lunes, 7 de marzo de 2016

MALAS INFLUENCIAS. El día más largo de mi vida.


Hoy dejé el carro para hacerle el servicio, me fui tempranito para ser uno de los primeros. Tenía que ir a dar la clases a la empresa luego, pero me fui relajado y por primera vez en mucho tiempo me monté en un autobús.


Por suerte había puesto, en el asiento de al lado había un tipo calvo medio papeado que me miró cuando me senté. Yo había cruzado las manos y me recosté, a los segundos siento en un costado un suave toque, como un dedo que intenta tocarme, luego lo siento más cerca, el dedo toca uno de los mios y me hala, yo sigo el juego y comienzo a tocarlo con mi dedo, unos segundos más tarde ya no es uno sino tres dedos los que me tocan y tres de mis dedos lo tocan a él.

En un momento el hombre me ve y yo veo su entrepierna, tiene un bulto enorme. Me vuelve a tocar el costado y luego mete su mano por debajo de mi nalga y la aprieta.



–Vamos a bajarnos en la otra parada y nos metemos a un hotel. –Me dijo en susurro que casi ni lo oigo.



–EN LA PARADA –Gritó. Yo me levanté y él siguió por el pasillo, cuando estaba pagando me miró. Yo dudaba en bajar. Corrí por el pasillo, pagué y bajé.



–Pensé qe me ibas a dejar con las ganas. Tengo ganas de cogerte.

–¿Vamos al hotel Madrid?

–Ok, yo entro primero, luego tú. Pago y me das la mitad. Dame tú numero para avisarte.

–Ok, ve. –estaba nervioso, tenía añales que no hacía esto con un desconocido así.



A los 15 minutos recibo un mensaje. <hab. 115>.

Llego, toco la puerta y el hombre ya estaba desnudo, me abrió y se echó a la cama a seguir viendo la película porno.

Ya tenía el guevo parado, yo empecé a quitarme la ropa.

–Ponte a mamar mientras que veo la porno. –Encendió un cigarro. Se puso a fumar mientra yo mamaba, me apoyaba su mano en mi cabeza, yo escuchaba los gemidos de la mujer que se cogían dos hombres, uno por el culo y el otro por la cuca.

–Que rica esa cogida. Yo quiero tirarme a una tipa con otro carajo. ¿Tú te coges a mujeres?

–No, soy gay.

–Yo si, estoy casado pero mi mujer anda enferma y estoy quesúo, quería culear. Y te vi, no es que me gusten los hombres pero es que quiero tirar.

–Si, ya veo. –Seguía mamando y él fumando y la mujer chillando.

–¿Tienes el culo pelúo o te lo afeitas? Es que me gusta un culo peladito, que no se vea de hombre

–Lo tengo pelúo, normal.

–Eso me baja el guevo.

–Mira, si tienes mucho peo pa tirar me lo dices y me voy, si te quieres tirar a una jeva te buscas una puta y te la coges pero no me vengas con que no eres gay pero quieres un culo de hombre pero que no sea peluo que parezca de jeva.

–Bueno ya, sigue mamando que si te voy a coger, ponlo duro. Uuuf que rico mamas, dale despacio que me vas a hacer acabar, ¿quieres que te acabe en la boca? No te la tragues deja que se chorree en mi guevo.



El hombre acabó y dejé que saliera el lechero de mi boca y bañara su guevo. Siguió con el guevo parado y le di un condón.

–Ponte en 4. Uy ¿ves? Esto me baja el guevo, tienes un pelero en el culo. Quítatelos para la próxima.

Comenzó a meterlo y me daba nalgadas, no paraba de hacerlo.

–Que culo tan rico, aprieta, aprieta. Me vas a hacer acabar de nuevo. -Seguía dándome nalgadas. –Gime, eso me excita.

Por supuesto no le paré bolas, lo que hice fue apretarle el guevo a ver si terminaba de acabar.

–Ya me vengo, ya me vengo, AH, AH , AH, AH, coño, uf Verga me hicisite acabar muy rápido. Me voy a duchar, descanso y te doy de nuevo.

–Ok, yo te espero aquí.

Cuando escuché la ducha y vi que se metió, me vestí rápido y con cuidado abrí y dejé la puerta abierta. Cuando salgo están las mujeres de la limpieza y les digo que hagan silencio, en un gesto con el índice, les dí 100 bolos.



Que terrible el hombre. Ahora sí, busqué un taxi y me fui a la empresa. Mientras estaba en el taxi, reviso las noticias y una de esas páginas gay que abundan en la red vi una noticia que me llamó la atención.



ASESINADO ACTOR PORNO GAY VENEZOLANO.

Al parecer fue un ajuste de cuentas, el actor tenía antecedentes penales por secuestro y extorsión.

Cerré la página, reviso y tengo un mensaje.

–<Mira mamaguevo, te fuiste y no me pagaste.>

–<Ah ¿ya te diste cuenta? Bueno que estés bien>



–<Borra mi número, no se te ocurra llamarme>

–<Con gusto>  -Qué imbécil.

_¿Señor que opina de los hombres casados enclosetados que se tiran hombres pero dicen que no son gais.? –Le dije al taxista, así sin filtro.

–Eh bueno...no sé…es que…

–Es que acabo de tirar con uno que conocí en el autobús y me dijo que a él le gustan son las mujeres pero su mujer estaba enferma y no podía tener sexo con ella, entonces se buscaba a hombres pero el no es gay. Jajaja que disfráz.

–Pero usted si es gay, yo no, yo no, yo estoy casado y si me gustan las mujeres. Ya llegamos.

–¿Cuánton es?

–600

–Coño, ¿no le sirve una mamada? –El tipo peló los ojos. –Es broma, tome, feliz día.

El hombre arrancó a toda velocidad y chocó con un carro estacionado unos metros más allá.



Le escribí a Jack para decirle lo del actor porno.

–<Tranquilo, no sabrán quien fue>.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo.



Llegué a la empresa luego de varios días sin ir, no me había enterado de lo que había sucedido.

Guillermo recibió un disparo en el pecho pero nada grave, se estaba recuperando. Su esposa murió al dispararse en la sien.

No me habían avisado pues no me localizaban. Las clases se iban a retomar la semana que viene. Les pregunté donde estaba Guillermo hospitalizado y me fui a verlo.



Llegué a la clínica, pregunté por él y me dieron su habitación. Toqué la puerta y entré. Estaba una mujer con él.

–Hola Profe, pasa, mira te presento a mi mamá.

–Mucho gusto señora, François. Extendí la mano y lo que recibí fue una cachetada.

–Por su culpa mi hijo está ahí en esa cama.

–MAMÁ.

–Señora, disculpe.

–Cállase, mi hijo estaba felizmente casado y usted vino a echarlo todo a perder, a meterle ideas retorcidas en la cabeza. Mi hijo no es como usted.

–¿Y cómo soy yo?

–Así, que es un enfermo.

–Mire señora, ni yo estoy enfermo y ni a su hijo lo eché a perder, él es gay desde que nació pero ahora, viéndola a usted no me extraña que sea así. Usted sí está enferma, es un castradora, protegiendo a su hijo hasta de su sombra, sobreprotegiéndolo.

–Va usted a venir a decirme como debo criar a mis hijos. Usted es un desviado.

–Déjeme decirle que a partir de ahora su hijo va a ser feliz porque es lo que quiere ser y no lo que le diga un vieja represora como usted. -Otra cachetada recibí de la vieja.

–Usted no se va a acercar a mi hijo más nunca mientras yo esté viva, él ahora va a volver a vivir conmigo, gracias a usted mi nuera está muerta.

–Su nuera era un loca. HEY NO SE ATREVA A PEGARME DE NUEVO QUE NO RESPONDO.



La mujer salió de la habitación indignada.

–Profe te pido disculpa por lo de mi madre. Ella sólo quiere cuidarme.

–Ella lo que quiere es anularte.

–Pásale el seguro a la puerta para que no entre.

Cerré la puerta y me regresé.

–¿Hasta cuando te quedas aquí?

–Mañana me voy.

-¿Y de verdad vas a vivir con tu mamá?

–No tengo a donde ir.

–Alquila una habitación, un apartamento.

–Es mucho dinero.

–Te alquilo una habtación en mi casa, pero sal de la casa de tu mamá, te vas a enfermar, va a ser peor que con tu esposa.

–Fue horrible eso, François, vi como se dio el tiro, tengo esa imagen en mi cabeza.

–No pienses en eso, si necesitas hablar cuenta conmigo o ve a un psicólogo.

–De hecho vino uno ayer a hablar conmigo, pero yo lo que necesito ahora es hacerte sexo oral.

–Jajaja ¿qué? Estás loco, mira como estás.



Bajó la cama a la altura de mi cremallera. –Así, llego perfecto, te acercas y te lo mamo.

–Pero estás en una posición incómoda.

–Acércate y sube la pierna. –Lo hice, Guillermo se movió lo más que pudo y comenzó a mamarlo, no podía metérselo todo pero estaba fajado lamiendo y succionando.

Se escuchó que intentaban abrir la puerta y comenzaron a tocar.

–Abran la puerta. Guillermo soy tu madre, ábranme la puerta

Guillermo seguía mamando y yo empecé a masturbarme. Se escuchaban voces afuera, averiguaban quien tenía la llave. Empezaron a probar llaves.

Yo estaba  a punto venirme, Guillermo mamaba más rápido y yo seguía dándome. Comencé a eyacular y él tragaba.



Abrieron la puerta. –¿Qué hacían encerrados? –Yo estaba en la poltrona leyendo una revista y Guillermo viendo televisión.

–Nada mamá, estábamos conversando y queríamos hacerlo a solas.

–Ya se puede ir joven, yo me quedo con mi hijo.

–Perfecto señora, pero no por mucho tiempo.

–François. -Me hizo un gesto de que no dijera nada y abrió los ojos. Me fui



Le escribí a Jack para que me diera la cola al taller.

–<¿Ahora crees que soy tu chofer?>

–<Es un favor que te pido, pero tranquilo, tomo un taxi de  la clínica>

–<No seas bobo, ya te busco, llego y te montas>



Llegamos al taller. Me bajo de la moto y me quito el casco.

–¿Será que nunca te voy a ver la cara?

–Ya me la viste.

–¿Si? Yo aguevoneao en el carro, te vi de medio perfil, solo se que eres moreno claro.

–¿Y cuando me acosté sobre ti?

–No vi nada estaba oscuro. Quítate el casco y el pasamomontaña. Ya hemos pasado muchas cosas juntos.

Jack se quitó el casco y a mi se me aceleró el corazón.

–¿De verda quieres verme?

–Si. –se quitó el pasamontañas y me quedé sorprendido. Jack se puso el casco en el brazo y me vio.

–Listo, ya sabes quien soy.

–No, pero tú…no eres

–¿No soy Jack? ¿Por qué? ¿Porque soy rubio ojos verdes?

–Tu eres moreno, pelo negro.

–Que te hace pensar que yo no soy Jack y el moreno si. -Encendió la moto y se fue. Me dejó más confundido que antes. La mente se me quedó en blanco y por unos segundos no sabía que hacía frente a un taller.

Entré a preguntar si estaba listo y me dijeron que en 10 minutos. Aproveché y pagué. 50 mil bolívares por el pecho.



Me monté en el carro y salí de ahí como autómata. Acababa de verle el rostro a Jack y la sensación de decepción me arropaba, No me esperaba lo que vi, no sé si todo era un engaño, comence a echar la película hacia atrás. Me fui al Pullman, recordando aquel hombre que se sentó al lado mio, que era el mismo de la consulta y me dijo que se llamaba jack o eso entendí y era moreno, como también lo era el que me llevó a la clínica. Pero este rubio, no…¿de dónde salió? ¿quién es? ¿es en realidad Jack? No siempre soy yo el que te vigila” recordé que me dijo. Detuve el carro. Me fui al momento del beso que me dio, su boca no era la del rubio, el rubio no me besó. Jack no existe y todo esto me lo estoy imaginando.



Iba rodando con el carro y no sé por qué fui a parar a la iglesia de La Lagunita. El escribí a Carlos.

–< No estoy ahí, estoy en mi casa en Maracay, esperando el cambio de parroquia para otra iglesia en Caracas>

Entré a la iglesia y me senté en uno de los reclinatorios, habían como 5 personas nada más. Cerré los ojos y me puse a pensar en todo lo que ha pasado en mi vida en los últimos meses, me recorrió un escalofrío.



–No te angusties por saber quien es Jack muchacho –Esa voz, la recordaba, era la señora con la que hablé aquella vez del bautizo. –Mi hijo te cuida y no te va a dejar solo, que importa si es rubio o moreno, muy pronto sabrás quien es. Él es un buen muchacho que buscó el camino fácil y riesgoso para sobrevivir en este mundo. Él te quiere mucho, no te va a abandonar.

–Pero su vida está en peligro señora y yo tengo miedo cada vez que se acerca a mi.

–Jack lo protege la virgen y lo cuido yo. No tengas miedo por él.



Todo alrededor no existía, solo estábamos la mujer y yo

–Señora, ¿por qué yo? Tanta gente y me escoge a mi ¿para qué?.

–Todo tiene una explicación y lo sabrás en su momento.

–Me estoy enamorando de Jack -Lo dije, por primera vez se lo confesé a alguien y ese alguien está muerto.

–Deja que todo fluya, no te desboques, no te impacientes. Mi Jack es un ser de luz, no lo contamines.

–Pero si él es un asesino a sueldo. Ha matado gente.

–Gente irrecuperable, gente mala.

–Pero él no es quien para decidir quien vive o muere. Volteé a ver a Jesús en la cruz y al voltear de nuevo a ver a la señora, se había ido y todo alrededor volvió a aparecer, se fue el frío y volvió el miedo.



Alguien me llamaba, era Caín.

–<Hola chamín, ¿cómo estas?>

–<François vente ya, corre, mi papá le dio un infarto está en la clínica, se está muriendo>

Busqué el carro a toda velocidad y me monté, el cuerpo me temblaba, metí la llave y no encendía el carro.

–MIERDA, NO ME JODAS  QUE AHORA TE VAS A QUEDAR ACCIDENTADO –Le di, una y otra vez y nada. A mi lado apareció la mujer sentada y me paralicé.

–Deja que todo fluya, no te desboques, no te impacientes. Hazlo con calma.

–Volví a pasar la llave y el carro encendió.

–Gracias señora. -Ya no estaba. En el asiento había una estampita de la virgen de Coromoto. Me puse a llorar y no paré en todo el trayecto.

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