–No es necesario
que me lleve doctor yo agarro el transporte que es aquí mismo–Tranquila que yo
te llevo–. Tabay se puso un vaquero, una
franela y tomó del brazo a Bolivia y salieron del apartamento.
Ya en el barrio
los guardespaldas se quedaron cerca del carro mientras Tabay y Bolivia se
acercaban a la casa. –Mi amor ¿Qué haces aquí tan temprano? Doctor ¿cómo está?
¿Pasó algo?–Nada Orlando, todo bien, tu esposita que hoy se portó muy bien y se
me antojó darle la cola. Cuéntale, cuéntale a tu marido lo bien que te
portaste–Le decía eso mientras le tocaba una nalga.–¿Qué pasa aquí?–Nada mi
amor el doctor nos va a ayudar con lo de Trinidad, él sabe dónde está, yo le
pedí el favor...–Si Orlando y ya me pagó el favor, dile Bolivia como me pagaste
el favor, dile, no te quedes muda–La tomó por la nuca apretándola. –Me dijo que
tuviera sexo...y bueno...pasó–Bolivia comenzó a llorar.–¡Usted es un
desgraciado hijo de puta!– Eh eh eh shhhhhh quietico ahí– le apuntaba con una
9mm–No tengo la culpa que tu mujer no esté satisfecha contigo, que no le
respondas como hombre y bueno, al final le hice dos favores: le conseguí a
Trinidad y la puse a disfrutar en esa cama–¡¡¡¡Maldito degenerado, váyase de mi
casa!!!!–Todavía es mi casa, no se te olvide que me deben dinero, quédense
tranquilitos que todo va a salir bien y eso dependerá de Bolivia, te espero
mañana en mi casa, hoy no limpiaste.
***
Macuto y Catia se
reunieron en la torre donde él trabaja para almorzar juntos y charlar un
rato.–No sé nada de Falcón desde hace días, sus papás andan preocupados–le
comentaba Catia a su hermano. –Yo no sé si tendrá algo que ver tu machuque
Tabay–decía Macuto.
–¿Vas a hacer algo
ahora?–No– quédate un rato conmigo en la oficina, Tabay no viene hoy por aquí
así que estás a salvo jejeje–Ok–.
–Esperame en esta
salita. Déjame ir a al piso de abajo a buscra unos documentos y te aviso–Catia
entró en la sala y se sentó en uno de los sofá con las piernas abiertas y
mostrando su ropa interior a cualquiera que entrara. Y alguien entro. –Buenas
tardes mami–, saludó el motorizado mientras comía una empanada con malta. Cerró
la puerta y pasó el pestillo.
–¿Tú siempre te sientas
así pa’ que te vea las pantaleticas? ¿Qué haces aquí? Estás esperando a tu
papá?–No, a mi hermano, trabaja aquí en este piso–¿Y cómo se llama mi cuñadito?
Bebió un sorbo de malta y eructó. –Macuto, es mi hermano–Coromoto se pasó la
mano por la entrepierna mientras le sonreía a Catia. –Ese culo fue mío mami
jejeje, aguanta el condena’o, ¿tú aguantas?–No sé de que hablas–decía Catia con
cara de inocente con un dedo en la boca. Coromoto se bajó el cierre del vaquero
y sacó su pene.–¿Aguantas esto en esa rajita tuya?– se le acercó, bebió otro
trago de malta y le dió un beso pasándole el líquido a su boca.
–No me gusta la
malta–dijo Catia–Cómete la salchicha entonces a ver si te gusta su leche–Catia
comenzó a introducir aquel enorme pene en su boca, algo nerviosa pues primera
vez que veía semejente miembro y de un afroamericano. –Levántate–dijo, mientras
Catia seguía en lo suyo. Con el tronco hacia delante, Coromoto llevó su mano al
trasero de la muchcacha y comenzó a introducir sus dedos en el ano.
–¿Quieres que te
parta el culo o te abrimos esa rajita o por los dos? Catia seguía entretenida
con el pene de Coromoto que con su mano le hizo el gesto con dos dedos.–jajajajaja que perrita eres,
como se ve que son hermanitos. Voltéate que voy a reventarte el orto–Escupió su
mano y la pasó por el ano de la muchacha y comenzeo a masajearlo antes de
penetrarla.–Esto va a doler carajita, aguanta–El pomo de la puerta comenzó a
sonar y moverse, alguien intentaba abrir. –¿Catia estás ahí? Abre la
puerta–Mierda, tu hermanito. Vístete–
–Jefe, ¿cómo me le
va?–Macuto los miró con cara de suspicacia–¿Qué hacían encerrados?–Nada jefe
estaba echando la charla con la jevita la hermanita de usted, bien linda por
cierto, está nené–Vamos Catia, sal de aquí, ¿qué estabas haciendo con este?–le
dijo al oído mientras salían–Naada, solo hablábamos, es un malandro el tipo–Es
motorizado que esperabas– jajaja–Vamos a mi oficina, ahí tengo otra computadora
con internet, usas esas– “Mi hembra sé que estás en la torre, espérame en mi oficina,
dile a mi secretaria que te deje pasar, quítate todo para llegar y follarte que
voy para allá“ Le envió un mensaje Tabay a Catia.–Verga este pana sabe que
estoy aquí, me dijo que lo esperara, no joda no ha llegado y ya sabe los
movimientos de la empresa jajajaja, chao hermanito, besito, nos vemos
luego–Mosca...–.
Catia entró a la
oficina y se puso a revisar. Comenzó a quitarse la ropa y quedó en ropa
interior, se vio en el espejo, puso música. Se quitó la parte de abajo, fue
hasta el escritorio y recostó su pecho en él. Su trasero expuesto frente a la
puerta de entrada. Y la puerta se abrió y no era Tabay sino Berlín. Fue a
dejarle unas carpetas a su jefe y se encontró con una dulce muchacha.
–Wao ¿qué tenemos
aquí?–Hola, me llamo Catia–corrió a ponerse la pantaleta cuando volvió a hablar
Berlín, –no te vistas, quédate así– Tabay está por llegar, no creo que le guste
verlo aquí conmigo desnuda–Ese no viene hoy me acaba de escribir que no viene–
Se le acerco a Catia y la llevó hasta el escritorio, la acostó y se sacó el
pene para penetrarla.–Soy menor de edad señor–!Ah coño..no me jodas¡– se retiró
y ella le responde –Sólo es para que sepa, no dije que no quería, no voy a
decir nada, pero como le dije Tabay viene por ahí–Que noooo, ven acá– y ahora
sí la penetró. La empujaba contra el escritorio y Catia gemía e insistía que
Tabay llegaría.
–Buenas tardes
señor Tabay, en su oficina están la joven Catia y el se...–si ya se quien está,
váyase a dar una vuelta–Pero señor tengo...–Vaya, vaya a tomarse un café de mi
parte– le dió un billete de 100–Vamos, y se va a su casa de una vez–. Esperó
que la secretaria recogiera sus cosas y se fuera. Abrió despacio la puerta y
encontró a Berlín penetrando a Catia en su amplio escritorio. Se acercó al
hombre y colocó la 9mm en la nuca apuntando hacia arriba; disparó.
–Ven a encargarte
del paquete aquí en mi oficina–le hablaba Tabay a Potro. –¿Por qué eres tan
puta mi hembra? Te dije que me esperaras aquí en la oficina desnudita, no
tirando–Catia temblando se incorpora,–pu.. puedo limpirame tengo... sangre en
encima...–La agarró del brazo y la trajo hacia él–¿Qué coño hacias en el piso
de abajo?–Estaba con mi hermano–Le dió una cachetada–¿Qué hacias allá abajo?–Ya
te dije–Le dio dos cachetas, una tercera y una cuarta.–Dime hembrita, ¿qué
hiciste?–Nada Tabay–La agarró del pelo y volvió a darle una, dos, tres y hasta
siete cachetadas. –Le mamaste el guevo al motorizado y me dices que no hiciste
nada...mi hembrita yo se hasta cuando vas a hacer pipí en tu colegio, no me
mientas mi amor–Catia estaba llorando del dolor, estaba en el piso.
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