jueves, 3 de marzo de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 24


 Francisco y Guillermo ya habían recogido lo poco que tenían en la habitación, hicieron el check out y se fueron al estacionamiento a buscar sus vehículos. Estaban estacionados relativamente cerca y Francisco se acercó al carro de Guillermo. Le dio un beso en la boca.

–¿Qué haces?
–Coño, dándote un beso.
–No entiendo Francisco. Se supone que me ibas a coger por lo del chantaje, ahora me hablas que quieres ser mi amante, me besas.
–Me gustas carajito, desde que salías con mi hija, pero no sabía que eras gay y yo estaba en mil peos de trabajo para estar pendiente del novio de mi hija.
–Entonces lo del chantaje era pura paja, querías cogerme.
–Si y no. Aproveché que supe que eras gay para poder acostarme contigo.
–Ah entonces lo del chantaje era cuento.
–No papi, eso sigue latente, tú te dejas coger por mi y tu familia sigue disfrutando de la buena vida que tiene.
–Eres un miserable.-Francisco volvió a besarlo, esta vez le metió la lengua y puso sus manos en las mejillas.
–Tú me gustas carajito, quiero que seas mío, solo mío.
–Tú estás loco, estás casado y yo también.
–Lo tuyo es una farsa que tienes que mantener, lo mio es un aburrimiento que llega al asco.
Guillermo comienza a llorar y se da media vuelta apoyándose en el carro.
–¿Qué pasa nené? Tampoco es que fue una desgracia acostarte conmigo, te vi disfrutando.
–No es eso Pancho...es Victoria.
–¿La culpa? Nené usted se quiso casar siendo gay, lo hubieras pensado antes.
–Mi hermano y mi papá se acostaron con Victoria. Mi hermano es su amante desde mucho antes de casarnos.
–El coño de la madre...¿Pero en que está pensando mi hija?.
–Salió al padre. -Francisco le dio un golpe en la cara que lo tumbó al piso. Francisco lo miró tirado y lo ayudó a levantarse.
–Disculpa.
–Todo esto es una mierda.
–Ya, ya, tranquilo. -Francisco lo abrazó. Parte de todo esto es tu culpa.
–Tu hija está bebiendo. -Francisco volvió a besarlo.
–Yo me encargo, las consecuencias pueden ser devastadoras pero yo resuelvo.
–¿Qué coño estás diciendo?
–Nada, preña a mi hija, dame nietos y después te divorcias.
Cada uno se fue a su vehículo no sin antes volverse a besar apasionadamente a pesar que Guillermo no paraba de llorar.

–Este carajito me gusta coño...no puede ser que ahora me voy a encariñar con este guevón, con mi yerno. -Entraba al edificio y recibió más fotos de las ilustraciones de Diego.
–Coño papá, me estás alborotando con esas ilustraciones.-
–Esa es la idea, alborotarte.
–¿Quieres recrearlas?
–¿Contigo?
–Vaya...por mi no hay problema, cuestión de cuadrar.-
–Bueno saberlo, te aviso-
–Chateamos luego, voy a cumplir funciones maritales-

Francisco entra al apartamento, deja el saco y el maletín en el sofá y se va a la cocina donde está Teodoro montando una cafetera.
–Hola amor. -Le da un beso en la boca. –Ay dame a mi café por fa. -Se desabotana la camisa y se la quita.
–Llegas a esta hora como si nada...es primera vez en muchos años que pasas la noche fuera de casa. Definitivamente te estás viendo con alguien.
–Coño Teo, ¿tan temprano y ya vas a empezar?
–¿En serio piensas que me creí lo de la productora? Llamé y nadie contestó, te llamé y lo tenías apagado.
–Justamente por eso es que nos reunimos a esa hora para que nadie llame y no molesten. -Se hizo el café y Teodoro lo sirvió en dos tazas y le dio una a su esposo. 
Francisco bebió un poco de café y se acercó a Teodoro y lo besó en la boca. –¿Quieres hacer el amor? Vamos a relajarnos, estoy cansado. -Se fueron a la cama. –Siempre tiramos en la cama...hay que hacer algo al respecto, pero hoy no.
Una vez en la habitación comiemzan a besarse y desvestirse. –Quiero que hoy me penetres tú. Quiero sentirlo, complacerte.
–¿Qué? ¿En serio? Tengo años que no te penetro.
–Ya es hora, hazlo y hazlo rico.
Francisco se agachó para mamarle el pene a su esposo. Un pene igual de grueso que el de él, pero circunciso y un poco más largo. Intentaba metérselo en la boca pero no podía, Teodoro le acariciaba la cabeza. –Que rico mi amor, hace tiempo que no lo hacías, sigue. -Francisco logro introducirlo todo y se detuvo, movió la lengua y se lo sacó para luego levantarse y besarlo.
Francisco se subió a la cama abriéndose las nalgas para que Teodoro le chupara el culo. Se lo lamía, le metía la lengua y le daba suaves mordiscos alrededor y en las nalgas. Le metía los dedos. Buscó el lubricante.
–Estás cerradito.
–Déjalo abierto, tu sabes como.
Volvió a meter los dedos ahora con lubricante y se atrevió con tres.–Despacio mi amor, duele.
–Deja que te lo meta y se te quita eso. Embadurnó su pene ya erecto con lubricante y comenzó a penetrarlo suavemente. El glande iba entrando y poco a poco el pene desaparecía dentro del culo.
Francisco poco dado a dejarse penetrar aguantaba el dolor, quería probar de nuevo ser penetrado por su esposo para luego estar con Guillermo, ya que su pene es más pequeño.
Teodoro ya lo había introducido completo y comenzaba a moverse, tomando a Francisco por los hombros. Empujaba suavemente mientras Franciso aguantaba, fue incrementando la velocidad y fuerza pero Francisco le estaba molestando, comenzó a masturbarse. –Estoy a punto amor.
–Ya va, dame chance que me falta.
–Yo no aguanto...AAAAAH, AAAAH, AAAH -Francisco acabó sobre las sábanas, Teodoro retiró el pene y comenzó a masturbarse, Francisco se tumbó boca arriba esperando que el semen le cayera en el cuerpo. Y así fue, tres pequeños chorros cayeron en la barriga de Francisco mientras que Teodoro se estremecía cerrando los ojos.

Se tumbaron en la cama. –Te viniste muy rápido.
–Estaba excitado mi amor...tiempo sin recibir visita por la retaguardia.
–Te gustó.
–Si. -Mintió. -Se puede repetir otro día.
–Claro mi amor, yo vuelvo a penetrarte, las veces que quieras.
–Tampoco te emociones.
Hubo un silencio de varios minutos y Francisco volvió a hablar. –Anoche si tuve sexo...me cogí a mi yerno, lo amenacé con hundir a su papá si no me daba culo.
–Tienes una facilidad de arruinar un momento bonito que acabamos de tener...-Teodoro se levantó y se fue a la ducha.
–Tanto como bonito no fue, me duele el culo carajo.

Victoria estaba desnuda en la cama, boca abajo, sobre ella un hombre aún vestido la penetraba por el culo, le abría las nalgas y movía las caderas introduciendo todo el pene. –Cómo me gustas carajita y así quietica aguantando la pela. -Victoria no se movía, sus ojos estaban vidriosos y la mirada perdida, apenas un débil gemido emitía.

Guillermo entraba al apartamento, no escuchaba nada y se fue directo a la habitación, al llegar a la puerta ve a un hombre abotonándose la camisa y abajo desnudo.

–¡PAPÁ!
-Coño...no grites...tengo una pea.
–¿Qué carajo hiciste?
–Tu esposita que me llamó para hablar...me contó que eres gay. ¿Eres gay gran carajo? Y de paso se la coge tu hermano. Esta mujer se las trae...me la quedo jejeje.
Guillermo lo empuja tumbándolo al suelo. –¿Qué coño hiciste, qué coño hiciste???? -Dante se levanta y lo empuja contra la pared y le pone el brazo en el pecho
–Si tú eres maricón, alguien tiene que satisfacer a tu mujer.
–Estás borracho, volviste a beber, de nuevo alcoholizado.
–Pero feliz, esta si es una hembra, no tu madre que está seca. -Un fuerte golpe en la cara tumba a Dante de nuevo, se levanta y Guillermo sale de la habitación y su padre termina de vestirse.
Sale de la habitación y se va del apartamento sin decirle nada a su hijo. Va caminando en zig zag
Guillermo busca su celular y se va a la habitación, ve a Victoria que no se mueve. Llama por el celular.

–Francisco, ya no hace falta que sigas chantajeándome, voy a tirar contigo, pero quiero que le hundas la vida a mi padre y a mi hermano.



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