lunes, 29 de junio de 2015

CUARTA TEMPORADA Se me antoja quererte 1


Amado y Alonso

Amado ya estaba de nuevo en su casa de la playa con el rabo entre las piernas, confundido y desorientado. No sabía si lo que hizo al final estuvo bien, pero Daira estaba más feliz que otros días.

La rutina semanal se rompió totalmente, ahora las cosas las hacían cuando quisieran. Daira hasta se aventuró esa noche a tener sexo con Amado luego de años sin hacerlo, pero él no pudo. Nunca llegó la erección, no pasaron de unas caricias y besos. Daira se levantó de la cama y fue a la cocina.

Amado esperó unos segundos y fue buscarla. Daira estaba fuera de la casa en el área de la piscina, hacía algo de frío.
–Mujer te vas a resfriar entra.
–Quiero quedarme aquí, ¿me quieres acompañar?
Amado cerró los ojos y agachó la cabeza, le vino a su mente el jacuzzi de Alonso y ambos dentro teniendo sexo. -Déjame buscar un suéter para los dos, ya vengo.

Buscó una silla y la puso al lado de su esposa. Ella lo tomó de la mano mientras veía hacia al mar iluminado por la luna.
–Yo sé que tú sigues enamorado de ese señor y que quieres estar allá con él, no soy tonta. Pero créeme que aquí vas a estar mejor cuidado que allá, yo siempre estaré en casa para hacerte tus comidas, lavarte la ropa, bañarte. Nadie va a hacer eso.
–Daira, fue un error quedarme aquí mi sitio es con Alonso.
–Ese señor dejó que regresaras no peleó para que te quedaras con él.
–Tú tampoco peleaste.
–Yo sabía que regresarías.
–No quiero dejarte sola Daira, eres mi esposa.

Daira le soltó a mano y se levantó de la silla, caminó unos pasos y se quitó la bata de dormir quedando totalmente desnuda. Se volteó y se puso frente a él.
–Y pensar que hace unos años deseabas este cuerpo, ahora sólo te dejas tocar por un hombre.
–No digas eso.
–Voy al mar, a bañarme, a quitarme esta rabia que tengo.
Siguió caminando despacio, Amado la observaba mientras que en su mente estaba Alonso, comenzó a tener una erección. Daira llegó a la orilla y comenzó a caminar hacia dentro, lentamente.

Amado, cerró los ojos unos instantes, no pudo evitar tocarse y comenzar a masturbarse. Al terminar levanta la mirada y ve hacia el mar y no ve a Daira, se levanta de la silla y comienza a gritar su nombre mientras corre hacia la orilla. Sigue gritando pero no la ve y entra al mar a escasos metros de la orilla y no ve nada.
Luego de unos segundos ve algo flotando en el agua y comienza a correr hasta el lugar.

–¡DAIRA, DAIRA! No, no, no, Daira, ¿qué hiciste?
Amado la cargó y la puso en la arena. Le dio los primeros auxilios pero no logró nada, la volvió cargar y la llevó a la casa para llamar a una ambulancia.

Alonso estaba en su casa escuchando música –la que le gusta a Amado–mientras tomaba una copa de vino. Se acercó al jacuzzi y no pudo evitar recordar las veces que hacían el amor ahí. Se dio la vuelta y se fue al sofá a disfrutar de la música y de la copa de vino.

Luego de un rato su celular comienza a sonar, se levanta para contestarlo y ve la pantalla.
–Que raro…¿qué hace este llamando?

–<<Aló>>
–<<Hola Alonso, ¿Cómo estás?>>
–<<Bien, bien ¿y esa sorpresa?>>
–<<Bueno porque te tengo mercancía de la que te gusta, carne fresca 21 añitos, ¿te interesa?>>
–<<Eres un bicho vale, sabes que ya no estoy en eso>>
–<<Estoy cuadrando, tú avísame yo sé que quieres>>
–<<Me imagino que es pagando ¿no?
–<<Claro, pero es lomito>>
–<<Te llamo ahora que tengo otra llamada>>

Cierra la llamada y atiende la otra. Era Amado.

–<<Disculpa que te llame Alonso, Daira, intentó suicidarse, la tengo en la clínica que está cerca del pueblo. ¿Puedes venir?>>
Mierda…¿y ahora?<< Ok, voy para allá, quédate tranquilo>>.
Alonso se puso lo primero que consiguió, tomó las llaves, la billetera y salió del apartamento, Estaba lloviendo.

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