miércoles, 30 de marzo de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 37


 Diego entró a la habitación de nuevo, Francisco ya estaba en la cama acostado y su pene totalmente erecto. –Ven, mámalo, mantenlo duro.

–¿Todo bien? Diego se montaba en la cama si ponía sobre Francisco abriéndole las piernas para agacharse y meterse el pene en la boca. Diego mojaba el glande, con sus labios susccionaba suavemente mientras lo introducía en su boca, iba bajando humedeciendo el pene. –Coño...no sé que haces con esa boca, pero mamas guevo divino. -Diego se introducía todo el pene en la boca mientras Francisconle empujaba la cabeza, lo miraba a los ojos, se mantenía asi con el pene en la garganta y moviendo su lengua. Francisco le apretaba el hombro y echaba su cabeza hacia atrás cerrando los ojos.
–Quiero metérmelo.
–Ese guevo es tuyo, móntate. -Cogió de la repisa el lubricante y se lo dio a Diego en que se colocó en el culo y luego dejó caer en el pene de Francisco que aún permanecía erecto.
 Se puso de cuclillas justo sobre el oene para poder tomarlo con la mano y llevarlo a su culo que estaba cerrado. Poco a poco iba entrando, Diegonsoltaba un suspiro, su piel se erizaba, Francisco arrugaba la frente. –Uuuuuf nene, que rico ese culo, esta cerradito y caliente, métetelo todo. -Diego lo introdujo por completo soltando un fuerte gemido.
Comenzaba a moverse, su cadera la.movía hacia adelante y hacia atrás, se estremecía, Francisco tambien se.movía haciendo que su pene entrara más a fondo provocando los gritos de Diego que no paraba de agitarse. Francisco lo sostiene y lo pone de lado mientras el se incorpora y comienza a penetrarlo de lado enoujando con fuerza mientras digo abre su pierna y sigue gritando y pidiendo que le diera más duro.
Francisco se aferra a Diego dándole con más fuerza, de repente retira el pene y Diego lanza un grito. –Mételo, mételo. -Francisco le da una cachetada y Diego se incorporapara mamarle el pene, teagándoselo por completo y haciendo que Francisconse estremezca nuevamente, que lo aparta para volverlo a penetrar. -Ponte en cuatro que voy a reventarte el culo. 
Diego se acomodó, Francisco acerco su pene pero antes le dio un par de nalgadas y lo penetró. Lo sostuvo por su cadera dándole con fuerza. Nuevamente Diego gritaba y Francisco le decía que aguantara. –¿No querías llevar guebo? Te voy a dar hasta que me pidas que pare y seguiré. -Le apretó las nalgas y sus movimientos se volvieron mas violentos. Sacó el pene y Diego cayó en la cama temblando, sus piernas se agitaban, su cuerpo se estremecía y su piel se erizaba. Volvió a mamarle el pene. 
Francisco encendió un cigarro y comenzaron a hablar. Conversaron de todo un poco, le habló de la productora de peliculas y videos para adultos, Diegonse interesó pero solo para tener sexo no para que lo grabaran, algo que hizo reir a Francisco. Se besaron, Diego tomó el pene y volvió a intriducirlo en su boca, tocaba los testículos, dejaba que el oene llegara a su garganta y movía su lengua, el glande rozaba adentro y Francisco le encantaba esa sensación. Se lo mamó por un buen rato hasta que el hombre volteó a Diego boca arriba, le alzó la piernas y lo penetró para luego montarse sobre él y mover con fuerza las caderas. Diego de nuevo gritaba y pedía más, Francisco le daba cachetadas, lo besaba y volvia a embestirlo con fuerza. Le sacaba el pene y los gritos de Diego se escuchaban en el pasillo, pedía que volviera a penetrarlo. Francisco lo hizo ahora con Diego boca abajo y con la almohada en la boca gritando de placer, su piel se enrrojecía, Francisconsubía y bajaba sus caderas, el pene salia y volvía a entrar, mordía las orejas, cuello y espalda de Diego que volvía a erizarae al sentir los mordiscos. Lo penetraba profundamente, sentía como Diego le apretaba el pene. Lo sacó, de nuevonel grito desesperado al sentir que salía de sus entrañas. Descansaron, otro cigarro, otra conversa.
–Yo no tiro con Alberto, nos mamamos los guevos en un 69, nos hacemos la paja y listo.
–¿Y listo? ¿Ya? ¿Y lo que hacemos tu y yo? Esta salvajada es demasiado bieno ¿Como coño no tiras con tu marido? ¿Que clase de relación es esa? ¿Cuánto tiempo tienen?
–Cuatro años.
–Coño nene, ven acá, mámame el guevo y ponlo duro porque vas a seguir llevando.
Volvió a ponerlo boca arriba llevándole las piernas hacia el pecho de Diego y montándose sobre él. Cada embestida era más fuerte que la anterior y las cachetadas seguían y Diego enloquecía, cada cachetada era un grito, el morbo entre ambos estaba desbordado, Francisco estaba violento, puso a Diegonde lado y volvió a penetrarlo. Luego en el borde de la cama, Franciso de pie y Diego arrodillado volvió a penetrarlo dándole con fuerza. Diego sudaba, el cansancio lo tenía algo mareado pero seguía recibiendo las sacudidas de Francisco, que se detuvo para que Diego volviera a mamárselo.

Francisco se tumbó en la cama y comenzó a masturbarase, Diego cerca esoerando el semen, Francisco le daba cachetadas. –Trágate toda la.leche nene, es tuya. -Se masturbaba cada vez más a prisa, su cara se entrojecía y arrugaba la frente y la boca. De repente se puso tenso, advirtió que ya venía y Diego no perdió tiempo y se.metió el pene en la boca mientras Francisco eyaculaba y gritaba, le halaba el cabello mientras Diego recibía todo el semen en su boca. Se levantó y se acercó a la boca de Francisco para besarlo y pasarle el semen. Disfrutó probarlo y recibirlo de Diego. –Nene que rico ese beso con mi leche. -Volvieron a besarse y se acostaron a hablar de nuevo. 15.minutos después se vestían para salir.

Ya en el carro comenzaron a hablar. –Coño, cuatro horas tirando, eso no lo hacia desde hace 30 años...que vaina tan buena.
–Demasiado buena Francisco, que tirada coño...estoy agotado pero feliz.
Francisco lo dejaba en casa de Alberto.
–Antes de que te bajes y me des un beso, quería preguntarte algo.
–Dime
–¿El guebo no se te para? Tampoco acabaste.
–Es raro que no se me.pare que no quiere decir que no lo disfruté, la verdad no me imprta no acabar.
–No me lontienes que decir, te vi las caras, no hay manera de fingir lonque sentías, lo disfrutaste al maximo como yo. -Se besaron antes de bajarse del carro.
–Nos volvemos a ver pronto.
–Seguro, quiero comerme ese culo de nuevo.

 Diego se bajó del carro con una sonrisa, Francisco estaba igual.

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