miércoles, 30 de enero de 2019

VENGANZA INFINITA. Capítulo 8

CUMPLIENDO FANTASÍAS.

Luego de la jornada laboral Bernardo decidió ir a casa del profesor que habÍa tenido relaciones con varios alumnos del liceo. Era un hombre casado y dos hijos que no estudiaban en el liceo donde él trabajaba.

El profesor no le había contado a su esposa que lo habían botado del colegio, a pesar que la noticia había salido en los noticieros y en las redes.

Toca el timbre. Abre una mujer.
-Buenos días señora, se encuentra el profesor Gustavo.
-No mi amor el está trabajando, ¿Tú eres alumno de él?
-Si, por estoy aquí...no está en el liceo. ¿Puedo pasar?
La mujer lo deja pasar y le ofrece algo de beber. -Busque una cerveza para usted, la va a necesitar luego de ver lo que le voy a mostrar, a mi tráigame agua.
El chico sacó unos recortes de periódicos y se los entregó. La mujer leyó y se tapó la boca. Un par de lágrimas corrían por sus mejillas.
-Yo soy uno de los tantos que tuvo sexo, lo botaron del liceo y se salvó de una demanda. Pero hay más tengo un video.

El chico sacó su celular y le mostró el video. Bernardo, haciendo uso de su mente recreó la escena de sexo con su profesor.
La mujer veía el video y seguía llorando.
-Yo lo disfruté pero el disfruta más haciéndolo con menores de edad.
No pudo seguir viendo el video. En ese momento llegaba el profesor a su casa.
-¿Qué haces tú aquí? -Vio al chico con cara de susto.
-Contándole a tu esposa las cosas que haces en el liceo y lo que hiciste conmigo.
El hombre se le fue a abalanzar al chico pero su esposa se le atravesó.
-SUCIO, ENFERMO, ERES UN ENFERMO.

Mientras la mujer lloraba desconsoladamente, el profesor trataba de calmarla. El chico se sentó en el sofá.
-Profe le mandé a su celular el video donde me está cogiendo en el aula C.
-¡Maldito carajito te voy a matar!
Bernardo lo detuvo provocándole un fuerte dolor en el pecho.
-No te alteres ¿o quieres que te de un infarto?.
-Vete de mi casa.
Bernardo intensificó el dolor. -Pídele perdón a tu esposa de rodillas y te quito ese dolor.
El profesor se acerca al chico y el dolor se hizo más insoportable.
-Pídele perdón y te quito el dolor.
Bernardo lo dejó tranquilo y el hombre se arrodilló frente a su esposa.
 Con lágrimas en los ojos le pidió perdón tomándola de las manos.
La mujer no decía nada. Bernardo se levantó del sofá.
-Perdone a ese pobre hombre. -Bernardo se dio la vuelta y le provocó un infarto al profesor, abrió la puerta y se fue.
No murió pero lo llevaron a la clínica.

Ya era de noche, Bernardo había ido a su casa a ver sus padres y salió de nuevo a la calle. Quería tener sexo pero de otro tipo, algo nuevo. Se aventuró y fue a la avenida Libertadores donde se concentran las prostitutas, hombres ofreciendo sexo y transexuales que también se prostituyen. Él quería acostarse con un transexual.

-Hola mi amor yo te puedo ayudar en lo que quieras.
-Si mi amor búscame a una amiga transexual. -Le dio 2.000.
-Ok. -Le dijo de mala gana metiéndose el dinero entre las tetas.

-Mi amiga me dice que estabas buscándome.
-¿Estás operada?
-Solo las tetas mi amor, allá abajo sigue igual.
-Móntate.

La chica se montó y hubo un silencio de varios minutos.
-¿Cómo te llamas?
-Kimberly ¿Y tú?
-Eso no importa, yo soy el que paga. 
-Uy que odioso.
Bernardo la vio a los ojos y un fuerte dolor de invadió su cabeza hasta que el hombre desvió la mirada.
-¿Qué fue eso? Qué dolor, me das miedo. ¿No me irás a hacer daño?
-Quiero que seas activo, quiero que me cojan esta noche.
-Papi tú pagas yo cumplo.
Bernardo le tocó la pierna y la acarició sonriendo, la chica se tranquilizó.

-¿Cómo está la calle y los policías?
-Unos hijos de puta, nos persiguen, nos meten presas, nos golpean y en el peor de los casos nos violan y hasta nos matan.
-¿Has visto morir a amigas tuyas?
-Claro, esos malditos no tienen compasión.
-¿Te imaginas que aparecieran muertos esos policías?
-Sería la mejor noticia que nos pueden dar. A mí me tienen ganas papi. En cualquier momento aparezco en una cuneta con un mosquero. Pero no puedo dejar esto, tengo a mi mamá enferma y dos hermanitos que mantener.
-Te entiendo. Si hoy me coges como me gusta, te doy el doble.
-Te voy a poner los ojos en blanco bebé
Kimberly se levantó la falda de cuero para mostrarle el pene.
Un miembro oscuro y grueso con prepucio, de unos 20 centímetros. Lubricaba.
-¿No vas a operarte? Tienes un buen guevo.
-De momento no, a los hombres de este país les gusta una hembra con tetas y pipi. Tengo varios clientes políticos. Diputados, ministros, tanto del gobierno como de la oposición, hay una parranda de locas en la política.

Llegaron al hotel.
Bernardo se desnudó apenas entró a la habitación.
-Estas desesperadito.
-Desnúdate.
Kimberly lo hizo, su pene colgaba entre las piernas, la piel de esa zona era mucho más oscura que el resto de su cuerpo.
-Tienes tremendas nalgas.
-Me las puse el año pasado.
-Te hicieron un pésimo trabajo.
Kimberly quedó decepcionada con el comentario.
-Viniste a cogerme no a cogerte yo a ti, me interesa que se te pare esa verga.
Bernardo se sentó en la esquina de la cama y comenzó a mamarle el pene a la chica. Lo tomaba con su mano derecha mientras se lo metía en la boca.
-¿Eres capaz de metértelo todo en la boca?
-Soy capaz de todo. -Bernardo se lo introdujo completo en la boca sin moverse ni incomodarse y así se quedó unos segundos.
Kimberly miraba al espejo viéndose las nalgas, reconocía que no fue una buena cirugía pero se concentró en ver a Bernardo mamando.
Lentamente lo sacaba de su boca para luego introducirlo de nuevo, la saliva caía al piso. Kimberly le puso la mano en la cabeza para empujarlo y Bernardo se apartó agarrándole la mano y torciéndola.
-No vuelvas a tocarme la cabeza. -La miró a los ojos y ella solo sonrió

Dejó de mamar y se acostó en la cama boca arriba alzando las piernas y llevándolas a su pecho.
-Metelo de una, no te preocupes si duele.
-Ya va bebé, me tengo que poner el condón y el gel.
-Cógeme así. - Kimberly le vio el culo abierto y peludo y se excitó pero no iba a tener sexo sin protección.
-No sé si tienes una enfermedad.
-Estoy sano, ni siquiera me drogo.
La chica estaba negada, Bernardo la vio a los ojos.
-Vas a cogerme sin condón y sin chistar, no te va a pasar nada, solo hazlo.
Kimberly se montó en la cama tomó su pene y lo escupió, restregó la saliva y pasó la mano por el culo de Bernardo que tenía las piernas abiertas.
Lo apoyó en la entrada y comenzó a meterlo.
-Dale sin miedo que yo aguanto el dolor.
La chica empujó y el pene se deslizó por completo con algo de dificultad.
-¿Quieres que me ponga salvaje?
-Hazlo pensando en los malditos policías.
Kimberly lo agarró de los hombros y comenzó a moverse con rapidez y fuerza. El pene entraba y salía. La chica gruñía con una voz gruesa, Bernardo la miraba con morbo pero su cara no era de dolor.
-Sigue, piensa que te estas cogiendo a ese policía que te golpea. Golpéame como él lo hace contigo.
A Kimberly le cambió la cara, estaba llena de furia, mientras seguía moviéndose golpeaba una y otra vez a Bernardo mientras este la alentaba para que siguiera descargando su rabia..
La chica sacaba su pene por completo y volvía a meterlo y con cada embestida golpeaba el rostro de Bernardo que ya mostraba sangre en su nariz.
Bernardo se volteó y comenzó a mamarle el pene a Kimberly, estaba rígido y mojado. Se lo metió en la boca, lo sacó y le volvió a decir que lo golpeara.
Mientras mamaba aquel enorme pene, recibía fuertes cachetadas, su nariz sangraba. Se volteó para que volviera a penetrarlo.
Kimberly no tuvo reparo en volver a penetrarlo con fuerza, lo tomó de los hombros y gritando empujaba cada vez más duro.
-Acabemos a la vez, dime cuando estés a punto. -Kimberly le avisó, le apretó los hombros y comenzó a eyacular dentro de Bernardo que le apretaba el pene mientras él también acababa sobre las sábanas.
Se tumbó en la cama y ella a un lado de él. Comenzó a llorar. Bernardo le paso la mano por la cara apartándole el cabello.
-¿Te sientes mejor?
Limpiándose las lágrimas le dijo que si moviendo la cabeza. -Te pegué muy duro, mira como estás. Perdóname, no sé en que estaba pensando.
-Tranquila, esa era la idea, que drenaras esa rabia. Necesitabas hacerlo. Esa cogida me encantó. Te mereces el pago doble y más.
-Me hubiese encantado tragarme tu semen, con los hombres que me encantan suelo hacerlo.
-Conmigo eso no va a suceder.
-¿Ay por qué? Mira como tienes esa nariz, deja que te lave.
-Déjalo así. Mi semen está prohibido, quema y mucho, no querrás probarlo.
-Que exagerado.
-¿Quieres comprobarlo?
-¿Y te va a salir leche ahora?
-Si. -Cerró los ojós y su pene comenzó a expulsar lentamente semen. -No lo toques. -Tomó un poco en la yema de su dedo. Le colocó el dedo a un costado y Kimberly brincó del dolor. Le dejó una marca.
-¡Me quemó!
-Te lo dije, te acabo encima y mueres.
-Eres una persona muy extraña, debo estar soñado.
-No lo estás. Me llamo Bernardo.
Kimberly se sonrió y le dio un beso en la boca.

-¿Te dejo donde te recogí?
-No, lo de ahora me dejó agotada física y mentalmente. Fue heavy bebé, solté todo, nunca había hecho eso. Gracias.
-Agradéceme cuando veas morir uno a uno cada policía.
-Tú me asustas Bernardo.
-No tengas miedo de mí. Los malos son otros.

Bernardo la llevó a su casa en La Vereda.
-Esto es muy peligroso, si quieres me dejas aquí y yo subo.
-¿Cómo te voy dejar aquí?, esta oscuro todavía, te llevo hasta la puerta de tu casa.
-Gracias por traerme. Es la primera vez que un cliente me trae hasta mi casa. Eres extraño, me da temor estar contigo pero a la vez me generas confianza y encima eres guapo, si quieres repetir quiero ser pasiva.
Bernardo se rio pero estuvo de acuerdo.
-Si pudiera te sacaba de la calle y te pondría a trabajar en otra cosa menos riesgosa.
-Estudié computación pero no terminé.
El hombre volvió a sonreir  y le dio un beso en la boca.
-Tranquila que pronto vas a poder trabajar en las calles más tranquila.
-¿Vas a matar a todos los policías?
Sonó el celular de Bernardo. Era Oliver, vio el reloj, eran las dos de la mañana, le hizo un gesto a Kimberly para que no hablara.

<Hola, qué sorpresa, ¿Que haces a esta hora despierto?>
<Hola, bueno, no podía dormir y estaba pensando en ti, no pensé que contestarías>
<Estoy trabajando en unas cosas de la oficina aquí en casa>
<Ok, también te llamaba porque...es algo extraño...cuando te fuiste el otro día de casa se partió el retrato que viste...pero es que luego en la foto solo estaba yo...me impresionó eso, me asusté>
<No te asustes, eso es una señal, algo importante sucederá y podrás cerrar ese ciclo, tranquilo>
<Voy a pensar que fuiste tú quien lo hizo, me da como susto>
Bernardo se rió y se depidió de él diciéndole que se acostara y que no se angustiara.
-¿Es tu novio?
-Nos conocimos hace unos días.
-Pero van en serio.
-No sé.
-Ay bebé no le montes cacho y menos con unas prostis jejejeje, se bueno.
-Cuídate, ya tienes mi número y yo el tuyo.
-No hay que involucrarse con los clientes, pero es que tú...
-Yo soy especial Kimberly, todo va a estar bien. Dale a tu mamá muchos batidos verdes, eso la hará sentir mucho mejor, llévala a la playa.
-No te he dicho que tiene mi mamá.
-Sufre de los pulmones.
Kimberly se sorprendió. -De verdad tú me asustas.
-Chao Kimberly, nos volveremos a ver.

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