HUEVOS REVUELTOS. Capítulo 2

 Sonó la alarma, eran las seis y treinta de la mañana. Estaba soñando teniendo sexo con su novio y su pene le dolía de la erección. Comenzó a masturbarse. Cerraba sus ojos y en su mente estaba el pene enorme y grueso de su novio entrando en su culo. La excitación aceleró la eyaculación y acabó. El semen cayó en su cara, pecho y barriga.

Agustín Vazquez, un muchacho de 28 años, jovial, entusiasta, romántico, aventurero. Vive aún con sus padres y tiene novio, Renato Alemán, tienen tres años juntos. Tiene una hermana que no vive con él y una sobrina. Trabaja como gerente de un supermercado, quiere mudarse con su novio pero no se ponen de acuerdo.

Luego de acabar, Agustín se quedó dormido de nuevo. Tocaron a su puerta, era su madre. Al no recibir respuesta, Jimena, entró, se acercó y vio a su hijo desnudo.

-Ay por Dios. Tín, Tín, mi amor, son casi las siete. -Lo sacudió y Agustín se despertó sobresaltado.

-¡Mamá, coño! ¡Toca la puerta antes de entrar!

-Toqué pero no respondías, vístete para desayunar.

-Si no respondo, no entres.

-Bueno ya, te espero en el comedor, tu papá también.

-Tu hijo lo encontré durmiendo desnudo.

-¿Y cuál es el problema? Está en su cuarto.

-Pero creo que acababa de...-Le señaló la entrepierna con su boca.

-¡Ay mujer, ¿pero que tiene de malo? Tú me la haces a mi, me la hacías, porque ya no lo haces.

-¡Héctor por favor! -Hector le dio una nalgada.

-Deja la mojigatería Jimena.

-Buenos días, bendición.

-Dios te bendiga hijo. Estás muy relajado ¿Tú no piensas ir a trabajar?

-Coño papá, entró a las 10.

-Sin groserías en la mesa. -Jimena le ponía el plato a su hijo. -No le hagas caso a tu padre, él es raro, está despierto desde las cinco de la mañana.

-Es que me cogí a tu mamá. -Le dijo Héctor a Agustín al oído.

-Papáááá no quiero saber.

-Tu mamá que te vio pajeándote.

-Veerga pero no sé qué pecado cometí en otra vida para caer en esta familia tan abierta.

-Listo, a desayunar.

-Yo me tomo el café y me voy.

-Ay mi amor pero come algo, después te pones a comer en la calle y te cae mal, come.

-Tengo que buscar a Oto a su casa para ir al bufete.

-Ay si, tengo que buscar a Oto. No joda papá parece tu hijo, ni a mí me das la cola cuando no tengo carro.

-¿Cómo está Oto, Tin?

-Ni idea, cuando lo vayas a buscar dile que me llame que anda perdido.

-Llámalo tú, ¿No son amiguísimos?

-Papá está noche quiero comentarte algo, de un rollo legal.

-¿Que será? Bueno me cuentas en la noche. -Hector le dio un beso en la boca a su esposa y un beso en la cabeza a su hijo. -Tu mamá te tiene que decir algo, aprovechen que quedan solos.

-Siempre te vas cuando hay que hablar...LLAMA CUANDO LLEGUES.

-Mi amor, ¿Cómo están tus cosas con Renato?

-Bien mami, por cierto antier nos íbamos a ver y no he sabido de él, salvo un mensajito.

-¿Pero están bien? Ya tienen tiempo juntos.

-Si mamá, tenemos tres años, ¿Pasa algo?

-No nada...bueno...¿No has pensado en mudarte con él? Independizarte.

-¿Me estás botando de mi casa?

-Nooo Tín, mi amor, bueno, tu papá y yo queremos estar...

-Que bolas...quieren que me vaya.

-Bueno Agustín tienes 28 años, trabajas, ganas dinero, creo que es hora de dejar el nido.

-Claro como Susana se fue de aquí , ahora quieren que yo me largue también, tranquila, yo voy a hablar con Renato para dar ese paso que lo he postergado.

-¿Ves? Es algo que has postergado, es muy cómodo quedarte aquí y que mamá te haga todo.

-Coño que bolas eso mamá. Nada, dile a papá que no se angustie que antes que termine el mes me voy de aquí.

-Tin, no te pongas así, tampoco te estoy botando, múdate pero a tu tiempo, haz lo que tienes que hacer pero sin prisa, pero hazlo.

-Me acabas de amargar el desayuno, me voy a duchar.

Jimena se sintió culpable pero era una forma de hacer que Agustín reaccionara.

-Mientras se duchaba, Agustín le daba vueltas a ver cómo le decía a Renato de vivir juntos aunque ya lo habían discutido. Salió de la ducha y tomó la toalla y se llevó un susto al ver a su madre.

-¡Coño mamá! Que susto.

-Estas son las cosas que deberían empujarte a buscar otro rumbo, tu privacidad, podrás dormir desnudo, pasearte desnudo por la casa, masturbarte y...

-Mamá, mamá...

-Piénsalo y verás que es lo mejor que te puede pasar.

Mientras se vestía sonó su celular. Era Renato.

-Coño mijo, ¿Hasta que apareciste?

-Hola Tín amor, he estado full, mira por fa envíame el mercado a casa, te mandé la lista por correo, en casa está la mujer de la limpieza, ¿Puedes?

-De poder puedo, cómo siempre que me lo pides. ¿Será que nos vemos hoy? Quiero hablar unas cosas contigo.

-Ay Tín, no me vengas con peos que ya tengo un cerro de mierda encima.

-No, tranquilo, no es ningún problemón, es otra cosa.

-Ah ya sé por donde vienen los tiros, te digo de una vez...

-Renato, Renato, quiero hablarlo en persona, no me cortes por aquí con tus comentarios. Esta tarde nos vemos.

-No te olvides de la compra.

Agustín colgó la llamada sin despedirse.

Héctor estaba estacionado frente al edificio donde vive Oto. Lo vio salir del edificio y se sonrió.

-Buenos días.

-Hola Héctor, disculpa la tardanza, me quedé dormido.

-¿Tuviste fiesta anoche? -Oto se limitó a sonreír. -Estás muy guapo hoy, pareciera que te vas a ver con el novio pero vives con él. -Le puso la mano en la cabeza despeinándolo.

-Gracias.

-Estás muy serio chico, hoy es viernes.

-Hector, hoy no estoy de humor.

-Ooookey, cambiemos de tema. ¿Cuando te dan el carro? No me molesta buscarte, es para saber.

-Creo que la semana que viene, no han conseguido un repuesto...en realidad no he dado la plata para pagar el repuesto.

-Coño carajito ¡Dime y yo te presto los reales! ¿Cómo vas a tener parado el carro por eso? Dime cuánto es y te transfiero o te doy los dólares.

-Justamente esa es una de las cosas que me tienen de mal humor. 

-Sabes que cuentas conmigo y el bufete también y sabes que te quiero mucho.

-Agustín está celoso por cierto...

-Ah me dijo que lo llamaras que estás perdido.

-Si supiera porque estoy perdido me deja de hablar.

Héctor vio a Oto. -Tín es tu hermano, jamás va a molestarse contigo, por nada y menos por eso.