Oía el sonido del látex frotando mis nalgas, o era el ruido de su enorme verga a punto de atravesarme, -estas bien bueno- decía.
Unas manos gruesas y velludas acariciaban mis nalgas, las apretujaban, mi cuerpo desnudo sobre el colchón, mi espalda era visitada por la lengua de aquel sujeto, -en serio que estas bien rico- su voz golpeaba mi cabeza, ahora una de sus manos dejaba de tocar mis nalgas y llevaba sus dedos a mi boca, con mis ojos cerrados aún, comencé a succionarlos.
Unas manos gruesas y velludas acariciaban mis nalgas, las apretujaban, mi cuerpo desnudo sobre el colchón, mi espalda era visitada por la lengua de aquel sujeto, -en serio que estas bien rico- su voz golpeaba mi cabeza, ahora una de sus manos dejaba de tocar mis nalgas y llevaba sus dedos a mi boca, con mis ojos cerrados aún, comencé a succionarlos.
Su cuerpo desnudo se frotaba contra el mío, mi piel velluda y pálida se erizaba a cada contacto de su piel gruesa y también velluda que parecía un oso, mi 1.60 de estatura no era nada para los casi 2 mts de aquel tipo, sacó sus dedos de mi boca y con mi saliva en ellos atravesó mi ano.
Su cuerpo seguía pegado al mío, cada vez con más velocidad, hasta que finalmente dijo –es hora de cogerte-. Separó violentamente mis nalgas, soltó una gran cantidad de saliva escupiéndo mi culo y tomando su verga con ambas manos la fue metiendo poco a poco, el dolor que sentía era insoportable, sentí como si me hubieran atravesado con un hierro, su cuerpo se dejo caer haciéndome dar alaridos de dolor, a él parecía no importarle y mientras volvía a poner sus dedos en mi boca para que los succionara me comenzaba a coger frenéticamente, el dolor era tanto que comencé a adormecerme.
Su cuerpo seguía pegado al mío, cada vez con más velocidad, hasta que finalmente dijo –es hora de cogerte-. Separó violentamente mis nalgas, soltó una gran cantidad de saliva escupiéndo mi culo y tomando su verga con ambas manos la fue metiendo poco a poco, el dolor que sentía era insoportable, sentí como si me hubieran atravesado con un hierro, su cuerpo se dejo caer haciéndome dar alaridos de dolor, a él parecía no importarle y mientras volvía a poner sus dedos en mi boca para que los succionara me comenzaba a coger frenéticamente, el dolor era tanto que comencé a adormecerme.
Rico!
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