Mi hija con apenas horas de nacida, la dejé en casa con Yesenia para encargarme del entierro de David. Fue un funeral muy emotivo. Sus compañeros de trabajo y parte del equipo de la Fundación para la cual trabajaba como voluntario estaban acompañándonos.
Conocí a Alejo, un activista por los derechos trans que perdió
de manera trágica a la que fue su pareja, conocía a David, nos acompañaba,
estaba con su novio, hubiese estado solo y creo que le saco fiesta, estaba
buenísimo.
Me dio los teléfonos de la fundación por si quería ayudar de
cualquier manera con ellos. Me ofrecí a hacerlo dentro de mis posibilidades.
Cuando todos se fueron del cementerio, me quedé un rato
sentado donde hacía unos minutos bajaba la urna de David, la placa que
identificaba el trozo de parcela decía “Daniela”.
La mamá de David estaba recluída en una residencia para la
3era edad, cuando murió su hijo, su salud se complicó, me ofrecí a pagar todo
sus gastos y mantenerme en contacto, Yesenia me ayudaría con eso.
Por primera vez en semanas que Abel no me escribía a cada
rato, lo llamé para decirle que iba a estar un rato en el cementerio y luego me
iría a casa a estar con mi hija, luego lo pasaría buscando para que la
conociera.
–Yo creo que ya has pasado mucho tiempo ahí sentado, tu hija
te necesita. -Era Jack que como cosa rara aparecía de la nada.
–¿Dónde estabas? Te fuiste de la clínica y te volviste a
desaparecer.
–Levántate -Me extendió la mano. –Tengo que contarte muchas
cosas
Llegamos a mi casa. Él en su moto, yo en mi carro.
El secuestro había sido perpetrado por su misma gente. Por
estar pendiente de mi, dejó a un lado su trabajo de sicario y tenía pendientes
varias cuentas y otras fallidas. Lo torturaron, lo sometieron, lo tuvieron
amarrado -se le notaba, estaba más delgado pero igual de bello-Cuando ya pasó
el tiempo de penitencia, lo soltaron y siguió trabajando con ellos, cuando
terminó lo que tenía pendiente, se escapó, fingió su muerte y ahora tiene otra
identidad. Lleva apenas una semana trabajando en una empresa como
administrador, que es su profesión. No le hace falta porque tiene mucho dinero
pero ahora tiene otra vida. Ahora se llama Enrique Salvatierra.
–¿Y cómo apareciste ahora? ¿Cómo sabías que Rebeca nacía ese
día?
–No lo sabía, casualmente fui a buscarte a tu casa y la
muchacha que trabaja contigo me abrió y me comentó que estabas de viaje y ahí
estaba David y su mamá, yo le dije que era tu primo y que necesitaba buscar las
llaves de mi moto, entré a tu cuarto con ella a buscarlas. Al conseguirlas me
ofreció un café y en ese momento David rompió fuente y estaba sangrando,
llamamos a la ambulancia y a su médico. Me quedé con ellos en la clínica para
esperarte y ayudarlos en o que necesitaran, sabía que ibas a ir.
Yesenia venía con Rebeca en brazos que ya se había levantado.
–Necesito hacer unas diligencias pero regreso más tarde.
–Vete tranquila que yo me encargo de ella.
–Su primo se portó de mil maravillas ayer, gracias por todo
señor Enrique.
–De nada Yesenia, gracias a ti por cuidar a mi sobrinita.
–Jajaja me da risa lo de que soy tu primo.
–Es que en realidad eres mi primo François. –Jack me miró a
los ojos y me dijo eso con tanta seriedad que me quedé impactado.
–Tú me estás jodiendo.
–Yo no puedo creer que no te acuerdes de mi, de tu primo
Jacobo que fuimos a la playa, al circo, al parque de diversiones juntos, te
defendí de unos carajitos que te querían joder. Tu tenías 10 años, yo 15.
Echando la película para atrás comencé a recordar. Jacobo es
producto de una infidelidad del hermano de mi papá con una prostituta que era
menor de edad, nunca lo reconoció pero nos lo presentó en la familia, sólo
vimos una vez a su madre, y, haciendo memoria eso era lo que me dijo la
señora que se me apareció en la iglesia, que era puta desde los 16 años.
Jacobo y yo nos la llevábamos muy bien los 4 meses que
compartimos juntos casi todos los días hasta que desapareció y nadie supo de él
y su madre.
–Mi mamá ya no quería seguir con esa vida, estaba cansada pero
no sabía hacer más nada así que mientras dejaba la prostitución se dedicaba a
limpiar casas y planchar, pero yo no quería seguir pasando hambre y
cuando cumplí 16 años me fui de casa y me junté con lo peor de esta ciudad y me
convertí en sicario desde ese momento, comencé a ganar dinero fácil matando
gente y así saqué a mi mamá de tanto sufrimiento por el dinero. Cuando mamá
murió, me dediqué por completo a esto pero necesitaba hacer algo, así que
terminé el bachillerato, cuando cumplí los 18 entré a escondidas e a la
universidad, mis jefes no sabían, la carrera me costó 8 años terminarla pero lo
logré y la pagué yo. Trabajé 3 años en lo que era mi carrera y en paralelo iba
cobrando por cada muerto que me llevaba.
Yo escuchaba a Jack y sólo podía llorar, pero me quedaba otra
duda. –¿Y cómo llegaste a mi de nuevo? ¿Conocías a Eduardo? el estudió conmigo
en el colegio -Eduardo el que mató al matrimonio en aquella boda que fui con
Ernesto-
–Conocía a Eduardo, trabajábamos juntos. El día que lo mataron,
minutos antes, habló conmigo y me habló de ti que te protegiera, que eras buen
pana y que él te había hecho mucho daño cuando eran carajitos, cuando me dijo
tu nombre supe que eras tú y sin decirle nuestro nexo no dudé en decirle
que sí te protegería. Era el momento de reencontrarme contigo y decirte
frente a frente que desde que te conocí cuando tenías 10 años me enamoré
de ti.
Debo reconocer que los primeros momentos a tu lado hice las
cosas mal, matando a esa tipa, pero quería demostrarte que haría cualquier cosa
por ti, y bueno, te saqué de varios problemas en lo que te metiste, pero lo
hacía con gusto.
Yo estaba impactado con aquella historia. Era increíble que
nos conocimos de niños y todo este tiempo no supe nada.
A pesar que amo a Jack, desde que apareció en mi vida han
ocurrido puras desgracias, así que no sé si el pavoso es él o yo.
–Vamos a cambiar a Rebequita, que creo que se hizo.
–Déjame hacerlo a mi.
–¿Sabes poner pañales?
–He hecho de todo en esta vida, ve a prepararle el tetero
mientras la cambio. –Cuando regresé, Jack tenía en brazos a mi hija y le
cantaba, la escena me conmovió, le pasé el tetero y se lo dio él también.
Terminó de darle el tetero y la acostó en la cuna.
–Todo este tiempo que no te he visto no he tenido sexo, solo
me he masturbado, yo sé que tú si has tirado como loco y ahora quiero recuperar
el tiempo perdido. –Me dio un beso en la boca mientras su mano apretaba mis
nalgas, me aparté de él.
–Ya va, ya va Jack, las cosas no son tan fáciles ahora.
–¿Por qué, qué pasa?
–Tengo pareja desde hace 2 meses, Abel, uno de los gemelos.
Jack comenzó a reírse. –Tú me estás jodiendo, ¿estás empatado
con ese carajito? ¿Te volviste loco? Tú no estás enamorado de él.
–No, pero estoy con él.
Jack me cargó y me llevó hasta mi cama y me lanzó ahí, se
colocó frente a mi y comenzó a desnudarse.
–El único macho que te va a coger soy yo, más nadie, ahora
será todo distinto François, regresé porque quiero ser tu esposo, el papá de tu
chama, el que duerme contigo todas las noches.
De nuevo veía ese cuerpo perfecto rematado con un guebo
perfecto. Se me acercó y me quitó el pantalón y el interior.
–Ponte boca abajo. –Se agachó, me abrió las nalgas y un beso
negro como nunca me lo habían hecho, su lengua entraba en mi culo, la ponía
dura y me cogía con ella, me haló al borde de la cama, volvió a abrirme las
nalgas para ahora penetrarme. Iba suavemente entrando en mi hasta que lo metió
todo y comenzó a moverse, lo sacaba y lo metía cada vez con más fuerza. Lo
sacó, me volteó y me volvió a alzar para penetrarme colgado en él y así estuvo
un buen rato para luego acostarse en la cama conmigo en su cuello y
seguir ahora frente a frente.
Me besó mientras me cogía, un ruido nos sacó de nuestra
concentración. Era el llanto de mi hija.
–ahora esto va a ser nuestro día a día mi amor. –Me dijo Jack,
se puso el interior. –Yo la busco, ponte un bóxer.
Llegó con la niña y la acostó entre los dos en la cama, Rebeca
se quedó dormidita de nuevo, la peiné con mis dedos, Jack me levantó la cara y
me dio un beso en la boca.
–Esto era con lo que yo soñaba contigo desde hace mucho
tiempo, estar así como una familia, juntos los 3 en la cama. –Me dijo. Yo
simplemente me le acerqué y le di otro beso y le dije algo que jamás pensé
decir: –Te amo Jack.
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