–Te vas a quedar
en mi casa por unos días, llama a tus padres desde el teléfono público que está
a dos cuadras de aquí y te vienes. Luego veremos que hacemos.– Le dijo Guanta a
Falcón mientras este la veía con ojos de deseo, –¿Cómo puedo pagarte por lo que
estás haciendo por mí? Le dijo mientras le pasaba la mano por el hombro.
–Mantente alerta y no hagas tonterías– Ella le devolvió el gesto pasando su mano
por la mejilla de él. Se levantó y se retiró a su habitación
En la madrugada,
Guanta entra al cuarto de huéspedes donde dormía Falcón. Le tocó el hombro y
mientras el se incorporaba en la cama ella le dijo: –Vengo a cobrar– Dejó caer
su bata y quedó totalmente desnuda.
***
–No pues ¿y qué es lo que me traen aquí?– Un encargo del
capo del país hermano, ¿no le dije? Hay que ponerle tetas a este niño que
quiere ser niña. Trinidad veía al médico y al narco mientras hablaban entre sí.
Nervioso, no abría la boca, sólo esperaba órdenes. –Así que quieres tetas
negrito–Sí…sí, quiero cambiarme el sexo, quiero ser mujer_Ya, ya pero aquí sólo
te voy a poner tetas, en Alemania me dijeron que te van a poner chocha
jejejeje. Es primera vez que le pongo tetas a un niche asi como tú–Decía el
médico que tenía aspecto de cualquier cosa menos de cirujano certificado.
–A ver ¿qué tamaño quieres las tetas? 250 cc, 300 cc o 500
cc en cada teta–Trinidad arqueó las cejas y abrió los ojos. “Guao, voy a estar en Alemania y no se
cuánto tiempo estaré ahí, necesito dinero, yo creo que me voy a poner 500 en
cada teta” pensó Trinidad mientras se dibujaba una sonrisa en su cara.
–500cc, las quiero grandes, con buenos pezones–Hey pare, pare que esto no es
una tienda que escoges que quieres, aqui se te hará lo normal, pero veré que
puedo hacer por ti–.
–Quítate la ropa que quiero verte el cuerpo–dijo el médico
reflejando en su rostro morbo. –Si quiere me salgo del consultorio doctor y lo
dejo “a solas” con el paciente–decía el narco que trajo a Trinidad.
–Tranquiiiilo quédese y disfrute de este cuerpo oscuro, mire esas nalgas de
este muchacho– le dió tres nalgadas, sus glúteos eran firmes, redondos y
levantados, –ya tiene unas nalgas de hembra y bien ricas, tóquelas–Se acercó y
metió sus manos entre las nalgas. –Duritas las nalgas del condenado– Trinidad
estaba muy nervioso y en esa situación no controla su micción y comenzó a
orinarse.
–Miren al niche meándose–le tomó el pequeño pene de Trinidad
y se lo apretó –Deje de orinar que ahora le toca limpiar el reguero–. Mientras
Trinidad limpiaba, el medico encendió el aire fue a desinfectar los
instrumentos para la cirujía y se preparaba para la operación. Llegó un
anestesiólogo y se quedó esperando para hacer su trabajo.
Una vez todo preparado, Trinidad estaba en la camilla
desnudo y con todo el equipo a su alrededor. Lo anestesiaron. –¿Será que me lo puedo coger antes de que lo
operen? Así dormidito que no moleste mientras le doy duro– No hay problema
hombre, eso sí póngase un condon que esté tiene más venéreas que sangre en el
cuerpo– El narco le levantó las piernas y el anestesiólogo se las sujetó
traéndolas hacia él. Se puso el condon y
lo penetró.
El narco tiene un pene grande y grueso, con una curvature
pronunciada hacia arriba y a la izquierda, pero gracias a que Trinidad estaba
dormido fue fácil introducirlo. –Uuuichs que rico está este culo, tibiecito y
suave– Se acostó casi encima de Trinidad y comenzó a penetrarlo con más fuerza,
la Camilla se movía hacia delante y hacia atrás hacienda rechinar las patas.
Ambos medico estaban masturbándose viendo violaban a Trinidad.
El cirujano encendío una de las leamparas del consultorio
para tener más lz y comenzó a tomar fotos de la penetración; se acercaba hasta
el ano y tomaba la penetración desde cerca. El otro médico le introduía el pene
en la boca de Trinidad y también tomó fotos de eso. El narco le abría el ano
con sus dedos mientras lo penetraba. Luego de 40 minutos en la violación,
Trinidad despertó y se encontró penetrado. Estaba aturdido y sin saber que
pasaba. –¿Qué pasa? ¿y mis tetas? Quiero mis tetas, ustedes me dijeron que me iban
a operar–Hablaba con dificultad.
El narco le dió una bofetada que lo volvió a tumbar en la
Camilla. Él seguía penetrándolo, retiraba su pene y volvía a introducirlo con
más fuerza. El anestesiólogo se montó en un taburete y le acabó en la cara,
Trinidad comenzó a llorar y el médico le inyectó un sedante. –Vamos a operarlo
ya, quiero salir de esto, bájate de la cama– El hombre retro su pene y se sacó
el condón, de rramó su semene en la entrepierna y el abdómen del muchacho.
–¡Ah ah ah coñoooooo! ¡Qué culo más rico jueputa! ¡Cuando
tenga chocho me lo cojo por ambos lados, esta negra esta bien buena!– Se vistió
y espero afuera mientras que los médicos se quedaron con Trinidad.
–Ahora vamos a colocarte estas prótesis cargaditas de dinero
en polvo para que nos quede más platica– Iba colocanco las prótesis y
cauterizando. –Ya que estamos en esta vamos a sacarle de una vez cintura a esta
niña jejeje, vamos a jugar, y luego le subimos las cejas a esta la tenemos que
llevar siendo mujer de una vez pa sacarle dinero en Alemania–.
Una hora después Trinidad estaba en recuperación con unos
enormes senos, una cintura más marcada y las cejas un poco levantadas.
–Quedaste hermosa, tienes unas tetas para hacerse la paja rusa ahí jejeje–
decía el cirujano. –Te dejo sola para que te recuperes–.
20 minutos después Trinidad se levanta de la camilla y se ve
al espejo. No pudo contener las lágrimas y se puso a llorar al ver que una
parte de su sueño se hizo realidad. –Falta poco Trinidad, falta poco, lo
estamos logrando y volvió a llora, pero era un llanto de satisfacción. Volvió a
recostarse para descansar y reponerse del mareo que tenía.
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