martes, 1 de marzo de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 22

 


Francisco se chequeaba en el hotel cinco estrellas mientras esperaba a Guillermo.

–Vamos a ser dos personas, una noche, inclúyame el desayuno.
–¿Me da el nombre y la cédula de la otra persona por favor?
–El viene ahora y le dará sus datos.
–No puedo hacer el check in sin esa información, disculpe señor.
–Si la puedes hacer. Soy Francisco Vegas cariño, uno de los más grandes clientes de este hotel, de hecho, no me puedes cobrar porque tengo libre acceso.
–Tengo que verificar la información, de nuevo disculpe, no estoy autorizada...
–Ve, entra y di que yo estoy aquí afuera. -La chica se fue y llegaba Guillermo.
–Suegro.
–Guillermito, ya nos van a dar habitación. Vamos a tener una larga jornada, incluye desayuno.
–Francisco, yo no puedo quedarme, tengo que dormir en mi casa. -Guillermo pensaba en que no tenía que darle explicaciones a Victoria pues ya se habían sincerado. Su matrimonio era una farsa.
–Al subir a la habitación te explico porqué te tienes que quedar a dormir.

Salía la chica y el gerente del hotel. 
–Señor Vegas, buenas tardes ¿Cómo está? Disculpe el inconveniente, Marta lleva poco tiempo con nosotros y no le habíamos advertido de los clientes VIP.
–No te preocupes Felipe, entiendo, igual ella fue muy amable. -Buscó su billetera y sacó 20 dólares y se los entregó. –Te lo mereces, asi hay que manejar la situación, si no conoces, preguntas.
–Gracias señor, su tarjeta de acceso, ahí esta el acceso al restaurante y toallas de la piscina.
–Ah y ya les llevo una botella de champán, cortesía del hotel.
–Muchas gracias Felipe.

Francisco se fue al ascensor con Guillermo.
–¿Le envio la botella de una vez con Room Service?
–No. -Dijo Felipe. –Se la voy a llevar personalmente.

–En serio Francisco, no puedo quedarme. ¿Que le voy a decir a Victoria?
–Tantas mentiras que le has dicho, una más no pasará nada. Dile que hay un peo en el bufete. Te tienes que quedar ahí. -Guillermo se quedó callado pensando y luego habló.

–Victoria ya sabe todo. Me descubrió con Gonzalo en Cancún. -Francisco intentó darle un golpe pero Guillermo lo detuvo contándole que su hermano tenía sexo con Victoria. Francisco bajó el brazo y se dio la vuelta.
–¿Cómo lo tomó mi hija?
–Bien...no sé, la verdad es que ahora se la pasa bebiendo y quizás se sigue acostando con Gustavo.
Francisco cerró los ojos, cerró las manos. –Ok, ok. Tu igual no te vas a escapar. Vamos a tirar, a menos que quieras la ruina de tu familia. -Francisco se desabrochó el pantalón y lo dejó caer, se quitó la camisa. –Mámalo, hazlo por el bien de tu familia. -Guillermo veía a su suegro a los ojos y veía su cuerpo. No era nada despreciable, le vio el pene y dudó en ponerse de cuclillas para hacerle sexo oral. Se agachó, tomó el pene, miró el glande.
–No muerde, el que muerde soy yo. -Una suave cachetada y Guillermo introducía el pene en su boca, comenzaba a salivar. Entraba todo en su boca a pesar de lo grueso, movía la lengua y sacaba el pene de la.boca.
–Que bien yerno, no lo haces mal. Vamos a ver como das culo.
–No me gusta...que me penetren.
–Sigue mamando. -Guillermo se lo volvió a meter humedeciéndolo todo, le tocaba los testículos. –Yo no te pregunté si querías que te cogiera. Te voy a coger. - Lo cogió por el cabello y le empujaba la cabeza hacia su pene para que se lo tragara provocándole arcadas. Los ojos se le agüaron apartandosé del pene y recuperando el aliento.
–¿Ya te cansaste?
–Ya va...que me ahogué. - Volvió a metérselo en la boca y Francisco de nuevo, lo cogió del cabello. Guillermo seguía mamando. Francisco lo detuvo dándole una palmada.
–Mamas muy  bien carajito. -Buscó el lubricante y un condón. -¿Será que te cojo sin condón? Debes ser bien putica. ¿A cuantos bichitos te habrás tirado mientras eras novio de mi hija?
–Solo Gonzalo, he tirado más con otras mujeres que con hombres. -Francisco se acostó en la cama y comenzó a embadurnar su pene de lubricante.
–Vamos a creerte por esta vez y te voy a coger a pelo, sientate sobre mi verga.
–Coño Francisco, a mi no me han cogido.
–Mejor yerno, mejor, voy a ser el primero, te quiero desvigar, te prometo hacerlo suave para que te entre y te lo goces.

Francisco se monta en la cama, pone sus pies entre los costados de su suegro y de nuevo en cuclillas. Toma el pene, con la otra mano recibe el gel  y se lo coloca en el culo, lo restriega y va metiéndose los dedos para ir dilatando. Sujeta el pene y lo lleva al ano y va metiendo.
–Duele.
–Dale despacio, no te apresures, disfruta, no hay prisa. -El pene iba entrando, Guillermo arrugaba la cara. –Puja y relaja, estás tenso, no va a entrar. -Respiró hondo y el pene fue entrando, entrando, su piel se erizaba, se detenía. El pene entró, Francisco se movió.
–YA VA, YA VA...COÑOOOO.
–Tranquilo, no te muevas, deja que se acostumbre tu culito, ponte flojo, relájate. El muchacho se tocaba el culo comprobando que el pene estaba totalmente dentro.
–Entró todo.
–¿Te sientes bien?
–Si...ya va...coño no le vayas a dar duro. Francisco comenzó a mover las caderas, Guillermo nuevamente se erizaba y comenzaba a gemir, los movimientos cada vez se aceleraban y el chico se aferraba a los hombros de su suegro.
–Carajo tienes ese culo cerrado y caliente. -Movía más rápido las caderas y se detuvo.
–Ahora cógetelo tú, cabalga. El chico comenzó a moverse de arriba a abajo, sentía la piel caliente y erizada, poco a poco se movía más aprisa, sus labios temblaban y se detuvo.
–¿Que pasó?
–No aguanto...aaaah, aaaah, aaah.
–¿Te duele?
–Un poco.
–¿Paramos?
–No...sigue....sigue. -Francisco se levantó y acostó a su yerno en la cama le levantó las piernas.
–Cooooño, mira ese culito...yo tengo que chuparlo. -Le echó las piernas hacia el pecho y se agachó chupando y metiendo la lengua en el culo, dando mordiscos y lamidas, Guillermo se retorcía. Se incorporó, se echó mas lubricante y llevó su pene hacia el culo. Comenzó a penetrarlo y Guillermo volvía a estremecerse, cuando el pene llegaba a la mitad, Franciso se agachó y comenzó a mover las caderas mientras besaba a su yerno que respondió al beso mientras gemía. Francisco no paraba de moverse sacando y metiendo el pene.
–No joda carajito, que culo, como aprietas.
–AAAAAH, AAAAH, AAAH , me duele... aaaah, aaaah, aaaah.
Francisco le dice que se voltee. –Ponte en cuatro. -Le vuelve a poner lubricante y de una vez lo penetra provocando los gritos del yerno. El hombre le abría las nalgas y golpeaba su pelvis contra el chico que al bajar la mirada se dio cuenta que había eyaculado sin tocarse mientras Francisco seguía moviéndose, hasta que...Guillermo comenzó a empujar y se metía el pene y seguía gritando.
–¿Dónde quieres la leche?
–¿Ah?
–La leche, estoy a punto ¿Dónde te la hecho?
–No...no me gusta. -Francisco siguió sacudiendo sus caderas, le abría las nalgas y de repente, se detuvo sintiendo como eyaculaba uno, dos, tres y cuatro chorros que dejó dentro de su yerno. Retiró el pene y del culo escurrió el semen, goteando por su escroto y cayendo en las sábanas.

Se tumbaron en la cama, ambos con la respiración acelerada. Francisco se volteó y volvió a besar a Guillermo. –Estuviste. Coño que culo tan rico tienes. Yo debi conocer tu lado gay antes. ¿Cómo te sientes?
–Estoy...mierda...cansado, agotado...no sé como decir lo que siento.
–Tampoco es que te di una redoblona. Entiendo que es tu primera vez pero tampoco...-Guillermo le dio un beso a Francisco y este respondió metiéndole la lengua.
–¿Y ese beso?
–Es la manera que tengo de responder a tu pregunta.
–Vaya...esto si que es una sorpresa. Mira carajito. Yo me voy a ir a casa a darle una vuelta a mi marido pero regreso. Haz lo mismo con mi hija y te vienes, porque esto no ha terminado.
–Que le voy a decir a tu hija.
–Lo que le digas no le importará Guillermo, ya sabe que eres marico.
–¿No te importa tu hija?
–Claro que me importa, porque la vas a hacer feliz, la preñas, la llenas de carajitos, quiero nietos. Pero vas a ser mio.
–Tu estás casado. ¿De que carajo estás hablando Francisco? Ya me acosté contigo, muy rica la vaina pero ya.

–Ya no Guillermo, esta noche te quiero aqui.
Quiero tu culo en mi cama.

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