Al día siguiente David estaba sonámbulo en la oficina y así pasó el día, sin pensar, sólo en lo que había ocurrido.
El
viernes era el cumpleaños de Cheo y David ya tenía comprado el regalo
desde hace unos días. Como un acto desesperado de arreglar las cosas, ese viernes se
acercó hasta el edificio donde el trabaja, tempranito en la mañana a
esperarlo a que llegara y darle el regalo.
Apareció
y se le dibujó una sonrisa, no así a Cheo que venía con cara de “la
cagué” lo abrazó, le dijo feliz cumpleaños y le entregó el regalo.
–No tenías que comprarme nada David.
–Ya lo había comprado. –Le regaló un delantal que el quería y una lata de bombones junto a una pequeña carta–.
–Gracias,
mañana me voy a la playa con una amiga, el domingo te llamo y
hablamos. –David le dio la espalda a Cheo y comenzó a llorar, se fue
caminando hasta la parada de MetroBus que quedaba a seis cuadras de ahí.
David le escribió y le dijo que quería hablar con él el martes, le dijo que sí.
Al
rato le escribe Cheo y le pone: –<Estoy llorando, gracias por el
regalo>. David no paraba de llorar, llegó al trabajo y con su mejor
sonrisa saludó a todos como si nada.
El
fin de semana se quedó solo en casa pues no quiso ir a la playa con su
familia, quería esperar la llamada prometida del domingo. El sábado se
pasó entre arreglar su cuarto, revisar Facebook,y dormir.
Llegó el domingo, David estaba conectado al Facebook, en eso se conecta Cheo y a los pocos minutos le escribe:
–<Hola>
–<¡Hola! Que rápido llegaste de la playa>
–<No fui a la playa, me quedé en Caracas>
–<Ah ok, ¿nos vamos a ver el martes?
Cheo
no escribió más. Tomó el celular para escribirle y ve la foto, tiene
puesto el delantal que le regaló, a David se le aceleró el corazón. Le
escribió –<¿me puedes llamar a casa>
A los minutos suena el teléfono, era Cheo.
–Hola, ¿cómo estas?
–Bueno ahí, más o menos
–David se que te he causado un dolor inmenso, yo me siento muy mal por eso, pero es mejor así.
–Bueno ni modo, que se va a hacer. ¿Nos vamos a ver el martes? Quiero hablar contigo
–¿Para qué? Dímelo ahora
–Quiero hablarlo en persona Cheo
–Lo que me tengas que decir, dímelo por aquí
–Resopló y empezó a hablar –Ok Cheo. ¿No habíamos quedado en que
estaríamos juntos para luchar y sacar adelante esta relación? ¿Por qué
la lanzas todo por la borda sin ni siquiera intentarlo, discutirlo?, para
ti es más fácil salir corriendo y no enfrentar el problema.
Y así como si no fuera suficiente haber metido el dedo en la llaga y darle vueltas, metió la mano en la llaga y empujó:
–David yo no quería decírtelo porque es muy duro para ti…pero hay otra
persona…y tú la conoces… –A David se le revolvió el estómago–Eduardo Piña.
David apretó con fuerza la sábana que tenía agarrada. Lo que estaba
escuchando no podía procesarlo, el dolor de cabeza se apoderó de él, el
corazón le latía a mil
–No puedo creer lo que estoy escuchando, me estás mintiendo, me estas jodiendo! ¿DE DONDE COÑO APARECIÓ EL AMOR ENTRE USTEDES?
–Fue de repente no puedo explicarlo, nos vimos el martes y bueno.
David
colgó el teléfono y con la mano lanzó al piso el televisor con la buena
suerte que se partió la pantalla. No sabía que hacer, buscaba todos los
pretextos de por qué se había terminado eso, que hizo, que no hizo, que
faltó, que dijo.
Se sentó frente a la computadora y se conectó Marcelo su amigo de El Congo.
–Hola Marcelo
– Hola mi Daviiid, ¿cómo estas?
–Mal, Cheo terminó conmigo
–¿¿Queeeeee?? ¿Cómo va a ser? ¿Que hizo ese carajo?
A
los dos minutos Marcelo llamó a casa de David y hablaron. David le
contó desde la primera conversa vía chat hasta lo de hace unos minutos.
– David, ¿qué te dije yo cuando me dijiste que estabas saliendo con Cheo?
Que averiguaras, que preguntaras, ¿verdad? No lo hiciste. Pero bueno
mejor que haya sido ahora y no seis meses después. Así se maneja Cheo,
David. Hoy te ama, mañana ya no y empieza a salir con otro que ya lo
ama.
Cuando
yo me fui de viaje por trabajo por unas semanas en el aeropuerto de
Rusia hablo con él y me dice que lo ha estado pensando y que no va a
seguir conmigo, que se reencontró con un amigo y va a empezar una
relación con él. Ese amigo David es Franco con el que estuvo empatado
por tres años y que tú conoces y te dije que hablaras con él. Yo me quería
como morir cuando lo escuché decirme eso. Colgué y fui a un baño a
gritar de la arrechera.
Ese
carajo no sabe lo que quiere, y si, es una persona encantadora,
inteligente, te envuelve, te enamoras y luego hace lo que hace.
Sigue adelante mi amor, deja ese peo atrás, grita, llora, rompe cosas, pero olvida a
ese tipo, no permitas hacerte daño pensando en que pasó y que no
hiciste, sigue el camino que adelante habrá alguien que te valore, él no
lo va a hacer, asi te diga que te quiere y le da pena lo que te hizo.
Bórralo de tu vida.
Luego
llamaría por teléfono a Miguel para contarle, este le dijo que bajaría a
su casa con Manuel. Se quedaron con David un par de horas, hablando,
consolándolo. David volvió a llorar abrazado a Miguel…
El
martes de la siguiente semana David y Cheo se volvían a ver las caras.
David le trajo una ropa y un reloj que se quedaron en su casa. Cheo
debía traer los relojes de David y no los trajo. –Otra excusa para
volverte a ver– le dijo a David. Se tomaron un café y le explicó lo de
Eduardo:
–Nos
conocimos en diciembre en un local, yo estaba borracho y le dije a el
cuatro groserías y me fui del local, no supe más de él hasta el lunes
pasado que me lo consigo en el edificio donde trabajo, casualmente
trabaja ahí también pero en otra agencia de publicidad. Cuando nos damos
la mano se me viene a la mente el día que nos conocimos y bueno,
cuadramos para almorzar al día siguiente.
A
raíz de esa conversación me di cuenta que contigo no iba a ninguna
parte, estaban esas tres cosas que te dije ahí latentes, él me movió el
piso y vi otro panorama. Me di cuenta que él es el carajo con el quería
estar y estoy muy feliz con él, estamos pensando en mudarnos, de hecho
prácticamente estamos viviendo juntos –Esa confesión le cayó a David como cuchillos en el pecho.
–Wao que fuerte eso, que arrecho, ya están viviendo juntos.
–Si David, es algo increíble pero sucedió, se que esto te hace daño y me
siento mal por eso, pero las cosas son así, me siento tranquilo y feliz
con Eduardo.
David
agradecía la sinceridad de Cheo pero era demasiada información lanzada a
quemarropa. Se despidieron, con la promesa de devolver los relojes
cuanto antes. David se fue caminando sin llorar pero con una presión en
todo el cuerpo como si lo abrazara un gigante.
Los siguientes días fueron de llorar, analizar y no dejar de pensar en Cheo y Eduardo.
Esta relación duró 53 días. David quedó fuertemente golpeado, vulnerable, sintiéndose culpable y lleno de rabia.
FIN?
Qué fuerte!
ResponderEliminarFIN? Asi como asi!!!
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