lunes, 18 de enero de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 8

 Una semana después del incidente en el apartamento de Ignacio, todo iba llegando a la normalidad aunque habían cosas que deberían recuperar. Cambiaron las cerraduras.


Los exámenes forenses determinaron que Ignacio fue violado y la cantidad de droga que le habían dado todavía lo tenía aturdido y atontado y con muchas lagunas.  

Oto estaba sentado en la cama al lado de Ignacio que estaba acostado. Le hacía cariños en la cabeza. -Tiene que pasarme una vaina horrorosa cómo está para que vuelvas a ser cariñoso conmigo.
-Tonto.
-Te debo una disculpa por lo sucedido. La rabia que tenía me llevó a entrar a esa mierda...-Hubo un silencio. -No me vas a creer pero es primera vez que tiro con alguien que no seas tú.
Oto cerró los ojos y se le hizo un nudo en la garganta. Al menos se cumplió tu deseo de hace un año, te cogieron.
-Que manera de estropear una conversación Oto.
-Perdón, tengo un revoltillo en la cabeza. -Se levantó y le hizo un jugo de guayaba a Ignacio, en su mente tenía la culpa. Regresó a la habitación y le comentó que Agustín lo invitó a una reunión en un local, que solo iría si él se sentía en condiciones de quedarse solo.
-Si vale, ve, me hubiese gustado ir para ver a Renato, pero bueno, ya habrá tiempo.
-¿Quieres recordar viejos tiempos?
-Marico ¿Ya vas a empezar? Lo de Renato y yo fue hace 10 años y fue una tirada y ya. Tu me celas que jode pero que se yo si el que me tiene los cachos puestos eres tú. Oto se levantó y se fue al baño a ducharse.

-Te voy a hacer un sandwich y otro jugo, pon el celular cerca.
-Los beneficios de tener una tienda de celulares. -Movió el celular analógico entre sus manos.

Oto llegaba al local en un taxi, mañana le entregarían su carro y parte de su estrés se esfumaría. Entró y había gente pero se fue directo dónde la había dicho Agustín.

-Holaaaaaa vinisteeee. -Agustín lo abrazó con fuerza y le dió un beso en la boca. -¿Cómo dejaste a Ignacio? ¿Está bien?
-Está...-Dijo eso y no pudo evitar llorar.
-Hey, hey ¿Que pasa?
-Tín...esto se acabó, ya no quiero estar con él, pero no quiero dejarlo ahora que está convaleciente.
-Bueno, ya tendrán tiempo de hablar, quita esa cara y hoy viniste a disfrutar, allá está Renato y Bianca.

Oto abrazó a Renato. -¿Que pasó mariquito? -Le sacudió el cabello y se volvieron a abrazar. -¿Cómo dejaste al Nacho? Eres malo vale, ¿Cómo lo dejas solo?.
-Pendejo.
-¿No están bien verdad?
-Es complicado Renato, yo...
-Tu tienes otro pana que te coge, porque no se explica que sigas aguantando a Ignacio y no tienes las bolas de dejarlo.
-No vale...no hay nadie. Es solo que se agotó...
-Bueno, hoy no es el momento de hablar de eso, ¿Quieres un trago?.

Renato regresaba con el trago de Oto y este se fue a saludar a Bianca.
-Amor, voy al baño, pídeme otro trago. -Le decía Agustín.
Renato se volteó y de frente tenía a un hombre.
-Hola.
-Epaaaaa, hola...¿Octavio?
-Si, por lo menos te acuerdas de mí nombre, me bloqueaste en las redes y en el WhatsApp.
-Bueno chamo, yo te dije que solo era un tiré y ya. -Le puso la mano en el hombro. Al fondo Agustín veía la escena. Renato abrazó a Octavio y le dijo que iba al baño. Agustín se desvió de la visual de Renato y llegó donde estaba Octavio.
-Hola, ví que eres amigo de Bianca, nunca te había visto.
-Si, y ahora me conseguí a un amigo, se fue al baño.
-¿Renato?
-Si, ¿Lo conoces?
-Somos panas.
-Está buenísimo y tira divino, hace 15 días nos conocimos en el sauna.
-Ah coño, yo no tengo el privilegio de haber tenido sexo.
-Deberías, ah mira hi viene.
-Toma amor, tu trago. Mira, te presento a un amigo, Octavio.
-Si...ya hablamos, nos conocimos, no tte di mi nombre, Agustín, ya vengo voy a hablar con Oto.

-Creo que metí la pata chamo.
-Le dije a tu novio, que no sabía que lo era, que habíamos tirado en el sauna.
Renato se le tensó el cuerpo, cerró ojos y apretó los labios, dejó el vaso en una mesita y agarró a Octavio por la solapa de la camisa.
-¿Tu eres mamagüevo? ¿Tu vas contando a la gente con quién tiras?
-Lo que no hago es engañar a mi pareja si la tuviera. -Renato le lanzó un golpe en la cara que lo tumbó al suelo tubando varios tragos, Oto y Agustín se dieron cuenta y se fueron hacia Renato. Octavio se levantó. -Te duele que te digan la verdad en la cara ¿Verdad? Otro golpe y Bianca se acercó.
-Renato te voy a agradecer que te vayas de aquí.
-Tranquila Bianca, yo me voy, mañana tengo que madrugar, pásenla bien.

-Yo si te voy a pedir que te vayas Renato y hablamos mañana.
-Ese tipo es un guevón. 
-Te lo tiraste...
-Un tire marico, ¿me vas a mandar pal coño por un tire? -Agustín no dijo nada, Oto pensaba en su situación que era aún peor. Renato cogió su chaqueta y salió del local. Buscó su carro y al pasar por la parada de taxis vio a Octavio, estacionó el carro y se bajó, se abalanzó sobre Octavio y comenzó a golpearlo, cuando cayó al piso le lanzaba patadas hasta que los taxistas que estaban ahí detuvieron a Renato.
-Ya, ya, ya, no pasa nada. Maldito maricón te vuelvo a ver y te mato.
-Voy a poner la denuncia a ver quién sale jodido. -Renato se acercó y le dió una patada en la cara y se fue.

-Marico, nunca había visto a Renato así.
-Empátate con él.
-¿Te ha pegado?
-No, no, él es violento con los demás, conmigo es otra cosa.
-Pero si fue solo un tiré como dijo...¿Lo vas a dejar?
-Es que el tema no es que tenga sexo por ahí, coño que me lo diga, no enterarme por otro lado.
-¿O sea que tú has tenido sexo con otro y se lo has dicho? -Oto indagaba a ver si su situación con Ignacio podría cambiar al contarle, pero lo de Oto no era solo sexo, era otra relación con otro hombre.
-No...yo no he tenido sexo con nadie, estando con él, solo unas pajas en un baño, pero viendo lo que hacen otros. -¿Tu le estás montando cachos a Ignacio? Marico soy casi que tu hermano y no me cuentas esas vainas, yo te cuento todo.
-Estamos hablando de ti, no de mi.
-Guevón.

Eran las tres de la mañana, Agustín había llevado a Oto a su casa y se fue a la suya. Abrió la reja del estacionamiento. Renato estaba sentado en el piso recostado de una columna, al escuchar el motor de la reja, abrió los ojos y se puso de pie.
-Coño...¿Que hace este aquí? ¿Desde que hora estás aquí?.
-Desdr que me bostaste, me vine aquí, cené con tu mamá y bajé hace 20 minutos.
-¿Y como sabías que ya llegaba?
-Tengo cómplices.
-El tarado de Oto... ¿Que quieres?
-¿Tu qué crees? Estaciona y sal del carro.

Agustín se puso frente a Renato con sus manos en la cadera, Renato le tomó el rostro y le dió un beso en la boca.  -¿Me perdonas?
-Hace unos años hablamos de este tema y quedamos en contarnos si teníamos fuera de la relación.
-Si, me acuerdo pero esto fue un tire sin importancia, fui al sauna a desestresarme y se dio.
-¿Sin importancia? Te instalaste a hablar con el, te acordabas de su nombre, lo abrazaste. 
-Ese tipo es un demente.
-Le volviste a caer a coñazos en la calle, te grabaron las cámaras.
-Se lo merecía por marica mala ¿Quien va por ahí contando sus vainas a un desconocido?
-Es un buen amigo de Bianca.
-No me interesa si Bianca no me habla. Volvió a besar a Agustín, le metió la lengua y lo abrazó trayéndolo hacia él. -Quédate conmigo en casa hoy.
-No sé, Renato.
-Anda mi amor, te vienes en mi carro, que estás rascaíto.
-Tengo que subir a decirle a mis padres.
-Yo le dije a Jimena que te quedabas conmigo hoy.
-¿Ah sí?
-Vamos, coño no me hagas jalarte bola que sabes que no me gusta.

Agustín cerró su cargó, metió las llaves en su bolsillo y salieron tomados de la mano.
-La culpa te tiene mal, para que tú me agarra la mano en la calle debe ser que pasó algo más.
-Coño me quiero poner romántico contigo y me dices eso.
-Romaaaantico.  -Entraron al carro y ahora fue Agustín quien lo besó.
-Te amo Tín
-Te amo amor.
-Te voy a coger borrachito.





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