miércoles, 2 de octubre de 2013

PECADO CAPITAL 5. Gula.


–No es necesario que me lleve doctor yo agarro el transporte que es aquí mismo–Tranquila que yo te llevo–. Tabay  se puso un vaquero, una franela y tomó del brazo a Bolivia y salieron del apartamento.



Ya en el barrio los guardespaldas se quedaron cerca del carro mientras Tabay y Bolivia se acercaban a la casa. –Mi amor ¿Qué haces aquí tan temprano? Doctor ¿cómo está? ¿Pasó algo?–Nada Orlando, todo bien, tu esposita que hoy se portó muy bien y se me antojó darle la cola. Cuéntale, cuéntale a tu marido lo bien que te portaste–Le decía eso mientras le tocaba una nalga.–¿Qué pasa aquí?–Nada mi amor el doctor nos va a ayudar con lo de Trinidad, él sabe dónde está, yo le pedí el favor...–Si Orlando y ya me pagó el favor, dile Bolivia como me pagaste el favor, dile, no te quedes muda–La tomó por la nuca apretándola. –Me dijo que tuviera sexo...y bueno...pasó–Bolivia comenzó a llorar.–¡Usted es un desgraciado hijo de puta!– Eh eh eh shhhhhh quietico ahí– le apuntaba con una 9mm–No tengo la culpa que tu mujer no esté satisfecha contigo, que no le respondas como hombre y bueno, al final le hice dos favores: le conseguí a Trinidad y la puse a disfrutar en esa cama–¡¡¡¡Maldito degenerado, váyase de mi casa!!!!–Todavía es mi casa, no se te olvide que me deben dinero, quédense tranquilitos que todo va a salir bien y eso dependerá de Bolivia, te espero mañana en mi casa, hoy no limpiaste.



***

Macuto y Catia se reunieron en la torre donde él trabaja para almorzar juntos y charlar un rato.–No sé nada de Falcón desde hace días, sus papás andan preocupados–le comentaba Catia a su hermano. –Yo no sé si tendrá algo que ver tu machuque Tabay–decía Macuto.

–¿Vas a hacer algo ahora?–No– quédate un rato conmigo en la oficina, Tabay no viene hoy por aquí así que estás a salvo jejeje–Ok–.



–Esperame en esta salita. Déjame ir a al piso de abajo a buscra unos documentos y te aviso–Catia entró en la sala y se sentó en uno de los sofá con las piernas abiertas y mostrando su ropa interior a cualquiera que entrara. Y alguien entro. –Buenas tardes mami–, saludó el motorizado mientras comía una empanada con malta. Cerró la puerta y pasó el pestillo.

–¿Tú siempre te sientas así pa’ que te vea las pantaleticas? ¿Qué haces aquí? Estás esperando a tu papá?–No, a mi hermano, trabaja aquí en este piso–¿Y cómo se llama mi cuñadito? Bebió un sorbo de malta y eructó. –Macuto, es mi hermano–Coromoto se pasó la mano por la entrepierna mientras le sonreía a Catia. –Ese culo fue mío mami jejeje, aguanta el condena’o, ¿tú aguantas?–No sé de que hablas–decía Catia con cara de inocente con un dedo en la boca. Coromoto se bajó el cierre del vaquero y sacó su pene.–¿Aguantas esto en esa rajita tuya?– se le acercó, bebió otro trago de malta y le dió un beso pasándole el líquido a su boca.

–No me gusta la malta–dijo Catia–Cómete la salchicha entonces a ver si te gusta su leche–Catia comenzó a introducir aquel enorme pene en su boca, algo nerviosa pues primera vez que veía semejente miembro y de un afroamericano. –Levántate–dijo, mientras Catia seguía en lo suyo. Con el tronco hacia delante, Coromoto llevó su mano al trasero de la muchcacha y comenzó a introducir sus dedos en el ano.



–¿Quieres que te parta el culo o te abrimos esa rajita o por los dos? Catia seguía entretenida con el pene de Coromoto que con su mano le hizo el gesto  con dos dedos.–jajajajaja que perrita eres, como se ve que son hermanitos. Voltéate que voy a reventarte el orto–Escupió su mano y la pasó por el ano de la muchacha y comenzeo a masajearlo antes de penetrarla.–Esto va a doler carajita, aguanta–El pomo de la puerta comenzó a sonar y moverse, alguien intentaba abrir. –¿Catia estás ahí? Abre la puerta–Mierda, tu hermanito. Vístete–

–Jefe, ¿cómo me le va?–Macuto los miró con cara de suspicacia–¿Qué hacían encerrados?–Nada jefe estaba echando la charla con la jevita la hermanita de usted, bien linda por cierto, está nené–Vamos Catia, sal de aquí, ¿qué estabas haciendo con este?–le dijo al oído mientras salían–Naada, solo hablábamos, es un malandro el tipo–Es motorizado que esperabas– jajaja–Vamos a mi oficina, ahí tengo otra computadora con internet, usas esas– “Mi hembra sé que estás en la torre, espérame en mi oficina, dile a mi secretaria que te deje pasar, quítate todo para llegar y follarte que voy para allá“ Le envió un mensaje Tabay a Catia.–Verga este pana sabe que estoy aquí, me dijo que lo esperara, no joda no ha llegado y ya sabe los movimientos de la empresa jajajaja, chao hermanito, besito, nos vemos luego–Mosca...–.



Catia entró a la oficina y se puso a revisar. Comenzó a quitarse la ropa y quedó en ropa interior, se vio en el espejo, puso música. Se quitó la parte de abajo, fue hasta el escritorio y recostó su pecho en él. Su trasero expuesto frente a la puerta de entrada. Y la puerta se abrió y no era Tabay sino Berlín. Fue a dejarle unas carpetas a su jefe y se encontró con una dulce muchacha.

–Wao ¿qué tenemos aquí?–Hola, me llamo Catia–corrió a ponerse la pantaleta cuando volvió a hablar Berlín, –no te vistas, quédate así– Tabay está por llegar, no creo que le guste verlo aquí conmigo desnuda–Ese no viene hoy me acaba de escribir que no viene– Se le acerco a Catia y la llevó hasta el escritorio, la acostó y se sacó el pene para penetrarla.–Soy menor de edad señor–!Ah coño..no me jodas¡– se retiró y ella le responde –Sólo es para que sepa, no dije que no quería, no voy a decir nada, pero como le dije Tabay viene por ahí–Que noooo, ven acá– y ahora sí la penetró. La empujaba contra el escritorio y Catia gemía e insistía que Tabay llegaría.



–Buenas tardes señor Tabay, en su oficina están la joven Catia y el se...–si ya se quien está, váyase a dar una vuelta–Pero señor tengo...–Vaya, vaya a tomarse un café de mi parte– le dió un billete de 100–Vamos, y se va a su casa de una vez–. Esperó que la secretaria recogiera sus cosas y se fuera. Abrió despacio la puerta y encontró a Berlín penetrando a Catia en su amplio escritorio. Se acercó al hombre y colocó la 9mm en la nuca apuntando hacia arriba; disparó.



–Ven a encargarte del paquete aquí en mi oficina–le hablaba Tabay a Potro. –¿Por qué eres tan puta mi hembra? Te dije que me esperaras aquí en la oficina desnudita, no tirando–Catia temblando se incorpora,–pu.. puedo limpirame tengo... sangre en encima...–La agarró del brazo y la trajo hacia él–¿Qué coño hacias en el piso de abajo?–Estaba con mi hermano–Le dió una cachetada–¿Qué hacias allá abajo?–Ya te dije–Le dio dos cachetas, una tercera y una cuarta.–Dime hembrita, ¿qué hiciste?–Nada Tabay–La agarró del pelo y volvió a darle una, dos, tres y hasta siete cachetadas. –Le mamaste el guevo al motorizado y me dices que no hiciste nada...mi hembrita yo se hasta cuando vas a hacer pipí en tu colegio, no me mientas mi amor–Catia estaba llorando del dolor, estaba en el piso.


Tabay se acostó se sentó en el suelo, separó las piernas de Catia y le metió el arma por la vagina –Puedo acabar contigo ahora mismo apretando el gatillo, pero lo vas a apretar tú misma, dale, dispárate...¡¡¡DISPÁRATE CARAJOOO!!!!!–Catia le temblaba todo el cuerpo, con su mano en el arma, no controlaba el gatillo, él le sujetó la mano y le dijo al oído –Dispara y acaba con tu vida, mi hembra– Apretó el gatillo. Tabay se corrió en sus pantalones. No habían balas, Catia cayó tendida en el suelo llorando y nerviosa.–Mira lo que provocaste, acabé en el interior– agarró la mano de Catia y la metió en su entrepierna. Catia tocó el pene y sintió aquel líquido viscoso ya frío y empegostado. No paraba de llorar. Tabay volvió a pegarle tres veces. –Conmigo no se juega carajita ¿entendido? Te vas derechito a casa y dile a tu mamá que el fin de semana me la llevo a la playa.

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