 
–CHICOS, EL ALCALDE ESPERA.
–Que fastidio Ramiro, vale. Vamos a acomodarnos.

Ambos se quitaron el saco y la camisa nuevamente, se refrescaron con toallitas húmedas y volvieron a vestirse.
–Estamos locos, tirando a minutos de casarnos.
–Ay ya, ven para acomodarte la pajarita. -Oto le dio un beso a Jaime y salieron.

–¡Por Dios! ¿Pero que estaban haciendo? El alcalde está desesperado. Ya ustedes estaban ves...tidos... -Ramiro miro a Oto y se sonrió. –Son unos pillines. Vamos.

–¿Y este idiota es el que organiza la boda y fiesta de Oto? Es el colmo, venir a conseguirmelo aqui.
–Ya tranquilo flaco, estamos en una boda.

–Bueno ya llegaron los novios, parece que se estaban poniendo guapos porque se tardaron mucho. -Un murmullo de risas corrió por las sillas luego de las palabras de el Alcalde.

–¿Quieren que haga la pregunta típica de escena de novela? -La gente volvió a reir y unos cuantos se aventuraron a gritar si.

–¿En serio vas a hacer eso Rodolfo? - Jaime le susurró al Alcalde.
–Me hicieron esperar ahora jódete. Si hay alguien en este recinto que se opone a que se celebre esta boda que hable ahora o calle para siempre.
–¡Yo me opongo a esta vaina! 
–Héctor, Hector ¿Qué haces? - José David le decía en voz baja. ¡Salud amigos! -Levantó el vaso de plástico donde bebía whisky. -Yo me opongo porque ese señor que decía que era mi amigo me traicionó, me quitó el hombre que yo amaba.
–Mierda, ¿Qué carajo hace mi papá aquí? Y borracho.
–Deja, vamos a ver que pasa.
Hector se acercó a la mesa donde había un arco de flores, un mesón blanco rectangular y los testigos. –Que bolas Rodolfo que te prestes para esta vaina. Señores Jaime mi amigo de universidad y socio me quitó al hombre de mi vida. -Jaime cerró los ojos y le apretó la mano a Oto.
–Hector por favor vete de aquí o te saco con seguridad.
–Aaaay si coño, ¿Qué pensabas que te ibas a casar asi feliz? No carajito, tu hoy no te casas. -Castro se levantó y caminó hacia Hector, le apretó el cuello y lo dejó inconsciente.
–Tranquilos, en unos segundos se despierta. -Lo alzó como un saco de harina y lo llevó hacia atrás donde estaba José David. –Encárgate de él.

–Sigue haciendo chistes Rodolfo.
–Que me iba a imaginar que se iba a aparecer Hector en ese estado.
–Siga Alcalde.
–Por el poder que me confiere la ley, los declaro marido y marido, oficialmente ya están casados. Pueden besarse.

Rodolfo le dio la mano a los novios a los testigos y se fue para un evento de la alcaldía.

–¿Que coño me pasó?
–Te noquearon, estabas impertinente Hector, vámonos, fue un error venir. 
–Vamos a la fiesta ¿Se casaron?
–Si.
–Maldita sea.

Habían dispuestos tres autobuses para el traslado de los invitados desde la Hacienda hasta la casa donde sería la fiesta.

Agustín y Castro entraban a la casa, en la puerta estaban dos anfitriones y Ramiro.
–Camina Castro.
–¿Qué vas a hacer?
–Entra. -Castro se le puso en frente a Ramiro que se puso tenso. Dio un paso hacia atrás, Castro lo tomó de la pajarita.
–Que mala idea conseguirnos aqui Ramiro. -Le apretó  la pajarita. Ramiro se puso pálido y no se movía.
–Si me haces algo llamo a la policía. -Castro le arrugó la pajarita ahogándolo.
–No creo que te atrevas. -Castro se movió hacia adelante asustándolo, Ramiro comenzó a orinarse encima. –Ve a cambiarte y busca un coleto para que limpies tu susto.

–¿Que hiciste?
–Le di un susto, hasta se orinó.
–No me extraña, estaba pálido y no se movía. Mira ahí está Guillermo, el otro socio de mi papá y también Ignacio con un carajo.
Tu papá no está con José David, está con ¿Diego?.
–¿Diego? Pero tu papá no sabe de que palo ahorcarse.
–Ya va, ¿También está con José David?
–Bueno los vi juntos en la boda. 
–Voy a hablar con él y a saludar a Nacho.
–¿Ya vas a empezar flaco?
–Amor, quiero saber lo del apartamento porque mi papá pagó la vaina pero quiero discutir unas cosas con él, con ambos.
–Ya, ya...tu con tal de verlo...-Agustín le dio un beso.
–No seas necio. 

–Papá ¿Cómo te apareces así en ese estado? No puede seguir bebiendo como si se fuera acabar el mundo.
–Yo bebo lo que me de la gana, es más no he bebido aún.
–Papá, necesitas ayuda, ir a terapia, José David apóyanos en eso si es que estás con mi papá.
–Mi compañero de fiesta y tragos hijo.
–Agustin yo comencé a ir a reuniones, tu papá no ha querido.
–Yo a esas vainas no voy a ir coño, yo quiero beber, salir.
–Hoy no es el momento, pero hablaremos. -Le hizo señas a Ignacio hablaron los tres del asunto del apartamento e Ignacio se comprometió a vigilar los arreglos y estar pendiente de los obreros.

Llegaron los novios y los aplausos, comenzaron a servir los tragos a la gente.
–Hoy quiero emborracharme amor.
–Hoy está permitido todo.
–¿Todo?
–Todo.
–Eso abarca mucho, ten cuidado con tus palabras. Vamos a las mesas a saludar.
–Dame un beso mi amor. -Se besaron. –Te amo, eso no lo dudes ni un segundo pero hoy quiero que esto sea inolvidable, un desnalgue como dicen.
–Jaime...te desconozco. -Jaime le dio una nalgada y se acercaron a la mesa de Agustin.
Se abrazaron, se dieron un beso en la boca.
–Estoy feliz de verte feliz Oto.
–Lo estoy Tin, ahora les toca ustedes.
–Por cierto, el wedding planer que contrataste  fue el que queria tirarse a Castro y armé el peo en la sastreria.
–Lo sé...pero es que es muy bueno Tin, si hace algo indebido me avisas.
–Ya Castro lo puso derechito.
–Por cierto, aprovechando que Jaime habla con Castro, me dijo ahorita que hoy está permitido todo. Me dio miedo ese comentario.
–¿Pero te lo dijo en algun contexto. Que le dijiste antes de eso?
–Que hoy quería emborracharme y luego me dijo eso.
–¿Será que quieres tirar hoy, aqui?
–Ya tiramos en la Hacienda.
–Que puta eres jajajajajaja.
–Gafo, ¿Y si quiere tirar con otra persona aqui?
–A mi me daría arrechera, pero si lo hace y está permitido todo hoy, amigo usted tire. Pero me parece muy fuerte que eso pase justo hoy el día de su boda...No veo yo a Jaime en esas cosas.
–Ni yo...pero...en fin, dire que los traten como reyes, le voy a decir a Ramiro que se esmere en esta mesa.
–Que no se esmere mucho.

Jaime se consiguió con José David.
–No tuve oportunidad de pedirte disculpas por lo de la otra vez...el beso...yo.
–Tranquilo, cosas que pasan cuando el alcohol está de por medio.
–Pero es que hoy hay alcohol tambien...y mucho.

–Hay mucho.






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