jueves, 31 de enero de 2019

VENGANZA INFINITA. Capítulo 9


LLEGÓ EL AMOR.

Bernardo salió antes del trabajo para pasar por un lugar antes de verse con Oliver.

Tocó el timbre, se asomaron por el ojo mágico. 
-¿Qué hace Oliver aquí? ¿Cómo supo nuestra dirección? ¿Quién lo dejó subir? -Abrió la puerta.
-Hola Oliver qué sorpresa. No te veía desde…
-Desde que te enredaste con Víctor y te lo tiraste, desde esa vez no nos vemos. ¿Qué tal está? ¿Sigues con él?
Francisco se puso nervioso. -Todavía no sé que haces aquí. Víctor está en cama, hace unos meses le diagnosticaron cáncer de páncreas.
-Ay chico cuanto lo lamento ¿y cómo sigue?
-Bueno ahí va, está con la quimio hoy lo tumbó está en cama. ¿Qué haces aquí Oliver?
-¿Puedo verlo?.
-Si pasa está en la habitación del fondo.

Oliver entró a la habitación.
-Hola Víctor ¿No te pregunto cómo estás porque ya me dijo Francisco.
-¿Qué haces aquí?
-No sabía de ustedes y me dije chico vamos a hacerle una visita a los enamorados.
-Ya nos viste, ya puedes irte.
Francisco lo sacó de la habitación.

-Víctor y yo ya no somos pareja desde hace cinco meses pero cuando se enteró lo del cáncer me pidió vivir aquí para no estar solo.
-Qué bonito gesto de tu parte.
Oliver le puso la mano derecha en el hombro y un escalofrío le recorrió a Francisco por el cuerpo.
-A Víctor le quedan horas de vida, no va a llegar a mañana.
-¿De qué hablas? -Francisco tenía una sensación de miedo y temor, veía a Oliver a los ojos.
-Se está muriendo y te vas a quedar solo. -Oliver le lanzó un golpe a la cara que lo tumbó al piso. Se montó sobre él y lo siguió golpeando.
Se levantó del piso, se secó el sudor sobre el labio.
-Te mereces lo que pasa. Esto lo vas a olvidar una vez que me vaya.
-Perdóname Oliver, son cosas que pasan, me enamoré de Víctor.
-Yo también estaba enamorado de Víctor y no te importó.
-Las cosas no son así.
Oliver le dio otro golpe y lo tumbó al suelo inconsciente. Se fue del apartamento.

En la noche luego de estar con sus padres fue a buscar a Oliver a su casa para cenar juntos.
Se montó en el carro y saludó a Bernardo con un beso en la boca.
-¿Qué tal tu día?
-Fuerte, sobre todo en la tarde. -Decía Oliver. -Tuve una situación tensa.
-Bueno pero ahora estamos juntos y vamos a relajarnos.

Mientras Bernardo maneja, Oliver recibía una llamada de una amiga.
-¿Qué? ¿Cuándo fue? ¿Desde cuándo?. - A Oliver le corría una lágrima por la mejilla. Colgó la llamada.
-¿Pasó algo? ¿Estás bien?
-Se murió mi ex. Tenía cáncer...no lo sabía y a Francisco lo golpearon, no se acuerda de nada.
-Bernardo sonreía pero al ver a Oliver triste se puso serio y detuvo el carro.
-¿Quieres que dejemos la cena para otro día? Te llevo a tu casa.
-No, bueno, sí pero quédate conmigo.
-No Oliver, no quiero ser el clavo que saque el otro clavo, te dejo en casa y nos vemos otro día.
Oliver se acercó a Bernardo para abrazarlo y este le dio un beso en la boca. Profundo, apasionado, su lengua se movía dentro de la boca del chico mientras jugaba con la lengua de Bernardo.
-"Olvídate de esas dos personas que te hicieron daño, cuando nos separemos habrás olvidado todo lo que te dijeron ahora"
Se separaron y Bernardo le mordió suavemente el labio inferior.
-¿Vamos a cenar?
-Claro, para eso me buscaste.
Bernardo se sonrió y le dio dos palmadas en la pierna.
-Yo sé que va a sonar tonta esta pregunta, pero ¿Esta noche vamos a tirar?
Bernardo soltó una carcajada mientras estacionaba el carro.
-Oliver vinimos a cenar. Luego se verá que sucede, apenas tenemos 48 horas de conocernos.
-Disculpa, debe ser el tiempo que no tengo sexo.
-No seas tonto deja el estrés.

Entraron al restaurante pidieron la comida y una botella de vino. La noche se fue en hablar de sus familias. Oliver contó que sus papás murieron en un accidente de carro hace 10 años, vivió con unos tíos y luego regresó a vivir solo en su apartamento cuando comenzó a trabajar.
Bernardo le habló de sus padres enfermos; el padre cáncer de pulmón y su madre Alzheimer.
Rieron, contaron anécdotas de parejas, pidieron otra botella, se quedaron en el restaurante hasta que tuvieron que irse pues ya cerraban.
Oliver estaba borracho. -Toma mi tarjeta, pagamos a medias.
-Deja el estrés yo invito.
-¿Y tú no estás borracho? 
-No, un poco alegre pero borracho como tú no. -Gracias buenas noches, vámonos.

-Se montaron en el carro y Oliver habló.
-¿Te vas a quedar en mi casa? Si me quieres coger yo me dejo. Pana, tengo un verano arrecho. Pura paja me he hecho, no joda el trabajo me tiene esclavizado, no he tirado con nadie. Por cierto soy versátil pero me gusta ser más pasivo.
-Se te nota que te gusta llevar palo. Yo soy activo pero no me cierro a nada.
-Interesante, a mi me gusta el sexo salvaje, me dejo hacer de todo, no me inhibo de nada, puede hacerme lo que quieras.
-¿En serio? ¿Lo que yo quiera? A ver que te gusta.
-Las cosas mas sucias y retorcidas que puedan pasarte ahora por la cabeza me gustan. 
-Que excitante escuchar eso. Pero hoy quiero hacerte el amor bonito, que disfrutes de mi cuerpo así como yo del tuyo.
-Ay que aburrido jajaja es joda, eso me gusta. Verga guevóón tengo full ganas de tirar, ya se me paró, creo que me tocas y acabo.

Estacionó el carro en un puesto de visitantes.
-Si te doy un beso mientras te toco aquí ¿acabas?
Bernardo lo besó poniéndole la mano en la entrepierna. Oliver se corrió en el interior hasta estremecerse.
-Coño, ¿Qué me hiciste? Boté un lechero mira cómo se mojó el pantalón, verga hasta me mareé.
-Ya sabes lo que te espera allá arriba.
Bernardo se bajó del carro recordando lo de su semen. Fue a la maleta y buscón un consolador de goma con unos sujetadores. Se lo escondió en la chaqueta.
Llegaron al apartamento a tropezones y besándose.
Entraron al cuarto. Oliver se lanzó a la cama. Bernardo comenzó a desnudarse mientras Oliver lo veía.
-Verga ¿y tú me vas a meter todo ese güevo? Soy virgen, me va a doler.
-Me dijiste que te gusta salvaje, vas a tener que aguantar la pela. Mámalo.
Oliver se acercó y tomo el pene grueso y largo de Bernardo y como pudo se lo metió en la boca.
-Puedo hacer que se ponga más grueso.
-Verga chamo ¿Más? ¿Me quieres desgarrar? -Volvió a meterlo en su boca y jugaba con su lengua, lamia el prepucio y el glande.
Tocaba los testículos, Bernardo le dijo que se los metiera en la boca.
-Quiero tu leche en mi boca. -Dijo Oliver
Bernardo no le prestó atención. --Acuéstate en la cama y cierra los ojos.
Bernardo aprovechó y se colocó en la cadera el sujetador que trae el pene de goma. Le puso lubricante.
-¿Listo?
-Desde que te vi en el supermercado estoy listo para esta noche.
Bernardo lo penetró y Oliver abrió los ojos aguantando el dolor.
-AAAAAAAH que divino, sigue.
Bernardo se movía con suaves movimientos de cadera de manera circular, le dijo a Oliver que cerrara los ojos. Seguía moviéndose, metía y sacaba completamente el pene de goma, el chico gemía agarrándose de las sábanas.
El pene de Oliver estaba flácido pero su excitación era evidente, apretaba el pene de goma, pedía más fuerza.
-Ponte en cuatro, vamos. –Bernardo se acomodó el sujetador. Se puso de pie doblando las rodillas para penetrarlo con más profundidad. Su pene golpeaba los testículos de Oliver, le gustaba la sensación pero no se dio cuenta de eso.
Siguió moviéndose ahora arrodillado en la cama, lo tomó de los hombros y comenzó a moverse más rápido. Oliver no paraba de gemir y pedir más, estaba exhausto y sudando.
Bernardo estaba a punto de acabar por el roce de su pene con la piel de Oliver, fingió que eyaculó dentro del muchacho.

Oliver se tumbó en la cama y Bernardo corrió al baño a masturbarse. Mirándose al espejo comenzó a mover su mano rápido, su cara roja, apretó los dientes y expulsó una gran cantidad de semen, intentando no gritar se le tensó el cuello y tuvo un dolor de cabeza que fue disminuyendo cuando terminaba de botar las últimas gotas. Limpió el lavamanos y salió. Guardó rápidamente el pene de goma y se lanzó a la cama.
-Que tirada más divina. Wow, me encantó.
-Qué bueno que te gustó, me dejaste agotado.
-No me diste la leche en la boca, eres malo.
-¿Y tú piensas que esta es la última vez que nos vamos a ver?
-Ja, ja, ja espero que no. Voy al baño.

Luego de un rato se quedaron dormidos desnudos y abrazados. Al día siguiente Bernardo lo despierta haciéndole sexo oral.
Oliver sintiendo como se lo mamaba no podía estar quieto en la cama, se retorcía y veía como se tragaba todo su pene junto con los testículos.
-¡Me vengo, me vengo! -Apretó las sabanas y volvió a retorcerse mientras Bernardo tragaba todo el semen que salía.
-Buenos días precioso. -Saludaba Bernardo
-Muy buenos días. -Le dio un beso en la boca. -Que rica sabe tu boca con mi semen.
-Muy rica.
-Me voy a duchar.
Mientras Oliver se duchaba sonó su celular, era una mujer. Bernardo adoptó la voz de Oliver y atendió.
-<Hola Oli, te llamo para decirte que el funeral de Víctor es las dos de la tarde en el cementerio del este>
-<Vero, no puedo ir a su funeral y te voy a pedir que no me cuentes nada sobre eso por favor, quiero cerrar capitulo, ya estoy en otra relación que ya te contaré>
-<Te entiendo, pero bueno podrías ir, en fin, tranquilo y felicidades, luego me cuentas>
-<Un beso> -borró del historial la llamada.
Bernardo entró a la ducha para bañarse con Oliver.
-Sabes que sentí tu güevo más pequeño de lo que en realidad es, ojo lo disfruté pero pensé que me dolería más.
-El alcohol te relaja y yo lo hice despacio. La próxima te cojo sano.
-Tienes un güevazo, mira eso. -Lo tomó y comenzó a enjabonarlo.
-No lo despiertes mira que tenemos que irnos.
Se vistieron y salieron a la sala. En el mueble estaba la foto que se le había roto el vidrio.
-¿Y esta gente quienes son?
-Nadie olvídalo, estaba por botar la foto.
Bernardo tomó el portarretrato y sacó la foto. -¿La rompo? -Sin esperar aprobación la rasgó en cuatro partes

Salieron del apartamento.

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