martes, 13 de noviembre de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 92

Pero este penthouse house no se compra con un  sueldo de director de una cárcel.
-Por supuesto que no, cuatro sueldos mínimos no alcanzan ni para hacer un buen mercado. Tengo mis negocios dentro de la cárcel y otras cosas que no te interesan. Me llamaste para algo. Vamos a ese algo.
-Vine a resolver una carencia y bueno y a contarte que estoy divorciada.
-¿Me vas a proponer que me case contigo? Ya estoy casado con una juez del Tribunal. Está de viaje por eso te traje aquí.
-¿Seremos amantes entonces. -Le dió un beso en la boca mientras pasaba su mano por la entrepierna del policía.
-¿Ya hablaste con el ministro? Es mi cuñado te puedo dar su número, a lo mejor se nos une.
-Y pensar que mañana voy a la visita conyugal de nuevo.
El policía se rió soltando una fuerte carcajada. -Yo creo que mejor te vas olvidando de ese hombre, alguien odia a tu marido preso y dio instrucciones.
-¿Instrucciones?
-Lo mandaron a la zona especial, dónde está el Pran que maneja el penal. Tu marido es la cachifa de varios reclusos y el juguete sexual también, por cierto el tipo tiene VIH.
El policía tomó la cartera de la mujer y se la entregó.
Te vas a un laboratorio y te haces la prueba, debes tener sida tú también.
-¿Qué? ¿De qué hablas?
-Que vas a agarrar tus cosas y te largas de aquí, no pensarás que voy a cogerte con lo que tienes.
El hombre empujó a Beatríz  a la entrada.
-No estoy entendiendo nada.
-No te voy a coger, quédate con eso. Estás enferma. -Beatriz se quedó afuera del apartamento sin entender lo que había pasado.

---------

Diego como todos los días desde que ya no estaba con Arévalo, se iba directo del trabajo a su casa, en la torre hacía lo imposible para no ver a Arévalo, que ahora trabajaba para él. Hoy, cambió su rutina y se fue con su carro a una de las avenidas más concurridas y de mayor actividad, donde las prostitutas, transexuales y muchachos ofrecen servicios sexuales.

Ya era de noche y Diego atravesó la avenida por completo, dió la vuelta y en la tercera cuadra vio a un muchacho parado en la esquina. Se detuvo cerca de la acera y se le acercó.
-Hola, ¿Te quieres subir?
El muchacho se asomó por la ventana y vio a Diego.
-Cobro más a la gente de tu edad.
-No importa, quiero que me cojas y te ves muy bien.
-Fino, transfiereme de una y plomo
El chico se montó y Diego le transfirió de una vez el dinero acordado. Iban a ir a un hotel pero Diego decidió ir a su casa, a pesar del susto.
El muchacho no hablaba, miraba por la ventana mientras se toca el pene sobre el bluyín. Sus brazos tenían cicatrices y marcas.

-¿Y esas cicatrices?
-La calle es dura pana, aquí hay que sobrevivir y siempre hay alguien que quiere joderte y los pacos también, hay que estar armado.
-¿Te drogas?
-Siempre papá. ¿Que ofreces?
-No, no, yo no uso eso. ¿Qué drogas usas?
-piedra, marihuana, lo que haya.
-Chamo vamos a mi casa no me vayas a joder o matar.
-Yo voy a cogerte viejo, no a que me pongan los ganchos por matar a un viejo millonario.
-¿Y cuánto te mide?
-¿El guevo? 20 y es grueso, full leche.
-Que bien.

Llegaron al apartamento, el chamo miraba a todos lados.
-Aja ¿Dónde le damos?
-Ya va, vamos despacio, ¿quieres tomar algo?
-Mientras más nos tardemos, más caro será.
-¿Quieres cerveza?
-Plomo.
Mientras el chico bebía la cerveza Diego se le acercó para desabrocharle el pantalón.
-¿Te lo puedo mamar mientras te tomas la cerveza?
-Fino.
El pene era grueso y oscuro, tenía prepucio. No olía muy bien pero a Diego no le importó. Despedía un olor entre orina y semen.
Se bebió la cerveza de un tirón. Diego tenía todo el pene en su boca que la tenía abierta más de la cuenta por el grosor del pene. Tocaba los testículos mientras aguantaba las ganas de vomitar cuando el miembro llegaba a la garganta.
-Vamos viejito para cogerte. Tengo que trabajar.
Diego dejó de mamar y se levantó del piso apoyándose en el muchacho.
-Te dije que te pagaba el extra deja la angustia.
-¿Me puedes dejar en la Solano cuando termine aquí?.
-Si, vamos al cuarto.
Llegaron a la habitación y Diego se desnudó. El muchacho hizo lo mismo.
-¿Cómo quieres cogerme?
-Ponte como quieras que te coja papá.
Diego se montó en la cama y se arrodilló, el chico buscó un condón en su bolsillo y se lo puso.
-Dame lubricante.
Diego le dijo que lo buscara en la mesita de noche, se acercó a Diego y le abrió las nalgas.
-Estas cerrado, te doy duro o despacio.
-Como quieras.
-Plomo.-El chico se echó lubricante en el pene y le embadurnó el culo también. -ahí voy, aguanta.
-El chico se apretó el pene y lo acercó, de una vez empujó. Diego gritó del dolor pero no sé apartó, bajó la cabeza al colchón mientras el chico se movía con fuerza agarrándose de las caderas del hombre.
-Tienes ese culo apretado. Estás rico.
-Sigue, dame duro, anda, cógeme Arévalo. -Dijo el nombre del policía y comenzó a llorar mientras el chico hacía que se moviera la cama y él golpeando la cabeza de la cabecera.

El chico sacaba el pene y lo volvía a meter viendo el culo dilatado del hombre. Diego seguía llorando pensando en Arévalo.
Le pidió a Diego que se acostara en la cama, se puso sobre él y lo penetró de nuevo, el pene entraba completamente en el culo de Diego que apretaba la sábanas, en esa posición su próstata estaba estimulada, algo que lo tenía a punto de eyacular.
-Cogéme de frente, de frente.

Se voltearon, Diego levantó las piernas y el chico volvió a penetrarlo, su pene entraba con facilidad, el ano estaba totalmente dilatado. Diego le pidió un beso pero el chico no le prestó atención. Volvió a insistir y el chico se negó. Le volvió a decir y le dijo que él no besaba a los clientes.
-Te pago lo que me pidas pero bésame por favor, te lo pido, bésame. -El chico accedió, se acercó y le dió un beso en la boca,. Diego le puso una mano en la nuca y le metió la lengua. Aquel beso hizo acabar a Diego, pero el chico aún le quedaba un rato más, volteó al hombre a la posición original y siguió penetrándolo.

El muchacho se movía con fuerza y se detenía, le daba suave hasta que sintió que llegaba el momento y aceleró los movimientos, apretó y se vino dentro del hombre.
-¿Me prestas el baño para lavarme?
-Si claro.

El chico salió, Diego se había puesto un bóxer. -¿Cómo te llamas?
-Eso que importa, pero no me llamo Arévalo. ¿Ese es tu novio?
-Es mi hijo.
-Mmmm. ¿Cuando tiras te acuerdas de él?
-Tuvimos una relación sin saber que era mi hijo.
-Ah ok. ¿Me vas a llevar?
-Te iba a proponer algo.
-¿Quieres que te coja de nuevo? Plomo, ponte ahí, transfiere y te doy.
-No no. Quiero que te quedes a dormir.
-¿QUEEE? No viejito por lo menos quiero echar tres más hoy.
-Te pago esas tres tiradas pero quédate a dormir conmigo por favor, no me dejes solo.
Luego de cenar, fueron a la habitación, el chico se quitó la ropa para volver a tener sexo pero Diego le dijo que no, que solo quería dormir abrazado a él.
El chico lanzó un suspiro poniendo los ojos en blanco. Diego se puso de lado y detrás de él el muchacho que lo abrazó.
-Si se me para te cojo.
-Hazme lo que quieras.
Unos minutos en silencio y el chico habló.
-Me llamo Edgar.
-Buenas noches Edgar, ¿mañana dónde te llevo?
-A la Solano.
-¿Vas a trabajar desde temprano?
-Vivo en la calle viejito.
Diego se volteó para quedar frente a él, le dió un beso en la boca.
-Eso puede cambiar si me dejas ayudarte.
Edgar se volteó y Diego lo abrazó.Se quedaron dormidos

2 comentarios: