miércoles, 30 de marzo de 2016

MALAS INFLUENCIAS 6. El inquilino.


El sábado al mediodía llamé a Ernesto a ver como había amanecido. Le dolía el culo y más cuando iba al baño así que decidió hacer una dieta líquida y mucha fibra. –La próxima vez quiero cogerme a alguien, así corten la escena 20 veces para repetir–. A pesar de eso le gustó la experiencia y en 6 días regresaríamos por más.
Le dije para desayunar juntos el domingo e intercambiar opiniones sobe la película porno.



Estaba en casa pues venía Guillermo para mudarse conmigo, le alquilé una habitación. Se estaba escapando de la casa de su madre (imagínense…) aprovechando que se había ido a la peluquería.



De nuevo un mensaje de Jack.

–<Que tengas un excelente fin de semana. Trata de no meterte en líos este fin, no voy a poder cuidarte. Asómate a la ventana para despedirme de ti>

Me acerco a la ventana de la sala y abajo estaba su enorme moto. Se montó en ella y se despidió de mi con la mano. Me angustié, saber que no iba a estar me creó una me asustó. Al rato le escribí.

–<¿Y que hay de los otros Jack? ¿no me pueden cuidar uno de ellos?>

–<No tengo clones regados por Caracas François>.

–<Quiero verte>

Unos minutos después recibo una imagen. Jack vestido de negro con chaqueta y casco. –<Este puede ser cualquier persona>–

–<Soy yo, confía en mi>

–<Quiero ver tu cara, quiero saber quien eres>

–<Ya disfrutaste mi cuerpo, te permití tocarlo, invadirlo, no lo hago con todo el mundo y contigo lo hice, ya sabes como soy>

–<Entonces si eras tú, ya sabes lo que quiero>

–<Pronto me conocerás François. te tengo que dejar, tengo trabajo>.

–<¿Vas a despachar a alguien?>

–<Tengo trabajo, cuídate>.



Siempre lo mismo...con Jack todo es un misterio, un sí pero no. Pero me tiene ahí, pensando en él. A veces pienso que lo hace a propósito.



Llamé a Tomás y no me atendió el celular. Le envié un mensaje.

–<Hola, ¿cómo estás? ¿Todo bien? te llamé y no me atendiste>.

Al rato recibo un mensaje.

–<Es que no quiero hablar contigo. Por favor no me escribas más>

–<No seas tonto, quiero saber de ti, me preocupo por ti. Cuando vayas al médico avísame que te dice>.

–<Voy a cambiar de médico, pero no te diré, no vaya a ser que te lo tires también>

–<De verdad Tomás cuando te quieres poner infantil lo logras, chao>.



Ya en la tarde me escribió Guillermo que ya venía a casa. Ya me estaba arrepintiendo de haberle dicho que se viniera, pero en fin, también era una compañía y me servía de desahogo sexual.

Llegó con 3 maletas y un bolso, estaba como agitado y nervioso. me dijo que su mamá lo llamó para saber donde estaba y le dijo que estaba en una diligencia. Lo calmé y lo ayudé a subir las maletas.

–Tu mamá no sabe donde vivo yo así que tranquilo. -Le dije. No me respondió pero su cara me lo dijo todo. –Ya eres mayorcito papá así deja el miedo, ya saliste del nido y ahora a vivir. -Lo ayudé a instalarse.



–Bueno termina de colocar las cosas en el closet y yo me voy a duchar para preparar la cena.

Me metí en la ducha y puse el agua más caliente de lo normal, quería relajarme, tomé el jabón líquido y me eché en el guebo para masturbarme. Cuando empecé a darme me acordé que no podía hacerlo por lo de la porno y dejé todo ahí quieto, que se calmara. Pero en ese instante se abre la puerta de vidrio y entra Guillermo, desnudo.

­–Oí la ducha y no lo pude evitar. -Se agachó y comenzó a mamarlo

–Ya va, ya va, para, no puedo, no puedo.

–¿Cómo que no puedes? Mira como tienes esto de duro.

–Pero no puedo, hoy no.

–Si no quieres dímelo y ya, me salgo.

–No es eso, es que estoy haciendo una película porno y necesito estar una semana sin masturbarme.

–¡Ay por favor! ¿Qué película porno? no porque tengas el guebo del tamaño que lo tienes vas a hacer una porno, y tal, en Caracas.

–Coño si, ya deja de mamarlo, me vas a hacer acabar. -Se aferró a mis caderas y se pegó como un chivito. El agua le caía en la cara y seguía mamando, me halaba las bolas y también las chupaba. Se iba al glande y lo succionaba y luego le pasaba la lengua –Quiero meterme todo esto en mi cuquita. -Encima que no podía tener sexo, igual lo tuve, viene este gran carajo con sus frases eróticas tumbapalo. Le aparté la cabeza y le acabé en la cara.



–¿Por qué te viniste ya? que rica sabe tu leche.

Salimos del baño, le di una toalla, no le dirigí la palabra. Cuando nos vestimos para ir a cenar me volvió a hablar.

–¿Estás molesto? si es porque te mamé el guebo y no querías, disculpa, es que tenerte ahí en la ducha y no meterme era imposible.

–No hay vaina que me reviente más que me coja a un hombre y se comporte como jeva en la cama. Me estoy cogiendo un culo pelúo de hombre así que lo que quiero, son gemidos, gruñidos, un "dale duro coño" no "reviéntame la cuquita, soy tu hembra, soy tu perrita".

–Es que eso me excita.

–A mi no, me baja el guebo.

–¿Es verdad lo de la película porno?

–Si, es hecha aquí.



Preparé una ensalada de atún para los dos y saqué un par de cervezas.

–Esto lo hago hoy porque es el primer día, ya mañana te encargas tú de tu comida y de comprar lo que tú comes y vayas a usar.

–Gracias, tengo que terminar de meter las cosas en el closet pero creo que me va a caber todo, y está la peinadora que también puedo usar, ¿cierto?

–Si, claro.

–¿Puedo traer a gente a la casa?

–Si traes a tipos para tirar, uno a la vez y me avisas, lo que hagas dentro del cuarto me sabe a mierda, pero no lo quiero paseando por la casa. Si quieres hacer una reunión aquí, lo puedes hacer, avisándome con tiempo y con el compromiso de recoger todo y dejar todo limpio como estaba y nadie se queda a dormir, sólo el de turno.

–¿Cuánto me vas a cobrar?

–15 mil más un mes de adelanto y uno de depósito.

–Hecho.

–Ven acá, lee esto y fírmalo.



Leyó el documento de alquiler, estuvo de acuerdo y firmó.

–Por ningún lado dice que el casero me cogerá diariamente.

–Porque eso no va a suceder, te cogeré cuando me den ganas.

–¿Y ahorita tienes ganas?.



Le di un beso y lo cargué llevándolo al cuarto y lo tiré en la cama.

–Ábreme ese culo para reventártelo. -Levantó las piernas y se abrió las nalgas. Se me paró, busqué el condón y el lubricante.

–¿Aguantas que te lo meta de una?

–Aguanto, tú dale.



Le eché lubricante que jode, le metí los dedos y luego mi guebo, de una, sin preámbulo, sin beso ni mordiscos, sexo animal. Gritó y así como gritó me vio a los ojos como poseído, respirando fuerte al igual que mis embestidas. Bastó que se excitara más de lo que ya estaba para cagarla de nuevo.



–Párteme esa cuca, esa cuca es tuya. -Retiré el guebo, lo halé del brazo y lo saqué del cuarto sin decir palabra.

Detrás de la puerta se escuchaban las súplicas.

–Perdón, perdón, perdóname vale, se me escapó, vamos a empezar de cero.

Me dio una risa eso que me levanté de la cama y abrí la puerta.

–Vete a dormir Guillermo, mañana será otro día.

–Coño, ¿me vas a dejar así con estas ganas?.

–Las mías las mataste tú. -Le cerré la puerta en la cara.



Agarré la laptop para revisar mi email y tenía un correo de la productora porno. Eran fotos de la escena que grabamos. Los 6.

Con las mismas se las mandé a los gemelos. Pasaron 5 minutos y sonó mi celular. Era Caín.



–<<Marico, ¿Dónde fue esa orgía? tengo el celular en speaker para que oiga Abel>>

–<<Fransuáááá yo quiero ir coño, nunca me llevas>>

–<<Chicos, no es una orgía, bueno si es pero me refiero que es una película porno.

–<<¡¡¿¿QUÉÉÉÉÉ??!! ¿Dónde? ¿Ya la grabaste?. -Me preguntaba Abel.

–<<Estamos en eso, esa es una de las escenas, la hago con Ernesto.

–<<Ernesto y un gentío, ¡qué morbo!. -Hablaba Caín.

–<<Llévame, quiero ver a esos tipos tirando.

–<<No creo que pueda, ustedes son menores de edad. Bueno chicos, los dejos que estoy agotado, la semana que viene les cuento.





Guillermo tocó la puerta e insistió en entrar. –Te prometo que no quiero sexo, sólo dormir juntos. -Me dijo.

Le abrí la puerta. –Tú en tu lado y yo en el mío, cero abrazos, cero toques.

–Si.



Pasamos la noche. Sana paz.

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