Pasticho hormonal. Capítulo 7

 

–Ya tengo boleto. Llego mañana a Cancún-

–Buenísimo ¿Y el hotel? ¿El mismo?-

–Si, pero lejos de tu habitación, creo que es hasta mejor-

–Ok, nos vemos-

–Cuantra frialdad con el hombre que te hace grmir en el sexo-

–Tengo a Guillermo al lado necio, ya vamos a subir al avión

–¿Con quién chateas?

–Una amiga que no pudo ir a la boda, me dijo que va a Cancún, para vernos.

–Estamos en nuestra luna de miel amor.

–Yo sé, no le he confirmado nada, tranquilo. -Suena el celular de Guillermo. –Mi papá llamándote...que raro. -Guillermo se puso nervioso y se levantó, fingió que no escuchaba bien y le hizo un gesto a Victoria que iría a caminar.

–¿Qué pasó Francisco, para que me llamas? Victoria quedó extrañada con tu llamada.

–Ya sabrás que inventarle, eres experto en eso. Te llamo para recordarte de nuestro pacto. Te quiero coger.

–Francisco, sabes muy bien que me voy en minutos a Cancún por unos días.

–Carajito, supongo que regresarán, no van a vivir allá. A tu regreso cuadramos.

–Suegro yo...

–Recuerda los negocios Guille, los negocios, un resbalón tuyo y dejo en la quiebra a tu familia. -Guillermo se acercaba a Victoria nuevamente.

–Seguro suegro, deje la angustia, yo amo a su hija. –Tu papá a estas alturas diciéndome que tenga cuidado con lo que haga, que te cuide y no haga tonterías.

–Él sabrá porque lo dice...¿Has hecho tonterías?

–¿Qué?

–Ay es broma amor, ¿Tú no sabes como es mi papá de necio? Siempre quiere meterte miedo. -Le da un beso en la boca y en eso llaman a embracar al avión.

Al día siguiente en la mañana, muy temprano, Franciso sale a trotar como todos los días, da la primera vuelta y al comenzar la segunda se encuentra de frente con Gonzalo.

–Caramba...el niño sigue solito en casa.

–¿Qué más?

–Bien, ¿Te disfrutaste la fiesta no?

–Bueno sí, esa era la idea.

–Claro, yo pagué la mayoría de esa rumba, se podría decir que me chuleaste.

–Ja, ja, ja, ja bueno algo así es en cada boda.

–¿Qué? ¿Estás buscando macho?

–Si...

–Eres insaciable.

–Algo.

–¿Quiere que te coja?

–¿Tú? Si me dijiste que no querías verme más, que no te gustó.

–Quiero darte una segunda oportunidad, no quiero que me veas como el insoportable. -Gonzalo le guiñó el ojo y le dijo a Francisco que lo siguiera.

Llegan al apartamento y Gonzalo intenta besar a Francisco pero este lo aparta y lo empuja contra la pared.

–¿Desde cuándo te estás tirando a mi yerno?

–¿Qué? -Un golpe en la cara hace tambalear a Gonzalo cuando Francisco lo soltó.

–Contesta mi pregunta.

–No sé de que hablas.

–Quieres recibir otro coñazo. ¿Desde cuando te tiras a mi yerno?

–Francisco...-El hombre coge por la franela a Gonzalo y apoya los puños en el cuello.

–Los vi tirando en la fiesta, en la habitación, LOS VI, habla si no quieres que te mate a coñazos.

–Desde...hace unos años.

–Hasta ese día te va a coger Guillermo. No te atrevas a buscarlo. ¿Me estás oyendo?

–Guillermo fue un estúpido casándose con tu hija, se lo dije mil veces. -Francisco le dio varios golpes al chico hasta que cayó al piso y le dio una patada en el estómago.

–Te veo cerca de Guillermo y te mato. -Abrió la puerta y se fue. Gonzalo, aún en el piso se ponía la mano en la barriga soportando el dolor.

–Maldito este viejo. Tengo yo la culpa que Guillermo sea marico y su esposa una estúpida. Me tendrá que matar pero yo no voy a dejar de ver a Guille. Si la pendeja esa lo ama, yo lo amo más.

Luego de regresarse de casa de Gonzalo, dio otra vuelta y se fue a su apartamento.

–¿Y eso que ya estás de vuelta? Siéntate ya está el desayuno. -Teodoro le daba un beso a su esposo que llegaba sudado.

–Es que me conseguí en el circuito de trote al mejor amigo de Guillermo, vive aqui cerca y ni sabía.

–Pero no entiendo, debiste haber tardado más si te pusiste hablár con él.

–Coño Teodoro la edad te ha puesto cuaima carajo, en vez de relajarte, estás más celoso que nunca.

–Coño ¿Que dije? Me pareció raro que consiguiéndote a alguien llegaras tan temprano y si no hablaste con él solo saludo, más raro, tu que le das no sé cuantas vueltas al parque. -Francisco se restregó la cara con las manos, resopló y se sentó.

–Siéntate para explicarte porque no puedo con tu cara de angustia. -Teodoro puso los ojos en blanco y se sentó.

–Yo no te conté porque no iba a hacerlo, pero ya que pasó esto.

–Termina de contar coño.

–En plena fiesta luego de la hora loca. Voy a uno de los cuartos que nos asignaron para cambiarnos o descansar, abro la puerta y consigo a Guillermo cogiéndose a este que vi hoy.

–¿Guillermo es gay? Lo sospeché. Ya va ¿Y que hiciste, te vieron, que dijo?

–No, no me vieron luego hablé con él y le dije que esa vaina no se la iba a echar a mi hija, que la hiciera feliz.

–¿Pero tu te volviste loco? ¿Vas a dejar que tu hija viva lo que vivió Violeta y que Guillermo haga lo que tu hiciste toda su vida? Tenías que cortar eso de raíz amor.

–¡No! ¿Y hacer pasar esa vergüenza a mi hija? Por guevón que ahora cargue con eso, lo amenacé con dejar en la ruina a su familia si mi hija sufre por su culpa.

–Tarde o temprano se va a enterar y luego será peor. ¿En qué estabas pensando?

–En la felicidad de mi hija.

–A costa de la felicidad de Guillermo.

–Ese pendejo me sabe a mierda.

–¿Y que pasó con este que te encontraste? Mierda Pancho, ¿Cómo se te ocurre hacer eso?.

–Lo amenacé también, que se aleje de Guillermo o lo mato.

–Se acercará otro Pancho ¿Vas a ponerle detective al chico para que no se acueste con un hombre?.

–Por lo menos con este no tirará. Guillermo lo...-se detuvo antes de terminar la frase.

–¿Que pasa con Guillermo?.

–Nada...yo me encargaré que ese matrimonio dure para siempre.

–Eso no lo decides tú.

–¡El que tiene el poder aquí soy yo Teo!

–Haz lo que quieras pero ya sabes lo que opino. A mi no me pidas ayuda ni consejos. Bastantes peos tenemos y tuvimos tu y yo con lo nuestro para ahora cargar con los de estos chamos que por tu soberbia los vas a poner a sufrir quien sabe hasta cuando.

–Me voy a duchar. Esta conversa me puso quesúo, vamos a echar uno rapidito en la ducha.

Mientras esperaban que saliera el agua caliente, Teodoro y Francisco se besaban, Teodoro se agachaba y le mamaba el pene mientras se echaba jabón en el culo. Se levantó y se puso contra la pared, Francisco le abrió las nalgas y comenzó a penetrarlo. En su mente se imaginaba penetrando a Guillermo en la ducha, su pene se ponía más duro y las embestidas a Teodoro eran más fuertes, se intensificaron los gemidos que se ahogaban con el ruido de la ducha. Francisco lo tomó por los hombros y le daba con fuerza. Teodoro se masturbaba.

–Avísame cuando te vayas a venir para acabarte adentro..

–Ya viene, dale. -Francisco le dio más rápido.

–AHI VOY, AHI VOY, APRIETAME EL GUEVO....AAAAAAH, AAAAAAH ,AAAAAAAAAAAAAAAH, AAAH, AAAH, AH, Ah, ah, ah, ah...ah. -Teodoro abría sus nalgas y pujaba, sacando la enorme cantidad de semen que Francisco le dejó adentro.

–Como siempre divina esa cogida.

–Tenía que relajarte, estabas histérico hace un rato.

–Bobo, sabes que tengo razón.

–Ya Teo...estoy relajado y feliz, quiero seguir así el resto del dia.

–Bueno, esta noche vamos al cine, me escribió Alberto que él va. Va con el carajo que está saliendo. ¿Vamos? Asi los vemos

–Alberto es tu amigo, no mio, pero sí, vamos. ¿Cómo se llama el novio?

–Diego, es publicista.

–Publicista y Alberto Relacionista Público. No pudo conseguírse mejor pareja pues.

–Es guapetón el tipo.

–Habrá que verlo, porque Alberto no es que es una bellezura.

–Mosca que te conozco.

–Alberto me da un morbo casi como un tronco seco.

–Me refiero al novio.

–Teo...¿Ya vas a empezar?

–Empiezo porque sé como eres.

–Avísame si empieza el peo para quedarme en casa.

–Ya chico, acabamos de tener sexo, vamos a pasarlo bien.