Era viernes y me vi con uno de mis
mejores amigos. Lo invité a casa para ver películas y tomarnos algo ya que
estaban mis hermanos y mi mamá que lo conocen y les cae muy bien.
Llegamos a casa al final de la tarde y
nos pusimos a comer algo uno de mis hermanos preparaba los tragos mientras que
mi mamá conversaba con nosotros en la sala.
Luego de varias horas de echarnos
cuentos, reir, contar chistes, mi mamá se retiró a dormir y nos quedamos mis
hermanos y mi amigo un rato más. Ya todos estábamos bastante tomados pero como
nadie tenía que irse pues no nos preocupaba el asunto.
Ya mis dos hermanos se fueron a acostar y quedamos mi amigo y yo en el sofá, muy juntos, rozándonos.
–¿Nos vamos al cuarto y ponemos una
película? –Le dije–.
Estuvo de acuerdo y nos metimos en mi
habitación cerrando la puerta. Le presté un boxer y una franela para que
estuviera cómodo, yo hice lo mismo. Se desnudó frente a mi y le volví a ver ese
guevo que ya en otra oportunidad había visto; grande y grueso aunque dormido se
veía apetecible. Tragué grueso y volteé la mirada.
Encendí el dvd y nos lanzamos en la
cama. Le di play y no supimos más de la
película.
–¿Quieres mamarlo? –Me preguntó–.
Sin responder me agaché y comencé a
hacerlo, una cabeza enorme, su guevo ocupaba toda mi boca, aunque eso no
importó para que él empujara mi cabeza y que me lo tragara todo. Le quité la
mano y comencé a mamarlo de arriba a bajo metiéndolo todo en mi boca hasta la
garganta y me detenía en su enorme glande para chupárselo y lamerlo, algo que
lo estremecía y le ponía la piel de gallina.
Unos minutos después me apartó y buscó
un condón en su bolso.
–Pónmelo–Lo hice, tomé el lubricante y
embadurné su guevo y mi culo.
–No hagas ruido que nos van a oir–Yo
seguí gimiendo y me tapó la boca con su brazo y comenzó a darme más duro. Cada
golpe de su pelvis con mis nalgas me excitaba más, la cama sonaba y yo sólo
pensaba en mi mamá pero la excitación ganó, me volteé y le dije que me lo
metira de nuevo.
Sentía dolor pero esa sensación me
gustaba. Volví a gemir y el puso su mano en mi boca mientras me decía que me
callara. Mientras seguía penetrándome yo me masturbaba, sabía que no iba a
acabar tan rápido, yo estaba muy tomado aunque estaba consciente de lo que
hacía, mi amigo estaba más borracho que yo.
Él sacaba completamente su guevo y
volvía a meterlo, una y otra vez y en
cada repetición le daba con más fuerza, yo sentía mi culo abierto, él tenía una
cara de morbo que me estaba volviendo loco.
De repente aceleró y habló.
–¿Ya me vengo ¿dónde quieres la leche?
En ese momento no supe que responder no
quería en mi boca pues no me gusta el sabor del semen pero respondí –En mi
boca–.
Sacó el guevo de mi culo y jaló el
condón yo me acerqué a su glande esperando el chorro mientras él se masturbaba.
–Abre la boca–La abrí y metió su guevo
expulsando tres chorros de leche que inundaron mi boca. La tragué. No sé si fue
la excitación del momento pero me supo a gloria.
De un brinco se levantó de la cama y se
fue al baño. Aproveché para recoger la ropa y buscar el condón que no sabía
donde había parado. Tocaron la puerta.
Era mi mamá. Entró al cuarto y yo
estaba desnudo, me tapé con la ropa que tenía en la mano, al encender la luz vi
el condón y lo pisé para que no lo viera.
–¿Qué haces?
–Nada, aquí recogiendo. Pedro se está
bañando, vimos un película y ya nos vamos a acostar.
–MMM ya…¿y por qué tan nervioso?
Escuché ruidos.
–Nada, nada mamá sal que va a salir
Pedro y le va a dar pena.
Al salir del baño, Pedro me reclamó por
el ruido que hice, le dio pena. Su pene seguía erecto y yo con ganas de más. Me
agaché para mamárselo de nuevo pero él no quiso, se fue a acostar desnudo. Se
tapó con la sábana y se durmió, yo no pude, estaba nervioso y pensando si mi
mamá sospechaba algo…
Al día siguiente fuimos a un cumpleaños
y no hablamos de lo que pasó. Nunca más se habló del tema. Ya no fuimos más
amigos…
ufffff esto me puso mal y yo en el trabajo hahahahaha, lastima que ya no se hablaron mas :(
ResponderEliminarQué rico cuento. Morbo de principio a fin.
ResponderEliminar