Relato cedido gentilmente por Mauricio Montero
Trabajo en una empresa privada y algunas veces nos toca
viajar a diferentes partes del país para promocionar nuestros servicios y
verificar el buen funcionamiento del mismo.
En una de estas promociones me tocó viajar con mi jefa y
su asistente, un hombre de unos 32 años alto, blanco, lleno de pecas, ojos
azules y sonrisa perfecta, eso era lo que podía ver hasta el momento.
Fue un viaje tranquilo, hicimos todas las labores que nos
tocaba hacer, en horas de la tarde nos llevan al hotel donde nos íbamos a
hospedar. Al momento de repartirnos mi jefa nos dice que ella espera a su
esposo y que nos quedáramos nosotros dos en otra habitación, yo no tenía
problema, por dentro gritaba de la felicidad al contrario de él que lo mismo le
dio dormir solo que conmigo.
Quedamos todos en ducharnos y cambiarnos para salir a
cenar a uno de los restaurantes más famoso del estado. Ya en la habitación
Alejandro, el asistente, me dice que se va a bañar para luego descansar un
rato, yo, tratando que no se diera cuenta de mis nervios hablaba como si nada.
En lo que siento caer el agua en la ducha mi mente empezó a volar, tenía ganas de meterme con él en la ducha
pero el miedo me ganó. Él tenia fama en la oficina de haber estado con todas
las secretarias y asistentes de la torre.
Entre mis fantasías y delirios sale Alejandro en toalla,
mi cara se quedó sin gestos. Era un espectáculo de hombre con cada músculo en
su lugar y de manera armónica, piernas perfectas, pecho a medio afeitar cosa
que me vuelve loco y se le marcaba buena mercancía debajo del paño... En un
momento él se dio cuenta que me lo estaba devorando con la mirada, reaccioné
metiéndome al baño y quitándome esa calentura que solo podía ser sacada con una
ducha fría.
Ya un poco más relajado salgo del baño y lo primero que
veo es a este adonis acostado en jeans sin camisa y con la cara tapada
dormido... Mi corazón se detuvo, por mi mente pasó lanzárme encima y besar todo
ese cuerpo trabajado en el gym. Cuando estoy pleno buceo veo que se le dibuja
en la cara una sonrisa, me volteo y hago que me estoy vistiendo, al rato me
dice “eran ideas mías o tú me estabas detallando la marca del interior”. Rojo
de la pena me negué y me perdí entre el teléfono y la musica de mi ipod.
Salimos a comer y me fijaba que me veía y se reía lanzaba
chistes calientes al aire y yo me hacía el loco aunque hubo momentos que me
reí.... ya finalizando la cena mi jefa nos dijo que íbamos a celebrar su
aniversario que había pedido dos botellas de vino blanco y le gustaría
compartirlo con nosotros... pasaron las horas y entre copas, chistes, miradas
pícaras, mi corazón estaba acelerado. Nos fuimos del restaurant un tanto mareados
y yo ya un poco más arriesgado pensé “si
me lanza otra indirecta, me lo como a besos”.
En el taxi nos sentamos los dos atrás y mi jefa adelante... voy
pendiente de la carretera y metiéndome en la cabeza que era hoy o nunca...
siento una mano en la pierna que me aprieta, me volteo y era Alejandro con su
sonrisa perfecta diciéndome que se sentía súper mareado por el vino a lo que me
le acerque y le dije “tranquilo que llegamos a la habitación y eso se te
quita”. En lo que termino de decirle eso, me agarra la mano y se la pone en su guevo
diciéndome en voz baja “quieres sentirlo en tu nalgas”.. yo no me aguanté y le dije
que “si” que me moría por él y quería meterme todo su miembro en la boca.. eso
lo puso más quesúo y me dijo “deja que lleguemos y te hago sentir lo más rico
que has probado”, mientras que mi mano disfrutaba palpar todo esa verga que
tenía mi Alejandro.
Nos despedimos de la jefa y corrimos a la habitación. Yo
me sentía en el aire, el carajo que ha creado en mí las mejores fantasías, me
estaba diciendo para tener sexo...en lo que entramos a la habitación me dice
“Yo sabía que me estabas buceando mientras dormía, pero te vas a dar el gusto
de estar esta noche conmigo”... y me dio el beso más rico que nunca me habían
dado en la vida, lleno de lujuria, deseos y ganas. Me quita la camisa y me
desabrocha el pantalón, yo también reacciono de las misma manera.. hasta que me
sienta en la cama se baja el bóxer y me consigo con un guevo de 20 cms. Mi
reacción fue abrir la boca y tragarme todo el pene de Alejandro hasta sus bolas.
“Lo mamas rico vale... yo como que te contrato para que
me lo mames en las tardes cuando este muy estresado” Yo me reía pero sin
sacarme ese carnoso trozo. Seguí en lo mío y de pronto me baja el boxer y
empieza a darme nalgadas y a decirme “este culo me lo cojo yo, este culo va a
hacer mío cuando quiera”, yo asentí con la cabeza y siento que mete un dedo y
empieza a dilatar, después fueron dos, cuando quería meter el tercero me dice
“mierda este culito es estrecho no se como vas hacer para comerte mi guevo sin
que te duela jajaja... yo seguía lamiendo las bolas apretándole sus tetillas
besándole el abdomen, cumpliendo todas las fantasías que me había imaginado..
“Uff Andrés lo mamas como todo un profesional, ahora
quiero que te coloques boca abajo cierres las piernas y te dejes llevar por mí”,
esas palabras me bastaron para colocarme como me dijo y esperar que me clavara
esos 20 cms en mi culo. Comienza a darme nalgadas con su pene y eso me éxito
aun más.. me besó toda la espalda sin sacar los dedos de mi culo que pedía a
gritos que me lo metiera.
Yo estaba súper excitado y me dice al oído “¿quieres que
te lo meta ya?” y yo grité: “siii por favor Alejandro métemelo, métemelo”. Él se
sonrió y me dijo “ahí viene lo bueno...” en ese instante mi cuerpo se
estremeció al sentir como entraba semejante cosa, mi culo le dio la bienvenida.
Empezó de manera suave, al rato empezó más rápido y más
violento, me colocó en otras posiciones y sentía como pegaba las bolas a mis
nalgas lo que me excitaba más y olvidaba poco a poco el dolor que me estaba
haciendo mi amante Alejandro.
“Tienes ese culito cerradito pero mi guevo se va a
apropiar de ese hueco”. Las embestidas eran más rápidas y violentas, yo estaba
en el éxtasis más grande, me pide que me montara encima de él y que me masturbe
hasta acabar en su pecho. Eso me volvió loco ya que ese cuerpazo iba a sentir
mi leche caliente y espesa. Cuando me penetró profundamente, me corrí por todo
su pecho y me dice: “límpiame con tu boca”, comienzo a lamerlo limpiando mi
propio semen y una vez más besar todo su cuerpo, hasta terminar en su pene y me
dijo que se lo mamara hasta hacerlo acabar... Aquel trozo de nuevo en mi boca
hasta que sentí el líquido caliente en mi boca. “No te lo tragues, quiero que
me beses y me pases la leche”... terminé de sacarle toda la leche, lo beso y le
paso su semen.
Después de tira por una hora nos bañamos juntos... yo
seguía extasiado de placer, me dijo que había sido uno de los mejores culos de hombres
que se ha tirado.
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