lunes, 16 de abril de 2012

Y yo que iba a salir un rato con mi amigo...


Llegué a casa de mi amigo, toco al timbre. La puerta se abrió. Apareció con una toalla atada a la cintura, el pelo mojado y las gotas de agua bajaban por su pecho y por su abdomen. Me dió un corrientazo de la cintura para abajo.
-¡Ey pasa!-me dijo-…me agarras recién salido de la ducha. Entré a la casa.
-Ven vamos a mi cuarto…-me dijo.
-Mejor te espero aquí mientras ¿no?-le dije. -No te preocupes, puedes acompañarme si quieres.
Entramos. Me fui directo al escritorio para meterme en internet. Mientras, mi amigo buscaba ropa para ponerse esa noche.
-Bueno… ¿le dijiste a tu padre que te quedabas a dormir esta noche?-me preguntó. -Sí… no hay problema.
Me giré en la silla para verlo a la cara y en ese momento estaba totalmente desnudo. Pude contemplar la gran verga que tenía entre las piernas ¡Era mucho más grande que la mía! Una sensación de calor empezó a recorrer mi cuerpo. Me excité al verlo mientras se secaba con la toalla y se vestía. Mi verga se empezaba a hinchar dentro de pantalón. Para que no se diera cuenta me giré y seguí navegando por internet. En ese momento hubo algo que me llamó la atención. En la barra de directorios aparecía el nombre de una página porno gay. ¿mi amigo era gay?-.
-¿Qué ves?-preguntó, ya estaba vestido y se colocó detrás de mí.
- nada… ya cerré…- La ropa le marcaba su buen cuerpo y el bulto entre sus piernas…-y bueno…¿qué hacemos?-pregunté.
-Si quieres jugamos Wii, cenamos y luego vemos una peli, ¿te parece?-propuso. -Ok…
Nos fuimos al salón. Yo no hacía otra cosa que mirar a mi amigo de reojo. Perdía todas las partidas porque no me podía concentrar. Me venía a la mente una y otra vez la imagen de mi amigo desnudo y la curiosidad por saber si era o no gay. De nuevo esa sensación de calor.
-¡Coño no ganas ni una!-dijo dándome en el hombro. -Si… bueno… es que tengo muchas cosas en la cabeza-le dije.
-¿Ah sí?... ¿qué cosas?-me preguntó. -Nah… tonterías mías-le respondí sin darle importancia.
- Suéltalo porque si no… no vas a jugar bien. -Bueno… ¿puedo hacerte una pregunta? - Suelta -me dijo-.
-Es personal…-le dije. -¡Coño que me la hagas!-me miró fijo a los ojos.
-¿Tú… tú eres gay?-. -¿Por qué me haces esa pregunta?-dijo.
-Por algo que he visto que me ha hecho dudar… y ya que somos amigos me gustaría que me lo dijeras-dije
 -Bueno… pues sí. Pero no lo sabe nadie y no quería decir nada para que no habalaran guevonadas de mí-
-¿Te digo una cosa?- le dije.
-¿Qué?
-Yo sé disfrutar del buen sexo… jaja…-reía-… y bueno la verdad es que yo pienso que no se deben etiquetar a las personas por su condición, pueden disfrutar entre unos y otros sin problemas.
Mi amigo estaba cada vez más sorprendido con lo que yo le decía. - me acabas de dejar sin palabras-dijo asombrado.
-Pues oye…ya que yo soy gay y tu eres… lo que seas… podríamos pasar alguno que otro rato bueno!-  dije, mientras el se acercaba a mí, apoyó su mano en mi pierna y comenzó a acariciarla.
Nuestras caras se aproximaron y nuestros labios se unieron en un beso. comenzamos a recorrer el cuerpo del otro. le quité la franela quedando su torso desnudo. Bajé por su cuello besándolo y lamiéndolo lentamente hasta llegar a su pecho. Lo besaba una y otra vez. Le lamí la tetilla, besándolo, dándole pequeños mordiscos que hacían soltar algún que otro gemido.
-¡Ponte en pie!-me ordenó. Me levanté y dejé delante de su cara mi paquete. Me bajó los pantalones y quedé en interiores marcando la erección de mi verga.
-¡Estas ya duro !-dijo. –Uf sí … me tienes mal- Me bajó el interior, agarró mi verga con una mano y se la metió lentamente. ¡La chupaba de maravilla!
Marcos seguía mamando mi guevo, se bajó los pantalones dejando su larga y gorda verga al aire. Se comenzó a pajear fuertemente mamándomelo. Se metía mis bolas en la boca y cuando se las sacaba volvía a subir hasta meterse nuevamente el cabeza en la boca.
Se puso de pie, se quitó por completo la ropa quedando desnudo. -¡Desnúdate!-me ordenó Marcos.
-Y ahora… ¡quiero cogerte!-me dijo. Quedé asombrado! –Mi amigo quiere cogerme-
-Emm … yo…-.-¿Qué pasa …?-preguntó extrañado. -Verás… yo nunca…-dije con pena.
-¿Nunca te han cogido?-me preguntó, negué con la cabeza.
-Bueno… algún día te tendrías que estrenar. ¿Quieres que sea conmigo?
-Claro…-diciendo eso se acercó y nos dimos un fuerte beso.
-Dime… ¿Qué me vas a hacer?-le pregunté. -Simple… te pongo la verga en la entrada y empujo lentamente hasta que entre y luego meter y sacar-.
Me coloqué delante de él. Puso su verga dura a la entrada de mi culo. La colocó bien con su mano y empezó a empujar. Notaba como mi ano empezaba a ceder con su paso. La cabeza entró por completo…
-Bien... ya tienes la cabecita adentro … ahora voy a empujar…-me dijo mientras yo empezaba a tocar mi guevo
Siguió empujando y la verga comenzó a entrar en el interior …¡Eso era lo máximo! Notaba como las paredes de mi ano rozaban con su guevo. ¡Qué gusto! Ya la tenía totalmente dentro. Me agarró por las caderas y con lentitud comenzó a sacarla hasta que quedó solamente la cabeza adentro y de nuevo la metió. Siguió metiendo y sacando su verga de mi culo lentamente, hasta que notó que la resistencia que existía al principio desaparecía dando paso a una lubricación interna que permitía entrar y salir con más rapidez. Con esto aumentó el ritmo. Yo empecé a gemir.
Siguió dándome fuerte. Notaba como sus bolas chocaban con mis nalgas.
-“Espera… cambiemos de postura”-propuso.
-Siéntate encima de mí -me ordenó mientras se sentaba en el sofá.
Su verga estaba roja pero más dura que nunca. Me coloqué encima de él. Apoyé mis muslos en el sofá y lentamente introduje su verga de nuevo. Ahora era yo el que llevaba el control de la cogida.
-Como sigas así me voy a venir- Dijo -. Seguí cabalgando mientras me masturbaba. Me empezó a dar nalgadas. Por momentos los ojos los tenía en blanco del placer que sentía.
Me dio un par de nalgadas más y en un momento comence a venirme. ¡Qué cantidad de leche echaba! Salió disparada hacia mi pecho. Mi culo se contraía con cada eyaculada lo que hizo que él se viniera dentro de mí.
Yo seguía montado, notaba como el semen resbalaba por mi interior. Lo que hacía que la lubricación fuera mayor. No paraba de cogerme. Mi verga seguía estando erecta a pesar de haber acabado. Me encantaba sentirla dentro.
-Esto ha sido genial…-me dijo.
Me acerqué a él y le di un beso. Me siguió cogiendo.
-¡Agárrate a mi cuello!-me dijo y obedecí. Me tomó por la cintura y haciendo uso de su fuerza se puso de pie conmigo ensartándome. Me aferré a su cuerpo, con mis manos abrazaba su cuello y con las piernas su cintura. Me llevó hasta la mesa del salón. Me tomó por las piernas y comenzó a meter y a sacar su verga de nuevo.
Mi guevo estaba de nuevo parado, gemíamos sin parar. Volví a acabar y él volvió a inundar mi culo. La respiración era acelerada, los corazones bombeaban sangre hasta no poder más.
Mi amigo sentía como perdía fuerzas en las piernas y se sentó en el suelo. Yo quedé con las piernas colgando de la mesa y el semen saliendo de mi culo que corría por mis muslos y mi barriga.
-Esto… hay que repetirlo!-dije.
Mientras me reponía de aquella maravillosa cogida pensaba: -Wao mi amigo me confiesa que es gay y para colmo me pide pasar buenos ratos de sexo...¡Esto es lo máximo!.

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