martes, 18 de agosto de 2015

SE ME ANTOJA QUERERTE 7 #SMAQ

Amadeo y Andrés.

–Van a salir del auto y se pegan contra el vehículo, vamos a revisar los bolsos y el interior. Me abren la maleta. A usted le vamos a quitar el pañuelo de los ojos y nos va a explicar que significa eso . –Dijo el Guardia Nacional que estaba acompañado por otros dos.

–No, no, no agente, no me quite la venda. Le explico.
Ay Dios mío que irá a decir este carajito –Pensaba Andrés

–Lo que pasa es que ese que está ahí, el de lentes que es ciego si no se dio cuenta, me trajo para acá amarrado y vendado para que no supiera donde voy, pero no por nada malo, me quiere dar una sorpresa.
–¿Y a cuenta de qué?
–Bueno, a ver, estamos saliendo y bueno él quiso tener un gesto conmigo y como no puede manejar contrató los servicios de el señor Calixto para que nos llevara a no sé donde.
–¿Y hacia donde se dirigen?
–NO, NO, NO agente que se lo digan en voz baja, yo no puedo saber.
El Guardia Nacional vio a Calixto y este le hizo un gesto de aprobación de que el joven decía la verdad.
–Acompáñenme los tres al toldo, vamos a verificar los datos del vehículo y sus cédulas de identidad
El agente entregó  los documentos y se llevó a Amadeo hacia el otro lado del toldo.

–Ahora me vas a decir que mariquera es esta. ¿Esta gente te tiene amenazado? Ese cuento de que tú eres marico y él es tu enamora’o me suena a muela.
–Créame, suena loco pero es cierto, él debe estar rojo de la pena porque le conté esto.
–¿O sea que si eres marico?
–Gay, coño que manera de referirse a uno vale.
–Bueno, bueno aquí la autoridad soy yo
–Disculpe agente, pero no somos malas personas, ni ellos me tienen secuestrados. Aquí entre tu y yo, creo que me van a pedir el empate hoy.
–Ah vaina. A mi me llega a salir un hijo marico y lo boto de la casa.
–¿Y tú crees que entre tus compañeros no hay maricos?
–De bolas que hay pero ese no es mi peo, allá ellos con sus gustos.
–Y aquí entre tu y yo, ¿no te ha dado curiosidad así de mamarte un guevo?
–Yo prefiero que me lo mamen.
–¿Un hombre?
–Bueno, el que quiera, a mi me gustan las mujeres pero si un tipo me lo quiere mamar ese es su peo, que me lo mame. ¿me lo quieres mamar tú?
–Mmmm me encantaría y además así vendado me da más morbo pero coño estoy con mi futuro novio y no puedo hacer esto.
–Pero ustedes los maricos se la pasan tirando con todo el mundo.
–No todos, a  mi eso no me gusta.
–Bueno ya estamos hablando mucha paja, vamos al toldo.

Regresaron al toldo y el otro agente le dio la información que habían solicitado.
–Esta gente está limpia jefe. El cieguito es abogado.
–Más respeto agente –Dijo Amadeo
–El ciudadano tiene razón, respete a las personas discapacitadas. Y se pueden ir, y les voy a agradecer que  no hagan estos jueguitos. –El guardia nacional esperó que los otros entraran al vehículo para decirle algo a Amadeo.
–Te dejo mi número, pa’ cualquier cosa cuadramos una vainita ahí. –Le metió en el bolsillo del pantalón un papel.
–Si va, gracias agente, muy amable.

–¿Qué  pasó con ese Guardia? ¿te dijo algo? ¿Te molestó? Podemos denunciarlo.
–No vale al contrario, bien pana el tipo, me dio hasta su número de celular, por cualquier cosa je, je, je. El carajo me dijo que no es marico pero que le maman el guevo los hombres, que disfraz.
-Amadeo, estamos con Calixto. Respeta.
–Tranquilo joven, si yo le cuento lo que escucho en el taxi.
–Calixto es pana. Je, je, je

El chofer estacionó el carro justo donde estaba la sorpresa. Andrés salió del carro y ayudó a salir a Amadeo –Huele a playa y oigo las olas –Dijo.
Andrés le soltó las manos para que el se quitara las vendas. Al quitárselas quedó sorprendido del lugar.

–Calixto te puedes retirar a la posada, nos vemos mañana.
–Con su permiso, disfruten la velada.

Estaban a escasos metros de la arena, en el fondo cuatro antorchas encendidas flanqueaban una mesa para dos que tenía un mantel blanco una vela dentro de un cristal, dos copas, un par de platos con sus cubiertos.  Los acompañaba un mar con olas que rompían en la orilla y una luna llena que les iluminaría la cena.

–Marico, ¿qué es esto? Que belleza, no joda y escogiste hoy que fuera luna llena. Verga te pasaste, ojalá pudieras ver lo que yo estoy viendo y te pondrías a llorar como lo estoy haciendo ahora.
–Yo escogí cada cosa que está en este lugar, así que me puedo imaginar lo hermoso que quedó. Quítate los zapatos y la camisa, yo haré lo mismo. Ponte esta franela blanca.

Llegaron a la mesa y al sentarse se acercó una mesonera para servirles el champán, otra mesonera llegó y le entregó una concha de ostra cerrada, al recibirla le quitó la concha y tomó un anillo de acero algo grueso liso que tenía una línea  negra en el medio alrededor el anillo, extendió la mano y le pidió la mano a Amadeo para colocarle el anillo en el dedo. La sonrisa no se le iba de.

Amadeo y Andrés.


–¿Usted quiere ser mi novio a partir de hoy hasta el día que sea?
Amadeo vio el anillo y se levantó de la mesa y fue a darle un beso en la boca a Andrés. Las dos mesoneras estaban detrás de ellos pero lejos, se sonreían una de ellas le pareció tierno el momento.
–¿Eso es un sí?
–¿Tú que crees? Es un sí del tamaño de ese mar.

Les trajeron un carpaccio de pulpo de entrada, para luego disfrutar una pasta marinera.
–Wao Andrés te botaste con esto, eres hermoso, la vista bella, la cena divina, el anillo espectacular. Y que sea tu novio pues es la guinda.
–Que bueno que te ha gustado todo, pero esto no termina aquí.

Luego llegó el postre; Tiramisú y Tres leches para escoger.
Cuando terminaron Amadeo le pidió ir a la orilla del mar y caminar un rato.

–Hoy creo que es el mejor día de mi vida novio. –Dijo Andrés.
–Wao, novio, que lindo suena, soy novio y de un buen hombre. ¿Sabes que creo, que el ciego aquí soy yo?
–¿Por qué dices eso?
–Porque no me he dado cuenta hasta hoy que tengo frente a mi a una persona maravillosa, te quiero mucho y me gustas y quiero estar contigo.
–Que rico escuchar eso. Eras lo que buscaba en una persona. Eres la única persona en la que deposito mi cariño y nunca, nunca me ha dicho algo negativo por estar ciego.
–No chico pero si tú ves mejor que nosotros. Tú tienes algo mejor que tus ojos, tu alma que es capaz de ver todo lo que nosotros no alcanzamos. Ya, no me quiero poner cursi.
Comenzó a quitarse la ropa y se quedó en interiores.
–¿Qué estas haciendo?
–Me quito la ropa, nos vamos a bañar en el mar.
–No, no ¿estás loco? Es de noche.
–Mejor, así no nos ven desde el restaurante.
–Es que no sé nadar…
–¿Y cuál es el peo? Yo estoy aquí.
Lo tomó de la mano y comenzaron a entrar al agua, cuando ya estaban bien adentro y Andrés estaba nervioso, Amadeo lo tranquilizó.
–Abrázate a mi y rodéame con las piernas, confía en mi.
Así lo hizo y cuando ya estaba sujeto a él, Amadeo se sumergió y estuvo unos segundos debajo del agua. Salieron a la superficie y Amadeo lo besó.

–Hoy me has hecho muy feliz mi cieguito.
–Ja, ja, ja tonto, no me sueltes. El guardia Nacional me dijo cieguito y lo regañaste.
–Soy tu novio, te llamo como quiera je, je, je
–Te quiero.
–Y yo te quiero mucho cieguito.

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