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Mis padres se separaron y rehicieron sus vidas
nuevamente, mi mamá se volvió a casar. Con mi padrastro me la llevo bien, pero
con su hermano creo que me la llevaré mejor.
Un día, el hermano de mi padrastro llegó a mi casa un fin de semana. Quería
hablar con su hermano pero él no estaba, salió con mi mamá por unos trámites,
yo estaba solo en casa. Él es muy conversador y divertido pero ese día estaba
serio y apenas me habló. Me asusté cuando abrió la puerta de mi cuarto, pues
estaba viendo algunas páginas en internet y me estaba masturbando y no consegui
terminar, el hizo caso omiso y cerró la puerta.
Se sentó en el sofá de la sala a esperar a mi padrastro y yo me senté en otro
frente a él. Comenzamos a ver la televisión juntos y comencé a verlo. Tiene 40
años, cara de macho bruto, había trabajado de camionero por muchos años y de
vez en cuando contaba sus historias “sucias” a todos mis primos y a mi, que
siempre estaba bien atento e imaginándolo haciendo esas cosas. Ese día estaba
usando un pantalón de vestir negro, una chemise blanca y zapatos casuales. Es
robusto y cuida bastante su aspecto físico, pero sin dejar de tener ese aspecto
de macho.
Yo seguía muy excitado, ya que no pude acabar cuando él me interrumpió. Puse mi
pie en el sofá donde él el estaba sentado. Mi “tío” no dijo nada y continuamos
viendo la televisión. Fui acercando mi pie a su entrepierna, hasta el punto que
“accidentalmente” lo toqué. Como vi que no hubo reacción negativa, deje mi pie ahí
y empece moverlo suavemente acariciandolo y con los ojos fijos en la TV. De
repente se levantó y se fue a beber agua. Pensé que no iba a pasar más de eso, en
eso me pregunta si tengo cargador de celular. Le dije que lo tenía en mi cuarto,
-voy a buscarlo- le dije.
- Voy contigo – Me dijo, y subimos.
Cuando llegamos a mi cuarto, agarré el cargador y se lo pasé, pero cuando iba a
salir, me pidió ayuda con su celular. El se quedó usando su celular con una
mano, y con la otra se tocaba el paquete, bien despacio, y presionaba fuerte de
repente. Como vió que lo mire, me dijo:
- Hace un tiempo noto como me miras y disimulas.- Disculpame.. no fue mi
intención..
- Bueno, tranquilo, hay cosas que no sabes de mi y hoy te vas a enterar
Tomó mi mano y la pasó por su paquete, estaba a media erección, y ya era enorme.
Se abrió el cierre, desprendió el botón y se sentó en mi cama, bien relajado,
con esa cara de macho, mi miraba a los ojos mientras se tocaba el bulto, ahora
por dentro del pantalón y se le veían algunos vellos.
- Aca tengo lechita para ti, ven y la tomas – Me dijo, y se saco el guebo,
grueso, largo, todavía blando, no circunciso, y algo velludo.
Tomo mi cabeza y metió su verga en mi boca, la dejo un rato mientras gemía, movía controlando mi cabeza de arriba abajo,
haciéndome disfrutar de esos 20 cms. Pasaba mi lengua por la cabeza, después
bajé hasta las bolas y las metía en mi boca mientras veía su cara de placer.
Empezó a pegarme con su guevo por mi boca y cara, ya lo tenía completamente
duro, empezó a moverse frenéticamente con el guevo dentro de mi boca, y
presionándome, dejándome sin aire, pero eso me gustaba.
- Voy a acabar – me dijo con la respiración forzada e intentó sacarlo de mi
boca pero no lo dejé, quería que me acabara dentro, entonces empezó a acelerar
aún más el movimiento,
- ¿Quieres leche?.. - me dijo y con un estruendoso gemido me llenó la boca.
Se quedo parado ahí un rato, sentí su abdomen en mi cabeza, luego saco su
guevo, y vió todo ese líquido dentro de mi boca, como toque final me dió un
beso profundo y aquel semen iba pasando de su boca a la mía y ambos tragamos,
me excité tanto, que no tarde en acabar apenas empecé a masturbarme. Justo al
terminar escuchamos que mi madre gritó desde abajo que habían llegado,
rápidamente se abrochó el pantalón, y yo iba directo al baño, pero me agarró
del brazo y me dijo.
- Esto no termina aquí, ¿ok?...te tengo que coger.
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