Adriano y Américo
Ya
era cerca del mediodía y Adriano aprovechó para revisar su correo
personal, al abrirlo tenía 20 correos de Américo. Sólo abrió uno.
Ya no respondes ni al teléfono,
Pende de un hilo la esperanza mía,
Yo no creí jamás poder perder así la cabeza,
Por ti.
Porque de pronto ya no me querías.
Porque mi vida se quedó vacía,
Nadie contesta mis preguntas, porque
nada me queda, sin ti.
Adriano cerró el correo y lo borró. –¡Hasta cuando!–
Entró
a su Facebook y tenía 200 notificaciones, le pareció exagerado pero le
llamó la atención una persona en la lista de “quizás conozcas”.
–Alejo, wow que guapo este tipo y que cuerpote –Le dio un toque y comenzó a revisar.
Cuando
empezó a fijarse sintió como sudaba frío y se ponía pálido. Fotos suyas
desnudo mientras dormía, otras teniendo sexo aunque no se veía su cara
pero estaban en su muro como si él las hubiese montado y estaba
etiquetado Américo, algunas personas de su familia y compañeros de
trabajo. Se echó para atrás, su cuerpo estaba temblando, se levantó a
cerrar la puerta de su oficina y volvió a sentarse para buscar donde se
eliminaba su página. Su celular sonó. Era Alonso, su papá.
–<<Aló, hola papá.>>
–<<¿Me
puedes explicar qué coño son esas fotos que montaste en tu Facebook?
¡¡¡¡y además me etiquetaste y lo ha visto toda la agencia!!!
–No papá, no fui yo…no sé quién las montó pero no fui yo…
–Mira carajito ahora estoy en tremendo peo con lo del accidente y el carro, hazme el favor y ¡saca esas fotos de ahí YA!. Colgó.
Adriano seguía temblando pero consiguió la pestaña para eliminar su página =¿Está seguro de eliminar su perfil de Facebook?=
–¡¡¡Sí, sí, sí coño!!! Le dio una decena de veces a la tecla enter. Su perfil fue eliminado. Entraba tres compañeros de trabajo.
–Marico, ¿qué te fumaste? Esta bien que ya sepamos que eres gay pero guevón no pongas esas fotos que el jefe las va a ver.
–Salgan de aquí, ¡SALGAN DE AQUÍ COÑO!
Se quedó en su oficina llorando, hasta que sonó el teléfono de su escritorio.
–<<Adriano, el jefe quiere verte>> –Era la secretaria del director–.
–Pasa Adriano –Le decía Ernesto Uzcátegui el dueño de la empresa –Siéntate–.
El joven se sentó en la silla frente a su jefe.
–Muchacho, ¿Ya cuántos años tienes con nosotros?
–Casi seis años señor.
–Así es, y haz sido uno de los mejores administradores que hemos tenido, no hemos tenido queja de tu trabajo.
–Señor,
le agradezco esas palabras y sepa que me siento bien en esta empresa y
quiero seguir creciendo…sé que me mandó a llamar por lo que salió
publicado…
–Adriano–Lo interrumpió el jefe– Yo no tengo problema si
tú eres gay, si eres drogadicto si te gusta comer mierda con las manos, a
mi y a la empresa nos interesa que hagas tu trabajo bien como
efectivamente lo haces y en base a eso te hemos incentivado para otros
cargos y elevado tu sueldo acorde a tu experiencia y logros. Lo que no
tolero es que en tu perfil de esa red social, que vamos a estar claros
es tuyo el perfil y ahí puedes publicar lo que te dé la gana, es que
manches la imagen de la empresa pues tienes entre tus contactos gente de
la empresa, me tienes a mi, a la empresa como tal y a clientes y vengas
y publiques esas imágenes. Que no lo
critico, hasta yo lo hago con
mi esposa, pero NO, NO Y NO lo acepto si involucras a mi gente. Abre un
perfil alterno y montas todo eso o sácanos de tus contactos.
–Le juro señor que yo no las monté, alguien montó esas fotos para perjudicarme, no son mías.
–Sale tu cara, las que hay…sexo…pues no se ve.
–Bueno sí, son mías pero no las tomé yo y no las subí
–Pues la persona que las subió te tiene arrechera, algún noviecito, alguien que no le hiciste caso o dejaste.
–Ya borré el perfil señor, y le juro que eso no va a volver a ocurrir.
Ernesto se levantó de su silla y se acercó a Adriano. –Levántate–Lo abrazó.
–Muchacho,
si necesitas de mis abogados para joder al que te hizo esto sólo
avísame y los pongo a tu disposición. Yo sé lo que es eso. Algo así me
hicieron a mi en el pasado, no con fotos comprometedoras si no
involucrándome con negocios turbios sin yo tener que ver en eso.
–Gracias señor. Lo tomaré en cuenta y gracias por su comprensión.
Cuando Adriano ya estaba a punto de salir del despacho, Ernesto lo llamó.
–Si los abogados no funcionan, también tengo unos amigos que pueden hacer otro tipo de trabajos.
Adriano
se le quedó viendo y se le erizó la piel sólo imaginarse mandando a
matar a Américo, agachó la mirada y sólo pudo decir gracias y se fue.
Llegó a su oficina y su celular comenzó a sonar. =número desconocido=
No
quería contestar, pero no sabía si podría ser un cliente o alguien
conocido, pero se inclinaba por la opción de Américo. Atendió.
–<<Aló>>
–<<Por fin atiendes mi amor>>
–<<Maldito enfermo ¿qué más quieres de mi? Ya te denuncié>>
–<<Te traje un regalo, baja para dártelo>
–<<Métete el regalo por el culo imbécil>>. Cerró la llamada.
Unos segundo más tarde, recibe un mensaje.
–<si no bajas subo yo mi amor, ¿quieres que suba?>
Pasaron unos minutos y recibió otro mensaje.
–<Voy subiendo amor, no puedo esperar más>
–<¡Ya bajo! Ni se te ocurra subir>
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